En un atardecer

Muerte

La muerte son todos tus miedos unidos en un solo sentimiento. Ajena de esplendor y belleza.
La carga es aplastante. Se recibe un castigo e humillación sin comparación. Es el azote de mil flagelos.
En la peor condición, con el peso de la vida y del sentido que no encontré. Es el destino, el de todos y el mío, desaparecer y volver a la nada.
Es como el principio, sin luz, sin verdades ni mentiras, sin saber tu nombre ni quién eres, y así termina, igualmente.
No hay sentir en la nada, el silencio, la soledad, el vacío y prefiero llamarle vida.
Todo es muerte, desde el principio hasta el final, ya no hay rastro de vida. Mi corazón sigue latiendo y mis sentidos funcionando, pero estoy muerto. En muerte fui concebido, en muerte he permanecido, en muerte he de borrarme de este álito incipiente. No importa si me apago, si sigo respirando, soy un muerto.
Es gigante, es temible sin comparación e invencible. Ni el aliento de atreverme si quiera a luchar, porque estoy muerto y los muertos no son capaces de actuar.