Mi celular vibra, estiro mi brazo hasta llegar a la mesita de noche, con mis ojos entrecerrados echo un vistazo para ver el nombre de Marco en la pantalla.
Marco: Abre la puerta, estoy afuera.
Frunzo mi ceño en confusión.
¿Qué hace Marco a estas horas aquí?.
Echo un vistazo a la hora.
¿Queeee? ¿Cómo va a ser esa hora?
¿Tanto he dormido?.
Mi reloj marcaba las 12:00 del medio día.
Anoche…
¡Oh!.
Recordé que me había dormido a las 3 de la mañana.
Toda la noche la pase editando parte de mi historia.
Agradecida con el de arriba, hoy era sábado, por lo tanto no tenía trabajo.
Agarro mi celular y me siento en mi cama. Entro al chat de Marco para escribirle.
Yo: Ya voy.
Bajo las escaleras como zombi, con mi cabello como si me hubiera cogido la electricidad, abro la puerta para ver a Marco que me observa de arriba abajo.
—Te ves fatal —dice Marco al final.
—Cállate —digo adentrándome—. ¿Por qué apareces a esta hora sin avisarme?.
Marco levanta una ceja —¿Alguien se desvelo escribiendo?… a demás te llame como diez veces y no respondías así que decidí venir.
—Ah… si, necesito terminar mi libro, y en las noches es cuando mas entra mi imaginación. ¿Quieres café?.
—Me diste justo donde era —Marco guiña un ojo.
—Te conozco y sé que amas el café.
Después de preparar el café, Marco y yo nos dirigimos a la sala de estar con las tasas de café en nuestras manos.
—¿Y como te va en el trabajo? —pregunta Marco de la nada.
—Bien, hablar con los chicos sobre sus problemas es interesante, también se aprende mucho de ellos aunque la mayoría de adultos no lo vea así.
—Es el espíritu de la juventud —dice Marco sonriendo.
Rio —Claro y nosotros aún somos jóvenes.
—Ninfa…
Marco me ve a los ojos, estamos tan cerca que casi puedo escuchar su respiración, sus ojos se posan en mis… ¿labios?.
¿Por qué me ve así?.
No sé porque tengo un presentimiento extraño últimamente departe de Marco hacía mí.
Como si Marco sintiera la tención del momento, rápidamente se aparta un poco de mi.
—¿Vamos a comer algo?. No he comido nada y me imagino que tú tampoco.
Ok eso fue raro.
—De acuerdo —fue lo único que dije.
Subo a mi habitación para bañarme y alistarme.
Una hora después, bajo a la sala de estar para ver a Marco tirado en el suelo boca arriba con una pelotita en la mano lanzándola hacía arriba.
Al verme se pone de pie.
—Casi que no ¿Qué tanto hacías?
—Que exagerado. Bien ¿nos vamos?.
—En fin, mujeres —dice Marco volteando sus ojos.
Salimos en su auto camino al centro comercial mas grande de la ciudad.
Nos sentamos y comimos unas deliciosas hamburguesas.
—¡Oh!, no te he contado todavía.
—¿Qué? —dice Marco con la boca llena.
—En las vacaciones iré a San Jorge. Voy a visitar a mi familia y de pasada me reencontraré con Tebi —sonrió emocionada.
Marco sabe que Tebi es mi mejor amigo de toda la vida.
—¡Eso es genial!. Me alegra mucho Ninfa... Es mas… ¿puedo acompañarte?.
Me sorprendo.
—¿Quieres pasar tus vacaciones conmigo?.
Marco sonríe —¿No puedo?. Digo, también soy tu casi mejor amigo ¿no?, a demás quiero conocer a Tebi. Como me lo describes es un buen chico, tal vez nos llevemos muy bien.
Sonrió —Si es lo que quieres, por mi no hay ningún problema. Hablaré con mamá para que te quedes en la habitación de huéspedes. Oh, ya quiero darte un Tour por todo el pueblo.
Marco ríe —Por supuesto. Y quiero que me enseñes el sendero de los sueños.
Nunca pensé que Marco fuera a cambiar su forma de ser, cuando lo conocí escasamente me hablaba, era un chico de pocas palabras, no le conocía ni un solo amigo, siempre estaba de mal humor y solo. Hasta que conocimos a Katerín, ella fue nuestro conector. Fue acercando a Marco a nosotras y cada vez nos hablaba mas.
—Mira quienes vienen allá —dice Marco señalando.
Tony, Daniel y Jony venían hacía nosotros.
—Ustedes dos que hacen aquí solos —dice Daniel entrecerrando los ojos en sospecha.
—Venimos a comer algo —digo.
Tony toma asiento al lado mío —Ustedes dos se gustan, ¿no es así?.
Abro mis ojos —¿Qué?,¡claro que no! Por qué dices eso Tony.
—Eres molesta, solo somos dos amigos que vinieron a comer algo —dice Marco algo sonrojado.
—Soy ciega pero no tonta y puedo escuchar sus respiraciones agitadas, ¿a caso están nerviosos?, temen que descubramos su amorío a escondidas.
—¿Por qué mejor no te callas y dejas de decir tantas estupideces —Marco se pone de pie. Ya me aburrí, mejor me voy.
Marco camina alejándose del lugar.
—¡Espera, Marco!, no puedes irte así —digo.
—Tony, ¿por qué no puedes ser mas prudente? —dice Daniel.
—Hablamos después Ninfa, no soporto a Tony —dice Marco cansado.
—No le hagas caso, ya sabes como es —digo.
—Susan… no importa, te veré después —dice Marco y luego desaparece.
Me quedo ahí inmóvil por un momento y luego reacciono.
Me siento junto a los chicos.
—¿Por qué dijiste eso Tony? —pregunto seria.
Tony alza sus hombros —Porque es la verdad, yo no soy tonta como el idiota de Marco. Él niega lo que siente, no es claro con él mismo. Y tú… estas mas ciega que yo que no te das cuenta. Eres una ingenua.
Arrugo mis cejas —¿Ingenua?.
—Bien, Tony lo que quiere decir es que le gustas a Marco y tú no te has dado cuenta —dice Daniel.
—Eso ya lo sabíamos ¿no? —dice Jony.
—¿Qué?, como que ya lo sabían? —gruño—. ¿Por qué no me lo habían dicho?.
Tony pone su mano en la cara —Ahora quien es la ciega.
Definitivamente esto era nuevo para mi, todos sabían que le gustaba a Marco menos yo. ¿Cómo no pude notarlo?, ¿tal vez porque no quería verlo?. El presentimiento que tenía hacía Marco ¿era ese?. Me siento confundida, aún sigo en shock.
—Chicos, aún no logro asimilar todo esto.
—Pues deberás enfrentar a Marco y que confiese lo que siente —dice Tony.
—Tony tiene razón, habla con él y que te sea sincero —dice Jony.
Suspiro.
Los chicos tienen razón, debo hablar con Marco.
¿Desde cuando le gusto a Marco?.
¿Cómo debería tomar eso?.
Marco es guapo y un gran chico, aunque aparente ser rudo.
También me gusta...
¿Espera qué?, ¡no!. Bueno tal vez un poco pero...
Ash... como diría Mat, esto es un fastidio.