—Nena dije que te amo — su boca se acercó a mi oído y me reír más por las cosquillas a causa de su aliento en mi sensible piel.
—También te amo — me di la vuelta para verlo a los ojos, pero el aprovecho para agacharse y besarme. Me tomo un poco imprevista lo cual hizo la sensación fue sorpresiva e intensa. Le devolví el beso de inmediato empujándolo un poco provocando que choqué con la mesa, pero eso no lo detuvo. Prosiguió a tomarme de la cintura y subirme sobre la mesa. Se encontró espacio entre mis piernas, sus besos pasaron mi mejilla, mi oído cuello y hombro mientras repetía las mismas palabras.
—Te amo, te amo, te amo — su toque, sus palabras, su olor hace sentirme en el cielo como si esto fuese lo único que yo necesitara.
No aguante mucho más y busque su boca como de alguna manera sus labios pudieran aliviar el placentero dolor palpitante que sube la temperatura entre mis piernas. Entre roces pude sentir la dureza de su pantalón chocar contra mi entrepierna.
—¿Ya estas excitado cariño? — pregunto con tono de burla.
—Contigo es cuestión de un switch para encenderme corderito — susurra cerca de mi boca para luego tomar mi labio inferior entre sus dientes dando un leve mordisco que envió corrientes por mi cuerpo para llegar a parar a mi vagina que a cada segundo mas se lubrica.
—¿Ósea que ya salió mi lobo feroz?
—Y esta listo para devorarte.
Sus manos tomaron mi camiseta para en cuestión romperla y dejarme en sostén frente a él. Su boca de inmediato bajo a besar la piel expuesta de mis senos. Mientras lo hacia sus dedos se fueron a mi espalda para desabrocharme el sostén que el dejo caer y mis pezones duros apuntando al causante.
No le basto romper mi camiseta, ahora toma la tela que cubre y despacio fue rompiéndola con cuidado a no lastimarme y de una rompió mis pantis también.
—Tu solo sabes romperme la ropa — rio con la respiración agitada por las tremendas ganas de que esto siga.
—Tu sabes que nada ni nadie me aparta de ti — besa mi boca y oigo como desabrocha su cinturón. Le quito la camiseta y no desperdicio otro oportunidad para recorrer las palma de mis manos por sus pectorales y bíceps.
—Cariño pásame el helado — pido y el me ve extrañado —Quiero el helado que me prometiste, comerlo mientras me lo metes ¿Sí? — le lanzo una mirada inocente que se que lo mata.
Él sonríe y se apresura al refrigerado para volver lo mas rápido. Me tiende el bol de helado y una cucharada.
—Ahora que tienes tu helado necesito que seas una chica buena ¿comprendido corderito? — asiento comiendo la primera cucharada de helado de vaina con mi ojos puesto en los suyos y dejando ir un pequeño gemido tentándolo más, queriendo que ese lobo pierda el control.
—Voy a marcarte pequeña — baja su pantalón junto a su bóxer liberando a su dura erección.
—No puedo espera.
Sus dedos pasan por mi vientre luego bajan a mi mojada abertura, acerca sus dedos a su nariz aspirando con placer.
—Mmm, no necesita más lubricación — mete lo dedos y se le sale un gruñido al probar mis fluidos y a mi se me hace agua la boca —siempre lista para mí, así me gusta.
Estoy a punto de agarrar otra cucharada de mi helado cuando siento que su erección entra de un empujón dentro de mi abriéndose paso entre mi apretado canal.
Gimo y el gruñe quedándose quieto por completo con los ojos cerrados. Pero yo quiero que siga moviéndose a lo que intento hacer mover mis caderas. Pero el las toma fuerte con sus manos manteniéndome quieta.
—Tu comete tu helado corderito, no te muevas — sus ojos se abren y vuelve a ver ahora con los ojos brillando en un color amarillo brillante. Esto es lo que quería.
Mi lobo feroz despertó.
Como otra porción de mi helado y el empieza a entrar y salir de mí, una y otra vez aumentando la velocidad poco a poco. Pero por sorpresa la saca y mete de golpe provocando que salga y grito de placer de parte mía por que dio justo en mi punto más sensible.
Cuando veo su pecho lo e manchado con helado, sonrió y lo veo a los ojos mientras sigue moviéndose dentro mío.
—No quiero que seas dulce conmigo hoy amor — susurro en su oído y luego lamo de su pecho el helado derramado.
El gime y de inmediato comienza a darme duro y rápido sin medir su fuerza realmente, su arrecian dura golpea una y otra vez ese punto lleno de un nudo de nervios que expulsa toneladas de placer en mi cuerpo que empieza debilitarse cada vez, mis piernas alrededor de el tienen continuos temblores. El de un arrancón de furia arranca lo que faltaba de tela del pantalón con los restos de mi ropa interior y ahora nuestras pieles se pueden tocar por completo.
Ya mi mente no puede concentrarse más, con cada estancada pierdo cada vez la razón poco a poco. Solo esta el y su pene enterrándose por completo dentro mío.
Al diablo el helado.
Lo dejo caer junto a la cuchara y me agarro de la mesa dejándome caer por completamente en ella quien se mueve junto a cada movimiento que hace Theo dentro mío.
Theo aprovecha mi posición y baja para que su boca encuentre mis pechos que rebotan con cada movimiento que el sigue haciendo. Mi entrepierna parece querer explotar con lo cerca que esta mi orgasmo. Ya no puedo controlar nada en mi cuerpo, solo gimo, araño la mesa y dejo que el placer me invada.
Theo sube su boca y encuentra espacio en mi cuello y muerde ligeramente y empieza a chupar con fuerza.
—¡Theo! — grito justo cuando mi orgasmo se libera. Sin embargo, él no se detiene y sigue moviéndose con la misma intensidad mandándome a las estrellas.
—Uno mas amor, córrete una vez más conmigo.
No puede articular palabras, lo único que sale son débiles gemidos que se van intensificando por el siguiente orgasmo que crece en mi vientre que hace ponga los ojos en blanco. Uno, Dos, Tres penetradas mas y siento su semen ser disparado dentro mío acompañado con su gruñido cerca de mi oído. Su orgasmo con sus gemidos impulsa mi segundo orgasmo y mis paredes vaginales se contraen de nuevo a lo cual se me sale un gritillo.
Mi cuerpo ahora parece estar hecho de gelatina, mi cabeza liviana como una nube. Cualquier problema ya no existe más para mí en este momento.
—¿Estas bien corderito? — Theo me levanto dejándome sentada de nuevo en la mesa y me sostiene ya que me siento débil, débil, pero en la mejor manera.
—Super — el ríe y besa mi cabello mientras acaricia mi espalda —Necesitare que siempre me marques de esta manera lobo — digo recostando mi cabeza en su hombro y logro ver el helado derramado totalmente derretido en el suelo y sonrió.
—Sera todo un placer corderito.
Bueno... A mí me encanto ¿Qué les pareció a ustedes?
Aquí esta lo prometido se los quise traer lo más rápido ya que sabia como quería continuarlo perfectamente.
Bueno espero los disfrutaran, que se les hiciera agua la boca, se por Theo o el helado. No culpo.
Nos leemos pronto personitas bellas cuídense.
XOXO FADUA