Faute ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

By SasKimJeon

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❀TaeHyung es un magnate que quiere vengarse de JungKook, pero una sorpresa los tomará a ambos desprevenidos❀ ... More

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Final
Epílogo

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By SasKimJeon

TaeHyung miraba como JungKook comía emocionado por primera vez en esos meses de embarazo, pues parecía que por fin los síntomas de vómitos y ascos solo sucedían esporádicamente en las mañanas. Incluso volvía a tener ese color rosado en sus mejillas que le hacían notar más saludable, por no mencionar que ya tenían identificados los alimentos que le provocaban malestar.

—TaeHyung—llamó con calma, haciendo que el hombre le mirara con curiosidad y una ligera preocupación—. ¿Crees que tengamos más de ese jarabe de chocolate? No sé por qué hoy quiero comer mucho de eso.

—No creí que empezarían tus antojos tan temprano.

—No es tanto que quiera—señaló su vientre, el cual apenas se veía levemente hinchado, ya que los hombres no hacían demasiado estómago—. Nuestro bebé tiene ganas de eso, yo nunca comería esas cantidades inhumanas.

El mayor soltó una risilla al ver como el menor fruncía su entrecejo y hacía un mohín con sus labios, pero al ver como el rostro de JungKook pasaba de eso a una expresión más extraña, se acercó preocupado hacia él.

—JungKook...—llamó con un tonto alerta.

—Nuestro bebé...—susurró, para luego, con sus manos algo temblorosas sostener la del mayor y ponerla encima de su vientre bajo—. Se movió, ¿puedes sentirlo?

Aquella información fue procesada por el mayor, quien ponía toda su atención a su mano en el vientre donde se gestaba su hijo, esperando poder sentir aquello que JungKook le había dicho. Luego, como si su bebé pudiera saber lo que esperaba, sintió un movimiento no tan ligero, que era claramente perceptible y que estaba presente; abrió los ojos con un golpe de emociones en su interior.

—JungKook...—susurró, haciendo que el contrario le mirara con esos ojos llenos de un brillo tan hermoso que hacía ese momento aún más memorable—. Nuestro bebé... él...

—Saludó a papá—sonrió, para luego sentir las caricias lentas de parte de las manos grandes del rubio—. Reconoce a su papá, nuestro bebé...

Se quedaron mirando el uno al otro con emoción en sus ojos, luego, hicieron lo más obvio para ambos. Unieron sus labios en un beso necesitado, cariñoso y lleno de muchas cosas que en palabras no podían decir, era extraño, hace unos meses solo pensaban en lo malo del pasado, el abandono y muchas cosas más, pero ahora era diferente, solo podían pensar en el futuro con ese bebé en sus vidas.

Se alejaron lentamente, sonriéndose en el proceso y preparándose para otro día en la oficina, era como una especie de ritual desde que JungKook y él habían decidido dejar el pasado atrás, aunque era consciente de que debían hablar de muchas cosas y que, cuando tuviera la información quizá debería enfrentar al menor, pero ahora solo quería disfrutar de esos momentos viendo crecer a su hijo en el vientre de aquel chico hermoso.

Se prepararon rápidamente luego de eso, dirigiéndose al auto del contrario con calma, pero, mientras iban en camino a la oficina y JungKook dormitaba un poco debido a su embarazo, TaeHyung no pudo evitar notar un viejo auto que parecía seguirlos. Frunció el ceño, negó con la cabeza ante la loca idea de ser perseguidos, aunque no estuvo muy conforme con eso, así que cuando pudo esconderse y adelantarse de ese viejo vehículo, se metió entre los autos de aquella carretera y solo así logró llegar con calma a la oficina, aunque en su mente la idea de quién podría ser se asomó.

—JungKook... despierta—musitó con suavidad, notando como aquel chico había sido ajeno a lo que había pasado hacía solo un par de minutos—. Hemos llegado, debemos empezar con el papeleo de hoy.

El menor se estiró, sonriendo adormilado y luego se colocó derecho para abrir la puerta del auto y salir de este, como siempre, adelantándose a la oficina para que no pareciera sospechoso para el resto del personal. Saludó con una sonrisa radiante a sus amigos de oficina, su embarazo no era secreto pero sí su pareja, y se dirigió a su lugar de trabajo, esperando diez minutos a que el mayor subiera y como siempre, empezar con su día laboral sin contratiempos.

Aunque el menor se sentía extraño, pues notaba el comportamiento de TaeHyung de un modo que hacía unas semanas no le veía, serio y molesto. No entendía nada ya que en la mañana había estado feliz por lo que había hecho su bebé, aunque de pronto aquella inseguridad que había nacido de él desde casi toda su vida empezó a jugarle sucio, dando pensamientos negativos sobre la paternidad del rubio.

Pero los recuerdos donde ambos habían hablado de tener familia y lo mucho que parecía anhelar eso TaeHyung, lo usaba como un escudo ante sus ideas pesimistas sobre sí mismo. Pues no le había dado señales de que fuera lo contrario y él, no podía pensar ahora en una vida sin su bebé y sin TaeHyung, por muy masoquista que pudiera sonar el caso. Soltó un suspiro, mientras leía un correo electrónico que debía archivar, pero su mente no podía concentrarse en ello, pensando en qué estaría pasando con el rubio.

Aunque el mayor estaba pensado en cosas muy distintas a la que martirizaban al embarazado chico, pues había mandado mensaje a su investigador privado para poder saber quién era la persona que le había seguido, aunque seguramente no estaba en un error al adivinar de quién se trataba. Luego de arreglarse con su pasado, aunque no del todo, una parte de él había vuelto a la vida como en su pasado y solo quería que no volvieran a apartar a JungKook de su lado. Aunque se había decidido, necesitaba saber la verdad de los labios de aquel chico que fue su más grade amor y el motivo de muchos desvelos.

A pesar de que estaba el sobre allí en el escritorio, con toda la investigación de qué había pasado para que las cosas hubieran acabado de ese modo. ¿Debería ir ahora a pedir una explicación? Negó con la cabeza, aquello era aún más falto de profesionalismo que sus aventuras con JungKook en la oficina. Sabía que el menor estaba dando todo de sí en la oficina, que desde que había empezado, demostró que era un empleado ejemplar y sobre todo, efectivo.

—Deberé esperar...—suspiró frustrado, dejando el sobre en aquel escritorio, cerrando con llave aquel mueble para que nadie pudiera acceder salvo él—. Deberé esperar...

Cerró los ojos, para luego colocarse a trabajar como era costumbre, con JungKook entrando y saliendo de la oficina con papeles o mensajes pequeños, mostrando con orgullo su embarazo, incluso si no era de ese modo, recibía correos que eran seleccionados por el menor.

—JungKook ve a comer—ofreció al mirar la hora y aprovechando que el menor estaba frente a él—. Yo iré luego de revisar estos papeles.

—Bueno yo pensé que...—TaeHyung alzó la vista para enfrentar las piedras del contrario—. Pensé que iríamos a comer juntos... pero está bien, tomaré mi descanso ahora.

—No pensé que quisieras eso, pero podemos ir por allí a comer algo—vio la duda en el rostro de JungKook, el cual no parecía convencido con esas palabras—. Si quiero comer contigo, no pienses lo contrario. ¿Qué es lo que piensas que deberíamos comer?

El castaño sonrió alegre, aligerando el humor nervioso y ansioso de TaeHyung, quien decidió enfrentar al menor en la noche, pero teniendo paciencia y reservas para que no se pusiera mal y pudiera afectarle el embarazo. Tomó su abrigo, se acercó a JungKook para darle un beso que agarró desprevenido al menor, pero que este devolvió con el mismo afecto y cariño.

Eran besos que el menor adoraba recibir, desde hacía semanas, podía jurar que estaban a nada de volver a tener eso mágico que habían tenido cuando eran adolescentes. Cuando se separaron, no sintió ese vacío que había experimentado antes de todo eso, mirando como TaeHyung parecía sentir casi lo mismo que él, es lo que más deseaba desde el fondo de su corazón.

—Vamos, que seguro debe tener hambre el bebé—escuchó la voz del mayor, sacándolo de sus pensamientos.

—Sí, solo un poco y ganas de helado—mencionó mientras llevaba su mano al vientre bajo emocionado, pues al parecer terminaría el segundo trimestre de embarazo de un buen modo—. También he pensado que podríamos ir a comprar algunas cosas para cenar, hoy tengo un buen presentimiento sobre que se mueva de nuevo así de fuerte.

El rubio recordó aquello con una sonrisa, imitando el gesto del contrario y acariciando su vientre, para luego besar con pasión a JungKook, quien se dejaba querer por el contrario, pero luego aquellos besos empezaron a ser más fogosos y la mano de TaeHyung recorrió por debajo de la ropa la espalda ajena.

—TaeHyung...—susurró el menor entre suspiros, sintiendo los labios del mayor en su cuello—. Tenemos que... tenemos que ir a comer...

—Quiero comerte a ti ahora—gruñó, para volver sus labios al cuello ajeno y dejar una pequeña marca que sería aún más visible—. JungKook...

El menor se trató de separar, lográndolo con éxito luego de un par de minutos, escuchando un bufido de parte de TaeHyung, quien dejó un último beso en su nariz con cariño.

—Vamos a comer, tenemos hambre Tae.

Asintió, encaminándose finalmente al elevador para por fin ir a comer juntos. Cuando se adentraron al auto, JungKook notó como TaeHyung miraba a todos lados antes de arrancar el auto, lo cual era demasiado raro ya que el mayor solía salir sin mirar nada más que no vinieran coches.

—TaeHyung, ¿está todo bien?

—Sí, solo pensé que debería ser más precavido por el bebé—mencionó nervioso, tratando de convencer a JungKook de que solo era por eso—. Entonces, ¿vamos a algún restaurante?

—Bueno... pensaba en comida italiana justo ahora—sonrió tranquilo, confiando en lo que le había dicho el mayor ya que estaba muy protector con él desde que había empezado su embarazo, miró de reojo al mayor, quien colocó una dirección en el GPS y empezó a conducir—. Me siento algo hambriento, creo que subiré mil kilos en todo el embarazo.

—Te verás lindo con tu estómago más hinchado—aseguró sincero, pensando en aquella imagen mental que se haría real en solo un par de meses—. Y ese peso es el fruto de algo mejor, no te angusties por eso. Además, no has hecho mucho abdomen estos seis meses.

El castaño asintió con una sonrisa, mirando los restaurantes pasando hasta que algo más llamó su atención, por el espejo lateral, notó como un auto viejo estaba detrás de ellos desde hace un rato; el menor abrió los ojos enormemente, se giró hacia TaeHyung, quien parecía estar tranquilo y eso hizo que se relajara un poco.

Vio como miró por el retrovisor, para después seguir con su camino, pero esta vez, volvía a meterse entre autos, lo que les hizo llegar un tanto más rápido al restaurante en el cual se sintió el menor tranquilo al llegar.

—TaeHyung, ¿lo notaste? —indagó de pronto, haciendo que el mayor le mirara con curiosidad, a lo que miró a todos lados y se acercó al rubio—. Vas a creer que estoy loco, pero... sentí como si nos estuvieran siguiendo.

No pasó desapercibida la incomodidad y tensión en el mayor, que hizo a JungKook estremecerse y ponerse un poco ansioso, sentía el estómago revuelto y miedo.

—No te preocupes por eso, no pasará nada—aseguró al notar el rostro intranquilo de JungKook, el cual acarició con su mano con suavidad—. Comamos algo delicioso y deja de angustiarte, no te hará bien ni al bebé.

—Tienes razón, comamos algo de pasta—se animó, aunque no podía dejar la preocupación a un lado, confiaba en que TaeHyung lo protegería.

Se adentraron al local sin saber que no habían podido escapar de aquel auto, el cual estaba estacionado muy cerca, desde donde aquella persona veía como ambos sonreían gracias al ventanal que ofrecía el lugar. Torció el gesto y apretó el volante, estaba listo para todo eso, pero no sabía exactamente cuándo confrontarlo.

Pero lejos de ese mar de pesimismo, JungKook degustaba con mucha felicidad la comida, todo estaba muy delicioso y a su bebé parecía gustarle, ya que todo malestar parecía haber desaparecido, incluso los que había dejado su miedo de lado.

—Esto es en verdad muy bueno—mencionó cuando llegaron a la parte del postre, donde el chocolate y caramelo habían sido los protagonistas—. Creo que alguien será amante de los dulces, sino es que termina odiándolos.

—Al menos no son antojos aún extravagantes—se burló un poco, haciendo que JungKook hiciera un mohín un tanto gracioso—. Pero de todos modos, estaré listo para cuando eso pase, lo prometo.

—Dilo cuando te toque despertar a las tres de la mañana por algo—soltó una risilla, para después terminarse aquel postre que estaba frente a él—. Hace mucho que no comía nada tan delicioso, creo que no había comido en un restaurante así en años.

Allí estaba de nuevo esa incertidumbre de qué era lo que había pasado JungKook esos años en los que estuvo sin dinero, en la ruina. Carraspeó un poco, llamando la atención del contrario quien miraba hacia las decoraciones de la mesa.

—Entonces... ¿llevabas años sin comer en un lugar así?

—Sí, cuando pasó lo de mi padre y quedé sin dinero, a veces solo comía ramen o cosas baratas—alzó los hombros quitándole importancia, para luego mirar con calidez al de cabellos rubios—. Y ahora, en verdad que a pesar de todo, sentí que estoy en un golpe de suerte... quiero decir, gracias a que vivo contigo puedo casi liquidar todas mis deudas.

—Sobre eso, ¿cuáles deudas son realmente tuyas?

—La de mi educación, a pesar de que gané una beca... el poder pagarme algo como lo que estudié me costó mucho, por no hablar de que debía vivir en un lugar y pagar las cosas de mi padre sino...—se quedó callado, haciendo que el mayor le mirara aún más curioso, a lo que JungKook solo inspiró profundo aire y lo miró un poco avergonzado—. Iban a ir por mí, a venderme o usarme, no lo sé bien, pero quería escapar de eso, aún tengo miedo de que algo así me pase si no pago a tiempo. Por eso tenía hasta tres trabajos mientras estudiaba y bueno, prestamos del banco, fue difícil por mi padre...

—No me puedo ni imaginar por todo lo que has pasado, creo que entre más me hablas de eso, más me doy cuenta de que te he juzgado muy mal—acarició la mano del contrario por encima de la mesa—. Y ahora, ¿falta mucho por pagar? Quiero decir, no quiero que pienses algo malo de mí, pero... si te falta algo y puedo ayudarte con eso...

—No, no falta mucho y voy al corriente, mi jefe da un sueldo que es más que un sueño para mí—bajó la mirada, de pronto mostrando una tristeza que el mayor no supo por qué había sacado de pronto—. Lo único que me tiene preocupado es la idea de que mi padre vuelva, debo decir que le tengo mucho miedo. Incluso a pesar de los años, le temo al solo pensar en que puede acercarse o si sabe de mi bebé...

—Ya te dije, no pasará nada, no mientras esté yo—miró a su alrededor, para luego acercarse lo más que la pequeña mesa les dejaba—. Te ayudaré con la deuda, no quiero una negación como respuesta, eso hará que estés menos estresado y francamente, quiero hacerlo.

—TaeHyung, en verdad muchas gracias—sus ojos se cristalizaron, sintiéndose dichoso por aquello, nunca esperó que ese chico rubio lo perdonara y que encima de eso, le tratara de manera tan dulce—. No tienes idea de lo mucho que me ayudaría eso.

—No puedo cambiar el pasado, quisiera saber incluso lo que ha pasado y por qué nos alejamos así—admitió con incertidumbre, la cual se volvió preocupación al ver el rostro de JungKook palidecer por esas palabras—. Pero seré paciente y la escucharé cuando te sientas listo, ¿bien?

—Gracias... no me cansaré de dártelas nunca.

El mayor solo sonrió al ver la felicidad de JungKook, para después pedir la cuenta y poner una generosa propina, se levantó para encaminar al embarazado chico hasta el auto, dándose cuenta de lo muy natural que aquello era, tanto como masajear sus pies hinchados en la noche. Incluso por una fracción de segundo, se imaginó a sí mismo en un par de años abriendo la puerta a JungKook y su hijo, mientras paseaban tranquilos como una familia.

Como esa familia que ambos querían.

Encendió el auto, para volver a manejar hasta las oficinas donde trabajaban, cerciorándose primero de que no fueran seguidos como desde la mañana. Aprovechó el semáforo rojo para mirar a su teléfono a ver si ya sabía quién era quien los seguía, pero para su desgracia, aun no había ninguna notificación de mensajes al respecto. Giró la vista a JungKook, quien estaba mirando la carretera más tranquilo, sonrió ante eso pues sabía que significaba que el menor estaba más tranquilo al respecto.

—Creo que llegando a la oficina revisaré la reunión con los Lim, antes de que llegue la fecha y que no se encime con alguna otra—escuchó a JungKook, quien había encendido su IPad mirando la agenda de TaeHyung—. También debería hacer la fecha de la cita con el médico, aunque podría ir solo...

—No, quiero estar en todas y casa una de las citas médicas, quiero saber absolutamente todo, si algo está bien o mal—el castaño asintió, embelesado por esa faceta de padre que el rubio tenía, sonriendo como un adolescente enamorado, un rostro que devolvió a TaeHyung al pasado—. Quiero estar desde el primer momento, quiero ser el padre que no tuve y te juro que serán mi prioridad... son mi prioridad más grande.

JungKook sonrió, sabiendo lo mucho que aquello debió significar para TaeHyung, la paternidad y su pasado. Recordaba las pláticas que habían tenido, donde el mayor le había dejado claro que lo último que quisiera cuando llegara su descendencia sería dejarlos en el olvido como sus padres lo habían hecho con él. Sabía que era sincero, que las cosas que haría como padre serían muy buenas y que sí, sería el mejor padre para su bebé.

Pero a la vez de que esos recuerdos llegaban, muchos otros llenos de amargura donde aquella amenaza se reproducía en su mente una y otra vez, también aquella voz en la cabeza que le decía que debería ser sincero con TaeHyung al respecto y contarle la verdad de por qué había terminado con su relación de ensueño en aquellos días de verano cuando eran más jóvenes.

—Y entonces podríamos cambiar a un mejor médico si te sientes más cómodo...—escuchó a lo lejos al voz de TaeHyung, sacándolo de sus pensamientos—. JungKook, ¿escuchaste todo?

—Lo siento, estaba pensando en unas cosas...—se excusó con vergüenza, a lo que el mayor le miró con curiosidad, entonces se dio cuenta de que estaban a dos semáforos de llegar a las oficinas—. Pero, decías algo de cambiar de médico, ¿por qué?

—Solo quisiera que fuéramos a una especie de médico privado, para que sea más personal tu trato—el menor abrió los ojos sorprendido, pues no estaba en sus planes nada más que la salud pública y todo lo que el gobierno pudiera ofrecerle—. Quiero que esta experiencia sea de lo mejor para ti y para el bebé... para todos.

—Creo que podríamos cambiar de médico a pesar de que tengo seis meses, aunque el de la clínica pública es muy amable—observó con calma, mientras seguían avanzando y sacaba de su bolsillo la pequeña libreta donde anotaba sus sentimientos y comidas—. Creo que sería volver a empezar con este diario, quizá podríamos hablar con el nuevo médico para que lo respete...

—Busquemos un buen hospital de maternidad e infantil, el precio espero que ni se te ocurra dudar cuando lo veas—mencionó sabiendo que el menor siempre procuraba ahorrar lo más que podía y eso no era porque fuera tacaño o algo de eso, sino por sus circunstancias—. Recuerda que no estás solo y que quiero hacerlo, ¿de acuerdo?

—Intentaré no pensar en ello, pero estás haciendo mucho, encima quieres ayudarme con mis deudas y yo...—soltó un suspiro, negando con la cabeza algo decaído—. No puedo ni decirte tantas cosas que quiero contarte del pasado, no merezco esto pero no puedo evitar pensar en cuánto te quiero y lo que significas para mí.

—Lo sé cariño, y por más que lo negué en un inicio, también significas... —Miró su vientre, mientras apagaba el motor y sonreía—. Significan todo para mí.

Bajaron de aquel automóvil, cada uno con una sonrisa impresa en el rostro, JungKook levantó la vista, entonces todo rastro de tranquilidad y felicidad se borró de su cara, no podía creer que eso estuviera pasando. Cerró y abrió los ojos pensando que así podría desaparecer esa imagen, pero se dio cuenta de que era verdadero, él en verdad estaba allí.

—Hola, JungKook—escuchó aquella voz que le causaba bastantes pesadillas de noche, la voz que le arrancó todo—. Ha pasado un largo tiempo.

— ¿Papá...?

TaeHyung al escuchar aquello se tensó, corriendo lo más que pudo hasta quedar al lado del castaño, quien estaba temblando inmóvil, enfrentando al responsable de todos sus pesares económicos y emocionales.

— ¿Qué haces... qué haces aquí?

—Vine a ver a mi pequeño, supe que mis cuentas fueron casi liquidadas y me preguntaba cómo es que pudiste hacerlo tan rápido—miró hacia el rubio abriendo los ojos al verlo con aquel traje de diseñador y su rostro sin expresión, al lado de su pequeño hijo—. Y al parecer ese bastardo muerto de hambre no era un perdedor después de todo, aunque tu con ese vientre asqueroso...

El menor tembló más, haciendo su cuerpo hacia el rubio quien al notar aquello, lo sostuvo de la cintura y miró con severidad al hombre. Nadie ofendía al lindo embarazado que era el castañito.

—Usted es quien nos ha seguido—más que una pregunta, aquello había sido una afirmación que el hombre no negó en lo absoluto—. Le pido que se marche de aquí, no tiene la autorización y llamaré a mi seguridad para que lo saquen.

—Hace años no te atreverías ni a alzarme la voz.

—Ya no soy ese adolescente y su hijo tampoco, déjenos en paz.

—Mi querido hijo, si tan solo hubieras hecho caso y te hubieras ido con esos hombres, no estarías de empleado de este bastardo y menos esperando un mocoso—mencionó con suavidad a lo que el menor abría y cerraban la boca buscando su voz para responderle—. Aunque, ¿recuerdas de lo que hablamos poco antes de acabar tu relación? Eso mismo sigue en pie.

El hombre miró a su hijo desafiante, a lo que el castaño abrió los ojos con terror al ver como este sacaba un arma de la espalda y señalaba a TaeHyung con esta. El rubio al verse amenazado, empujó un poco a JungKook para que este no saliera herido, entonces el hombre solo sonrió con sorna, para disparar de inmediato, pero para sorpresa del rubio, aquella bala nunca llegó a él. Miró al frente y notó como aquel hombre había tirado el arma incrédulo y su bello castaño estaba en el suelo.

¡Le había disparado a JungKook!

Al escuchar el arma, la seguridad del lugar llegó apresando al hombre y entonces marcaron a emergencias, mientras TaeHyung trataba de no volverse loco con aquello que estaba pasando e inexpertamente, intentaba detener el sangrado. La ambulancia llegó casi al instante, llevándose al castaño junto al rubio, quien miraba a su gran amor batallando por seguir con vida mientras se encaminaban al hospital.

Cuando llegaron, TaeHyung corría junto a los paramédicos con JungKook en aquella camilla, mientras el castaño lo miraba casi desfalleciendo y llevando su mano al vientre.

—TaeHyung...—escuchó la voz de JungKook llamándole, miró aquel rostro pálido tratando de ocultar su preocupación para no alarmarlo—. Siempre te he amado, siempre te amaré.

—Tranquilo, todo estará bien...—trató de tranquilizarlo, pero no podía ni con sus propios sentimientos—. Solo... sé valiente.

Antes de que pudiera responder, fue ingresado a quirófano y no permitieron seguir más a TaeHyung, este se sentía horrible, estaba furioso por no haber podido hacer nada contra el padre de JungKook y ponerlo en esta situación. Entonces mandó mensajes a sus conocidos, necesitaba toda la ayuda posible.

Cuando estaba por enviar el último mensaje, vio a uno de los auxiliares salir de aquella sala, para mirarlo con toda la seriedad posible. Aquello no era ni por mucho una buena señal.

— ¿Es usted el familiar de Jeon JungKook? —asintió sin pensarlo, esperando que le dieran alguna noticia a pesar de que no llevaba mucho en ese hospital—. Lamento decir esto pero es su momento de decidir.

El rubio frunció el entrecejo sin entender a qué se refería, a lo que el contrario pareció entender y le miró con algo de tristeza en su mirada.

—Debe elegir a quien salvar, si a su hijo o a JungKook.

Aquello debía ser una horrible pesadilla.

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