La noticia de que USA y México empezaron a salir no pasó desapercibida por nadie. Algunos se lo esperaban, y para unos fue una molestia, sobretodo para UK y algunos hermanos de México pues sabían de antemano que algo saldría mal. Sólo unos pocos se sorprendieron, pero el más sorprendido fue el canadiense, que fue uno de los primeros en enterarse al entrar a la casa de USA y verlos en una posición comprometedora.
Can- Entonces ¿Están saliendo?
Mex- Desde hace un par de semanas.
USA- Por favor, no le digas a papá.
Mex- Queremos esperar un poco para decirle a los demás, sobretodo a tu papá.
Can- L...lo entiendo pero...
USA- Guarda el secreto...Por mi.
Can- Asintió confundido viendo la cercanía de ambos mientras se daban pequeñas caricias en forma de apoyo. - S...si, so...sólo que...- Sonrió con dulzura, como siempre lo había hecho cada que su hermano lo necesitaba. - Me alegro tanto por ustedes.
Algo dentro de él dolió al verlos. Recordaba como el mexicano estuvo un par de días visitandolo, llendo a comer y pasar el día juntos platicando infinidad de cosas, hasta que un día dejó de aparecer sin ninguna explicación. Sintió un vacío muy grande, sin entender el pequeño dolor en el pecho que tuvo. Logro entenderlo ahora que veía a su hermano y a México juntos.
Se había enamorado de México.
Se dio cuenta muy tarde, y tal vez hubiera seguido así de ciego de no ser por los celos que sintió cuando vio a USA besando los blancos labios del mexicano, golpeandose internamente por pensar en estar en su lugar.
Pero aún así no dijo nada. Sólo sonrió sintiéndose feliz por su hermano y amigo. Apoyándolos en todo momento, desde la mudanza del mexicano, hasta en las peleas que tenían.
Pudo haberse aprovechado y comenzar a separarlos, después de todo ambos iban a pedirle consejos o se desahogaban con él, pero no podía. No después de ver esa sonrisa en los labios del tricolor. Y la felicidad que lograba verse en los ojos de USA.
El sería feliz si ellos lo eran.
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La primera vez que Rusia y USA estuvieron en una misma habitación sin pelear fue gracias a México. Este había invitado al ruso a la casa por petición de Ucrania, al parecer el eslavo tenía un grave problema para relacionarse con los demás y toda la familia de este estaba preocupada, incluyendo a la familia alemana que ahora estaba completa y siendo parte de la familia rusa.
Accedió pensando que sería buena idea que conviviera con su novio, que es el país que el ruso menos toleraba. Eso sonaba bien en su cabeza, pues si lograba que ellos se volvieran amigos, sería fácil que Rusia entablara una conversación con alguien más.
Se dio cuenta de lo difícil que era hasta que la sala de la casa estuvo envuelta en un silencio incómodo que no podía romper. La mirada molesta del menor era dirigida hacia el estadounidense y este sólo lo ignoraba con burla.
Lo bueno es que Canadá estaba ahí y podía tratar de apaciguar el ambiente. Aunque era difícil con un novio pendejo.
USA- Y bien, Rusia ¿Cómo está el imbécil de tu pa...?
Mex- ¡¿Quién quiere un bocadillo?! ¡Yo si quiero! ¡Maple acompañame a la cocina por ellos!
No le dio tiempo al canadiense para contestar cuando lo tomo del brazo para llevarlo a la cocina.
Can- ¿No es peligroso dejarlos solos?
Mex- Si están solos tal vez puedan hablar en confianza.
Can- No estoy muy seguro de que el plan funcione.
Mex- Tu tranquilo y yo nervioso. Tu estas aquí por si algo malo pasa.
Can- ¿Cómo?
Mex- Mi plan B es que tu detengas al ruso y yo a mi estrellita.
Can- Oh, ya.
Mex- Si eso también falla nos los chingamos hasta que empiecen a llevarse bien.
Can- Soltó una risa baja, cerrando los ojos por reprimir sus carcajadas.
Mex- Ay eres tan tierno maplesito. Por eso eres mi cuñado favorito.
Can- Gracias.
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Rus- ¿Podríamos fingir que nos llevamos bien?
USA- Por primera vez escuchó que dices algo inteligente.
Rus- No quiero recibir un sermón de Kazajistán, pero mi paciencia es casi nula contigo así que hazme el maldito favor de controlar tu idiotez.
USA- Mira imbécil, tu ya estarías en el suelo si yo quisiera, pero México me regañaría, aunque no me importaría hacerlo si sigues con esa actitud.
Ambos se quedaron en silencio, lanzándose miradas amenazadoras.
USA- Escuche que tu padre se casó con Reich.
Rus- Si, hace un par de años.
USA- Me sorprende que tu padre tenga pareja y tu no.
Rus- No me interesan esas cosas.
USA- Que lástima, eres alguien bastante atractivo como para no hacer tenido pareja.
Rus- Nunca dije que no había tenido pareja.
USA- ¿Enserio alguien pudo con tu duro y frío corazón?
Rus- Un comentario igual y te lanzare por la maldita ventana.
USA- Sólo es curiosidad, pues no recuerdo haberte visto con alguien más que tus hermanos, y con Alemania y RDA, pero ellos son prácticamente... tus... herma... nos...
No podía creer lo que veía. Rusia estaba completamente rojo pero con la mirada más triste que pudo hacer visto. Le recordaba al niño que hace años encontró en la mitad de un pasillo llorando por su muñeco.
USA- Lo...lo siento, no tenía idea.
Rus- Nadie tiene idea de eso.
Hubo un silencio incómodo, donde el ruso consideró el levantarse e irse. Ya después se disculparia con México por no despedirse y marcharse como si nada, pero enserio ya no soportaba al imbécil que tenía enfrente.
USA- Entonces...¿Hace cuanto saliste con Alemania?
Rus- ¡No salía con Alemania! - Se levantó de su lugar dispuesto a irse. Pero justo su celular sono recibiendo varios mensajes, tuvo que parar para revisarlos, viendo que eran sus hermanos advirtiendole que nadie lo dejaría entrar si llegaba temprano a la casa. Suspiro dando media vuelta, dejándose caer en su lugar. - Salía con Ali.
USA- Oh, nunca imagine que fuera con el. - El ruso lo miro confundido, dándole a entender que respondiera el por qué de su idea. - Son muy diferentes, tu eres muy serio y gruñón a comparación de RDA. El parece ser alguien muy alegre.
Rus- No lo es. - Se acomodo mejor en el sofá, dejando un poco la tensión de hace rato. - Tu lo ves con esa carita llena de felicidad, pero es un mini Reich, pero menos psicópata.
USA- ¿Acaso tienes los mismos gustos que tú papá?
Rus- Ugh, no digas eso, mis hermanos han hecho esa broma desde que Ali apareció, hasta me han dicho que debería de regresar con él. - Su mirada seguía en el suelo, aún se sentía incómodo estar hablando el americano, pero ya era un avance el no estar peleando.
USA- ¿Tu quieres hacerlo? - Vaya que estaba interesado en en tema, siempre hubo escenas de aquella familia que veía a los lejos, pero nunca supo el contexto de lo que pasaba.
Rus- Él ya tiene pareja. - Era raro, estaba contándole algo muy privado, algo que nunca le contó a su familia, pero no sé sentía incómodo al hacerlo. Era bastante liberador.
USA- Eso no fue lo que pregunte. - Lo tomo del brazo para llamar su atención al ver su rostro lleno de tristeza. Nunca había visto a Rusia con esa expresión, como un niño perdido que no sabia que hacer.
El ruso lo volteo a ver, veía aquella mueca en los labios del mayor que le demostraban preocupación junto con aquellas cejas arqueadas que apenas y se lograban ver por los lentes.
Rus- Lo se, pero yo no quiero arruinarle su felicidad. Se ve tan diferente, sonríe más y sus ojos ya no están cansados. Sería muy egoísta de mi parte querer arrebatarle eso por un deseo caprichoso.
USA- No es un capricho, solo es amor niño. - Le revolvió el cabello por debajo de su ushanka, desacomodandola hasta el punto de casi tirarla. - Pero puede que lo que haces sea muy amable de tu parte al dejarlo ser feliz, eso no quita el dolor que sientes ¿O me equivocó?
El ruso se acomodo su ushanka, volviendo a desviar la mirada. Negó lentamente sintiendo su pecho oprimirse. El dolor nunca desapareció, solo aumento desde que lo volvió a ver.
Rus- Pero...- Lo miro de reojo, chocando su mirada con el reflejo de los lentes. - Me siento mejor después de decírtelo.
USA- Puedes venir cuando quieras a desahogarte. - Le sonrió amablemente, después de años de no hacerlo frente a el, por fin le dedicaba una sonrisa amplia y genuina.
Rusia asintió sonriendo levemente. No podía hacerlo por completo después de sentir como su corazón se aceleraba con aquella expresión.
Mex- Ya volvimos. - Regreso con una bandeja de frituras, dejándola en la pequeña mesa de centro. - Por favor díganme que no se han peleado.
USA- Nop, solo recordabamos aquella vez que fuimos a su casa a dejarles comida y dulces ¿Te acuerdas?
Mex- ¡Claro que me acuerdo! Si el pequeño Rusia se acercó corriendo a abrazarte mientras gritaba "¡Señor USA, señor USA!" Todo tierno el chamaquito.
Rus- ¿Tu también lo recuerdas? - Preguntó avergonzado, esa era una parte de su infancia que no quería recordar.
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Los golpes insistentes en su puerta lo despertaron, tenía puesta su pijama de mameluco, se sentía ridículo al abrir así pues los guantes de patita de foca y el gorro con ojos grandes no eran del todo "maduros". Pero se olvidó de todo eso cuando vio al mexicano majoado en la entrada de su casa, tenía un golpe en su ojo, la nariz le sangraba y sus ojos rojos dejaban ver qué había estado llorando desde hace horas.
Can- ¿Pero qué te paso?
Mex- ¿Puedo pasar? - Preguntó sin ánimos, agradeciendo por lo bajo cuando Canadá se hizo a un lado.
No tardó en atender al mayor, ayudándole a secarse, para después cubrirlo con una manta caliente en lo que limpiaba la sangre seca de rostro.
Can- ¿Quieres contarme que paso con mi hermano? - Pregunto amable, siendo lo más delicado posible al usar su tono de voz.
Mex- Solo...solo peleamos. - Se abrazo así mismo, tratando de cubrirse más entre la manta.
El canadiense se aparto, dejando el algodón de lado y tomando una taza de chocolate que había dejado en la mesa para entregársela. Se sentó junto a él, viéndole tomar de su taza, no sabía cuánto tiempo estuvo afuera en medio de la lluvia, pero se veía con tanto frío.
Mex- No se por que él sigue viviendo en el pasado.
Can- ¿Te volvió a llamar nueva España?
Mex- Asintió con tristeza, volviendo a tomar de su chocolate. - No entiende que yo ya no soy ese chico que lo protegía, no puedo hacer lo mismo de antes, no lo puedo tratar como antes...no después de lo que me hizo. - Ahogo un sollozo esperando que sus lágrimas no volvieran a salir, no quería seguir llorando, por lo menos no en frente de Canadá. - Él... él me volvió a reclamar por eso y yo...yo...
Can- Mex...- Lo abrazo dejando que llorara, volviendo a retirar la taza para que pudiera abrazarlo. Sentía los espasmos que daba por los hipidos, y como trataba de limpiar si lágrimas en vano, pues no paraba de salir.
Mex- Se que no debí de reclamarle, pero ya me tenía arto. - Se acurrucaba cada vez más en el pecho del menor, calmandose de a poco por sentirse reconfortado. - ¿No entiende que lo que me hizo no se puede arreglar? Me mintió para que no me diera cuenta de lo que hacía, me prometió que todo estaría bien, y de un día para otro ya estábamos en guerra por querer llevarse a mis hijos. Yo no...no puedo hacer como si no hubiera pasado. - Oculto su rostro entre el pecho del canadiense, abrazándolo con fuerza sintiendo que le abrazaban de igual forma. - Me dolió tanto.
Can- Lo sé Mex, pero...tal vez deberías de terminar con USA. - Sintió cómo se sobresaltó, separándose levemente de él. - Es la quinta vez que se pelean por lo mismo, la segunda que llegan a los golpes y la primera en que te corre la casa ¿O me equivocó?
Mex- No, pero nosotros...
Can- Nego tomándolo de los hombros para que le prestará atención. - No quiero que terminen lastimandose más, los quiero tanto a ambos y no soportaría verlo destrozándose uno al otro. - Subió sus manos para tomarlo de las mejillas, limpiando su rostro del resto de lágrimas que aún tenía. - O mínimo dense un tiempo, necesitan pensar si esa el vida que quieren.
El mexicano asintió, tomando las manos de Canadá, recargando se en ellas. Tenia razón, tal vez eran felices juntos, pero esto ya había pasado antes, y habían terminado muy mal aquella vez.
Mex- ¿Puedo dormir hoy en tu casa? No quiero regresar con mi papá y mis hermanos, por lo menos no hoy.
Can- Claro que puedes, siempre eres bienvenido aquí. - Le sonrió cerrando los ojos por la alegría de tenerlo en su casa. Pero no pudo ver la sonrisa y el sonrojo que apareció en el rostro del mexicano.
Si solo hubiera confesado sus sentimientos antes, no estaría viendo a México llorar por su hermano.
Mex- Maplesito, ya te había dicho que me encanta tu sonrisa. - Sabía que estaba mal empezar a coquetear con el hermano de su aún pareja, pero el sentimiento de antes seguía presente, aún cuando las cosas estaban bien entre USA, seguía queriendo pasar tiempo con el canadiense.
Can- Si, cuando venías a mi casa y te colabas por la ventana. - Extrañaba esas visitas dónde solo aparecía el mayor con una sonrisa y le contaba anécdotas sobre sus hermanos.
Mex- Es que me gustabas tanto en ese entonces. - Había olvidado como era el rostro sonrojado del canadiense, tan rojo que apenas y se lograban ver las pequeñas pecas esparcidas en sus mejillas y nariz.
Can- ¿Co... cómo?
Mex- Que me gustabas antes de que empezara a salir con tu hermano. - Le dió pequeño beso en la frente, sonriendo satisfecho cuando la hoja de Maple no sé noto para nada en su rostro. - Por cierto, linda pijama.
Canadá no podía estar más avergonzado. Solo pudo quedarse ahí sentado mientras México se levantaba para ir a la cocina y servir chocolate para ambos.
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Rusia caminaba apresurado, estaba lloviendo pero no podía ignorar los mensajes de voz del estadounidense. Se escuchaba tan quebrado que solo pensó en ir de inmediato a su casa sin importar los reclamos de su padre y sus hermanos.
Cuando llegó lo primero que vio fue la puerta abierta de par en par, algo muy extraño tratándose de USA. Al entrar vio la casa echa un desastre, varias cosas en suelo totalmente rotas, sobretodo los cuadros de fotos de la pareja que vivía ahí.
No tardó en encontrar al mayor, pues este estaba en la sala abrazando sus piernas mientras soltaba pequeños sollozos ahogados por sus rodillas.
Se sentó junto a él, teniendo cuidado con los vidrios rotos. Tomó al estadounidense con delicadeza, acercándolo a su pecho y envolverlo en sus brazos. No tardó en escuchar como el llanto aumentaba y sentir como se aferraban a su ropa.
Así se quedaron por varios minutos, dándole caricias en la espalda y en su cabello esperando a que se calmara.
USA- Rus. - Llamo cuando su llanto dejo de impedirle hablar. - Yo sabía que esto pasaría. - Se aparto repentinamente, empujando al menor para que dejara de abrazarlo. Se quitó los lentes para poder secarse bien las lágrimas y lograr ver mejor.
Rus- ¿Qué te paso en la cara? - No había visto su rostro, desde que llegó, el americano lo mantuvo oculto ya sea entre sus rodillas o en pecho. Se sorprendió cuando le vio el labio partido, la mejilla hinchada y un pequeño corte, como un rasguño, en sus estrellas.
USA- Nada importante. -Trato de ocultar su mejilla con la mano, esperando que el menor lo ignorara.
Rus- Tenemos que limpiarte las heridas, aún parece salirte sangre del labio. - Le aparto la mano para poder tocar sus labios, comprobando que aún estaba abierta la herida.
USA- Tranquilo, no tardará en cerrarse. - Odiaba estar así de cerca con Rusia, no podía evitar que su corazón latiera tan fuerte que no podía escuchar sus propios pensamientos. Se supone que debería de sentirse así con México, no con Rusia. Pero lo veía siempre tan amable, y tan nervioso cada que se acercaba. Era demasiado obvio lo que pasaba por la mente del ruso. - Para mañana en la noche ya no tendré nada.
Rus- Aún así me preocupa, te dejo bastante mal está vez. - Le tocó la mejilla, tratando de no lastimarlo de más. Ya tenía un ligero color morado y creía que le dolería con solo el tacto. - Sus peleas cada vez son peor.
USA- Lo se, por eso lo corrí de la casa. - Se sentía mal por haberlo hecho, pero sabía que si se quedaba más tiempo hubieran terminado peleando de peor manera. - Tal vez tenga que terminar con él.
Rus- No quería decirlo, pero tal vez sea lo mejor para ambos. - No quería admitirlo, pero se alegró tanto de escuchar aquellas palabras. Desde hace mucho que comenzó a tener una muy buena amistad con el mayor, eran tan cercanos que se contaban todo lo que les pasaba en la vida. Pero desde que empezaron a hablar se dió cuenta de aquel sentimiento que le carcomía por las noches. Estaba tan enamorado de USA que su hermano Kazajistán y Ali se dieron cuenta de aquello. - Y cualquier cosa en la que necesites ayuda no dudes en pedirla.
USA- Gracias, Rus. - Tomo su mano para darle un pequeño beso en su dorso, notando cómo las mejillas del contrario se ponían rojas tan rápido que no supo ni como esconderse. - Enserio me has apoyado tanto que no se cómo agradecerte.
Rus- Desvió la mirada, pensando aquello que quería pedir pero no sé atrevía a decir. Vamos ¿Cómo podría pedirlo si el americano acababa de decir que terminaría con México? Ni siquiera había terminado oficialmente con él.
USA- Tal vez con un beso. - Esperaba que el contrario lo propusiera, pero vio que era imposible que lo hiciera. A sus ojos Rusia era alguien muy tímido e inocente.
Rus- Tal vez no acepte solo uno.
Tenía que ser un delito ser tan tierno. Su mirada apartada y sus pucheros le daban otro toque a su rostro sonrojado. ¿Cómo podía no besarlo si era tan lindo?
No lo dudo. Tomó al menor por la nuca, atrayendolo hacia el y juntar sus labios desesperado. Se notaba la inexperiencia del ruso, apenas y podía seguirle el ritmo, pero se esforzaba por hacerlo. Sintió como lo tomaban de la cintura, mientras era recostado en el sofá. Las manos de ambos se empezaron a colar entre las ropas que sentían que estorbaban.
Rus- Se separó repentinamente, quedando con ambas manos a cada lado de la cabeza del mayor. Nunca pensó que podría tenerlo así, debajo de él, jadeando, con la respiración agitada, y su rostro sonrojado y lleno de lujuria. Pero aún así...- Esto está mal, Ame, tu todavía...
USA- ¡Oh, vamos! solo cállate y follame de una vez. - Lo tomo del cuello de la camisa para volverlo a besar.
No sintió resistencia por parte del contrario, es más, sus manos volvieron a meterse en su camisa y pantalón, sentía como las manos frías del ruso acariciaban todo lo que podía.
USA- Cómo se nota que me ya me tenías ganas. - Se aferraba al cabello del menor al sentir como lo mordía y dejaba chupetones en su cuello.
Rus- No tienes idea. - Comenzó a quitarle la ropa al mayor dejándolo solo en boxers, para después el quitarse si camisa. - Ni siquiera yo sé desde cuándo.
Las piernas del estadounidense rodearon su cintura, por qué comenzo a moverse comenzando con las embestidas por sobre la ropa. El mayor solo se mordía el labio, tratando de ahogar sus gemidos, mientras que él gruñía por lo bajo, dando de vez en cuando alguna mordida o beso en el cuello y orejas del mayor.
USA- Russs~ solo mételo ya. - Le empujó con fuerza, haciendo que ahora el ruso estuviera recostado. Con rapidez le quitó el cinturón para bajarle el pantalón y boxer de un solo tirón, haciendo lo mismo con su misma ropa interior. No supo a dónde lo arrojó, solo que cayó junto todo el desastre que había en la casa.
Las manos del ruso ahora estaban en sus piernas, acariciandolas, subiendo lentamente hasta su espalda baja, tomándolo con delicadeza de la cintura.
Con cuidado fue metiendo el miembro del menor, teniendo cuidado al no estar preparado. Dolía, pero las caricias que sentía le calmaban de cierta forma. Soltó un suspiro cuando sintió que había entrado por completo, volteando a ver el rostro de Rusia, notando cómo sus ojos brillaban con tan solo verlo, tal vez era lujuria, tal vez era amor, o hasta podrían ser ambas cosas, pero aquellos ojos enorme de Rusia desbordan de ese sentimiento.
Rus- Eres tan hermoso. - Le gustaba pasar las manos por el abdomen del mayor, notando los pequeños espasmos que daba cuando subía hacia su pecho, específicamente en aquellos botones rozados que estaban tan sensibles. Cada que los tocaba salía un leve jadeo dándole una mejor vista del americano.
USA- Si...sigue diciendolo mmm~. - Comenzó a moverse, dando pequeños saltos aferrándose al abdomen del ruso. - Mi ego se eleva.
Rus- Lo sé. - Lo tomo con fuerza de la cintura, ayudándole a controlar el ritmo, comenzando a escuchar los gemidos que ahora salían sin pena alguna. - Es lo que m...me gusta de ti.
Sus miradas chocaron, ambos sonriendo tiernamente para el otro. Ya no tenían que ocultar que se amaban, ya podían decírselo el uno al otro sin pensar que estaba mal. ¿Por qué tuvo que pasar tanto tiempo para poder hacerlo?
El ritmo iba aumentando con cada estocada. La espalda del americano se encorvaba cada que sentía que tocaba tan profundo, se sentía tan bien que apenas y podía respirar.
Rusia no aguantaba más, por lo que volvió a cambiar de posición, quedando él de rodillas mientras que el contrario elevaba sus piernas hasta sus hombros. Los gemidos que emitía el americano eran algo que podía escuchar todos los días, llamándole por su nombre o algún apodo cariñoso. Sus ojos azules y verdes llenos de lágrimas de exitacion y sus labios de los que salía un pequeño hilo de saliva al no poder dejar de llamarle por más.
USA- R...rus ahi~, justo ahí. - Indicó desesperado, moviéndose para que volviera a tocar ese punto. La vista se nublaba y apenas podía decir algo coherente.
Solo hicieron falta un par de embestidas para que ambos se corrieran al mismo tiempo, juntando sus labios cuando terminaron. No sabían que necesitaban tanto esto, que se necesitan el uno al otro.
USA- Te amo. - Dijo jadeante, tomando las mejillas del menor para darle besos por todo su rostro. - Te amo mucho.
Rus- Y yo a ti. - Dijo sonrojándose. La calentura había bajado y estaba procesando todo lo que acababan de hacer. ¿Cómo explicarían esto a los demás? No lo sabía, pero se sentía tan bien junto a USA que eso no importaría mientras pudiera seguir acostándose junto a él así como lo estaban en ese momento. - Te amo mucho.
No tardó para que el ruso se quedará dormido entre los brazos del mayor, recibiendo caricias en su cabello que le arrullaron rápidamente.
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Más tarde, en esa misma noche, USA había encontrado su celular despues de recibir una notificación y que este se encendiera. Lo tomo rápidamente, ya sospechaba quién podría ser.
Tenemos que hablar
Lo sé
Será mejor que vengas mañana por tus cosas
Es lo que planeaba hacer
Fue un error volver
Ambos lo sabíamos
¿Estás con mi hermano?
¿Tu te acabas de coger a Rusia?
Dejo el teléfono a un lado, tenía sueño y no queria discutir con México por mensajes.
Habían estado mintiendoles a Rusia y Canadá desde hace meses. Las peleas nunca fueron por sus hijo o por querer que fueran como antes, tal vez lo mencionaron algunas veces, pero no era el problema principal.
Se conocían tan bien que era les era imposible no darse cuenta que ambos amaban a otra persona. Primero había sido el mexicano, que reclamaba el tiempo que USA pasaba con el ruso, los mensajes tan cariñosos que se mandaban o la cercanía que tenían al hablar.
En cambio USA se había dado cuenta desde antes que México y Canadá habían tenido un coqueteo antes de que ellos volvieran. Le dolía ver a su hermano cada que estaba en su casa, se veía traicionado. Pero aún así no los quería dejar solo, el mexicano siempre terminaba comentando algo lindo sobre el canadiense, haciéndole sonrojarse. Y cuando se peleaban, México iba a visitar usando eso como excusa.
Solo vivían una mentira.
4146 palabras, mucho texto
Se me olvidó como escribir escenas +18, pero sigo con la costumbre de escribirlas en la sala de mi casa. Me dió risa por qué mi mamá está doblando su ropa a un lado de mi.
Dije que lo publicaría en una hora y termine tardando como medio día.
La escena de Rusia y USA me hizo tardar más de lo pensé