El amor es Gris [Libro #1 Com...

Hussaycasstillo द्वारा

241K 23.4K 7.2K

Vanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los oj... अधिक

Advertencia
Capitulo 1: El chico de ojos Grises
Capitulo 2: Cabellos plateados
Capitulo 3: Shace, el chico que todas quieren
Capitulo 4: El Club de lo Mangas
Capitulo 5: Adam el miedoso
PERSONAJES
Capitulo 6: Solo esto me sucede a mí
Capitulo 7: Vacaciones de Invierno
Capitulo 8: La fiesta
Capitulo 9: "Maldito Elliot"
Capitulo 10: El pasado
Capitulo 11: Tiempos de Verano
Capitulo 12: ¿izquierda o derecha?
Capitulo 13: "Siempre ella"
Capitulo 14: La promesa que mantuvieron los dos
Capítulo 14.2: La promesa que mantuvimos los dos.
Capitulo 15: Una vida, y Adam solo hace tonterías
Capitulo 16: ¿Te invito a un picnic?
Capitulo 17: Un picnic con tensión
Capitulo 18: "¡No me vayas a manosear!"
Capitulo 20: Si me amabas, ¿por qué te fuiste?
Capitulo 21: Lo que paso, lo que duró y lo que debe soltarse
Capitulo 22: Un beso necesitado
EXTRA
Capitulo 23: Volvió aquella tranquilidad
Capitulo 24: Es algo que no te puedo perdonar
Capitulo 25: Nunca te deje de amar
Capitulo 26: "Alguien de mi pasado ha vuelto"
Capitulo 27: Todo fue por ella
Capitulo 28: "Bola de hipócritas"
Capitulo 29: Crueles intenciones
Capitulo 30: Miradas cruzadas
Capitulo 31: Como bestias en la jungla
Capitulo 32: ¿Eres doctor o algo así?
Capitulo 33: Ahora solo somos uno
Capitulo 34: Una llamada peligrosa
Capitulo 35: El último Halloween
Epílogo.
¡ANUNCIÓ!
Extra "San Valentín"
Extra: Nessa y Shace
Extra: Elliot y Nessa

Capitulo 19: La colina de Manzanas

5.3K 562 335
Hussaycasstillo द्वारा


—¡¿Cómo que dormiste con el?!

—¡No en ese aspecto!

—¡Pero lo hiciste!

—Osea... Si... Pero nadamás —dije, mientras jugueteaba con mis dedos.

—Podría comenzar a llamarte fornicadora, si, eso serviría.

—¡Adam!

—Va, ya, solo me gusta molestar, ya sabes... Hicieron... ¿Ñuqui ñuqui?

_¡Te dije que no! —la risa del castaño se escuchó desde la otra línea del teléfono, y yo solo desee estar ahí para sacarle los ojos.

—Okey, todo bien, pero... Debes saber bien cómo van las cosas —me quedé callada, y lo escuché atenta —Llevan tan solo un mes de conocerse, y está bien que ya hayan hecho cosas juntos, pero también debes darte tiempo de conocerle más ¿Comprendes?

Adam tenía razón, debía de darme tiempo. Tal vez me faltaba mucho por conocer de él.

—Si, entiendo.

—Oh mi querida saltamontes, me alegra que lo entiendas —sonreí y negué con la cabeza —Ahora si me disculpas, debo ir a desayunar, ayer por la tarde la histérica de mi madre casi me coloca un rastreador... Dios, no se cómo es que no tengo uno ya —dijo Adam con cansancio.

Suspiré, y por un momento sentí tristeza por el castaño.

—Esta bien, ve, y desayunas bien —respondí.

—Como digas nena, adiós.

—Adiós — colgué, y me recargue en el mesón.

Tomé las tostadas, junto al tocino y huevo estrellado, que había hecho para Elliot, y lo subí junto al vaso de su jugo favorito (que por cierto, me dijo ayer que era el de mango).

Subí las escaleras, y después di la vuelta por el pasillo que daba hacia la habitación de Elliot. En el pasillo me encontré con Gomita, quién se fue conmigo para despertar al pelinegro.

Gomita se subió a la cama, y comenzó a darle lengüetadas al rostro pálido de su dueño. Elliot de poco en poco se despertó, y después se incorporó, tocando con sutileza el lado donde yo había dormido.

Cuando tocó la almohada que había dejado ahí, Elliot esbozo una sonrisa. Me quedé callada, solo para ver qué más hacía. Pero cuando tocó más la almohada, hizo una mueca y comenzó a detallarla.

—Esta cosa no es Ness...

Susurró, y entonces me acerqué a él.

—No, esa es mi almohada, yo estoy aquí —anuncié divertida.

—¡Ness! —exclamó.

—Si soy —me recargue en la cama, y tomé su mano —¿Tienes hambre? —pregunté.

—Cada que me levantó, si, ¿Por qué? —frunció sus cejas.

—Te he hecho el desayuno.

—¿En serio? —preguntó sorprendido.

—Si, anda, siéntate bien, y toma —Elliot se sentó de mejor manera, y coloqué el plato en la cama, para que el pudiera comer.

—Huele a... ¿Tocino? —dijo él con una ceja alzada.

—Y huevo estrellado, Amanda me ha dicho que es uno de tus desayunos favoritos — respondí, mientras veía su reacción, esperando que le gustase.

Elliot se llevó el bocado a la boca, e hizo un gesto. Por un momento creí que no le gusto, pero después cerró los ojos.

—Joder Ness, esto está delicioso...

Abrí mis ojos sorprendida.

—¡¿Enserio?!

—Si, demasiado.

Elliot siguió comiendo, y yo solo lo admire durante todo ese tiempo. Le tendí su jugo, y se sorprendió del hecho que recordara cuál era su bebida favorita.

Elliot, en verdad que te quiero...

—Oye Ness...

Volteé a ver al pelinegro, y el tenía el rostro cabizbajo, con sus cubiertos en la mano, pero parecía pensar algo.

—¿Que ocurre?

Elliot parecía pensárselo, pero después, alzó un poco su rostro.

—Quiero ir nuevamente a la colina de manzanas...

Me incorpore lentamente, y lo miré con el ceño fruncido.

—¿Por qué quieres ir?

—Por qué — pauso un momento lo que iba a decir, y después paso saliva —Por que quiero estar ahí... Una última vez —susurro eso último.

No entendí a qué se refería, así que me acerqué un poco más a él.

—Pero...

—¿Me llevas hoy? —me interrumpió —Por favor Ness...

No sabía por qué me decía esto, pero por supuesto que aceptaría.

—Si, está bien, iremos más de rato, ¿De acuerdo?

Elliot asintió, y después siguió comiendo.

Me parecía un poco extraño eso, pero al mismo tiempo no.

Pasamos toda la mañana en cama, escuchando un álbum más, y cabe destacar, que ahora me gustaba Arctic Monkeys, eran increíbles.

La canción favorita de Elliot, era sin dudas "Why do you call me when you're high?". Si, era un poco largo el nombre, pero sin dudas era una de las mejores, al menos para mí, y él.

—Te diré que yo soy fan del Mango —dijo con una sonrisa.

Reí, y me acomode un poco más en la cama.

—Yo soy fan de las uvas, puedo comerme cinco kilos, y aún seguiría queriendo más.

Elliot soltó una risa, y después se tapo el rostro con su almohada.

—¿Sabes?... En mi tiempo libre, durante el instituto, solía leer mucho... Siempre llevaba un libro nuevo cada día, me encantaba leer —dijo con una sonrisa en sus labios algo nostálgica.

Me gire hacia él —¿Cuál es tu libro favorito? —pregunté curiosa.

Una sonrisa ladina apareció en su rostro, y solo pude ver cómo cerraba los ojos.

—Tal vez, algún día lo sabrás.

Me quedé viéndolo por más rato, hasta que se incorporó, y dejó caer una de sus manos, en mi rodilla, que estaba cerca de su pierna.

—Vamos Ness, quiero ir a la colina de manzanas.

Me incorpore igual, y lo tomé de la mano.

—Primero, debemos preparar todo.

Me había cambiado de ropa, y solo ayude a Elliot a escogerla.

Obvio no lo iba a cambiar... *Inserta pensamientos impuros*.

Después de eso, comencé a preparar una mochila que él tenía en su armario. Lo raro, es que había una maleta en él, y había poca ropa en los cajones, fruncí el ceño, y por un momento pensé que él se iría, pero... Obvio puede ser un mal entendido.

Seguí preparando la mochila, con dos jugos de mango, (ya que Elliot lo tomaba como si fuera adicto) y los empaque. Luego tomé una pequeña colcha, y ya con eso lo deje en la mesa cerca de la puerta.

Minutos después, ya estábamos en su auto, donde su chófer nos llevo hasta la colina de manzanas.

Habíamos estado platicando todo esté tiempo, pero, sentía algo raro, un poco, pero lo sentía. Sin embargo, borre todos esos pensamientos y me enfoque en él.

Bajamos del auto, y caminamos hasta el gran árbol.

Ahí, tendí la colcha, y comencé a acomodar todo. Elliot se sentó en ella, y cerró los ojos por un momento.

Me senté a su lado, y de reojo lo observé en silencio.

El aire era fresco, y apenas estábamos a mitad de junio.

—¿Quieres bailar conmigo? —susurró Elliot.

Lo miré por unos segundos, pero después tomé su mano.

—¿Que canción quieres bailar? —pregunté en una sonrisa.

Elliot sonrió levemente, y después alzó su rostro.

—Dark Red —musitó.

Tomé su celular, y busque en su Spotify la canción. La coloqué, subí el volumen, y el ritmo comenzó tan lento y nostálgico. Tomé la mano de Elliot, lo levanté del suelo, y solo pude notar como se sonrojaba.

Dile que lo quieres... Dile que lo quieres.

Tragué saliva, pose mis brazos alrededor de su cuello, y me apegue a su pecho. Elliot hizo lo mismo, mientras sostenía mi cintura. La canción hizo que el momento se grabará en mi corazón.

Elliot acarició mi espalda con una de sus manos, y con la otra, subió por todo mi brazo, hasta llegar a mi cuello. Me hizo mirarlo, aún que el tuviera los ojos cerrados, el pegó su frente con la mía. Abrió sus ojos grises, y los vi llorosos.

—No sabes cuánto lamento no poder apreciarte, mocosa —susurró sobre mis labios —No sabes cuánto me duele no poder ver tu rostro desde que te conocí —su voz comenzó a quebrarse.

Por primera vez, sentí como el alma podía romperse por las palabras de alguien.

—Elliot, yo...

—Escúchame bien, Ness —me tomó con más fuerza del cuello, y me apegó más a él. Me quedé anonada, mirándolo fijamente — Tu voz ha sido la canción más hermosa que he podido escuchar. Adoro tu voz, la melodía que posee está misma, la adoró, te adoró Vanessa... ¿Me entiendes?

Lágrimas bajaron por mis mejillas, y comencé a sentir alivio por lo que escuchaba. Por qué después de todo lo que pasé, después de haber negado cada sentimiento en mí, ahora me permitía soltarlos con Elliot.

Pose mis manos en sus mejillas, y me acerqué más a su rostro.

—Y yo quiero que me escuches bien —dije en un hilo de voz —En este mes, casi dos meses... Créeme que te he logrado querer como a nadie más —susurré.

Nos mantuvimos en silencio, y la canción apenas iba a la mitad, pero justo en la estrofa...

Elliot tomó mi cuello, y parte de mi cabello con delicadeza, para pegarme a sus labios, y besarme como si fuera lo que más deseará.

El ritmo de sus labios me hizo estremecer. Sus labios con los míos, su lengua y la mía, su agarre en mi cuerpo. Me sentía frágil ante él, y me sentía protegida con él.

Elliot mordió uno de mis labios, y solté un pequeño suspiró; eso hizo que él pelinegro me besara con más necesidad que antes. Me despegue un momento de él para tomar aire, pero no pasó medio segundo, por qué Elliot me volvió a pegar a sus labios.

Tomé a Elliot de los brazos, y susurré sobre el beso.

—Siéntate...

Elliot obedeció, y se sentó sobre la colcha bajo nosotros. Nos despegamos por un momento. Estaba roja, caliente de las mejillas.

Con cuidado, me senté sobre su regazo, y Elliot pasó sus manos sobre mis piernas desnudas por el vestido, hasta detallar mi cuerpo con sus manos. Lo tomé de los hombros, y volví a besarlo, pero estaba vez sentada sobre él. Elliot apretó mis caderas con fuerza, y si beso fue más salvaje que antes, explorando mi boca con su lengua, mordiendo mis labios, ya rojos.

—¿Puedo...

—Puedes hacer lo que quieras —susurré, interrumpiendo su pregunta.

Elliot esbozo una sonrisa, y bajo sus manos hasta mis nalgas y las apretó, apegando mi cuerpo más al suyo.

Cerré mis ojos, y recargue mi frente sobre la suya, pero Elliot volvió a tomar mi cuello, y bajo sus labios para besarlo. Comencé a sentir un bulto duro entre mis piernas, y eso me causo una punzada en mi vientre.

El pelinegro subió por mi mejilla, y me tomó del rostro, para terminar dándome un beso en mi nariz.

—No sabes cuántas cosas quiero hacerte en esté momento — musitó — ver tu lindo rostro, ver tus ojos, verte a ti, apreciarte...

Mi alma se partía por esto que decía. Sentía como la tristeza llegaba a mi nuevamente.

Una lágrima bajo por la mejilla pálida del chico, y cerró los ojos, entre abriendo sus labios.

—Tengo que... Tengo que decirte algo...

Lo miré confundida, detallando su rostro.

—¿Que sucede?

Elliot paso saliva, y agachó su rostro, recargando su frente en mi pecho.

—Tengo que... —pauso lo que diría, y la angustia comenzó a consumirme —Tengo que irme a Suiza mañana por la mañana...

¿Han escuchado alguna vez cuando se rompe un vidrio?

Bueno... Así se escuchó a mis oídos cuando el dijo aquello.

—¿Qué?

Elliot aún no levantaba su rostro, así que lo obligue a hacerlo. Tal vez el no podía apreciarme, pero yo a él si.

—Dime que es una broma —susurré, y al ver qué él no decía nada, sentí más y más desesperación — ¿Elliot? Es una broma, ¿Cierto? —mi voz se quebró.

Elliot tomó mis caderas, y me bajo de él con delicadeza, para levantarse, y limpiarse las lágrimas con la manga de su sudadera negra.

Me levanté igual, y lo tomé de la mano.

—¿Por qué te vas? Si es así, dime por qué te vas... ¡¿Dime?! —grite ya algo irritada.

Elliot se soltó de mi agarré con brusquedad.

—Me voy por qué tengo una sola razón para hacerlo... Y eso no es asunto tuyo...

Lo miré perpleja, sin poder creerlo.

—¿No es de mi incumbencia? —repetí —Elliot, te quiero, y claro que sí es de...

—¡No, no lo es! ¡Así que comprende! — alzó la voz —¡Me iré a Suiza, te guste o no, no me importa, por qué yo me iré!

Comencé a llorar, pero el coraje me ganó y no pude contenerme.

—¡¿Cómo puedes irte?! ¡¿Cómo así, después de decirme que me querías, y después de ésto?! ¡Dime!.

Elliot apretó su mandíbula, al igual que sus manos.

—¡Te conozco de hace dos meses, ¿Crees que alguien se puede querer en ese tiempo?! ¡Pues no! ¡No lo hago, y no lo haré!

Y así... Por primera vez, mi corazón se rompió, al igual que mi alma, en mil pedazos.

Sentí que perdí las fuerzas, sentí que mis piernas se doblaban, sentí como mi vista se nublo por las lágrimas.

Mis manos temblaron, y al igual que mis labios, donde los apreté para no romper en llantos.

—Pero...

—¡Pero nada! ¡Me iré de aquí, Vanessa, y quién sabe si volveré a saber de ti! —Elliot esbozo una sonrisa falsa — Solo fue un mes de entretenimiento... Tómalo como si no hubiera pasado nada.

Elliot se sentó en la colcha, y con su mano buscó su celular de último modelo, donde dijo: "llama a Bruno" y el celular en automático comenzó a marcar a su chófer.

El contesto al primer tono.

—¿Dígame joven Elliot?

—Ven por mí inmediatamente —ordenó con una voz gélida.

— Enseguida señor.

Colgó, y Elliot soltó un suspiró.

—Te llevaré a casa —musitó.

Apreté mis manos, y lo miré con tristeza, y al mismo tiempo rencor.

—No.

Elliot apretó sus manos, y su mandíbula.

—¡No me lleves la contraria, por qué quieras o no, te irás conmigo!

—¡No quiero que...

—¡No es pregunta! —gritó con fuerza — ¡Te llevaré, y aún que está sea la última vez que sepa de ti, yo te llevaré a casa!

No pude alegar más, solo me callé.

Su chófer llegó a nosotros, y nos miró por un momento. Recogió todo, tomó del brazo a Elliot, y nos llevo a ambos al coche.

En todo el trayecto hubo un aire tenso, y solo sentía tristeza, y cansancio por llorar así. Después de media hora, llegamos a mi casa. Mire por la ventana aquella casa, donde Elliot y yo habíamos estado, y pasado tiempo juntos.

Lo miré por última vez, pero el tenía el rostro volteado, apoyado en su mano.

Por un momento... Quise abrazarlo. Pero me contuve, y trague ese nudo en la garganta.

—Adiós Bruno —me despedí del chófer.

—Adiós señorita Vanessa —respondió él con una sonrisa triste.

Baje del auto, y cerré la puerta. No volteé, solo seguí mi camino, hasta entrar a casa. Cerré la puerta, y ahí...

Me derrumbe.

पढ़ना जारी रखें

आपको ये भी पसंदे आएँगी

18K 1K 86
MY FUCKIN' CLASSMATE Compartir la misma secundaria que Connor Miller... Podía aceptarlo. Compartir la misma clase que Connor Miller... Podía soportar...
No acercarse a Darek Endery Armao द्वारा

किशोर उपन्यास

482K 57.1K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
Finge que me quieres Jaz द्वारा

किशोर उपन्यास

98.6K 5.8K 18
LIBRO TRES DE LA SAGA ÁMAME. Summer ha estado enamorada de Nikolai desde que tiene memoria, ella siempre ha estado consciente de que nunca pasaría a...
El camino hacia ti... Flor Verón द्वारा

किशोर उपन्यास

84.2K 4.3K 53
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...