Hunter [#1]

De Darkhness_

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Primer libro de la bilogía: Venamhill. 2020 año del pandemónium, año en el que el caos se desatara, muchas co... Mais

Antes de empezar
Prólogo
Epígrafe
(1) ✡ Venatores ✡
(2) ✡Iam satis est✡
(3) ✡Canibus✡
(4) ✡Déjá vu✡
(5) ✡¿Mentiras o verdades?✡
(6) ✡Verdades y Mentiras✡
(7) ✡Ángeles✡
(8) ✡¿Ryan? ✡
(9) ✡Pueblo fantasma y una que otras fallas✡
(10) ✡Primer tacto✡
(11) ✡No todos los demonios son malos✡
(12) ✡Gadreel✡
(13) ✡Pelea y desgracia✡
(14) ✡No todos los ángeles son buenos✡
(15) ✡Perdida de memoria✡
(16) ✡Reino de Shorck✡
(17) ✡Lucifer es la clave✡
(19) ✡La verdad✡
(20) ✡Bienvenidos al reino de Venamhill✡
(21) ✡Reyes, brujos mayores, mano derecha y caballería negra✡
(22) ✡Dancing whit the devil✡
(23) ✡El infierno está vacío, todo los demonios están aquí✡
(24) ✡Casería✡
(25) ✡Demonio caído y la historia completa✡
(26) ✡Escoge un solo lado✡
(27) ✡Visitando el Seol✡
(28) ✡Lilith✡
(29) ✡El lado✡
(30) ✡La hora llego✡
(31) ✡In the end✡
Epílogo

(18) ✡Siempre hay una opción✡

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De Darkhness_

Ariadna Hunter.

"Él no quiere que estemos juntos —dice ella angustiada.

Vamos lejos de él, tendrás mi protección en el reino —le dice él animándola.

Pero ¿y mi hermana? —titubea ella nerviosa.

Él no sabe de ella —habla.

Venimos de la misma familia Ryan.

Agh —hace un gesto de desagrado.

Pero en otras noticias —habla ella feliz.

¿Qué? —la mira con el ceño fruncido.

Estoy embarazada —dice casi gritando de la emoción.

¿Qué? —dice el casi en shock.

Sí Ryan, es una niña —le sonríe.

Sí —celebra él, besándola. —Es lo mejor que me ha pasado en la vida".

Me levanto de golpe, viendo a todos lados, siento un frío alrededor de mi cuerpo, una lagrima cae por mi mejilla, mientras recuerdo él sueño, la vi, la volví a ver, volví a soñar con ella. Un sollozo sale de mi boca, siente un vacío en mi pecho, siento un dolor y eso hace que llore más, coloco mi cara en la almohada, y grito, uno tras otro grito.

—Recuerden que deben mantenerse al margen —habla mi padre (Alexander) a Iker y a mí.

—Sí papá —le dice Iker rodando los ojos.

—Iker —lo sentencia mi padre.

—Vale, vale, nos portaremos bien, no creo que nadie quiera desafiar al rey de las tinieblas— habla Iker sonando convincente.

Él asiente y me voltea a ver.

—¿Ariadna? —me habla.

—Estoy de acuerdo con mi hermano, nadie quiere desafiar a Lucifer — digo algo en tono sarcástico.

Él asiente no tan convencido, y me da un beso en la frente y otro a Iker.

—Con cuidado chicos —habla la señora Prey.

—Ari si no regresas me quedo con tu celular— habla Avani, y Yemer le mete un zape en la cabeza.

—Avani, van a volver —la regaña Yemer.

Rodo los ojos divertida.

Al final vamos a ir al infierno, solo Jones, Ryan, Iker y yo, solo brujos, claro, los brujos mayores y sus hijos. Entonces Jones nos teletransporta hacia el infierno. Llegamos con una capa puesta los cuatro, Ryan me agarra de la mano, y me mira, lo volteo a ver y asiento con la cabeza y empezamos a caminar.

El infierno sí que es muy diferente a como suelen decirlo, olor a azufre, no es rojo completamente, no, es como un azul y partes rojas con negras, hay puestos de tiendas hechas de diferentes cosas muy aterradoras, es un lugar donde puedes chocarte con un hueso de humano o un cuerpo entero por cualquier lado, y los gritos no se hacen esperar. Existen nueve círculos, estamos en el noveno.

Llegamos a la puerta de algo que parece ser un castillo, las puertas se abren lentamente solas, pasamos y Ryan nos dirige rectamente. El castillo es negro, hay cuadros colgados, pero son de personas que están muertas, o incluso de formas demoniacas —Y creo que se mueve—, hay candelabros hechos de huesos humanos, creo. Hay una alfombra por todo el camino que estamos siguiendo, quiero pensar que no es de piel de humanos, o de otra cosa.

—Ryan y Jones — saluda alguien muy amigablemente.

No lo puedo ver, Ryan y Jones nos tapan.

—Lucifer — saluda Jones.

Mi hermano y yo nos volteamos a ver entre sí y los dos estamos asustados. Matar demonios es una cosa y mirarlos, pero conocer al mismísimo rey infernal, aquel que se revelo contra el creador, eso... es otro nivel,

—Me alegra su visita —dice, su voz es "cálida" no se escucha áspera o enojada.

—Me da gusto verte de nuevo —le dice Ryan.

—Ah, traen cazadores —habla él.

Puedo sentir y ver como algunos demonios que están ahí se tensan, y nos voltean a ver, puedo sentir el fuego recorrer mis piernas y llegar hasta mi cuello.

—¡Demonios! —Grita él— tranquilos —su voz baja.

Ryan y Jones se hacen a un lado, dejándonos ver contra él. Al verlo me dio escalofríos, digamos que no tiene su mejor aspecto que digamos, esta en demonio y con una tela negra colocada. Puedo ver por el rabillo de mi ojo como Iker se tensa y yo estoy igual.

—Son nuestros hijos —habla Ryan.

Lucifer se queda en silencio unos segundos, nos está analizando de pies a cabeza, su mirada intimidante, un escalofrío recorre mi cuerpo.

—No puede ser —dice asombrado. —Y yo vestido de esta forma —se dice más para él mismo.

Chasquea los dedos y en un dos por tres, tiene forma, aspecto humano y ahora si se mira mejor, e incluso más guapo – por favor es lucifer, aquel que antes era uno de los ángeles más lindos -. Su ropa cambia por un traje blanco, completamente blanco —irónico ¿no? —.

—Un gusto, soy Lucifer Príncipe de las tinieblas —se acerca a nosotros.

—Ah-mmm, Iker Hunter —titubea mi hermano.

—Ariadna Hunter —digo mientras evito verlo tanto a los ojos.

Él frunce el ceño un poco y dirige su vista hacia Jones y Ryan.

—No tienen nuestros apellidos, porque no son nuestros hijos técnicamente —explica Jones.

—Sus padres adoptivos son los hunters —le dice Ryan.

—Vaya, tuvieron que darlos en adopción ¿por qué? —pregunta.

—Desde la muerte de su madre y los problemas que estaban en ese entonces, no éramos capaces de criarlos nosotros —dice Ryan.

—Claro, July y Sabina —dice en un siseo. Se acerca a Iker y lo mira mejor.

—Te pareces a tu madre, me imagino que debes ser tan gentil como ella —cierto.

Iker no dice nada, se limita a verlo nada más. Luego se acerca a mí.

—Oh, tus ojos — ¿heterocromia? —con heterocromia, quien diría que tienes los ojos de tus padres en uno solo, de tu madre negros y de tu padre azul. —Vaya— me imagino que eres igual de terca que tu madre.

Mi hermano pega una risita y lo miro seria.

—Pasen, pasen— dice mientras nos hala a mi hermano y a mí de la ropa solo que sin tocarnos. —¿Tienen hambre? Parecen que si tienen hambre.

Chasquea los dedos y aparece un gran banquete sobre la mesa.

—No se preocupen, no es comida como la de demonios, es real, como la que comen ustedes los humanos —nunca imagine que el señor de las tinieblas fuera así tan, amable.

—Gracias —respondo.

Iker se sirve como si nunca hubiera comido antes, mientras que yo me sirvo poco.

—Así que, cuéntenme, ¿qué los trae por acá? —pregunta.

Ryan me voltea a ver, eso significa que yo tengo que hablar.

—Bueno, señor Lucifer — él me interrumpe.

—Oh, dime Lucifer, solo Lucifer —me da una sonrisa, yo asiento con la cabeza.

—Lucifer —me aclaro la garganta — somos cazadores, por lo que se podrá dar cuenta, y nuestro deber es interponernos en aquellas cosas que afecten a la humanidad más que todo; se nos ha informado que se está creado un pandemónium.

Él se sienta mejor, viéndome, puedo ver como se tensa.

—Y me parece haber escuchado que usted no está de acuerdo con eso— finalizo.

—Estas en todo lo correcto —habla —no estoy de acuerdo con eso, sin embargo, no puedo interponerme —frunzo el ceño.

—Significa, que usted no puede hacer nada para pararlo o atrasarlo —dice Iker.

— Significa que no puedo hacer nada para detenerlo, pero si puedo atrasarlo —dice.

—¿Por qué no está de acuerdo? —pregunto.

—Digamos, que aún no es tiempo, me hubiera gustado esperar más, ya saben entre más rápido es el pandemónium, más rápido se acerca el apocalipsis —trago duro.

Eso es un problema, un gran puto problema.

—Y los demás príncipes tienen su sed de sangre vacío, lo que indica que necesitan matar, y quieren hacerlo cuanto antes —explica— hemos hablado en una mesa redonda sobre eso, pero al parecer soy el único que no quiere hacerlo.

—Entonces, ¿puede ayudarnos? —pregunta Iker.

—Veré que puedo hacer, después de todo, mientras mi padre no me responda, no puedo sacar a mis demonios aún.

—¿Por qué nos ayudaría? —, cuestiono —técnicamente somos cazadores, matamos a sus demonios.

—Igual a tu madre, es como tenerla de vuelta —sonríe —veras, también técnicamente son brujos, y tu padre es uno de los mejores brujos que existen y me ha ayudado en muchas cosas, y siempre ha dicho que lo dejemos en cheque blanco —se aclara la garganta— lo que significa, que llego la hora que cobren ese cheque, en este caso, lo están cobrando ustedes dos —señala a Iker y a mí.

Volteo a ver a mi hermano y tanto como él y yo estamos sonriendo internamente.

—No hay un día exacto para sacar el pandemónium a la luz, pero por lo que se, su ejército no está a más de 1000 demonios —claro, poco. —Tienen una ventaja, un consejo que les podría dar es, adjuntar toda la ayuda que sea posible, sé que ya tienes un plan en mente Ariadna —lo miro frunciendo el ceño— solo te faltaba el consejo —guiña un ojo.

¿Tengo un plan? Sí, ya tengo un plan, bueno lo estoy formando, todavía no tengo todo acomodado. Después de esa pequeña platica era hora de irnos ya, Lucifer dijo que nos iba a conseguir algo de tiempo, y si tenía más información nos iba avisar, y es algo que agradezco, y ahora como él dijo, es conseguir la ayuda posible. Estamos saliendo del castillo, cuando algo hace que pare en seco, mis pies ya no caminan, se han quedado.

—Ariadna Clutterbuck —dice Lucifer llegando a mí— me gusta más ese apellido. Lo miro detenidamente. —Quien diría, que después de todo los mal entendidos, las dagas enterradas en el corazón, te ibas a enamorar del ángel traicionero —mi mirada se apagó más, lo vi algo confundida —Abdiel tiene su toque. Sé que él te ha dicho que vengas acá, es muy noble de su parte darte pistas, pero ten cuidado a que no lo descubran o a él le ira peor — ¿qué? —, prepárate, Ariadna, se viene una guerra muy grande, una guerra esperada por todos los tiempos, después del pandemónium voy yo, y no creas que te seré gentil, o los ayudare, así que les conviene detener el pandemónium antes que salga los demonios a matar a los humanos, o si no, prepárense para que salga yo— me guiña un ojo y se va caminando lentamente lejos de mí.

Ya decía yo por qué tan gentil, es el diablo, el diablo es engañoso.

Tormenta, caos, fuego, sangre, muertes, ángeles, demonios, el infierno, torturas, dolor, magia, y muchas otras cosas horribles pasan por mi cabeza, me levanto de golpe y trato de tranquilizarme, estoy sudando, volteo a ver la venta y recuerdo haberla dejado abierta ahora está cerrada. Tengo un presentimiento que todo lo que acabo de ver ahorita, es lo que pasara si no detengo el pandemónium, miro para una esquina de la habitación y entre el cuarto oscuro puedo definir una sombra, elevo mi brazo izquierdo y lo apunto hacia una lámpara esta se prende automáticamente.

Dallas está parado sobre acostado en la pared de la esquina, me tranquilizo un poco al verlo ahí, tiene la cabeza agachada, tiene el cabello mojado, solo trae puesto un pantalón desgastado, y unas botas de combate, tiene el torso al descubierto. Él eleva la vista y camina un poco hacia a mí, tiene un moretón en la mejilla, el labio roto, y una herida en la frente, está sangrando; en el torso lleva una herida, está manchado de sangre.

—Ariadna —menciona mi nombre en un susurro.

Hace una mueca de dolor mientras camina hacia mí, me paro encima de la cama y me acerco a él; él cae sentado en la cama mientras me mira con dolor.

—Dallas – menciono su nombre con miedo— ¿Qué... qué te ha pasado? —pregunto balbuceando.

—Fue él, él ya sabe —habla con la voz agitada —el creador ya sabe que estoy del lado del caído —dice haciendo un gesto de dolor.

—¿Él te mando hacer esto? —pregunto.

—Sí, los ángeles guerreros—responde.

Llevo una mano hacia donde tiene la herida en el pecho y la presiono para que no salga más sangre. La luz de la lámpara no me es suficiente para poder verlo e inspeccionarlo, necesito una luz más grande, así que digo lo siguiente.

Lumina —digo haciendo que todas las luces de la habitación se enciendan.

—Ya sabes más palabras —dice Dallas esbozando una sonrisa.

—Acatriel me ha enseñado un par —cuento.

—Agh, el demonio estúpido —dice haciendo una mueca de desagrado.

Presiono su herida haciendo que le duela, él suelta un gruñido maldiciendo por lo bajo.

—No es un estúpido —digo.

Él roda los ojos.

—¿Cómo te encontraron? — cambio de tema.

—Venia caminando por el bosque, iba en dirección para arreglar unos asuntos, cuando ellos se acercaron a mí —explica —son ángeles guerreros, tienen muchos poderes que yo.

—¿Pero no estas protegido por un brujo? — cuestiono.

—Sí, pero ellos son ángeles guerreros, y el brujo no están poderos y yo tampoco— responde.

—¿Qué tipo de ángel eres? —pregunto.

—Soy un ángel cuidador, protejo los jardines de los cielos —responde haciendo una mueca de dolor.

Claro, no está en un rango mayor, —idiota, mentiroso—. La herida no deja de sangrar, y no sé qué hacer, no tengo ni la menor idea de cómo se cura a un ángel, necesito ayuda, pero sé que nadie de este castillo me la querrá dar para Dallas. Siento un leve ardor en mi brazo izquierdo, con el cual estoy tapando la herida, veo una luz azul salir de ahí, y dalas gruñe.

—¿Qué haces? —pregunta a bruces.

—No lo sé —contesto, asustada, no puedo alejar mi mano, algo me lo impide.

Siento como mis ojos se tornan azul completamente, y el poder que tengo sale, el dolor que siento ha aumentado, hago un grito, y Dallas se preocupa.

—Ariadna basta —dice mientras me mira.

—No... no puedo —balbuce.

Hago otro grito y lo miro, sus ojos están azules ahora, y una luz blanca nos rodea, mi poder sale más fuerte esta vez, y de repente, la luz blanca desaparece, los ojos de Dallas vuelven a la realidad, y al fin puedo retirar mi mano. Dallas me mira arqueando una ceja, me siento cansada y me arden los brazos, gruño ante el dolor, veo la herida de Dallas y ya no está sangrando, ya ni siquiera tiene la herida.

—Me... has curado —dice sorprendido.

—¿Eso es posible? —pregunto extrañada.

—Al parecer si —dice viéndome.

Me dejo caer sobre su hombro y cierro los ojos, el ardor está disminuyendo, sin embargo, me siento terrible, ni siquiera puedo mover los brazos que me duelen, Dallas lleva su mano a mi mentón y lo eleva haciendo que lo vea.

—¿Estás bien? —pregunta.

—Sí, estoy bien —contesto en un susurro.

Nos quedamos en silencio unos minutos mientras nos miramos y decido hablar.

—¿Por qué me ayudaste diciendo que fuera con lucifer? —le pregunto.

—Es lo menos que puedo hacer —habla.

—¿Por qué me ayudas? Si después de todo, estas del lado de él —hablo seria.

—Ariadna, quiero que entiendas que no tengo opción, ya me he metido a esto y no puedo salir —habla áspero.

—Siempre hay una maldita opción Dallas —digo alejándome de él un poco— solo que ya estas lleno de sed de venganza, y no quieres cambiar tus ideales.

—Claro que no —dice enojado—no sabes nada del mundo de las sombras Ariadna, no tienes ni puta idea de lo jodido que se siente estar rodeado de eso.

—Eh vivido rodeada toda mi vida de eso, y se lo que se siente— le digo de igual modo enojada —el pandemónium comenzara cuando me maten a mí y a los otros —digo.

—No, no —iba a seguir hablando, pero lo interrumpo.

—Entonces Dallas, si no tienes ni una maldita opción – me alejo de él un poco más – porque no le ahorras el favor a Arakiel y me matas —digo molesta.

Me quito la pulsera donde esta flecha sin que él se dé cuenta.

—No, no —niega con la cabeza acercándose más a mí— no pienso matarte, y tampoco pienso dejar que te maten.

—¿Por qué? Si no hay otra opción, dices —preparo la flecha— ¿encontraste sentimientos hacia mí Dallas? —pregunto irónica.

—Ariadna... —no termina la palabra, se queda callado.

—Eres un ángel, oh bueno, lo que queda de eso, yo solo soy una cazadora que se está interponiendo en tus asuntos —elevo la flecha colocándola en mi cuello.

—Ariadna no — sentencia.

Me levanto de la cama y retrocedo.

—Entonces que mejor placer que acabar con esto de una vez ¿no?

Es lo último que digo y pego la flecha a mi cuello, estoy a punto de ensartarla cuando Dallas llega en menos de un segundo enfrente de mí y me toma de la mano alejando la flecha. Me agarra bruscamente de las muñecas y me pega contra la pared, suaviza su mirada cuando lo veo a los ojos.

—Vez —le digo en un susurro —siempre hay una opción Abdiel.

Él me mira sorprendido, ha caído en mi trampa y él sabe que tengo razón, elevo la comisura de mis labios en una pequeña sonrisa.

—Si tengo sentimientos encontrados así ti, Ariadna Hunter —dice antes de pegar sus labios con los míos.

El beso es suave, pero con algo de profundidad, él afloja su agarre y lleva sus manos hacia mi cintura, coloca las mías detrás de cuello, el beso se vuelve un poco feroz con el paso de los segundos. Lleva sus manos a mis muslos, haciendo que enrolle mis piernas en su torso, halo de su cabello y él suelta un gruñido, y yo esbozo una sonrisa, empieza a caminar hacia la cama y nos dejamos caer en esta, sin dejar de besarnos aún. Me acomodo debajo de él y él hace lo mismo, y entonces nos dejamos de besar.

—Tienes razón— habla algo agitado. —Siempre hay una opción, pero una vez dentro no puedes revertirlo.

Rodo los ojos.

—Pero te estoy ayudando con lo poco que puedo decirte —vuelve hablar. —¿Fuiste con lucifer? —pregunta.

—Sí, hace dos días — le respondo.

—¿Qué te dijo? — pregunta.

—Me metió más miedo —contesto, sincera.

Él se ríe.

—Es lucifer ¿qué esperabas? —dice burlón.

Puedo sentir el miembro de Dallas entre mi entrepierna, y con tan solo pensarlo hace que me ruboricé.

—Dallas, también tengo deseos carnales y hormonas —le recuerdo.

—Perfecto —dice con una sonrisa pícara antes de volverme a besar.

Vuelve a besarme de nuevo, pero esta vez es un beso más feroz, me gustaría decir que lleno de sentimientos, pero estaría mintiendo, lo único que ese beso trae, es lujuria, excitación, deseo, deseo de olvidar todo por un momento y disfrutar la noche.

—Si por besarte tuviera que ir después al infierno, lo haría. Así después podré presumir a los demonios de haber estado en el paraíso sin nunca entrar —sita, mientras me mira a los ojos.

Esbozo una sonrisa, y digo.

averte lumina — todas las luces se apagan y quedamos a oscuras, solo con la luz de la luna apuntando hacia mi ventana.

Esa noche me hubiera gustado confirmar mis sentimientos hacia él, pero no paso, sigo sin desconfiar de él, sin embargo, esa noche me atreví, me solté ante él y no pensé en lo que le podría pasar a él, tampoco me intereso pensar en lo que me podía pasar a mí, después de todo, esto tendrá solo un final para alguno de los dos, pero tampoco dejare que él salga dañado, siempre hay una opción, lo sé, y voy ayudarlo no me interesa si está del lado del enemigo, porque al final él tiene razón, yo soy la única que puede detener el pandemónium, yo soy la única que tiene opción y la última palabra.

+

—Ariadna —dice alguien detrás de la puerta.

Me levanto de golpe al reconocer la voz de Acatriel. Volteo a ver a Dallas quien está dormido aun lado mío.

—Mande —contesto.

—Ryan quiere que bajes, tenemos que hablar —dice.

—Bueno, ahora voy —contesto.

Puedo escuchar como empieza a caminar para alejarse de aquí.

—Es un idiota, siempre arruina todo —escucho hablar a Dallas en un bostezo.

Esbozo una sonrisa y me acerco a él.

—Ariadna por favor dime que eres mayor de edad —habla viéndome.

—Aun no —digo alargando la o.

—Joder —dice tapándose la cara. —No le digas al creador, me matara si me meto con una menor de edad —dramatiza.

Yo solo reprimo una risa.

—De igual formas te terminara matando —le recuerdo.

Él me mira mal y luego esboza una sonrisa.

—Bien, creo que ya me tengo que ir —dijo sentándose en la cama.

—Sí, si alguien te ve por acá te terminara de matar— digo en burla.

—Deja de desearme la muerte —dice ofendido.

Alguien entra a mi habitación de un solo, Dallas y yo nos asustamos y volteemos a ver.

—¿Qué hace él acá? —pregunta Avani confundida.

—Ah-mmm, nada —balbuceo, nerviosa.

—¿Por qué tiene el torso desnudo? Y tú... — para de hablar cuando entiende las cosas.

Trágame tierra, estoy segura que estoy roja.

—Oh —dice con una mirada picara.

—Yo ya me iba —dice Dallas parándose por completo.

—Te estas acostando con el traicionero —habla ella en mal forma.

La miro seria y ella me sonríe.

—¿Qué se siente engañar a Ariadna con...? —no termina la frase por que la calló.

Tace —menciono.

Dallas le da una sonrisa burlona y se ríe.

—¿Qué decías? —le hace burla. Y yo lo volteo a ver de mal forma igual.

—Ya vete —le digo parándome.

—Oye Prey, no me tires habladas a mí, que sé que te estas acostando con Nick – dice con una sonrisa retorcida Dallas.

Ahora la que esta sorprendía soy yo, abro mi boca en una O, volteo a ver a Avani quien ahora esta roja, y matando con la mirada a Dallas.

—¿Algo de decir? — se sigue burla él.

Avani solo le enseña el dedo de en medio. Dallas se ríe y se acerca a mí.

—Adiós, bonita —dice dándome un beso en la frente.

No puedo evitar sonrojarme con lo que me ha dicho, ha sido raro, muy raro, sin embargo, se escuchó lindo, y entonces desaparece.

Loqui —le digo Avani para que vuelva hablar.

—Es un idiota —dice enojada —insoportable.

—¿Hace cuánto te acuestas con Nick? — pregunto sorprendida.

—Ah-mmm, hace... un par de semanas — balbucea nerviosa.

—Y tenemos de vuelta en el ranking a Avani Prey, la todos míos —hablo riéndome.

—Cállate Hunter —me da una mala mirada. —Pero por lo menos no es el enemigo— touch.

—Cierra la boca Prey, o te la cierro yo —la amenazo saliendo de la habitación, ella solo ríe.

Bjamos al living y ahí estaba todos ya reunidos.

—Bien, necesitamos planear algo —habla Jones.

—No puede pasar otro día sin hacer nada —le sigue Alexander.

—¿Ideas? —pregunta mi abuelo.

—¿Y si contactamos al caído? —sugiere Yemer.

—¿Con qué fin? —le pregunta su padre— ¿qué le diríamos?

—Platicar, y luego lo raptamos —habla Avani.

—Dudo que podamos hacerlo —dice Iker— si lo llamamos, no ira solo.

—¿Y si vamos hacia él? —pregunta Yemer.

—Sería como buscar nuestra propia muerte —le digo.

—No nos podemos arriesgar —dice mi abuela.

Nos volvemos a quedar en silencio pensando, Acatriel no quita la mira encima de mí y eso me está incomodando.

—Mientras pensamos en algo, ustedes —Ryan me señala a mí, a Iker y a los hermanos Prey— deben empezar a entrenar, y lo harán por separado —informa.

—¿Entrenar? —pregunta Avani.

—Sí —afirma su papá —Iker ira con Agramon, Ariadna con Acatriel, Avani con Nick y Yemer con Kaelyn— dice serio.

Me empiezo a dirigir a un lado del castillo, mientras los otros van a otro lado, Acatriel va delante de mí, lo noto raro, distante y no sé por qué. Entramos a un cuarto de combate, el cuarto es grande, tiene armas por todos lados, las luces se encienden automáticamente y el lugar se mira mejor.

—Empezaremos con combate de cuerpo a cuerpo, sin armas ni nada —habla y se coloca al otro extremo del cuarto.

—Okey —me posiciono lejos de él, quedando frente a frente.

Sin que lo espere él da una voltereta y llega hasta atrás de mí, me da una patada en la pierna haciendo que caiga al suelo.

—Estás distraída —dice volviendo a su lugar – no esperes que el atacante te diga cuando empezar.

Puedo notar enojo en su voz y distanciamiento. Me levanto de nuevo, y me coloco en posición. Acatriel se acerca a mí, y lo esquivo.

—No estoy distraída —digo abalanzándome hacia él, pero me esquiva.

—¿O no estás lista para pelear? —inquiere.

Se mueve de nuevo y esta vez llega rápido hacia mí, y me da una patada de nuevo en la pierna y caigo.

—Eso es injusto —me quejo— estas usando tus poderes —digo levantándome.

—Estoy usando mis habilidades —corrige —no mis poderes, aprende a diferenciar —dice con ferocidad.

Bien, si eso quieres demonio, volvemos de nuevo al ataqué, elevo mi puño y le doy un golpe por el mentón, él se aleja.

—Estás distraído ¿no? —le hago burla.

Él me mira de mala gana y se abalanza sobre mí, me teletransporto y quedo detrás de él mientras le doy una patada en la pierna haciendo que caiga. Él gruñe por lo bajo y se levanta de un solo.

—¿Qué problemas tienes conmigo? —le pregunto molesta.

—¿Contigo? —ríe sin ganas— ninguno.

Se acerca de nuevo a mí, se agacha y con su pierna hace que me caiga para atrás. Doy contra el suelo y suelto una palabrota, alcanzo a ver que se va a tirar hacia mí, entonces me hago hacia un lado, y me levanto de golpe, lo esquivo un par de veces más y él a mí. Con su puño me da en el estómago haciendo que pierda el aire, le doy una última mirada antes de saltar y elevar mi pie y darle con este en la cara.

Él se hace para atrás, pero no se cae, rápidamente siento que algo se enreda en mis pies y me levanta colocándome de cabeza.

—Esto si no es justo— me quejo.

Tiene su cola enrollada en mis pies, mientras se acerca a mí.

—Tampoco es justo que te metas con alguien que les ha traicionado, mientras a ti solo te importa tener una noche de placer —dice enojado.

No señores, no le di una cachetada, le di un puñetazo en la cara, y me suelta haciendo que caiga al suelo. Me levanto algo adolorida y quedo a unos cuantos centímetros de él.

—Tú no tienes nada que reclamarme Acatriel, no sabes nada —le escupo enojada.

—Hueles a él, claro que te acostaste con él— dice de igual modo enojado.

¿Qué problema tienen estos seres con el olor? Él da un paso hacia adelante y yo uno atrás.

—Y si me lo folle o no, ese no es tú maldito problema —, le digo enojada— tú lo has dicho, por placer que tal vez solo él me puede dar.

Doy un paso para atrás, y él da uno para adelante, me acorrala contra un muro que está en medio del cuarto.

—Acaso no lo vez —dice irritado —estamos en medio de una guerra, no es para que te acuestes con el enemigo.

—¿Enemigo? —digo irónica— me ha estado ayudando, me ha estado diciendo pistas.

—Y solo por eso confías en él de la noche a la mañana —lleva su mano hasta mi cuello y lo aprieta levemente. —No es momento para jugar hacer adolescentes descontrolados en medio de la guerra.

—Preocúpate por la guerra entonces, no por los adolescentes descontrolados —le escupo.

—Saldrás lastimada Ariadna —me sentencia con la mirada.

—Sé cómo defenderme sola Acatriel, no necesito tu ayuda —presiono mis manos contra su pecho y humo azul comienza a salir.

Los ojos de él se vuelven rojos, y los míos azul completamente, con su cola me enrolla de la cintura y me aprieta, y me agarra más fuerte del cuello, lo estoy quemando con mi tacto.

—Entonces defiéndete de esto —dice abruces y me aprieta más.

No lo voy a negar, él me está haciendo más daño a mí, que yo a él. Puedo sentir una presión en mi pecho, entonces hago un grito, él no se detendrá hasta que no me defienda o hasta que me deje medio inconsciente. No sé qué hacer, ni que decir, bueno ni siquiera puedo hablar, la presión que está haciendo en mi cuello es muy fuerte, siento un hormigueo subir por todo mi cuerpo, me estoy quedando sin aire, lo veo de nuevo entonces, fue como si una bomba dentro de mi explotara.

Grito, no un grito cualquiera, un gran grito muy fuerte, que creo que se escucha hasta el otro lado del mundo, y con mis manos lo empujo para atrás. Por la magnitud de mi grito él sale disparado para atrás, y va a caer contra una pared, mi grito no para si no es hasta de Ryan interviene.

—¡Basta! —grita Ryan.

Él grito se detiene, es como si me hubiera quitado un peso de encima, me dejo caer de rodias al suelo, mientras apoyo mis manos en el suelo, trato de calmar mi respiración, y mis pensamientos, trato que mi poder disminuya, mientras escucho que se acercan a mí.

—¿Estás bien? —me pregunta Ryan hincándose.

—Sí —contesto mientras lo veo.

—Tienes más poder de lo que piensas —dice.

—Sí, bueno, me hubiera gustado saberlo antes de casi matar a Acatriel —esbozo una sonrisa.

—Poco a poco los irás descubriendo no te apresures —me da una mirada cálida.

—Te desataste Hunter —dice Acatriel acercándose a mí.

—No te voy a negar, me encanto golpearte —le regalo una sonrisa irónica.

—Síguete metiendo con el enemigo Hunter —sigue enojado todavía.

—Acatriel —le sentencia Ryan, a lo cual él se calla.

—Jodete —digo pasando a la par de él empujándolo con el hombro. 

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