QUÉDATE LEJOS... O A MI LADO

By Luo_QingRen

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-¡¿Qué haces saliendo con ese imbécil?! - gruñó frente a la cara del otro. Mu Qing se encogió de hombros, per... More

1. La Fiesta de Shi QingXuan
2. Buscando Una Belleza Fria
3. Un Gatito Domestico
4. ¿Qué Es Lo Que Quieres?
5. Doble Turno
7. Nuestra Historia
8. ¿Nos conocemos?
9. Perro Infiel
10. ¡Siempre tú!
11. Flores para el minino
12. Común acuerdo
13. Adicción furtiva

6. Él no me quiere

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By Luo_QingRen

Ese domingo fue el último día de paz y tranquilidad para Mu Qing por al menos unas tres semanas.

Después de ahí corría de un lugar para otro a causa del nuevo inicio del parcial. Debía esforzarse de manera extraordinaria para mantener su beca de 25%, que aunque eran una mierda la reducción de costos que le hacían, al menos valían un poco la pena.

Además lo hacia esperando encontrar un buen trabajo en algunos años y así poder ayudarle a su madre con sus gastos... Sobre todo, esperaba que esa pobre mujer pudiera dejar de preocuparse por él.

Sin embargo, a pesar de que la presión por ser un estudiante de excelencia ya era alta, los trabajos temporales y los deberes hogareños le robaban todo su tiempo. Aunado a ello, los chismes y rumores comenzaron a aturdirlo.

El rumor de que había sido visto el fin de semana saliendo con Pei Ming a un restaurante se torció de tal manera que los cotilleos afirmaban que lo habían visto besarse en el auto descapotable de Pei Ming y luego dirigirse a un motel de la zona.

A los estudiantes del campus les encantaban las novedades, pero amaban deformar las historias por sobretodo. Y un chisme tan picante como aquel debía ser manipulado hasta los extremos.

En la semana cuando iba camino a su clase de finanzas, se encontró a Pei Ming quien se detuvo a saludarle. No intercambiaron más de dos frases y cada quien tomó su camino. Ese saludo casual llegó a los oídos de Feng Xin como "Se encontraron, se tomaron de las manos, se dieron un beso profundo y decidieron no entrar a clases. Se dice que se fueron a los salones vacíos del edificio E a hacer quien sabe qué"

Eso enfureció a Feng Xin y en la noche cuando un agotado Mu Qing volvía a su departamento después de un largo día de trabajo y de estudio forzado, Feng Xin esperaría para capturarlo entre sus brazos y hacerlo suyo.

"Te dije que me entraría, ¡y aún así no escuchaste mis advertencias!"

"¿Eres tan insaciable que no te basta con lo que yo te doy? ¡Te tienes que ir a revolcar con ese imbécil para estar satisfecho!"

Le gritaba una y otra vez mientras lo sometía. Mu Qing estaba tan cansado que no respondía, solo apagaba su mente y se dejaba moldear por Feng Xin hasta muy tarde.

Pasaron dos semanas así en las que si no era diario, al menos cada tercer día salía un nuevo rumor sobre él y Pei Ming yendo a cualquier lugar a fornicar en diferentes escenarios, lo cual a Mu Qing le parecía ridículo... y como siempre, esos chismes alcanzaban a ser del conocimiento del arquero.

Mu Qing ya le había pedido a Pei Ming que no lo saludara, que se había metido en muchos problemas y a pesar de que un confundido Pei Ming levantaba la ceja incomprensible por las peticiones de Mu Qing, Pei Ming se lo concedió. Sin embargo, aunque no se vieran para nada en el campus la historia seguía deformándose.

Las noches con Feng Xin eran tan insoportables que en verdad había llevado el cuerpo de Mu Qing al límite. Había días que estaba tan agotado que se quedaba dormido en clases y era echado del salón. No le quedaba otra opción que irse a dormir a la biblioteca, y aunque fue sorprendido varias veces, la mujer a cargo del lugar tuvo compasión de sus ojeras y le dejó descansar un par de horas.

Incluso había perdido algunos kilos y dejó de asistir a esgrima una semana entera. Estuvo por pescar un resfriado por los cambios bruscos de temperatura.

Exactamente dos semanas después, un lunes por la mañana se disponía a iniciar la semana. Ya tenía destinado que haría ese día justamente y lo que haría hasta el día viernes. Como Feng Xin había salido el fin de semana a esos entrenamientos de campo a las montañas, había dejado descansar el cuerpo de Mu Qing tres días: tres días en los que se sintió revitalizado.

Ese día despertó fresco y rozagante, se dispuso a tomar una ducha. Xie Lian estaba por llegar en una media hora por unos libros que dejó en su habitación. Casi todo el día se la pasaba con su novio; era raro cuando venía a dormir a casa mas que por ropa, pertenencias o definitivamente si Hua Cheng tenía que salir de la ciudad.

Así que Mu Qing se dispuso a preparar su ropa en un gancho que colgó fuera de la ducha mientras se soltaba el cabello y tomaba algunas toallas. Hoy usaría jeans, una playera casual blanca y una sudadera color menta, no haría mucho más que trabajar un poco e ir a entrenar tarde. Ya había entregado y adelantado la mayoría de sus proyectos, así que podía relajarse las próximas semanas.

Se desnudó y entró a la ducha. Se sentía tan tranquilo, muy relajado. El olor a romero y hojas de naranjo inundaron el lugar: era el nuevo aromatizante que colocó en el difusor para relajarse. Pronto las gotas de la ducha cubrieron todo su cabello hasta que estuvo empapado y empezó a restregar su jabón de menta en un estropajo para tallar su cuerpo. Últimamente era más rudo de lo normal, su piel se enrojecía rápidamente pero simplemente a veces lo hacía como un castigo hacia él mismo. Hoy quería ser gentil, olvidar la mayoría de sus últimos meses sin duda.

Dejó su mente navegar a la deriva, quería deshacerse de la mayoría de los problemas en los que ya estaba metido. Empezó entonces a lavar su cabello y tallarlo hacia atrás en un tirón. De la nada esa sensación le pareció familiar... una vez de esos últimos días Feng Xin le había tirado del cabello en una de esas aventuras amorosas...

"No son aventuras amorosas"

Se dijo rotundamente en su cabeza. Lo sabia y Feng Xin lo sabia... Era increíble el nivel de placer que ambos podían experimentar y como una vez que el orgasmo de Feng Xin explotaba se sentía asqueado de mirar a Mu Qing.

"Solo estoy contigo mientras espero a la persona correcta. No te quiero ni un poco, en definitiva, no me importas nada"

Cada vez sus comentarios agrios eran mas agresivos, expresando al máximo su desagrado cuando terminaban. Mu Qing siempre se quedaba ahí desnudo con los cabellos cubriéndole el rostro. Esperaba que al menos una vez Feng Xin se quedara y dijera sino lo que el quería, algo... más amable.

En el fondo Mu Qing tenía fe en que un día Feng Xin se diera cuenta que realmente le importaba, que realmente le gustaba o algo similar. Quizá en un numero indeterminado de sesiones de sexo las personas terminaban enamorándose. Él terminó por hacerlo, pero su pequeño y anhelante corazón de joven amante no entendía que en el mundo real esos sentimientos difícilmente aplicaban con todos...

Constantemente esperaba escuchar la voz de Feng Xin a lado suyo mientras yacía agitado tratando de recobrar el aliento, pero antes siquiera de soñarlo Feng Xin desaparecía. Parecía un animal que solo buscaba copular y se olvidaba para siempre de su pareja... o al menos hasta que tuviera otra necesidad guiada por sus hormonas.

Esperó muchos días, muchas noches...sumando todo llevaba una vida esperando ser correspondido.

"No creas que le gustas a Pei Ming. Mírate, solo eres muy bonito y ya. Eres cáscara niño, no hay nada en el interior que valga la pena, y menos con ese carácter. En la fiesta Pei Ming dijo que solo estaba en busca de una belleza fría, alguien indomable. Solo buscará follarte un par de veces más y después de que te hayas vuelto muy fácil de tener, te arrojará como a esa Xuan Ji. Yo seré el primero en decir que te lo dije"

Le había dicho Feng Xin un día de esa semana. Ese día estaba tan cansado que apenas y lo podía escuchar. Estaba seguro que dijo cosas más ponzoñosas, pero su ánimo y su cuerpo estaban rogando por descansar en esa batalla unilateral.

Soñó con esas palabras... ¿Era en verdad tan desagradable ? ¿En verdad solo era cáscara? ¿No había nada que valiera la pena de él? Los hombres y mujeres que se le habían acercado a lo largo de su vida lo habían hecho por su aspecto físico, pero tras escuchar sus palabras congeladas y apáticas se habían marchado. Mu Qing había tenido que desarrollar esa autoprotección mediante sus palabras y su carácter orgulloso para protegerse de los brabucones que se burlaban de él y su madre por su bajo estatus social.

Aunque fue para proteger a ambos, eso había perjudicado sus relaciones sociales: aún hoy en día le costaba iniciar una charla, ser amable y ni siquiera hablar de ser cálido o expresar sus sentimientos correctamente. Era difícil deshacerse de la sensación de que todos querían hacerle daño.

El amor que esperaba tener en su vida ahora parecía muy lejano. Por todo lo que estaba viviendo, quizá tendría que acostumbrarse a servir a la cama de un hombre que lo desprestigiara como Feng Xin lo hacía, o pasar sus días con un hombre que sólo lo viese como un reto, así como Pei Ming lo consideraba.

"¿Solo tengo dos opciones?: ser humillado o ser un reto... Que mierda"

La tristeza era indeleble, por mucho que una persona pueda contenerse, no dejará de doler.

Con sus manos cubrió su pequeño rostro y trató de suprimir la emoción bajo el agua caliente: estaba solo, podía llorar si quería, pero no lo hizo.

Tratando de recuperarse iba a colocar el acondicionador en su cabello y extendió la mano para alcanzarlo. Aún había algo de jabón en su cara y prefirió no abrir los ojos. Antes de llegar a alcanzarlo a tientas, su muñeca fue sostenida gentilmente. El toque se sintió reconfortante por un segundo como parte de una ensoñación.

-Te bañas muy extraño, te has quedado parado ahí como por dos minutos - la ensoñación se acabó. Levantó el rostro, pasó su palma para retirar el jabón y sus ojos se abrieron de sorpresa.

Frente a él un pecho masculino, ancho y bronceado se le presentaba, cintura estrecha, abdomen endurecido y una toalla al rededor de las caderas. Retrocedió un paso y levantó la vista. Se encontró con el rostro que menos quería ver ahora.

Los ojos vehementes y oscuros asemejaban a un cielo nocturno y despejado. Había también un brillo perpetuo en su mirada que en conjunto con la forma afilada del rostro, los labios ligeramente llenos y la expresión masculina le hacían parecer un hombre benévolo y cortés.

Su pulso parecía aumentar fuera de ritmo cuando lo miraba de esa forma minuciosa. Tomó unos segundos para ser consciente de su desnudez y rápidamente se giró, volviendo en sí

-¡Q-que demonios h-haces aquí! - no pudo evitar balbucear y cubrirse - ¡Salte ahora! - en esa exclamación dejo salir todo su estrés con todo el aire de sus pulmones. Cerró los ojos y abrazó su propio torso negándose a mirar está vez. Esperaba que se esfumara por su cuenta como si fuera una visión indeseable.

La palma enorme y los dedos trigeños alcanzaron su mejilla con un toque amable. Feng Xin le miró con un ceño decepcionante y luego negó con la cabeza.

-Si me hubieras dicho "también te extrañé" hoy hubiera sido gentil contigo - dejó caer la toalla y reveló sus salvaje intensiones instaladas en su entrepierna - pero ya que no pareces querer ser dulce, tendremos que hacerlo como siempre - tardó más en hablar que en alcanzar el cuerpo delgado y torneado de Mu Qing.

El agua caliente seguía cayendo, la esencia de romero y hojas de naranjo se mezcló con la esencia maderosa que portaba Feng Xin despertando así los sentidos de ambos. El vapor envolvió sus cuerpos y los brazos del arquero acercaron a un indispuesto Mu Qing.

Este último apretó los ojos esperando a que lo peor pasara y que por sobretodo pasará rápido, pero en cambio nada de fuerza fue aplicada a su cuerpo. Solo pudo sentir el abrazo firme contra su cuerpo.

La cabeza de Feng Xin se hundió entre su cuello y después habló con una voz calma

-Te extrañé, en verdad lo hice. Las noches en la montaña son frías. Solo pensar en tu cuerpo cálido con tus piernas al rededor de mi cintura eran suficientes para preservar el calor mental - exhalo por la nariz y siguió abrazado a él.

Mu Qing se quedó aturdido por esos segundos... quería responder, pero sus labios se negaban a articular cualquier cosa... ¿Había escuchado bien? ¿Dijo que lo extrañó? Quería con tantas ganas preguntar, pero a la vez no... Siempre que parecía que podía dar un paso hacia delante algo se cruzaba en su camino para lastimarlo y apartarlo de sus anhelos... así que solo se quedó en silencio siendo estrujado.

Un par de segundos más y el otro se despegó para besarlo. Sostuvo el rostro de Mu Qing entre sus manos y lo besó gentilmente, jalando sus labios tiernamente, cuidadoso en los movimientos mientras el agua seguía fluyendo entre las comisuras de ambos. Comenzó a besar entonces en todas partes: sus mejillas, su frente, sus párpados y Mu Qing se lo permitió. Hoy se sentía bien, hoy Feng Xin al fin lo estaba haciendo bien.

Cuando sintió que el terreno era confiable deslizó una mano tímidamente a la cintura de Feng Xin. Antes de poder posar su mano con confianza Nan Yang le tomó la mano y la colocó bien situada en su cintura.

-Si quieres tocarme, hazlo. ¿Tantos meses juntos y aún lo dudas? Me gustan tus manos, no importa donde me toques, me gustará - todo el diálogo de Feng Xin parecía un disparate, era tan tranquilo e imperturbable como el océano después de la tormenta... ¿Cómo podía ser un imbécil y ahora parecía ser el hombre más considerado del mundo?

Mu Qing siguió dudando, no quería ser mordido si hacía algo más así que solo dejó su mano ahí y siguió el jugueteo de besos con Feng Xin. Esta experiencia era verdaderamente nueva para él, emocionante, reconfortante.

El restriego constante, el agua caliente y los besos ávidos daban como resultado una excitación ardiente. El cuerpo de Mu Qing empezó a ser explorado y con la estimulación fue exponencialmente subiendo. Ambos estaban buscando la forma de acomodarse para comenzar cuando en la puerta del baño se escucharon dos golpeteos y luego la perilla se giró

-¿Mu Qing? ¿Aún no sales de la ducha? - esa voz suave y el tono educado: Xie Lian

Los dos dentro de la regadera se quedaron sin respirar un momento, solo el sonido del agua seguía cayendo. Se quedaron sin responder y de pronto los pasos se escucharon dentro.

-¿Mu Qing...? - la sombra de Xie Lian parecía moverse en dirección a la regadera por a través de la cortina de baño oscura

-Eh, ¡Hola! - en un ataque de nervios al fin hubo una respuesta

-¿Feng Xin? - el ceño de Xie Lian se frunció en sorpresa. Detrás de la cortina la fuerte mano de Feng Xin se apretaba a la boca de Mu Qing quien veía con los ojos bien abiertos la sombra cercana de su amigo.

-Mmh, si. Ya volví - trataba de sonar lo más relajado posible, pero no podía deshacerse de ese nerviosismo latente.

-¿Y Mu Qing?

-Se fue

-Entonces... ¿Por que esta su ropa colgada afuera?

-...

Ambos debían reconocer la perspicacia de su amigo. Los dos pares de ojos dentro de la ducha se miraron incapaces de poder decir algo más. Feng Xin decidió abrazar a Mu Qing por la espalda para que parecieran ser solo una figura a través de la cortina.

-Ah...eh...no lo sé. Anda distraído últimamente. Salió apresurado. Creo que ni siquiera se bañó - dejó salir Feng Xin aliviado, fingiendo tomar una botella de shampoo mientras Mu Qing fruncía el ceño irritado. Xie Lian al fin suspiró

-De acuerdo, en eso tienes razón... - Xie Lian guardó silencio unos segundos, luego reanudó - Bueno, yo solo venía por algunos productos de higiene personal. Saldré con San Lang fuera de la ciudad toda la semana. Quería ver a Mu Qing para hablar...él...bueno, yo sé que no lo consideras un amigo pero yo creo que los tres somos familia - Xie Lian se asinceró y mientras arrojaba en un bolso algunos productos de los estantes del baño siguió hablando - ¿Haz escuchado los rumores en los que está enredado?

-Quién no - Feng Xin respondió como un relámpago. Mu Qing al tener el pecho de Feng Xin pegado a su espalda pudo sentir el tamboreteo en su tórax. Se sintió nervioso mientras la mano de Feng Xin se apretaba a su boca

-¿Y los crees?

-Siento que sería capaz de ello. Es muy ambicioso, es ventajoso. Haría lo que fuera para salir adelante, hasta revolcarse con Pei Ming - se desahogó el de piel trigueña. Xie Lian parecía negar con la cabeza

-Yo no pienso que sea cierto, no creo que él haría algo así. Además considero que eso le está afectando. Lo he visto cansado, desanimado... En pocas palabras, muy triste. Quería hablar hoy con él para decirle que contaba con mi apoyo pero...siento que se aparta más de la cuenta - Xie Lian reconoció, al final empacó lo que necesitaba y llevó la bolsa de tela a su hombro - Si tú pudieras escucharlo, yo... Te lo agradecería mucho. Él es una buena persona, él...

-No - esa negación cortó la petición de Xie Lian - No me pidas nada de eso porque no lo voy a hacer... ¿Por qué te preocupas por él? Es un chico frío, desagradable, no puede hacer ni decir nada potencialmente lindo por los demás sin un motivo. No tiene un corazón, esta vacío por dentro y siempre lo estará - Feng Xin habló firmemente y con una acidez en sus palabras que pudieron perforar el cuerpo de Mu Qing como si se tratase de balas a quemarropa.

Nadie, nadie en el mundo. Ni siquiera los estúpidos de los rumores le habían dicho algo tan feo como lo que escuchaba ahora mismo junto a su oído.

Hace un momento la forma en la que era sostenido por Feng Xin le parecía la más romántica y afectuosa que había tenido hacia él. Y ahora...las cosas que más amaba se convirtieron en aquellas que más lo lastimaban.

Dejó caer sus brazos a los costados y no pudo suprimir su llanto está vez.

-No discutiré contigo Feng Xin, supongo que al final es solo mi preocupación - Xie Lian finalmente abrió la puerta del baño y se disponía a salir - Lamento quitarte el tiempo, que estés bien - y desapareció sin decir más, ligeramente irritado.

Cuando al fin se escucho la puerta del departamento cerrarse Feng Xin le dió la vuelta a su amante: frente a frente.

Esa cara bonita ahora tenía los ojos enrojecidos, su expresión era difícil de descifrar. No se tomó el tiempo en averiguar que era diferente, solo volvió a abalanzarse sobre él.

-Ya se me había olvidado lo malvado que eras, creo que he sido muy considerado hoy - finalmente lo coloco de espaldas y la dulzura se fue, tal como Mu Qing temía.

No le sorprendía; no le sorprendían los cambios bruscos de humor, las palabras, las opiniones del otro sino que hace un segundo ni siquiera se percató que estaba llorando...

Así que era cierto, realmente Feng Xin pensaba que él no tenía un corazón...

Finalmente fue sometido nuevamente

El niño que quería amor al final no sabía cómo darlo ni como pedirlo. Feng Xin lo decía tanto que quizá era verdad: no tenía un corazón

Y entonces

¿Por qué dolía tanto?

*******

Una hora después Mu Qing caminaba desganado hacia el campus. Más que su desgaste físico notable el desgaste emocional era abismal. Se sentía jodidamente mal, quería correr, quería huir y no sabia cómo o hacia qué dirección.

Para reducir esos espasmos mentales y el huracán de emociones dispersas hoy iba a entrenar primero. Iría al domo de entrenamiento donde hay diversos talleres para practicar diferentes deportes.

Solo que cubriría muy bien su cuello y espalda ya que se encontraba cubierto por marcas rojizas a causa de su ducha. Se puso la capucha de su sudadera y avanzó dentro del domo.

Sin mirar a nadie se dirigió a los vestidores para dejar sus pertenencias. Abrió su casillero y acomodó su mochila mientras sacaba una botella de agua.

-¡A-Qing! ¡Que gusto verte! - una voz explotó a sus espaldas con júbilo. Mu Qing se pellizcó el puente de la nariz y se giró con evidente disgusto. Justo ahora no quería ver a este hombre. Al girarse se encontró con un Pei Ming en traje de baño diminuto remarcando su masculinidad. Desvió su mirada.

-¿Qué haces así? - se giró sonrojado. Pei Ming le sonrió tenazmente, mirándolo ligeramente hacia abajo con un gesto coqueto

-Ay A-Qing, pues vine a nadar. Es bueno para reafirmar los músculos - golpeó su vientre duro con evidentes cuadros

-Pff, ridículo - Mu Qing se cruzó de brazos y siguió mirando en otra dirección

-Te juro que te hará bien, es sumamente relajante y hoy luces tenso ¡Vamos! Hoy casi no hay gente. Podemos nadar juntos - Pei Ming sugería, acercándose más a su cara

-No, no sé nadar

-Puedo enseñarte

-No traigo traje de baño

-Puedo comprarte uno. Hay una tienda aquí

-¡No! - su verdadero motivo era que no quería que Pei Ming viera sus marcas. Se giro dándole la espalda a Ming Guang.

Pei Ming era un experto en ver a través de las personas, sabía que algo estaba mal. Frunció el ceño y miró una marca asomándose por el cuello de la belleza fría

En un toque colocó su mano en su hombro y lo hizo girarse. Mu Qing se quejó del tacto del otro y de un tirón Pei Ming jaló la sudadera, revelando marcas rojas en la nuca de Mu Qing.

Pei Ming observó anonadado las marcas y el evidente dolor instalado en su cuerpo. Su mirada se volvió severa

-Mu Qing... ¿Por que dejas que te haga esto? - su tono emotivo se apagó siendo remplazado por el tono similar al de un superior reprendiéndolo. Mu Qing se puso rojo, su cabeza parecía querer estallar y empujó a Pei Ming en el pecho

-¡No es tu asunto! ¡No te metas! - en la garganta de Mu Qing parecía haber un palpitar constante que le hacía respirar agitadamente. La ira, el dolor y finalmente la tristeza lo alcanzaron y las lágrimas fluyeron como si se hubiese dejado una válvula abierta.

Pei Ming miró con desconcierto, luego con empatía hacia el joven orgulloso que ahora se mostraba como un niño vulnerable.

Mantuvo su distancia y le dejó llorar un par de segundos con la cabeza gacha contemplando sus lágrimas caer en el suelo de los vestidores. Afortunadamente estaban completamente solos.

Unos segundos después Pei Ming había meditado la situación y también las palabras que debía decir. Finalmente decidió romper el silencio

-Perdóname A-Qing, pero tengo que hacer algo o iras directamente a tu ruina. Mírame - lo tomó por los hombros y los ojos avellana de Mu Qing se levantaron para encontrarlo. Parecían dos estanques reflejando los colores del otoño con algunas motas verdes y doradas bailando entre ellos, cargados de inocencia y dolor punzante.

Pei Ming sentía que no tenía el corazón para hacerlo, pero veía a Mu Qing como un joven herido por balas que tenían que ser sacadas de inmediato sin ningún tipo de analgésico. El mayor suspiró profundo y lo dijo - Feng Xin no te ama, no va a amarte. Por mucho que tú lo sientas y te entregues a él... él no va a corresponderte de la misma manera. Si tiene la oportunidad de tenerte sin ningún tipo de compromiso de por medio, lo hará. Si quiere dañarte o utilizarte también lo hará. Deja de engañarte, él no va a cambiar por mucho que tú le muestres tu disposición. Él no sabe valorarte, él no te quiere Mu Qing - con ese tono firme e hiriente consiguió que los ojos de Mu Qing se abrieran a su máxima capacidad. Ríos de tormento se abrieron paso a través de sus ojos dejando fluir sus sentimientos. Sus rodillas comenzaron a parecerle muy frágiles y se dejó caer en las banquitas del gimnasio mientras Pei Ming seguía sosteniéndolo. Está vez tomó a la persona menos esperada como su paño de lágrimas.

Un par de minutos más y el llanto se iba tranquilizado, normalizando su respiración. Se retiró con desprecio de Pei Ming y parecía que su columna había sido liberada de una gran carga emocional, pues al fin pudo soportar su propio peso. Con las mangas de la sudadera comenzó a limpiarse los ojos y Pei Ming le ofreció unos pañuelos para la nariz que estaban sobre la hilera de casilleros.

Mu Qing no recuerda haber llorado así en toda su vida. Como una presa que había soportado incontables tormentas, basura, falta de cuidado y atención se desbordó en ese momento. Finalmente se giró a Pei Ming.

-¿Y q...qué se supone que h-haga? -los estragos del llanto aún le hacían balbucear con ojos rojos y llorosos.

-Sal de ahí, A-Qing. Deja de verlo, date un tiempo para dejar de atormentarte. Si lo ves constantemente la herida jamás sanará. Al contrario, se volverá un dolor constante y no mereces vivir de esa manera

-¿A donde voy a ir? - levantó la vista Mu Qing - Los dormitorios de la facultad tienen un costo adicional, apenas puedo vivir por mi cuenta... a donde...¿a donde voy? - solo pensarlo Mu Qing volvía a llorar, apretando los dientes de la rabia ahora, pues parecía que aunque no quisiera debía soportar ser el juguete de Nan Yang por al menos dos años mas en lo que se graduaba. Pei Ming se asinceró al ver a la pobre presa rodeada y fue determinado con sus palabras sin pensárselo mucho.

-Ven a mi casa - le miró seriamente - Te meteré en el programa de atletas, la escuela cubre todos los gastos a los chicos talentosos. Firmaré tu formato de aceptación y convenceré al consejo de firmarlo si eso te hace sentir bien - Mu Qing estaba sorprendido con el ceño fruncido a punto de esperar las peores intensiones, pero Pei Ming lo detuvo - Antes de que lo pienses, no pienso utilizarte ni sacar ventaja de esto. No es ningún tipo de condicionamiento es solo que en verdad me duele verte así - se sentó a un lado de Mu Qing y le ofreció otro pañuelo - No tengo el derecho de decir que te conozco pero...realmente me recuerdas a un joven enamorado hace muchos años atrás... - la mirada de Pei Ming parecía perderse nostálgica entre los casilleros, Mu Qing se percató y miró con ojos rojos a su mentón

-¿Tú?

-¿Qué? No, yo no... - apartó con un manotazo las palabras de Mu Qing - En fin, ve por tus cosas. Esta noche estará todo listo para que te mudes a mi hermandad.

***********

Feng Xin se había ido todo el día del departamento, no tenia prisa en volver pues sabia que Mu Qing estaría ahí si o si, y se sentía aún mas feliz porque Xie Lian le había dicho que saldría con su noviecito de viaje, entonces eso significaba un par de días a solas con Mu Qing...pensaba todos los lugares donde podían revolcarse en tres días. Iba entrando al departamento mientras dejaba un mensaje de texto en el chat de su Guoshi.

08:56pm Feng Xin: Maestro Mei, buenas noches. Disculpe que no le llame pero estoy muy enfermo, ni siquiera puedo hablar. Tal vez esta semana no vaya a clases, ¿puedo entregar mis actividades la siguiente clase? Espero su respuesta.

09:14pm Mei NianQing: Mmm... Tú nunca te enfermas, pero bueno. Lo arreglamos la siguiente semana, ¡aunque valdrán menos tus tareas! Espero tu receta medica. Descansa.

Feng Xin se mordió el labio, ese maestro suyo era perspicaz, era profesor y coordinador de todos los alumnos de tercer año y llevaba años en el puesto, por supuesto que sospecharía pero, no importaba. Valía la pena faltar una semana por estar entre los muslos de Mu Qing.

Se quedó ansioso pensando donde esperarlo. Esta vez se metería en la cama de Mu Qing. Con la luz apagada cuando él entrara y se arrojara a la cama, el otro lo atraparía. Era un excelente plan.

Se metió en la habitación oscura sin prestar atención a su al rededor, se tapó bajo los cobertores y esperó ansioso ahí. Pasó una hora, otra otra y otra mas hasta que se quedó profundamente dormido seguro de que inminentemente Mu Qing llegaría.

El vibrar de su celular y los rayos del sol por a través de las persianas lo despertaron. Talló sus ojos y contestó al teléfono somnoliento.

-¿Bueno? - bostezó aún mientras seguía tallando sus parpados

-¿Qué le hiciste a Mu Qing? ¿Pelearon de nuevo? - era la voz de Xie Lian preocupada. Feng Xin se enderezó, sentía que algo iba mal

-¿Qué? ¿Hacerle que? ¿De que hablas? - miró a su al rededor y la habitación de Mu Qing estaba en extremo ordenada. Se sentó frunciendo el ceño.

-Intentó llamarme anoche pero estaba sin señal. Dejó un mensaje de voz diciendo que gracias por la ayuda estos años, que ya había sacado sus cosas ayer del apartamento. No me dijo nada mas y eso es sospechoso... por eso siento que tiene que ver contigo - Feng Xin estaba anonadado. Se puso de pie y observó el escritorio: vacío, abrió las puertas del closet: vacío, los cajones: vacíos , el librero: vacío. Se dirigió al baño: el estante de Mu Qing vacío. Apretó el teléfono con su mano, amenazando con volverlo trizas

-¿A donde te dijo que se iba? - el tono del arquero se volvió helado

-Dile a ese imbécil que module sus palabras, mejor se lo digo yo: Modula tus palabras con mi gege, imbécil - del otro lado escuchó la voz de Hua Cheng molesta junto con un motor de auto, por supuesto que estaba escuchando todo

-San Lang, está bien... - Xie Lian tomó el mando de nuevo - No busques pelear con Mu Qing por favor, dijo que consiguió una beca con los deportistas del esgrima, él no dijo...

-Ya veo, se fue con Pei Ming. Así que ahora será su ramera oficialmente. Ahora todo tiene sentido - Feng Xin no cabía en su ira, parecía que lava ardiente comenzaría a derramarse de todos los orificios de su cabeza - Hablamos luego Xie Lian

-Feng Xin, ¡no vayas a hacer algo estúpido! ¡Feng... - y colgó el teléfono sin dejar a Xie Lian terminar de hablar.

Tomó su chaqueta y sus llaves y de un portazo hizo temblar el marco de la puerta amenazando con volver cenizas todo a su al rededor antes de marcharse...

**************************


Wow...¡tanto tiempo! La verdad es que quería publicar mucho antes, infortunadamente tuve unos contratiempos en el hospital.

Agradezco tanto su apoyo, sus comentarios, votos y el que recomienden con mas de sus amixes <3

Espero muy pronto actualizar. Quiero ofrecerles lo mejor que puedo n.n

Les comento que voy a publicar un capitulo alternadamente de cada uno de mis fics, entonces me centraré en el ShuangXuan estos días y después volveré a la línea temporal de este ;)

¡Nos veremos muy pronto con mas del FengQing! :3

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