El amor es Gris [Libro #1 Com...

By Hussaycasstillo

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Vanessa nunca fue creyente del amor. Elliot jamás creyó que alguien lo pudiera amar. El amor es Gris a los oj... More

Advertencia
Capitulo 1: El chico de ojos Grises
Capitulo 2: Cabellos plateados
Capitulo 3: Shace, el chico que todas quieren
Capitulo 4: El Club de lo Mangas
Capitulo 5: Adam el miedoso
PERSONAJES
Capitulo 6: Solo esto me sucede a mí
Capitulo 7: Vacaciones de Invierno
Capitulo 8: La fiesta
Capitulo 9: "Maldito Elliot"
Capitulo 10: El pasado
Capitulo 11: Tiempos de Verano
Capitulo 12: ¿izquierda o derecha?
Capitulo 13: "Siempre ella"
Capitulo 14: La promesa que mantuvieron los dos
Capítulo 14.2: La promesa que mantuvimos los dos.
Capitulo 15: Una vida, y Adam solo hace tonterías
Capitulo 17: Un picnic con tensión
Capitulo 18: "¡No me vayas a manosear!"
Capitulo 19: La colina de Manzanas
Capitulo 20: Si me amabas, ¿por qué te fuiste?
Capitulo 21: Lo que paso, lo que duró y lo que debe soltarse
Capitulo 22: Un beso necesitado
EXTRA
Capitulo 23: Volvió aquella tranquilidad
Capitulo 24: Es algo que no te puedo perdonar
Capitulo 25: Nunca te deje de amar
Capitulo 26: "Alguien de mi pasado ha vuelto"
Capitulo 27: Todo fue por ella
Capitulo 28: "Bola de hipócritas"
Capitulo 29: Crueles intenciones
Capitulo 30: Miradas cruzadas
Capitulo 31: Como bestias en la jungla
Capitulo 32: ¿Eres doctor o algo así?
Capitulo 33: Ahora solo somos uno
Capitulo 34: Una llamada peligrosa
Capitulo 35: El último Halloween
Epílogo.
¡ANUNCIÓ!
Extra "San Valentín"
Extra: Nessa y Shace
Extra: Elliot y Nessa

Capitulo 16: ¿Te invito a un picnic?

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By Hussaycasstillo


—¿Y Elliot no ha salido de su cama ni siquiera para desayunar? —pregunte preocupada.

—No cariño, Elliot me preocupa, se le ve algo... Triste... Desde ayer por la noche que llegó, lo único que hizo fue encerrarse, y ni siquiera quisó cenar un poco.

Amanda, la nana de Elliot, comentó muy preocupada, y con tristeza. Y era obvio. Elliot dijo que ella lo había visto crecer, él era como su hijo.

Adam y yo, ya habíamos llegado a la casa del pelinegro. Cuando tocamos el timbre, inmediatamente salió Amanda para atendernos. Cuando le dijimos que queríamos invitar a Elliot al picnic, pareció aliviada. Así que nos dejó pasar, y me dijo que por favor pasará yo a su habitación. Adam se quedó en la sala de espera, viendo algo en su celular. Así que solo era yo.

Llegué a la habitación de Elliot, en la cual incluso ya había dormido, y toque suavemente.

—¡Te dije Amanda que no quiero nada, vete por favor! — dijo Elliot tras la puerta. Se le escuchaba irritado.

Mire con el ceño fruncido a Amanda, y ella solo hizo un gesto cabizbajo.

—Asi ha estado desde ayer en la noche, y toda la mañana — susurró la señora.

Le di un apretón delicado a su hombro y le sonreí.

—Tranquila, tal vez está cansado, es normal...

Ella asintió, y se fue, bajando las escaleras, dejándome a solas.

¿Cómo podía estar así? Tan solo ayer, cuando fuimos a la colina de manzanas, él estaba tan tranquilo...

Volví a tocar la puerta, pero está vez no recibí ninguna respuesta de su parte. Así que la abrí, y me asome por ese pequeño espacio.

Todas la cortinas estaban bajadas, haciendo lucir la habitación algo oscura. Elliot estaba sentado en su cama, abrazando sus piernas, con todo el cabello despeinado y sobre su rostro. Se le veía tan vulnerable...

Sólo sentí como el corazón en mi pecho se apretujaba, y él como sentía dolor, de tan solo verlo en ese estado.

¿Que te ha sucedido Elliot?

Me acerqué de poco en poco; noté como las cejas del pelinegro se fruncieron un poco. Así que opte por quedarme en ese lugar, quieta.

—E-elliot...

Mi voz salió como un susurró. Elliot abrió los ojos lentamente, al igual que sus labios se abrieron ligeramente.

—¿Ness? — pregunto en un hilo de voz.

Tragué saliva, y por alguna razón sentí que algo iba mal. Pero aún así, me acerqué lentamente, y me senté en su cama, mirándolo fijamente.

Obviamente sintió cuando tomé asiento frente suyo; pues alzó las cejas ligeramente.

—Si... Soy yo —afirme — Vine por qué quería invitarte a...

—Vete.

¿Eh?

Fruncí el ceño, y me quedé anonada unos segundos.

—¿Que? Elliot, yo...

—Dije que te fueras. —me interrumpió nuevamente, con un tono gelido.

—Elliot, solamente vine para invitarte a un picnic en el bosque. Solamente iremos los chicos, tú y yo... ¿Acaso no te agrada la idea?

Insiste en un todo gentil, tranquilo, y tratando de calmar su mal humor.

Él suspiro, y volteó ligeramente la cara a otro lado.

—No. Largo.

Ni siquiera parpadee

¿Que le pasaba? Ayer, tan solo ayer estábamos bien. Diversión, nostalgia y cuánta cosa, ¿Cómo de un día para otro pudo estar así?

Apreté mis puños junto a mi vestido, y arrugue mis cejas.

—¿Que te sucede?

Lo miré algo severa, exigiendo prácticamente una explicación a su comportamiento repentino.

—¿Y eso a ti que te importa? He dicho que te vayas. Vete. ¿Entiendes eso? Largo.

Su voz más fría que el polo norte, me hizo sentirme verdaderamente adolorida.

¿Por qué me duele tanto ese tono voz? Si yo lo he escuchado desde que tengo memoria...

—Pero... Elliot, yo...

—¡Dije que te largaras, maldita sea! ¡Vete de aquí! ¡Vete! —gritó, haciéndome dar un respingo.

Lo miré perpleja unos segundos, mientras trataba de procesar todo esto.

Sentí como la sangre me hervía por dentro.

—¡¿Qué rayos te sucede?! —alce la voz igualmente —¡¿Por qué te estás portando así de la nada?! ¡Dime Elliot!.

El chico solo apretó sus labios, al igual que las sábanas a sus costados. Ya no se abrazaba así mismo, ahora estaba sentado, en la misma posición que yo, con el rostro agachado.

—No te lo pediré una vez más... Así que Lárgate, Vanessa.

Si. Sentí como el aire se iba lejos de mi, poco a poco.

Sin darme cuenta, una lágrima bajo por mi mejilla roja, humedeciendola. Pronto deje de estar enojada, y una emoción de tristeza, lleno todo mi ser.

¿Por qué creí que con Elliot todo sería diferente?

Por qué tenía la esperanza de que así fuera. Pero al final, solo fue un mera equivocación mía...

Me levanté de la cama sin mirarlo siquiera, caminé lentamente hasta la puerta, tomé la manija, y lo miré por encima de mi hombro.

—Si así lo quieres está bien —susurre en el mismo tono gelido que uso él primero —Pero no volverás a saber de mí. Tenlo por seguro.

Con eso último, abrí la puerta, y salí de esa habitación, azotandola con fuerza. Caminé rápidamente por el pasillo, hasta que llegue a las escaleras. Ahí mismo vi a Amanda, quién limpiaba unos cuadros. En cuanto me vio, sonrió, pero después borro esa sonrisa, para sustituirla por un gesto de confusión.

—Adiós Amanda, un gusto conocerla.
—solté, mientras caminaba hacia la sala de estar, donde estaban Adam y gomita, sentados en el sofá.

En cuanto me vieron, gomita saltó a mi, para lamer mi mano. Acaricié su cabeza un segundo, y después me dirigí a Adam, quién me veía con un rostro de: "¿Y ahora que pasó?".

—Vamonos Adam. No tenemos nada que hacer aquí, anda.

Adam frunció el ceño, sin embargo no dijo nada, y me siguió. Salimos de la casa, y caminamos hasta el gran portón de acero, color negro, con adornos al estilo inglés.

Cuando estuve a punto de meterme al coche, lo escuché...

—¡Nessa!

Me detuve en seco, en cuanto escuché la voz de Elliot. Trague saliva, mire a Adam quién estaba a mi lado, y miraba hacia atrás, sorprendido.

Me volteé lentamente.

Ahí lo ví, apoyado del hombro de Amanda, con lágrimas en los ojos, y el cabello todo despeinado. Su pecho subía y bajaba. Sus labios temblaban, al igual que sus ojos llorosos.

Solté un suspiro, y caminé hasta él. En cuanto lo tuve al frente, sólo pude rodear su cuello pálido, con mis brazos pecosos.

Elliot rápidamente, sumergió su rostro en mi cuello, y su respiración golpeaba mi pecho. Me apretó fuertemente, y solo pude aguantar el dolor de verlo tan vulnerable a mis ojos.

Amanda a su lado también estaba llorando. Adam a mi lado... También...

Oh, que ridículo ese loco.

Los brazos de Elliot rodeaban mi cintura, y su cuerpo estaba pegado al mío. No tenía ni un mes de conocerlo, lo se. Pero es qué ya me dolía hasta el alma, verle así.

Y pensar en todo lo que tuvo que pasar Elliot. Perdió la vista, sus amigos, la que se hacía llamar su novia. Sus padres nunca estuvieron con él de pequeño. Toda su vida solo ha sido soledad, tras soledad.

Me despegue de él lentamente, y tomé su rostro entré mis manos, dudosa. Con mis dedos, limpie sus lágrimas con sutileza, y sonreí inconscientemente al ver sus ojos grises. Esos que me encantaron desde un principio.

—Perdóname Ness... —dijo por lo bajo.

Seguí limpiando sus lágrimas, y sonreí.

—Olvídalo, no fue nada, y no importa —respondí con amabilidad.

—Y-yo... Solamente no pude evitar que... Ness, perdón.

—Basta Elliot. No pasa nada, todo está bien.

Elliot asintió lentamente, y agachó el rostro.

—Si quiero ir a ese picnic.

Adam pronto soltó algo como tipo: "Yujuuuuuuuuu" y se interpuso entre los dos:

—Oh, me alegra que hayas tomado esa decisión, ¿Sabes por qué? Por qué tenía hambre. Ahora vamos a qué te cambies tranquilamente, mientras nuestra pequeña Nessita, es buena niña y nos espera en el auto, ¿A qué si?

Apenas iba a abrir la boca para decir algo, pero Adam me interrumpió.

—Si. Muy bien, vamos Elliot, que si no como ahora me pondré de mal humor, y mi tigre interior despertara —tomó al pelinegro del brazo, y lo llevo consigo dentro de la casa.

Amanda y yo miramos irse a esos dos, y después nos dedicamos unas sonrisas.

—Me alegra que hayan hecho cambiar repentinamente a Elliot....

La mire con atención.

—Sólo vi que bajaste algo disgustada, y justo después vi a Elliot bajar a prisa torpemente. Sólo pude tomarlo del brazo, para guiarlo hacía ti.

Mi corazón se apretujaba, y mis sentimientos al aire, al parecer eran sensibles.

—Ha pasado un mes desde que se conocen. El joven me hace anotarlo en un calendario especial. Desde que se conocieron lo ordenó. Pero desde ese dos de Mayo... Él mejoró mucho.

Dos de Mayo...

Ahora que lo pienso, hace un mes lo conocí. Hoy se cumple un mes. Y sin saberlo, prácticamente lo estoy festejando con ese picnic en el bosque.

Sonreí al ver a Amanda, y asentí.

—Me alegra ser de ayuda para Elliot, me alegra mucho. — dije en un susurró. Ella sonrió, y me dió un abrazo ligero.

Unos minutos más tarde, los chicos salieron de la casa. Elliot se había cambiado de ropa, para usar unos jeans negros de cierre a los costados, una camisa de verde, del mismo tono que mi vestido, y sus botas de agujeta.

Adam a su lado, me guiño un ojo, y sonrió victorioso.

—¿Que tal su outfit? Yo lo elegí — se señaló a si mismo, con soberbia.

Solté una risa, y negué con la cabeza.

—Elliot se ve bien de cualquier forma, y me gusta el hecho de que su camiseta hace conjunto con mi vestido —comenté.

Elliot abrió ligeramente los ojos, y una sonrisa algo estúpida, pero pícara al mismo tiempo se formó en sus labios medianos.

—¿Llevas un vestido puesto, Ness?

Su tono lobuno, me ponerme roja en cuestión de microsegundo, y sentir como todo de mi se volvía vergüenza.

—Eh... No... ¡Digo, si! Osea...

El pelinegro soltó una carcajada, y pronto lo miré con los ojos entrecerrados.

—¿Por qué te pones nerviosa? Puedo saberlo por el tono de tú voz.

¡Mierda!

Su maldita sonrisa me hace perder los estribos. Me di la vuelta bruscamente, y me metí al auto, con los brazos cruzados.

—¡Suban al auto! —demandé.

Los chicos rieron, y se subieron al auto. En cuanto Elliot se puso el cinturón de seguridad, solo sentí como sus manos tocaron el asiento.

—Pero Ness... ¿Me dejas atrás solo? ¿Y sin seguridad? —preguntó en un tono falso.

Vaya, al parecer volvió a ser él mismo.

—¿Que quieres que haga? — pregunté, mientras miraba como Adam tecleaba algo en el celular.

Entonces, sentí como sus labios se acercaron a mi cuello. Con sus manos tocó mis hombros, y eso me hizo ponerme nerviosa.

El maldito se guiaba mediante lo que tocaba, ¡Es obvio que sabe que estoy temblando!

—Ven, y siéntate a mi lado Ness...

Sus susurró me hizo abrir mis ojos de par en par, y solo pude sentir una punzada en mi vientre. Solté un suspiro, y lo miré sobre el hombro. Sus labios estaban muy pegados a mi oído, y su rostro al mío.

Lentamente moví el asiento, abrí la puerta del coche, y luego me metí del lado de Elliot. Adam me miró por el retrovisor con cara de:"What the fuck".

Me senté a su lado, y sólo vi de reojo una sonrisa del pelinegro.

Adam alzó una ceja, y puso una mueca estúpida, llena de picardía. Sabía que el maldito después se burlaría por esto.

Adam arranco el auto, y solo sentí como todo se tensó; no de mala manera, pero si.

Elliot tenía la mano pegada a la mía, y sentí como uno de sus dedos acariciaba mi mano. Tragué saliva, y miré hacia la ventana nerviosa.

Entonces, el tomó mi mano.

¡Y LES JURO QUE MI CORAZÓN CASI EXPLOTÓ!

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