Era un día soleado, Mat y yo caminabamos por el Sendero de los Sueños, estuvimos en la casita del arbol por un rato, nos gustaba relajarnos y escuchar los pajaros cantar. Nunca pense que Mat fuera amante a eso, pero me gustaba lo que veía, un Mat diferente a lo que suele ser, un Mat amante a la naturaleza, eso es encantador.
Unas cuantas veces Mat, Tebi y yo venimos a este lugar a distraernos un poco, jugabamos ajedrez, aunque Mat siempre terminaba ganando, era muy bueno en ese juego y en muchos otros, Tebi le llamaba 'suerte' yo le llamaba 'sabiduria'. Esta vez solo éramos, Mat y yo.
Tomando de mi juguito de naranaja, volteo a ver a Mat que esta sentado en el suelo con sus manos detras de su cabeza.
—¿Sabias que en este sendero viven pequeños duendes?.
Mat voltea a verme y levanta una ceja —¿Bromeas? Tan grande y crees en eso.
Arrugo mis cejas -Son reales... o bueno, yo los veía cuando era pequeña, solían jugar conmigo, luego simplemente dejaron de aparecer...
—Eso es porque fuiste creciendo, era solo cosas de niños... lo que llaman 'amigos imaginarios'.
—Bueno, tal vez pero... para mí eran muy reales, Tebi tambien los veía.
Mat suelta una risita —Ustedes dos son iguales de pateticos. En fin —Mat se pone de pie—. Quiero que me acompañes a mi casa.
Me sorprendo, Mat nunca me ha llevado a su casa hasta ahora, cosa que me gusta, eso significa que me esta dejando conocerlo más a fondo.
—De acuerdo —digo y me pongo de pie para salir del sendero.
***
Al llegar a la casa donde vive con su abuelo el señor John, me detengo a ver aquel hermoso jardín que adorna la casa, hermosas flores y girasoles los que tanto me encantan, quedo adorada al ver tantos girasoles que mi cara es evidente.
—Te gustan los girasoles ¿verdad? —dice Mat agarrando uno y arracandolo perfectamente sin lastimarlo—. Toma.
Mat me extiende el girasol que tiene en sus manos.
Me quedo atontada y con una sonrisa lo recibo —¡Oh! Gracias Mat.
—No es nada, era la flor que ya no tenia esperanza.
Volteo a verlo con cara de '¿es en serio Mat'.
Mat rie y continuamos entrando a su casa.
Por lo visto Mat era fan de las películas de los Avengers, en las paredes habían afiches de los súper héroes y un afiche (mas grande que los demás) del Capitán América. Tenia una caja donde guardaba los Comics de los Avengers.
—Esta cool tu habitación, se ve que te gusta Los Avengers —digo viendo alrededor de la habitación.
Mat me toma de las manos —No te he contado por que tantas cosas de Los Avengers y por que me gusta tanto.
Frunzo mi ceño.
—Ven, siéntate.
Mat y yo nos sentamos en su cama mirándonos frente a frente.
—Veras, no te he contado que mi papá era un inútil que nunca se preocupo por mí y que sus peleas en casa hizo enfermar a mi madre y… murió de depresión. Y nunca te conté que yo no era el único hijo de mis padres.
Me sorprendo ante lo que dice Mat.
Mat desvía la mirada —Yo tenia un hermano menor, él y yo siempre estábamos juntos, cuando mi padre llegaba borracho a casa, mi hermano y yo nos escondíamos en el armario.
—Mat —susurro Jason—. Cuando sea grande voy a ser un súper héroe y seré como el Capitán América y seré fuerte y así ya no le tendré miedo a papá.
–Por supuesto —le revuelco el cabello—. Ahora, no hables o papá descubrirá que estamos escondidos en el armario.
—El Capitán América era su súper héroe favorito —Mat solloza y pasa su mano por su mejilla—. Pero… nunca pudo crecer y convertirse en un súper héroe porque el accidente que tuvo papá en su auto se llevo también su vida.
Estaba completamente sorprendida, Mat siempre evitaba hablar de sus padres y mucho menos que tenia un hermano.
No sabia que decir, lo seguía asimilando, estaba en shock.
—Mat, yo… lo siento tanto —mis lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas.
Abracé con fuerza a Mat, podía sentir su dolor, perder a su hermano fue mucho para él, perdió un ser querido al igual que yo, podía saber ese dolor con el cual cargaba Mat.
Mat lloraba amargamente sobre mi hombro. Mi consuelo no era suficiente, dejé que soltara todo y se desahogara, tenia que hacerlo para sentirse un poco mejor.
Nunca había visto a Mat tan vulnerable, sentía que en cualquier momento se podía romper, se veía debíl, solo...
Después de un rato Mat se aparto un poco de mí y secó sus lagrimas.
—Necesitaba hacer esto —dijo Mat.
—Lo sé, no te preocupes Mat.
—Me siento mejor, es bueno desahogarse con alguien, además si ese alguien es con la persona que amas.
Mi corazón se aceleró.
Sonreí y tome su mano —Te amo Mat, te amo locamente.
Era la primera vez que le decía a Mat que lo amaba, lo estaba sintiendo en ese momento.
Mat sonríe y acaricia mi mejilla —Eres el mejor regalo que el universo me pudo haber dado.
Le doy un beso a Mat lentamente y luego separamos nuestros labios.
—Jason tenia cinco años cuando murió y yo nueve. Siempre estábamos juntos, yo lo cuidaba, mamá murió cuando Jason tenia tres años, de ahí en adelante yo me encargue de Jason. Papá seguía bebiendo y cuando llegaba a casa nos pegaba, yo siempre me hacia enfrente y le decía a Jason que se fuera y se encerrara en la habitación mientras yo recibía los golpes de papá por los dos. Cando nos escondíamos en el armario mi padre no iba a buscarnos al menos que escuchara un ruido o nos viera pasar, así que el armario comenzó a ser nuestro refugio… hasta el día en que mi padre salió en su auto con Jason, yo estaba en la escuela cuando me dieron la noticia de que mi padre y mi hermano habían muerto en un accidente de transito. Después de eso mi abuelo fue por mí para traerme a vivir con él, dure un buen tiempo con él pero cuando tenia doce años me aburrí en este pueblo así que escape y me fui de este lugar. Llegue donde una tía y me quedé allí con ella, mi abuelo por su parte no le gusto la idea pero al saber que al menos tendría un techo donde vivir se quedo un poco tranquilo. Cuando paso cinco años decidí volver con mi abuelo, él no paraba de llamarme para pedirme que volviera, así que al final decidí volver y aquí estoy.
—No debió ser fácil para ti pasar por todo eso, te entiendo.
—No Susan, tú no debes entender, tú no tuviste un padre que te maltrataba.
Mat tenía razón, no podía comparar lo que él vivió de niño a lo que yo viví, nuestros padres fueron muy diferentes.
—Tienes razón Mat, pero ¿sabes algo?, lo bueno es que nos tenemos el uno al otro, así poco a poco nuestro dolor va pasando, estoy aquí para ti, cuando necesites hablar, aquí estaré dispuesta a escucharte —acaricio su mejilla.
Mat sonríe -+—Tú cambiaste mi forma de ser, Susan. Convertiste a este chico arrogante e irritante y amargado en algo mejor.
Mat se sonroja.
—¡Te sonrojaste! —digo.
—¿Qué?, ¡claro que no! —Mat frunce el ceño.
—¡Claro que si!. ¡Aw! Te ves tan encantador.
—No es cierto, no molestes.
Después de un rato tratamos de distraernos para no seguir mas tristes, jugamos en su Xbox (puedo decir que soy pésima jugando y Mat se aprovechaba de eso).
—Eres bien manca —dice Mat entre risas.
—¡Hey!, nunca he jugado estas cosas así que no me juzgues.
Terminamos el juego y bajamos rápidamente, entramos a la cocina en busca de comida.
Mat confiaba en mí, al contarme su vida en su niñez y todo lo que sufrio por culpa de su padre, verlo así tan triste y vulnerable, llorando en mi hombro, me desgarra el alma, pero me ayudo a conocerlo totalmente, Mat abrio su corazón a mí y eso es mucho pedir.
—Entonces te vas mañana —digo mientras como una tostada-. Entonces... al familiar que dijiste que ibas a ver...
Mat deja de hacer lo que estaba haciendo para verme. -Si, iré a visitar a mi hermano a su tumba... quiero decirle que lamento no haberlo protegido, nunca fui capaz de decirselo aún estando muerto...
Me acerco a Mat para darle un abrazo de lado —Has lo que veas necesario, no te preocupes, todo esta bien, te lo prometo.
Mat posa su mano en mi mejilla —Gracias bonita.
Bonita...
Amo cuando me dice así.
Mat echa mantequilla a su emparedado.
—No faltaré a tu graduación, te lo prometí y al tonto de Tebi.
Sonrió —Claro, no querras perderte de las locuras de Tebi.
Mat ríe —Tebi esta loco, pero me agrada, es un buen chico aunque es un fastidio lidiar con sus ocurrencias... No sé como lo soportaste por tantos años
Río —Tal vez porque los dos compartimos esa locura.
Mat ríe y su sonrisa me da mil años de vida, verlo feliz me hace feliz y es todo lo que quiero en esta vida.