—¿Dónde está BonHwa? – Jimin se acercó a una de las mucamas – ¿La has visto?
—No majestad, no ha salido de su habitación desde anoche.
Hizo una reverencia y se dirigió a la alcoba de BonHwa, era pasado el mediodía y no había señales de ella, estaba desesperado y preocupado por no saber si estaba bien, herida o en las manos equivocadas. Se maldijo a sí mismo por haber sido un asqueroso patán con su Omega, poco después de que se fue del despacho reflexionó sus acciones, sus actitudes y sus palabras, BonHwa solo quería hacerlo sentir mejor, acompañado y tranquilo, se dió cuenta que su único objetivo era disfrutar un poco del amor que les había sido arrebatado desde hace mucho tiempo.
—¿Dónde está BonHwa? – SeokJin se acercó a él – tenemos que afinar detalles para la inauguración de las fiestas.
—No lo sé.
Frunció el ceño colocando sus manos sobre su cintura.
—¿Cómo que no lo sabes, Park? Se supone que estaban juntos la mayor parte del tiempo.
Se debatía mentalmente entre decirle lo que había ocurrido, pues sabía que una golpiza por parte del beta ya la tenía asegurada, pero su imaginación voló a la velocidad de la luz y pensó que podría estar en peligro, así que tomó un poco de aire para después ver a los ojos al pelinegro.
—Discutimos anoche y nadie la ha visto desde entonces.
—Lo que me faltaba – el beta colocó una de sus manos en su frente – yo no sé cómo le vayas a hacer, pero necesito a BonHwa de vuelta antes de que anochezca.
—SeokJin no sé...– el mencionado suspiró viendo al alfa.
—A mi no le interesan sus problemas de pareja, yo solo quiero a mi amiga de nuevo aquí.
El pelinegro se dió media vuelta dejando a Jimin con la palabra en la boca, este último suspiró intentando regular sus emociones, así que sabiendo que con el apoyo del beta no contaba, salió del castillo adentrándose en el bosque, agudizó sus sentidos, principalmente el olfato, tratando de encontrar el rastro de su Omega.
—De acuerdo, Jimin – se habló a sí mismo – es culpa tuya que esto esté pasando, ahora afronta las consecuencias.
Una vez más suspiró mientras caminaba pacíficamente en la inmensidad del lugar.
Sería un largo camino que recorrer.
—No tenías por qué hacer todo esto.
—Eres mi invitada, es lo menos que puedo darte.
BonHwa había despertado una hora atrás, el alfa la llevó a su cabaña sin ningún tipo de objeción, brindándole un lugar donde dormir. El sol se colaba por los espacios entre cada palo de madera avisando que ya era un nuevo día, Jungkook colocó sobre una pequeña tabla un poco de sopa, una manzana picada y una taza de té. Su perspectiva sobre el Jungkook que conocía cambió radicalmente después de entablar aquella conversación en medio del bosque la noche anterior.
—¿Cómo es que sabes mi nombre? ¿Nos conocemos? – tocó sus manos sintiendo una sensación extraña – tú no eres como las demás omegas, ¿Quién eres?
—¿Quién crees que soy?
—Alguien muy poderoso me enseñó a distinguir quien era un ser mágico y quien no lo era.
—Y esa persona es Hoseok, ¿Cierto? – rió por lo bajo al ver la confusión plasmada en el rostro de Jungkook – bien, sabiendo ahora que no soy una omega común, ¿Confiarías en mi? Prometo mostrarte todo, sin saltarme absolutamente nada.
—Si conoces a Hoseok, debes ser una buena persona – Jungkook sonrió apretando con suavidad las manos de BonHwa – tienes mi entera confianza.
Esa respuesta es la que había estado esperando por parte de su alfa y que un aparente desconocido lo hiciera sin cuestionarla, le calaba hasta lo más profundo de su ser. Sin embargo, dejó sus sentimientos de lado y cerró sus ojos dejándose llevar por la magia, Jungkook la miró asombrado por lo majestuosa que se veía, todo su cuerpo se iluminaba formando un halo color azul brillante causando un gran impacto en él, se dispuso a cerrar sus ojos y dejar que su mente le enseñara todo lo que BonHwa le transmitiría.
Aquellas memorias en su primera vida en Phoenix, cómo se conoció con BonHwa, cómo se enamoró de ella, su trato con Kyrell, su segunda vida en Corea, todo se reproducía con lentitud en su mente, un remolino de emociones atacó su cuerpo, se sentía pleno, feliz, pero a la vez preocupado y angustiado por esa mujer tan loca que se había obsesionado con él.
En cuanto todo terminó, abrió sus ojos topándose con la mirada dulce de BonHwa.
—Una vez más estamos aquí, Bon...– suspiró – y todo por Kyrell.
—Lo sé, Kook – chasqueó su boca – pero debemos afrontar lo que sigue.
—Estás con Jimin ahora, ¿Cierto? – ella guardó silencio debatiéndose entre decirle la verdad o no, sin embargo, asintió derrotado ante su silencio – eso creí.
—Él ahora está completamente hundido en la locura. Han pasado tantas cosas que ya no sé qué pensar.
—Supongo que quiere mantenerte lo más lejos posible del peligro – ella asintió – no lo culpo, también sería así.
—Discutimos como cuando él me abandonó en Kakaoti – dirigió su mirada al suelo – quiero ayudarle, pero no confía en mí.
—Eres una gran estratega, ¿Por qué no querría aceptar tu ayuda?
—No lo sé, solamente quería disfrutar un poco de nuestra supuesta relación, declinó de mi invitación al festival de Hilgrand y...– detuvo su hablar – lo siento, no debería estar diciéndote esto.
—Hey, está bien – sonrió acariciando su cabello – siempre podrás contar conmigo, lo sabes.
—Vine a verte porque Kyrell seguramente está empeñada en ponerte de su lado – suspiró – quiero ponerte a salvo.
—¿Cómo? ¿No se supone que yo debería cuidarte a ti? – sonrió al ver a BonHwa hacer una mueca de desagrado – no te exaltes, Bon, sólo era una broma.
—Ven conmigo a Hilgrand, Jungkook.
El alfa ensanchó su sonrisa sintiendo un poco de felicidad en su corazón.
—¿Y me invitarás al festival de Hilgrand?
BonHwa rió por el deje de emoción en las palabras del chico, así que asintió efusivamente.
—Estás cordialmente invitado a las fiestas en mi reino.
—Gracias, reina Bae.
Ambos rieron olvidándose de su alrededor, de la situación, de todo.
Pensó que quizás debía darse una oportunidad con alguien que realmente apreciara sus pequeños gestos, que disfrutara de su compañía y que la amara sin medida. No dudaba del amor de Jimin, pero estaba cansada de siempre ser ella la que lo buscaba y trataba de mantener viva su relación, estaba harta de que cuando su alfa no estuviera de humor le tratara como cualquier persona, sin tomarse dos segundos a ver que era su Omega.
Parecía que Jimin se había olvidado de todos los sacrificios que han hecho por estar juntos y sólo se había dejado llevar por las circunstancias del momento.
—No has tocado nada – Jungkook mordió su manzana – ¿No te gustó?
—Lo siento, estaba pensando – tomó los palillos agarrando un trozo de la manzana, la masticó con cuidado y disfrutó el sabor dulce que esta emanaba – está deliciosa.
—¿Quieres irte por la tarde? – el chico se sentó frente a ella – estaba pensando en tomar la vía corta, por lo que recuerdo en la larga hay muchos forasteros.
—Nos iremos cuando termine de comer, ¿Te parece?
—Como usted ordene, majestad.
Rieron juntos mientras degustaban esa comida tan deliciosa, platicaron por una hora de muchas cosas, entre ellas sus pasatiempos, sus gustos, sus debilidades y sus experiencias. Se sintió reconfortada después de tener una conversación real con alguien, sin necesidad de que le estuviesen restregando en la cara cada cinco segundos que corrían un peligro inminente.
Cuando el sol estaba en su máximo esplendor, tomaron sus cosas para después emprender camino hacia el reino de la omega, Jungkook le dijo que su cabaña se encontraba en los límites de Phoenix, por lo que podía tener una noción de como llegar a ese lugar sin perderse tanto, se sorprendió de sí misma por haber corrido tanto desde la entrada de su castillo, el chico a su lado lo adjudicó a la adrenalina que corría por su cuerpo, sin embargo, ninguno de ellos sabía a ciencia cierta eso.
—Aguarda un momento – se detuvieron frente a un árbol – mis piernas se están acalambrando.
—Déjamelo a mí – Jungkook le lanzó un guiño a la Omega – retrocede un poco.
BonHwa hizo lo que el alfa le pidió, con las mejillas sonrosadas notó como quitaba su camisa para después dejarla sobre el suelo y dejar salir a su lobo interior. Un gigante lobo gris se mostró frente a sus ojos, lograba ser intimidante principalmente por su profunda mirada, la cual era del mismo color de su pelaje, sin embargo, avanzó hacia ella y se agachó para que pudiera subir a su lomo sin problemas.
—¿Ésta era tu maravillosa idea? – el lobo asintió – de acuerdo, sólo no vayas a tirarme.
Subió con cuidado de no lastimarlo, acarició su suave pelaje sintiendo como se doblegaba antes sus caricias, avanzó con extremo cuidado de no perder el equilibrio y lastimar a BonHwa, pudo percibir un aroma a jengibre cerca de ahí, haciendo que se pusiera alerta, la Omega lo notó y volvió a tocarlo con suavidad intentando relajarlo.
—BonHwa...– la voz de Jimin llamándole hizo que ahora ella se tensara, giró su rostro y pudo ver a su alfa mirarle confundido – ¿Qué haces aquí?
—No te incumbe – frunció su ceño – son asuntos míos.
—¿Asuntos tuyos? Todos estamos preocupados por...– ella se bajó del lomo de Jungkook encarándolo.
—No necesito tu preocupación, ¿Entiendes?
—Sé que anoche fuí una mala persona contigo y créeme que me arrepiento de ello.
—Eso no va a cambiar nada, Jimin – se cruzó de brazos – ¿Crees que con un perdón vas a enmendar el dolor que me causaste?
—Y lo lamento mucho, por eso quiero reconciliarme contigo – intentó acercarse a ella pero BonHwa retrocedió – entiendo que hoy no quieras verme pero estoy dispuesto para luchar por tu perdón.
—¿De qué me sirve perdonarte? – un nudo se instaló en su garganta – ¿De qué me sirvió luchar y arriesgar a mi propio pueblo por nosotros si ahora estás siendo egoísta?
—¿Consideras ser egoísta a preocuparme por tí e involucrarte lo menos posible en todo esto?
—Considero egoísta que solo pienses en lo bueno – con sus manos hizo unas comillas – que tú estás haciendo por mí, sin mirar todo lo que yo estoy haciendo por ti.
—¿Entonces piensas botar a la basura todo sólo por eso?
—Yo no estoy botando nada a la basura, tú lo estás haciendo sin darte cuenta, Jimin – BonHwa mordió su labio intentando retener sus sollozos – espero que pronto abras los ojos y confíes tu vida en mis manos, así como yo lo he hecho durante tanto tiempo.
Ella se dió media vuelta con la intención de volver a subir al lobo, sin embargo, las palabras de su alfa le hicieron detenerse.
—Entonces...– el castaño no despegaba su vista de la espalda de la Omega – ¿Aquí se terminó todo?
No pudo retener más las lágrimas y dejó que se deslizaran por sus mejillas, giró su rostro y miró por última vez a Jimin.
—Mientras tú no me valores y me des el lugar que me merezco en tu vida, da nuestra relación por muerta – sorbió su nariz – no permitiré que me trates como un trapo viejo el cual puedes tomar sólo cuando lo necesites y cuando ya lo te sirva lo tires sin ninguna contemplación. Yo soy mucho más que eso, Jimin.
No se espanten, que Jimin no se quedará igual de fastidioso que ahorita, pero necesita algunos detonantes para agarrar la onda.
Disfruten el capítulo, ¡Los amo! ❤️