Narrador omnisciente
Al levantar la mirada ambos se quedaron contemplandose un segundo.
- ven conmigo - dijo Zatz acariciando las mejillas de Ixchel, la cual suspiró.
- ¿A dónde? - la mente de Zatz se quedó en blanco, lo dijo inconscientemente.
- No se ¿Has intentado volar? - preguntó el chico con nerviosismo. Ixchel abrió los ojos y elevó una ceja para después negar - intentémoslo.
- espera, no se, si pueda - dijo con duda mientras el caminaba de espaldas, sotemiendole ambas manos - por cierto, gracias por ayudarme cuando estaba amarrada - Ixchel lo seguía siendo jalada por esa cercanía - ¿Porqué lo hiciste? A parte, ¿Porqué haces todo esto?
- Creí que necesitabas un poco de ayuda - respondió Zatz mirando al suelo un momento con una sonrisa para volver a levantar la mirada hacia Ixchel - hago esto porque me encantas - la Dcuzamil se puso pálida y su rostro cambió a uno de terror - ¿Estas bien? - preguntó Zatz al ver el cambio.
- ¿No tenías novia? ¿Porqué te encantó? Alto, no, no, ¿Porqué tratas de acercarte a mí si es a Maya a la que buscan? - las manos de la chica temblaban, pero no quería ser soltado. Sin embargo esas palabras que le habían dicho tantas veces antes de tratar de hacerle un daño perpetuo.
Muchos de esos hombres ya tenían esposas e hijos, Ixchel no quería contraer matrimonio con ninguno y presentaba su respeto a las esposas para que estas no provocarán guerra alguna, pero estos hombres se obsesionaban con ella aún más después de perder la batalla.
Ixchel aún estando en la comodidad de su hogar no podía estar tranquila, ya que estos se infiltraban en la oscuridad de la noche y trataban de hacerla suya sin su consentimiento. Es por ello que en las batallas siempre se avisaban que se tomarían represalias contra aquel que quisiera hacer de las suyas.
La Dcuzamil tenía permitido matar y degollar a aquellos que tratasen de poseerla por la fuerza.
- Acat y yo nos separamos tiempo atrás, estabas presente. Y aparte vine a avisar que dos dioses les van a atacar.
- Muchas parejas se arreglan después de una pelea.
- Su forma de pelear no fue honorable - respondió rápidamente, Ixchel frunció el ceño.
- la mía tampoco - Zatz sonrió coqueto para tomar un mechón de su cabello para besarlo.
- lo sé - el príncipe aún podía ver lo pálida que estaba Ixchel así que se apresuró a responder sus demás preguntas - me encantas por lo valiente y protectora que eres, eso te hace fuerte en batalla, se que no luchas por honor - volvió a caminar hacia atrás retomando el paso - luchas por sobrevivir - dicho eso beso las manos de la chica - mira - dijo bajando la mirada.
Ixchel había recuperado su color y estaba un poco sonrojada por las palabras de Zatz, el cual desde hace un rato la guiaba a quien sabe donde. La Dcuzamil bajó la mirada encontrándose con que sus pies no pisaban el suelo como ella creía, desde hace un rato se encontraban flotando.
- memoriza esta sensación - dicho eso la soltó, Ixchel por fin se dio cuenta, estaba tan embelesada con Zatz que no se dio cuenta ni a dónde se la llevaba.
- ay no - dijo la Dcuzamil tapando su rostro por la sorpresa - tu - lo señalo enfadada - ¡Tu! - dijo más alto volando hacia el - ¡Pudiste haberme llevado a una trampa! - grito tomándolo de los hombros para así moverlo de un lado al otro.
- Pero no lo hice, realmente me encantas así que no haría eso - sus manos tomaron las de ella, Ixchel tenía el ceño fruncido y sus mejillas rojas por lo dicho por el joven príncipe. Ambos estaban muy cerca el uno del otro, sus ojos se encontraron el uno con el otro.
- si me vas a besar hazlo de una vez - dijo ella desviando la mirada, nunca se había sentido así ¿Qué esperaban? Zatz soltó una risita para tomarla de la cintura.
- ¿Porqué no me besas tú? - Ixchel se mordió el labio con vergüenza, demasiada, por lo que hizo lo que cualquiera en esa situación... Huir.
Fue demasiado rápido como para que Zatz reaccionará e Ixchel no supo como pero ya había llegado con los demás.
- Hueles extraño - dijo Chimi, la Dcuzamil estaba caminando junto a ella.
- Es secreto así que shhh - le dijo tratando de bajar el rojo de sus mejillas, la albina asintió - ay eres tan tierna - dijo Ixchel abrazándola de la nada.
Saltemos la batalla contra Hura y Can
- ¿Dónde esta Ixchel? - pregunto Maya al no verla por ningún lado, Rico y Chimi se encontraban sobre Chiapa junto a la princesa Teca se dieron a la tarea de buscarla.
La Dcuzamil observo lo destrozado de su arma por lo que solamente tomo la daga que había utilizado para crearla anteriormente. "No puedo protegerla con las manos vacías... No contra los dioses por lo menos" pensó Ixchel con enfado, ella podía apostar que por lo menos el arma de Maya y Chimi no se habían roto. "Tengo el presentimiento de que sus armas son distintas a las normales" pensó suspirando para levantarse del suelo.
Ixchel sintió menos peso al levantarse provocando que frunciera el ceño y se revisara desde sus pies hasta la cabeza, pero no encontró algo que le faltase.
- ¡Ixchel! - escucho su nombre a lo lejos.
-¡Aquí! - grito de vuelta, a los segundos todos se reunieron alrededor de ella. Al parecer se habían separado para buscarla - lo siento, pero creo que algo me falta - dijo con una pequeña frustración para buscar algo en su armadura que le hiciera falta. Mientras ella daba vueltas tratando de encontrar lo que sea que le hiciera falta, Maya se dio cuenta de aquellos objetos desaparecidos que tanto buscaba la chica.
- Ixchel... - comenzó Maya sin saber como decirle lo siguiente con tacto - Faltan tus broches del cabello...
¡Hola!
Hace poco me llegó una notificación que me emocionó mucho!
Resulta que IsabelCHernandezRobl hizo unos dibujos de Ixchel, ¡Véanlo! ¡Están hermosos!
Ahora en otras noticias.
El dibujo prometido
¿Recuerdan quienes le dieron los tres adornos que están incrustados en su trenza?
Fairy0152