- buenos días guapa- musitó la morena cuando vio que uno de lo ojos de la rubia se abrían minimamente.
- uhg- se llevo las manos a la cara con pesadez.
- ¿ibuprofeno?- le ofreció Natalia, junto con un vaso de agua.
- por favor, sí.- acepto aquella píldora como si fuese un tesoro. No habían bebido demaciado, pero sí mucho más de lo que Alba acostumbraba- que bien huele.
- son tostadas con aguacate, nada más.
- pero si no hay aguacates.
- ya, fui a comprar unas cosas mientras estabas dormida, te dejé una nota por si despertabas pero no despertaste.
Alba despegó su cabeza del sofá y logró ver la nota que se encontraba pegada en la pantalla de la televisión.
"fui a hacer la compra
Regreso en un rato
Nat.
Pd: estas muy mona durmiendo"
- ¡oye, pero no la leas ahora que me da vergüenza!
- ya la he leído- rió pese al dolor de cabeza.
La morena dejó las tostadas y dos tazas con café en la mesilla frente al sofá en el que Alba se había quedado dormida la noche anterior ( o mejor dicho sobre el que se había quedado dormida la chica sobre la que durmió casi toda la noche) y quitó la nota adhesiva de la pantalla, un tanto avergonzada.
- venga, come algo que va a hacerte daño tomar tomar medicamentos con el estómago vacío. al menos eso me decía mi madre.
El desayuno fue solo el comienzo de lo que fue toda una mañana juntas, limpiando la casa con música de fondo, poniendo labadoras y bailando. Pero toda esta dicha se esfumó en un segundo para Natalia; lo que tardó tardó ver el recordatorio del calendario del móvil que le informaba habían pasado dos semanas desde que le habían puesto ese artefacto maldito en el pie y que, por ende, tenía cita médica para saber si deberían dejárselo un tiempo más o no.
- ¿pasa algo?- pregunto al ver que llevaba bastante tiempo con la mirada afija en el móvil.
- ¿eh? No, nada grave. Solo tengo que ir a... ¿podrías acompañarme a un sitio esta tarde?
...
Veía a la más alta observar sin apartar mirada, aquella pantalla en la que, en algún momento, debía aparecer su nombre. La había notado extraña todo el camino pero el nerviosismo allí era aún más evidente, y se notaba especialmente en su pierna que no dejaba de moverse de arriba a abajo con movimientos cortos y rapidos.
Alba actuó rápidamente poniendo su palma sobre el muslo de Natalia y moviendo acariciandola con su pulgar y haciendo que pare casi instantáneamente.
mienras barajaba temas de conversacion para distraerla de lo que sea que la tuviese tan nerviosa; pensó en aquella pequeña duda que tomó fuerza la noche anterior cuando Charlie mencionó aquello de conocerse de toda la vida.
- ¿Nat?
- dime.
- ¿por qué quisiste vivir en una furgoneta?
- bueno...- soltó una risilla nostalgica.- fue una cosa muy improvisada; estaba en un momento complicado, no tenía idea de quien era ni qué quería y ví a un tío en una gasolinera; le estaba contando a uno de los empleados que estaba recorriendo Europa en caravana y pensé que igual no era mala idea. Así que use los ahorros que mis padres habían guardado para cuando me independisara y me fui.-
Hubo un pequeño silencio que fue rellenado con un suspiro de Natalia.
- me parece increíble. Yo no habría podido- opinó retomando las carías en el muslo de la otra, al notar que volvía a moverse nerviosamente.
- ¿por qué crees eso?
- no sé... dejar todo atrás e irte.
- sí, bueno. No había mucho que dejar, además eso es lo bueno de la vida nomada: que siempre puedes volver.
La morena se encogió de hombros.
- ¿no echaste de menos? ¿Tu familia? ¿Tu vida de antes?
- no en realidad. No veía demaciado a mi familia antes, de hecho no vivíamos en la misma ciudad y aunque la echase de menos, no podía volver a mi vida de antes. Viajar solo fue otra forma de alejarme de algo que ya no me pertenecía.
La rubia asintió con el ceño fruncido; comprendiendo el me sale pero si llegar a entender del todo a qué se refería.
Levanto la vista y la tensión volvió a abordar su cuerpo, pue sus nombre ya estaba en la pantalla.
- ¿Quieres que entre contigo?- se ofreció la rubia.
- no... estoy bien. Ahora regreso- dijo antes de cruzar la puerta más cercana a ellas y salir tras varios minutos, con una pirueta en la boca y acompañada de una doctora.
- ha tenido un pequeño bajón de azúcar, nada grave- explicó la profesional.
Natalia sonrió levanta do el pulgar, con la pirueta en la boca.
- han sido los nervios pero ya estoy bien- aseguró.
...
- ¿y por no te has quitado la bota del pie, si ya estás bien?
- porque se me ha olvidado traer la otra zapatilla- torció torció gesto en una sonrisa. Llevaba callada todo el camino, más incluso, que a la ida, sí era eso.posible. Caminaba en silencio y jugaba con el palillo de la pirueta que se había terminado.
- ¿está todo bien, Nat?
- ¿eh? Sí. ¿Por qué?
- no, por nada.
- ¿por qué ya no caminamos?- dijo al ver que la eubia se detenía, quedándose atrás.
- porque hemos llegado.- rió la rubia como, había descubierto Natalia, cada vez que tenía una ocurrencia.
- ¿a donde?- Alba solo observó el cartel de un restaurante vegetariano.- jo Albi, pero no he traído dinero y...
- invito yo, por tu tobillo casi sano.
En cuanto entraron, descubrieron que el lugar estaba atascado de gente; por lo que decidieron ordenar algo para llevar y desplazarse al parque más cercano para un improvisado picnic que se prolongó incluso cuando ya no había más comida. Se habían tumbado sobre el césped, a disfrutar de los rayos de sol que amenizaban el frío y permanecieron así tal vez diez minutos, hasta que Natalia rompió el silencio.
- ¿sabes? Yo era bailarina, antes.- soltó de la nada y mantuvo la atención puesta en una nube que cambiaba de forma; la rubia sí que se giró verla; tenía una sonrisa nostálgica y el ceño fruncido.- de ballet.
- ¿y te gustaba?
- era mi vida entera.
- ¿y por qué dejaste de serlo?
- un accidente tonto, un día después de recibir el que sería el "sí" más importante de mi carrera.- negó con la cabeza como si aún no lo pudiese creer.
- el... ¿el de las cicatrices?- intentó indagar, sin saber si era buena idea seguir preguntando.
- sí, la escalera y el motociclista, ya sabes... me estaba acordando de cuando desperté en el hospital; vi a mi madre y a mi hermano y pensé "mierda algo ha pasado. No podré bailar este mes" y luego llego una doctora y me dijo que llevaba tres días en coma y que probablemente no pueda volver a bailar en mi vida y yo que se... fue duro... ¿albi?- se incorporó de repente al verla con un puchero y los ojos aguados- pero no te pongas así.
- jo- se apartó las gotas saladas de la cara- lo siento es que... ay.
- pero ya estoy bien- tiro de su brazo para que se acercase a ella y así poder rodeará con sus brazos.- que me he acordado por lo del hospital y tal, pero estoy muy bien ahora.
- ¿pero no extrañas tu vida de antes?
- un poco, aveces sí. Pero no cambiaría nada, créeme. Todo lo que aprendí y toda la gente que conocí... no sería esta Natalia si no me hubiera pasado, no habría descubierto la música como intérprete y no habría compuesto nunca una canción, provablemete ni te hubiera conocido. Todo lo que ha pasado me ha hecho estar aquí y ahora; comiendo bocadillos con la rubia más guapa de España.
Alba no pudo no reírse.
- ¿por qué me lo cuentas?- quiso saber, Alba.
- no lo sé, no me lo he pensado mucho, pero no me arrepiento. Confío en tí.
- admiro mucho tu forma de ver las cosas- dijo bajito, aún contenida porblos brazos de la morena.
Solo rompieron el abrazo cuando Natalia dejó un beso en su frente y Alba le dedicó una sonrisa.
- oye, que no me he olvidado de lo que hemos hablado anoche y que sepas que lo mantengo.
- pero estamos en plena vía pública Alba- se escandalizó falsamente.
- ya, ¿pero tu ves a mis hijos aquí? A que no.
- en ese caso...- la tomó delicadamente por el cuello de la camiseta para juntar sus labios.