Unbreakable heaven

By carnationmilk

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DamiRaeSmutWeek21 Dia 5: Malas decisiones, buenos resultados. Raven es llamada a Gotham, y después de años d... More

Unbreakable heaven

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"¿Y qué me dices del dinosaurio?" La silueta de dos personas apareció en la amplia guarida. Era inevitable no preguntar por el enorme ser posado, orgulloso, en el centro del lugar.

"Se come a los intrusos." Las palabras salieron de la boca de Damian, con el rostro completamente serio. Raven giró su cabeza del saurópsido hacía el moreno, y alzó la ceja, cuestionándose lo que acababa de escuchar.

A pesar de verse descubierto, Damian no dijo nada más, sólo levantó la comisura de sus labios en una pequeña sonrisa divertida y continuó avanzando por la fortaleza del caballero de la noche.

"Y, ¿Qué te parece?" Al voltear, Damian se dio cuenta que Raven ya no lo seguía. No tardó en encontrarla unos metros atrás, merodeando entre los uniformes que alguna vez había usado la batifamilia. Cuando Damian alcanzó a Raven, ella contemplaba el uniforme de Robin que alguna vez había portado. Y con el que ella lo conoció, 8 años atrás.

"Se me olvida lo bajito que eras." El tono de burla era evidente en su voz. Damian entrecerró los ojos.

"¨Pero ahora soy mucho más alto que tú." Dijo a la defensiva, dando un paso hacía ella. No pasó desapercibido para Damian cuando Raven giro la cabeza hacía él, recorriéndolo con la mirada antes de detenerse en sus ojos, pero no dijo nada.

"Estoy al tanto." Damian sintió el calor empezar a trepar por su cuello. Carraspeó su garganta y giró sobre sus talones, caminando por el resto de los trajes. Raven lo siguió por detrás, fingiendo interés en el resto de las vitrinas. Ambos ignorando la tensión que se formaba entre los dos.

Era diferente. Raven y Damian eran verdaderamente buenos amigos, mejores amigos quizá. Se entendían mejor que nadie y confiaban plenamente el uno en el otro. Pero con el paso de los años, los sentimientos de ambos empezaron a transformarse delante de sus narices sin darse cuenta.

De pronto para Damian, el sonido de la risa de Raven aceleraba su pulso, o para Raven, ver a Damian dormir a lado de Titus hacía que su pecho se llenará de un calor indescriptible. Pero ninguno se atrevió a pensar más allá de "es mi amigo".

Raven fue la primera en caer en cuenta de sus verdaderos sentimientos, pero convencida de que Damian no sentía lo mismo, cerró el caso en su corazón y se adentro en otras relaciones. Eventualmente, Damian también.

Nunca hablaron de lo que sentían el uno por el otro por temor a que la negativa del otro pudiera arruinar el lazo que compartían, y así, por un tiempo, se convencieron que amistad seria lo único que habría entre los dos y habían hecho las paces con esa idea.

Claro que en sus planes no estaba terminar bajo los efectos de los venenos de Ivy, haciendo inevitable para ellos compartir la cama.

"Era necesario." Damian recordó a Raven decir unos días después, ya que el efecto había abandonado sus cuerpos por completo. "Eres mi mejor amigo. Si tenía que pasar, me alegra que hayas sido tú. Además, fue algo de una vez, ¿no?" Raven dijo con las mejillas sonrosadas.

Y por varios días trataron de actuar cómo si nada hubiera pasado, pero no podían huir de sus emociones y lo que creyeron que sería algo de una sola vez, se transformó en algo de 6 veces. Cada vez mejor que la otra. Era como si sus cuerpos estuvieran hechos el uno para el otro, y los sentimientos que habían puesto bajo llave tiempo atrás, empezaron a aflorar, con más fuerza que antes, habiendo probado el fruto de su deseo.

Damian tomó el valor de poner un alto a sus furtivos encuentros y Raven accedió. Y para suerte del moreno, una misión junto a Batman lo alejó de la torre por unas semanas. Pero ahora Raven estaba ahí. Gracias a las insistencias de Dick de tener su opinión en una sospecha de alguien usando magia para escapar de la justicia. Y parecía misión imposible mantener sus emociones a raya, peor aún con esos pequeños gestos que le daban cierta esperanza a Damian, esperanza que quizás Raven se sintiera igual que él, que se estremeciera al escuchar su voz cómo él. Que quizá ella podía llegar a amarlo como él a ella.

Continuaron el recorrido por la baticueva, con la distancia necesaria para no flaquear ante la presencia del otro. La cantidad de batimóviles llamó la atención de Raven.

"Entonces, ¿Cuál fue el que intentaste manejar cuando eras más pequeño? ¿Fue a los 13 o a los 14?" La pregunta lo tomó desprevenido, y por un instante iba a preguntar a qué se refería pero pronto todo cayó en su lugar. Damian frunció el ceño, observando a Raven directamente a los ojos, pero ella no se inmuto. Sólo la comisura de sus labios se alzó disimuladamente, pero no lo suficiente para que él no lo notara.

Estaba molestándolo. Pero no caería en sus juegos. Así que puso los planes de venganza contra el familiar que hubiera revelado tal información sin su consentimiento, y tomó la situación con dignidad.

"Técnicamente, intente manejar todos en cuanto llegue aquí. Pero ese fue el que intente manejar a los 13" Raven apretó los labios tratando de ocultar su disfrute, mientras se acercaban al vehículo.

No se habían visto en dos semanas y a pesar que se había contenido desde que apareció en la mansión, el cuerpo de Raven empezaba a reaccionar cada vez más a la presencia de Damian.

Lo había extrañado demasiado.

Y podía sentir sus emociones listas a escapar de su interior si era descuidada. Pero quizá eso es lo que debía hacer. Lo que debió hacer hace mucho.

Se detuvieron una vez que llegaron al costado del vehículo y Raven se giró hacia Damian.

"¿No me vas a invitar a pasar?"

"Vienes muy curiosa el día de hoy." La sonrisa de Raven se ensanchó con su comentario por un instante antes de volver a poner cara seria.

"Las personas que volamos somos constantemente discriminados, ¿sabes? Yo también quiero ir sentada de vez en cuando." Damian puso los ojos en blanco, pero se acercó a abrir la puerta del copiloto, haciendo una reverencia a Raven para que pasara.

Raven sonrió y entró. Damian se acomodo en el asiento del piloto, y no escondió su sonrisa al ver a Raven como niña chiquita curioseando por el interior del auto.

Pensando en retrospectiva, no podía negar que estaba seguro que las únicas veces que la había visto en el interior de un auto era cuando Kori los sacaba por Diversión Obligatoria. Pero eso no lo admitiría, no en ese momento al menos.

"¿Cuándo tendrás un auto?" La pregunta lo sacó de sus pensamientos. Los ojos violeta de Raven lo miraban fijamente y sintió un escalofrío recorrerle la nuca.

"Tengo una motocicleta." Dijo desviando la mirada, pero pudo ver por el rabillo del ojo como Raven hacía una mueca con la boca, regresando su vista al frente.

"Pero un auto es más privado." Las palabras salieron como si nada de los labios de Raven, pero no dejó que Damian terminara de asimilarlas. "Enséñame a manejar."

"Literalmente puedes transportarte a donde quieras. ¿Para qué quieres aprender a manejar?"

"¿Ves lo que digo? Sólo por la experiencia." Se observaron fijamente. Por alguna razón, Damian sentía que esto iba más allá de aprender a manejar "Enséñame o tendré que buscar algo más con que entretenerme."

"No voy a hacerlo ahorita."

"De acuerdo." Raven echó un vistazo alrededor, asegurándose que la guarida siguiera sola antes de inclinarse sobre Damian, chispas saltaban de sus dedos. Tarde reaccionó Damian que Raven aprisiono sus manos, y en un segundo, estaba sobre sus rodillas, la mitad de su cuerpo sobre su regazo. Sus manos escabulléndose entre sus pantalones.

"Raven, ¿Qué haces?" Tuvo que usar toda su fuerza para tratar de sonar firme pero fue físicamente imposible dejar salir un suspiro cuando la mano de Raven agarró su miembro endurecido.

"¿Quieres que me detenga?" Su voz sonó casi inocente. Lo observó por encima de sus pestañas, y para Damian era una imagen casi angelical e hipnotizante. Sin pensarlo, susurro un No, lo suficientemente audible para Raven, y lo siguiente que sucedió fue que Raven introdujo su miembro en su boca.

Damian dejó caer su cabeza contra sus hombros del placer, enredando los cabellos de Raven en su puño. Ella subía y bajaba motivada por los gemidos que Damian emitía, y con su mano libre envolvió la base de su pene, moviéndose al compás que ella subía y bajaba por su erección.

Su boca abandonó su miembro completamente erecto pero continuó el movimiento con su mano mientras bajaba para succionar sus testículos. Damian se retorció en su lugar, apretando el agarre en su cabello, incitando a Raven a continuar. Finalmente, lamió todo lo largo de su masculinidad hasta la punta antes de volver a introducir su miembro en su boca.

Raven tenía que admitir que se sentía un poco culpable. Su acuerdo había sido claro, eran demasiado cercanos como para continuar esa relación, y las semanas que habían pasado alejados habían tenido un efecto positivo. Todavía cuando recibió la llamada de Dick, se sintió confiada que era un buen reinicio, pero al momento que puso un pie en la mansión y vio a Damian, por primera vez, en ese ambiente tan familiar y cotidiano, apartado de la torre, fue imposible seguir negando sus sentimientos.

Sabía que no era un movimiento limpio haberse tirado sobre sus rodillas e ir directo a su entrepierna, pero no podía evitarlo. Una parte de ella se negaba todavía a renunciar a él y el alboroto de emociones ajeno al suyo, sólo la alentaba a continuar y tomar todo lo que él ofreciera.

Abrió los ojos al escuchar su nombre escapar de los labios de su amante, y la imagen que vio la excitó más. Su espalda arqueada, su rostro avergonzado y sonrojado, avecinando que estaba próximo a terminar. La mano de Damian trato de jalar, junto con lo que fue un intento de llamar su nombre, pero Raven succiono con mayor intensidad hasta que Damian no dejo de retorcerse, rugiendo mientras sentía el líquido de su cuerpo salir, llenando su boca.

Raven continuó su movimiento hasta que el miembro de Damian empezó a suavizarse, y entonces dejó su peso caer sobre sus pantorrillas, ambos tratando de tranquilizar su respiración. De pronto Damian la tomó con ambas manos por el rostro y él se inclinó a besarla apasionadamente, sin importarle los restos de fluidos todavía esparcidos en la boca de Raven.

Con su lengua lamió los labios de Raven hasta que ella abrió la boca, otorgándole libre acceso. Raven sintió el calor en su vientre expandirse por todo su cuerpo, necesitando más de Damian.

Cómo si pudiera leer sus pensamientos, Damian se separó agitado, jalándola hacía la parte trasera del auto. "Atrás. Ahora." Ordeno, más brusco de lo que hubiera querido, pero eso sólo emocionó aún más a Raven.

Ambos se apresuraron a pasar a la parte trasera. Ya ahí, Damian empujó a Raven contra la pared del auto y sin darse el tiempo de pensarlo, hizo a un lado su uniforme y enterró su rostro entre sus piernas.

Bendito el momento en que Raven cambió las medias por unas botas altas. No le hubiera gustado tener que hacerla pasar por el bochorno de andar por la mansión con sus medias destrozadas del centro. Pero por suerte eso ya no resultaba una preocupación y podía enfocarse en tatuar su nombre sobre su clítoris y disfrutar de sus deliciosos gemidos.

Raven enterró su mano en sus mechones, restregando su centro contra su rostro cómo si la vida se le fuera en eso. Dos semanas habían sido demasiado y lo necesitaba con urgencia. Damian por su parte, no se quejaba, y respondía con la misma intensidad a sus demandas

Damian succiono su clítoris y lamió lo largo de su entrepierna, cómo si fuera su dulce favorito, relamiendo sus labios después para no desperdiciar una gota de ella, antes de volver a perderse entre sus pliegues.

La tensión se sentía a punto de estallar en su vientre. Damian sabía cómo hacerla pasar por una montaña rusa de emociones, llevándola cada vez más lejos hasta que era insoportable.

"Damian, estoy tan cerca..." dijo entre súplica y queja con voz quebrada. Damian introdujo un dedo dentro de ella, introduciendo y sacando varias veces antes de insertar un segundo dedo, curvando contra ese punto sensible que llevó a Raven casi al límite, sin dejarla cruzar esa delgada línea todavía.

Poco a poco, el cuerpo de Raven fue resbalando y cuando quedó completamente recostada a lo largo del asiento, Damian abandonó su entrepierna y subió para besarla, introduciendo un tercer dedo, su pulgar continuando el trabajo de su lengua contra su parte más sensible.

Raven rodeó inmediatamente a Damian por los hombros, sus piernas imitando la misma acción contra su cadera, acercándolo contra ella con desesperación.

Damian empujó sus dedos con más fuerza contra ella, haciendo que recargara su cabeza contra sus hombros. Damian aprovechó el gesto para lamer el largo de su cuello, plantando besos a por su mandíbula antes de regresar a su cuello, dejando pequeñas mordidas en su camino.

Sus penetraciones eran profundas y ahora sí, Raven estaba en su límite. Damian restregaba sus caderas contra las de ella, y Raven gemía con más excitación al sentir su erección lista, nuevamente, contra su centro mientras los dedos de Damian no tenían piedad.

Por fin sintió un choque de electricidad recorrer todo su cuerpo, tensando por un instante hasta que un sonido gutural salió de su pecho y entonces, su cuerpo se relajó por completo. El pecho de ambos subía y bajaba agitado, Damian dejó caer su cabeza contra el hombro de Raven, dejando su peso sobre sus antebrazos a los costados de la cabeza de Raven, quien acariciaba su espalda.

La magia de Raven escapaba levemente de sus dedos a lo largo de su espalda y Damian sabía lo que eso implicaba; Raven estaba lejos de terminar su encuentro. Antes de poder pensar algo más, Raven lo empujó por los hombros, obligándolo a sentarse.

Raven junto sus labios contra los de él, mientras sus manos buscaron con desesperación el miembro de Damian, moviendo su mano de arriba a abajo, unas cuantas veces, antes de pasar una pierna sobre su regazo, acomodándolas a los costados de la cadera de Damian.

Sin romper el beso, Raven abrió los ojos al sentir una presencia en el lugar, y allí, al otro lado de la habitación, caminando hacía la gran computadora, llegaba Batman, y tan sólo unos pasos atrás lo seguía Nightwing.

"Batman..." En lugar de detenerse, continuó besando a Damian por la mandíbula hasta llegar a su oreja. "... está aquí." susurró. Inmediatamente, Damian quitó las manos de Raven de su parte más sensible, y volteo para corroborar.

"Mierda." Damian dejó caer su cabeza contra el respaldo del asiento, respirando con profundidad, tratando de calmarse. "Nos van a escuchar." Raven colocó una mano en su hombro y con la otra volvió a tomar su pene, acomodándolo entre sus labios.

"Entonces será mejor que guardes silencio." Dijo resbalando su cuerpo sobre Damian. Instintivamente las manos de él la tomaron por la cadera, presionándola contra las suyas. Un gemido estuvo a punto de escapar pero fue callada por los suaves e hinchados labios de Damian.

Raven empezó a mover sus caderas en un ritmo tortuosamente lento. Damian se permitió cerrar los ojos y disfrutar de la sensación. La había extrañado. Más de lo que se atrevía a aceptar.

De pronto, Raven lamió sus labios antes de atrapar su labio inferior entre los suyos y soltarlo, sus caderas empezaron a marcar un ritmo más rápido. Damian abrió los ojos y respondió empujando su centro contra el de ella, la cabeza de Raven se dejó caer sobre sus hombros al sentirse llena del moreno debajo de ella.

Para Damian, Raven lucía como una diosa del placer. Despeinada, con los labios hinchados, pequeñas marcas sobre la piel expuesta de su cuello, el entrecejo arrugado, mordiendo su labio inferior, tratando de contener sus gemidos. No había imagen más perfecta para él y era más que suficiente para hacerle olvidar que necesitaba discreción.

Su pene se retorció dentro de ella de la excitación, y no tardó en envolver sus brazos sobre su cintura, apoyando para penetrar màs profundamente de ella, alcanzando ese punto sensible que volvía loca a Raven.

"¡Sii! ¡Damian!" Gimió, encontrándose con cada una de las estocadas de Damian, y no tardó en sentir el calor de su cuerpo concentrarse en su centro, mientras sus uñas se clavaban en el uniforme de Damian, mientras el lamia y succionaba su cuello.

El ritmo de sus caderas chocando entre sí era desenfrenado, a tal punto que era difícil saber dónde empezaba uno y terminaba el otro, pero eran esos detalles los que amaban de sus encuentros, donde podían sentir que pertenecían al lado del otro. Por mucho que trataran de negarlo.

Por su lado, Damian sintió su orgasmo asomarse. Sabiendo que no duraría mucho, bajo su mano a donde sus cuerpo se encontraban y acarició el clítoris de Raven con su pulgar mientras apretaba el agarre en su cintura, penetrándola con profundidad con cada estocada. Raven lo tomó por los cabellos con otra mano recargada en sus hombros, respondiendo con la misma intensidad, retorciéndose ante las descargas que sus dedos provocaban en su centro.

Ambos gemían, agitadamente, el nombre del otro escapaba de sus labios como una plegaria, olvidando el resto del mundo.

Raven se tenso ante la llegada de su orgasmo, dejando caer su cabeza sobre el hombro de Damian, mientras él daba una última estocada antes de acompañarla, tomándola por el rostro y uniéndolos en un suave beso.

Juntaron sus frentes al separarse de su beso, ambos con ojos cerrados, tratando de capturar el momento.

"Te extrañe."

Las palabras resbalaron de la boca de Raven, casi sin darse cuenta que las había conjurado. El corazón de Damian dio un salto, pero en su agotamiento, sonrió, rodeándola con ambos brazos, esperando que eso bastara para evitar que desapareciera de un momento a otro.

"No te vayas." Fue lo último que dijo antes de volver a colocarla contra el asiento, debajo de él y besarla, sin importar nada más que ese momento.

*

*

*

Bonus:

"Dijiste que Damian estaba aquí. Debemos avanzar con el caso." Batman sonaba irritado. La realidad es que no le hacía gracia tener que pedir apoyo, mucho menos a una usuaria de la magia. Pero parecía que habían llegado a un callejón sin salida si no tenían ese apoyo. Solo por eso había accedido a las insistencias de Nightwing para llamar a Raven.

Y ahora que lo había hecho, Damian no estaba en ningún lado.

"Se supone que sí. En cuanto llegó Raven le dije que... Oh." De repente, el rostro del antiguo Robin se distorsionó y el color empezó a trepar por su rostro. "Creo que el pequeño D esta... Ocupado, B." carraspeo su garganta, tratando de sonar neutral. Batman no se movió de su lugar, y observaba detenidamente a Dick sin entender su reacción.

Dick apretó los labios, dudando un segundo y luego movió la cabeza ligeramente, en dirección hacia donde estaban los diferentes modelos del batimóvil.

Batman siguió con la mirada donde el acróbata había señalado. De pronto, su rostro serio de siempre, cambió a uno de sorpresa total al notar el cristal trasero del auto empañado, y el ligero rebote del auto tampoco pasó desapercibido para el detective.

Abrió la boca pero las palabras no salían. Y como pocas veces, Batman había quedado, evidentemente, sin palabras.

"Yo creo que regresamos en una hora." Dijo Dick, dándose la vuelta. Batman no se movió, y por un momento tuvo la necesidad de alegar algo pero el batimóvil empezó a moverse con mayor fuerza y constancia y eso bastó para ahuyentar al murciélago de su cueva por un rato.

Después de aquel incidente, Batman no vio a Damian a los ojos por un día entero, pero una vez pasado el choque inicial, Dick no perdió la oportunidad de recibir a la pareja de aves, despeinada y sonrojada, y decir.

"Una sola vez, si como no."


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