Mire miserablemente la escuela, una multitud de chicos se han reunido alrededor de la puerta principal, ocupados hablando de sus vacaciones. Deje escapar un gran suspiro, era el momento para tareas de los profesores, de chicas estúpidas, chicos Geek y el momento "Cool" para algunos chicos. Y está grande cosa, es demasiado grande para mí, una gran escuela *cof, cof* La famosa Universidad St. Daniels, creo que le queda grande su nombre con el tipo de estudiantes que hay en ella. Tome una profunda respiración y camine de mal humor hacia la entrada principal. Oh esperen ¿Quién soy? Soy Aubrey Cavicchi, en realidad Aubrely Ysatis Sloane Eilonie Cassavacchi, ese es mi verdadero nombre. En breve Aubrely Cassavacchi, así me llame durante diecisiete años de mi vida, mi nombre era extraño y vergonzoso, afortunadamente tuve que cambiar mi nombre cuando comence a vivir a aquí. Pero yo no les he dicho algo todavía, mi abuela se llamaba Ysatis, su madre Sloane y su abuela Eilonie. Supongo que son nombres extranjeros. Mi abuela Ysatis era muy agradable y dulce, ella nos visitaba muy menudo. Ella me leía mucho cuando era pequeña, varios folletos de Pequeñas Princesas, es curioso porque no tenía idea que yo era una princesa. También me enseño todas esas cosas que deben saber las princesas, que cubiertos deben usar a la hora de la cena, como manejar una amenaza de muerte y otras cosas tontas para mí en ese momento. Pero siempre pensé que era lo que todo una abuelita le enseñaba a sus hijos y nietos, que es una especie de "Tarea de una abuelita" Una vez fui a un almuerzo escolar, tenía 5 o 6 años supongo, me di cuenta de que mis compañeros no eran muy buenos con los cubiertos y yo no entendía nada porque no sabía usar de manera adecuada, entonces yo le pregunte a una niña:
-¿Tu abuela no te ha enseñado a usar los cubiertos correctamente? -Ella me miro extrañamente al principio y luego comenzó a reír.
-Mi abuela no le gusta enseñarme cosas estúpidas -dijo. Totalmente molesta esa vez me fui a casa y le conté todo lo que sucedió a mi abuela. Ella me llevo a su regazo y me dijo:
-Aubrely, tus compañeritos no son tan especiales como tú lo eres. Ellos no lo saben, tú si lo sabes. Dado que esto va ser muy importante más adelante -Yo solo vagamente asentí.
Pero lo siento, me estoy desviando de mi historia, como he dicho, soy Aubrey Cavicchi ese mi hermoso corto nombre. ¡Me hubiera gustado llamar Barbara Palvin o Camila Cabello! O no sino Jennifer López, pero mis padres no me dejaron llamarme así. Les contaré un poco de mí ¿Sí? Yo soy una chica normal, con una vida normal y una familia normal. O eso es lo que piensa las personas. En realidad yo soy una princesa, de las pequeñas princesas, de un país desconocido llamado Prietocci. Lamentablemente tuve que viajar a esta ciudad cuando tenía diecisiete años ¿Por qué? Eso es una larga historia. Les contare, pero más después.
Hace exactamente un año que entre a esta universidad. Pequeña e inocente como mi nuevo nombre, yo no conocía a nadie, yo solía ser tratada de una forma especial, pero ahí estaba yo, sola. Estaba casi muerta. Yo tuve que cambiar mi lenguaje limpio, miradas extrañas hacia las persona y mis vestidos de princesa y ropa elegante para usar ropa normal para adolescentes. A principio todo me pareció terrible, pero por suerte ya no estaba intimidada por todo aquello. Y además la ropa y la comida de esta ciudad es genial ¡Realmente amo a la comida de esta ciudad!
El primer trimestre del año pasado camine sola por toda la universidad. Nadie me conocía, nadie sabía que era una princesa. Yo me sabía algunos nombres de algunos estudiantes. Estaba sin amigos y odiaba todo de esta ciudad. Lo único que pensaba era: ¡Oh! Como quería volver a mi país natal. No es como si vivir en un castillo fuera tan divertido, pero la vida aquí era terrible. Hasta que conocí a esos dos perdedores que ahora son mis mejores amigos, Damián y Lyndsie, ahí estaban ellos, ocupados hablando y riéndose en la máquina expendedora de bebidas, Lyndsie siempre tan saludable con una botella de agua y Damián disfrutando de una lata de Coca-Cola. Inmediatamente puse una sonrisa de oreja a oreja en mi rostro y me dirigí hacia ellos.
-¡Hey! -Grite y Lyndsie se dio la vuelta. Corrió como una mujer histérica se acercó a mí y me empezó abrazar. Ese era un abrazo oso de eso que ni te deja respirar -Lynd... -intente hablar, pero no podía - No... puedo... res...pirar -Inmediatamente me soltó.
-Lo siento -ella se rio -¡Ay, no te había visto durante tanto tiempo! ¿Cómo te fue en las vacaciones?
- ¿Mis vacaciones? Sí, mi viaje fue terrible y me refiero que realmente fue terrible.
Lyndsie Collins y Damián Anderson son mis únicos amigos, en todo el descanso de las vacaciones no mire a ninguno de los dos. Lyndsie estaba de vacaciones con su tía en las Antillas, y ciertamente Lyndsie tiene una familia muy adinerada y seguramente fue a muchas fiestas con algún chico sexy, tan sexy como ella, y si, porque Lyndsie es hermosa y no lo digo porque es mi mejor amiga. Su cabello rubio brillante, sus pestañas largas que se ven hermosas sin usar rímel. Los muchachos se enamoran de ella fácilmente, a veces eso es un poco molesto, yo siempre he sido 'Solo la novia de Lyndsie " Damián también se fue de vacaciones lejos, él iba con sus padres a acampar a Francia. Él tenía un aspecto horrible como un muerto, pero si, al menos él tiene ese color marrón, mientras yo estaba tan blanca como un fantasma.
-¿Aubrey? -Damián me dio un codazo y por lo tanto me saco de mis pensamientos. Parpadeé un poco desorientada.
-¿De que estábamos hablando? Oh, espera -Abrí mis brazos y por lo tanto le di un abrazo. No estoy acostumbrada a recibir abrazos de parte de los chicos, pero Damián es mi amigo, así él si puede abrazar
-Es bueno verte -Dijo Damián. Lyndsie sonrió ampliamente, pero Damián solo parecía miserable.
- ¿Qué sucede contigo? -Le pregunté, se sorprendió pero él no contesto. Lyndsie se rio y contestó.
-Conoció una chica, a quien la dejo en Francia.
- ¡Lyndsie! -Damián gritó enojado -¡Eso era un secreto!
-Oh, lo siento.
-Una noche de fiesta ¿Eh? -Le pregunte yo eche mis brazos al aire -¡Oh, que romántico! ¿Cuál es su nombre? ¿Dónde vive? ¿Tiene Skype? ¿Twitter o Instagram? ¿Facebook o Snapchat? ¿Qué edad tiene? ¿Qué aspecto tiene? ¿Cómo...
-Wau, calma -dijo Damián, hablé tan rápido que tuve que respirar profundamente -No quiero hablar de ella.
- ¡Al menos dime su nombre! -le suplique.
-No.
-Por favor...
-¡Damián !
-¡Idiota! Te lo diré de todos modos ¡Incluso todo!
-¡Si, Damián ! ¡Cuéntanos! -Lyndsie se metió en medio nuestra conversación.
-Está bien. Está bien, se llama... -Se inclinó un poco hacia delante para hacerlo un poco más misterioso -Su nombre es...
- Ajaaa... Lynd y yo dijimos simultáneamente.
-¡Damián! -Le grite con rabia mientras le di un empujón -¿Qué tipo tontería es esta? ¿Por qué es un secreto?
-Solo... -Se encogió de hombros - ¿Quieren saberlo? Es Juliette y tuvimos...
- ¿Y? -Lyndsie se puso las manos en las caderas. Damián sonrió, se dio la vuelta y se alejó. Yo lo miraba con la boca abierta.
-Lo que él... -le dije sorprendida a Lynd. Ella se encogió de hombros.
- Ah, las hormonas -ella llevo su brazo hacia mi hombro -¡Necesito de todos modos que me cuentes todo sobre tus vacaciones!
***
Ahí estaba yo, en el salón de clases, cansada de la historia de Lyndsie, de sus vacaciones, de su novio guapo, su pelo y bla bla bla, de su sixpack. Estaba casi contenta de que sonará la campana, así que tenía la excusa para escapar de Lynd. No me malinterprete, ella es mi mejor amiga, siempre me hace reír, pero a veces me pongo un poco loca con sus historias. A veces me deprime; Quiero decir, que los chicos ni siquiera saben mi nombre, yo solo soy la novia de Lyndsie Collins. O a veces no saben muy bien que existo. Estaré siempre sola hasta el final, no del todo hasta final, tarde o temprano probablemente tendré que casarme con alguien. Tal vez pronto, sin embargo si alguien se enterar de mi identidad nunca me cansaré.
No eso no es posible, nadie sabe mi identidad, Lynd y Dam ni siquiera lo saben. Aunque a veces es molesto, se siente como si nuestra amistad fuera una mentira. Es tan estúpido que no les puedo decir la verdad, a veces me dan ganas de gritar ¡Hola, soy una princesa y ¡EN CADA MOMENTO DE MI VIDA alguien me puede secuestrar, para casarme a la fuerza con él! Pero no, no puedo, sé que me gustaría decirlo pero alguien se enojaría conmigo por eso a veces me siento tan mal por llegar a decir la verdad.
-Aubrey... - Salté al escuchar mi nombre.
- ¿Eh... Qué? -Le pregunté sorprendida al Señor Smith, lo mire fijamente, él es el profesor más tonto del universidad, a través de sus cejas gruesas, pelo revuelto y la nariz grande, se parece a una bruja. Un hombre bruja, si es que existe, él siempre me da escalofríos.
-¿Cuál es la respuesta? -dijo de forma de amenazamente. Estaba totalmente roja.
-Uh, um... - tartamudee, mientras mis manos empezaban a sudar. Todos los del salón de mi clase me miraban - Cinco -dije con esperanza. Él suspiró ruidosamente, sentí un golpe en mi pierna y me volví enojada, mire fijamente a los ojos de Samantha Gardner. La perra más estúpida de la escuela.
- ¿Qué? -le pregunté con rabia.
- ¿Estabas soñando otra vez, Aubrey Traviesa? -preguntó con una estúpida voz dulcemente falsa. Unas de las pocas personas que estaban en el salón se rieron.
- Sí -le dije mientras ponía una sonrisa maliciosa en mi cara. -Y tú estabas en mi sueño.
-¿Ah, sí? -Preguntó sorprendida -¿Y quién era yo? Una supermodelo con un novio guapísimo. ¿O la superhéroe que le salva la vida a las personas? -Sonríe al escuchar esas estúpidas palabras.
- Algo así... -dije misteriosamente -En realidad, tú habías desaparecido sin dejar rastro alguno y nadie te estaba buscando como si no valieras nada -su boca se abrió y se volvió como que si hubiese triunfado en nuestra pequeña pelea. Y eso no había sido así, ella era muy estúpida.
Esa era Samantha. Una chica con el pelo largo marrón, ojos marrones grandes, que son en su gran mayoría rodeados por una capa de delineador de ojos, su cara es de un color marrón estupendo y sus mejillas son color rosa pálido por el demasiado rubor que hay en ellas. Podría ser muy hermosa sin el maquillaje. Quiero decir ella es linda, ella tiene unas piernas largas (por desgracia hoy usa una falda muy corta) y un cutis envidiable. Su camisa era obviamente demasiado corta. Y por eso los chicos del campo solo la encontraba como pasatiempos o una diversión de una noche. Ufff. No, gracias, prefiero ser conocida como la novia de Lyndsie, a ser como ella. Apoye la mejilla en mano y mire de nuevo al Sr. Smith.
···········
-¡Damián! - Caminé hasta el lugar donde siempre nos sentamos la hora del descanso.
-¡Hey! -levantó una ceja. -Por Dios ¿Por qué eres feliz hoy?
-No estoy feliz, solo con un poco de mal humor -abrí mi bolso y saque un poco de comida -bueno no estoy de mal humor -Le di mordisco a mi bocadillo.
-Y... -Comencé a decir -Hábleme de tu amor de una noche de fiesta -Volvió la cabeza hacia otro.
-No quiero hablar de ella.
-Habla de eso, di lo que estas sintiendo, di todo lo que pasa por tu cabeza, te va ayudar estar mejor, si hablas de ello -Wau eso sonaba muy sabio. Bueno poquito sabio. Bueno no tan sabio.
-No puedo hablar de ella.
- ¿Por qué no? -Le pregunté sorprendida. Se inclinó hacia delante.
- Porque... -No termino la frase porque estaba distraído mirando alguien detrás de mí. Me di la vuelta y vi a Lyndsie, con una cara sonriente, ella caminaba hacia nosotros. Me volví hacia Damián, pero él estaba con la cabeza agachada, yo lo miraba demasiado extraño el día de hoy. Algo ocultaba y lo tenía que averiguar.
- ¿Por qué... -Pregunté, el negó con la cabeza. -Bueno, está bien -dije en voz baja. Ya no podía responder porque Lynd estaba junto nosotros. Y digamos que ella es algo chimosa.
-¡Hola! -grito entusiasmada.
-Oye -le dije y acaricie el asiento que estaba a mi lado. Ella llego enseguida a tomar asiento.
-¿Me he perdido de algo? -Preguntó ella mientras abría su bolso.
-No... Me tengo que ir de nuevo -Damián se levantó rápidamente y se alejó.
- ¡Adiós! -me despide de él. -Hey Lynd - suspire -Ah, una noche de fiesta, ya sabes -Ella puso los ojos en blanco.
-Está un poco extraño, pero ya se le pasara.
-Sí, eso espero -Me recosté en mi asiento mientras le daba mordidas a mi delicioso sándwich.
-Por cierto ¿Quieres ir a la ciudad después de la escuela? -Pregunto Lynd.
- Si -Suspire -Pero tú sabes cómo son mis padres, nunca siente que es bueno salir.
-Oh, ¿Por qué no?
-Bueno, porque.... - Me encogí de hombros, bueno yo sabía exactamente por qué no me dejaba salir a la ciudad. Mis padres pensaban que era peligroso si no vengo a la casa después de la escuela y bla bla bla... Que molesto era que fuera una princesa. Hablamos durante un rato hasta que la campana sonó. Lyndsie se puso de pie.
- Me voy, no puedo llegar tarde, la Sra Cash me va matar -dijo mientras se alejaba. Sonríe
-¡Buena Suerte! -le desee, ella saco su dedo pulgar.
-¡Gracias! -La mire sonriendo, estaba a punto de levantarme cuando escuche una melodía familiar dentro de mi bolso. Un mensaje de texto, sorprendida mire mi celular. Remitente desconocido.
Hola, Aubrely Cassavacchi
Mi corazón se detuvo cuando vi el mensaje de texto, sentía que no podía respirar, me quede petrificada en la pantalla de mi celular. Si, lo vi así. Yo no estaba ciega. El mensaje estaba allí. Alguien sabía mi nombre, mi identidad. Di un grito ahogado. Esto debe ser una broma...
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❤
Hola, estaré actualizando la novela los días 14, 21, 30 (31) de cada mes.
I am Aubrey ⬇
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