Él me siguió besando, abrazando mis manos arriba de mi cabeza, mientras permitía una y otra vez el paso de su lengua en el interior de mi boca.
Era tal vez ilógico, pero tuvimos que separarnos por falta de aire. Respiramos con rapidez, y nos vimos a los ojos, sólo la luz de la luna alumbraba nuestros rostros.
Entonces fruncí mi ceño y me atreví a bajar un poco mi mano por su abdomen. Lo escuché tragar saliva cuando mis dedos rozaron su cinturón.
—Si lo haces —avisó—... no habrá vuelta atrás.
—Lo sé —asentí.
Viéndonos a los ojos, mis manos hicieron el ruidoso amago de desabrochar el cinturón que rodeaba sus caderas. Desabotoné el único botón que tenía y bajé su cremallera.
Lentamente, una de mis manos acarició el elástico de su ropa interior, y seguí bajando, sintiendo lo caliente y grande de su erección.
Él botó un suspiro que llegó a dejar a un lado algunos cabellos de mi frente, y seguí tocándolo arriba de aquella fina tela.
El pene de Jungkook parecía grande, muy largo y grueso.
Y cuando tomé la osadía de meterme bajo su bóxer, Jeon gruñió en silencio. Mis dedos tocaron la punta de su húmedo falo, y seguí bajando, hasta rodear su extensión con mi mano.
Mierda, mi mano era muy pequeña o su miembro era demasiado grueso, porque ni si quiera logré rodear su colosal grosor.
Comencé a masturbarlo, él frunció su ceño y abrió los labios, dejando escapar con ello simultáneos gemidos, los cuales ahogué con mi boca. Nos besamos con magnanimidad, devorando nuestros labios, hasta llegar a tal punto del dolor.
—N-No podré detenerme, ___ —gimió, mientras su pene era apretado por mi mano.
—No lo hagas, Jungkook —besé su cuello.
Necesitaba esto, mi cuerpo me lo pedía. Ya no aguantaba, no podía pensar en nada más que no fuera sentir satisfacción y tener un pene dentro de mí. Le tensión que me cuerpo sentía era enorme, necesitaba descargarme.
Él se levantó y arrodilló en medio de mis piernas, alzó su brazo y abrió una mesita de noche, rebuscó entre las cosas hasta formar una sonrisa nerviosa con sus labios.
En sus manos tenía un preservativo, me miró y su manzana de Adán se movió con brusquedad.
¿Qué pasaba? ¿Jeon Jungkook estaba indeciso? ¿Nervioso? ¿Llevaba tiempo seduciéndome, y ahora no tenía claro si hacer esto o no?
¡Vamos! Sólo debía follarme como lo hace con las demás. ¿Esto no era lo que quería?
—¿Qué sucede? —pregunté.
—Yo no... —aclaró la voz—. No quiero hacerte daño.
—Daño es lo menos que me harás —traté de sonreír.
—Digo... —pasó la lengua por sus labios y quitó su chaqueta, bajó sus pantalones hasta la altura de las rodillas y levantó su camisa hasta su ombligo, algo cohibido—. Es muy...
—Grande —terminé por él.
Quedé boquiabierta.
Era largo, su grosor era muy parecido a mi antebrazo, y su falo brillaba a la luz de la luna. Ésa cosa media al menos unos 21 o 23 centímetros en aquel estado.
Sólo pensé en lo más atrevido que haría en mi vida. No dudé en bajar mi cremallera y con ello dejar mis pantalones y bragas a la altura de mis talones.
Me senté frente a él y quité el preservativo de su agarre, lo abrí con mis dedos, levanté la mirada a la altura de sus ojos, él me veía con algo de asombro, cuando deslicé el condón por su pene, sintiendo con ello las resaltadas venas que habían a lo largo de éste.
Atraje su cuello a mí, su cuerpo aplastó el mío y terminé de quitar mis pantalones con ayuda de mis pies, para así enrollar mis piernas con las suyas.
Una punzada en mi parte baja sentí, cuando su pene rozó mi húmeda intimidad.
—Duele... —jadeó—. Estoy muy duro.
Tragué saliva, y cuando quise volver a besarle, la puerta se abre y los dos alzamos la cabeza.
—¡Definitivamente no es el baño! —y cierra la puerta.
—¡Mierda! —digo.
—¿Q-quién era? —pregunta Jungkook.
—Sólo un chico.
Sabía quién era. Se trataba de la persona que momentos antes era follado por Tae Hyung, pero eso no debía saberlo Jungkook. No sabía si los demás estaban al tanto de aquello, y no pretendía perjudicar a Tae de alguna forma.
Rápidamente hice a un lado a Jungkook y busqué mis pantalones, me los puse con dificultad a causa de la oscuridad.
Y de pronto lo vi ahí, sentado en el suelo, semidesnudo, cubriendo su erección con parte de su camisa, cabizbaja.
Jungkook lo hacía parecer complicado, algo así como si nunca nadie lo hubiera dejado en aquel estado de excitación.
Me hacía sentir como aquellas personas que usan y desechan a los demás por mera satisfacción.
Yo no era como ésas personas. Sin embargo...
¿Por qué te veo tan indefenso?
La había cagado. Casi me follaba a Jungkook, casi fui infiel. No, ¡Sí lo fui! Me convertí en una infiel, besé sus labios y toqué su cuerpo.
Me había convertido en lo que juré nunca ser.
Mantenía un pánico interno, que pretendía no demostrar frente a él.
—¿Qué sucederá ahora, ___?
Él pregunta y salgo de mi ansiedad.
Necesitaba hacer bien las cosas, y esto no ayudaba para nada. Me había metido en un lío, uno de los más grandes, del que no estaba segura si podía salir sin hacerle daño a alguien.
—Olvida esto, Jungkook —lo miro y ruego internamente por no ganarme su odio—. Por favor...
Él sonríe, cabizbaja, ni si quiera se atrevió a verme a los ojos. Sólo siguió cubriendo su pene con la camisa.
—Claro —respondió.
Y con un gran peso mental, salí de la habitación, encontrándome a Tae y el mismo chico. ¿Acaso esta noche no podría ser menos conflictiva?
—___ —dijo Tae, rascando su cuello.
—Tae —sonrío, pretendo no parecer sorprendida y mantenerme tranquila—. Es descortés de tu parte no presentarme a tu...
—Amigo —termina por mí.
Aquella palabra provoca que el chico que antes sonreía a su lado, lo mire y baje la cabeza, jugando con sus manos.
—S-sólo somos amigos —vuelve a avisar Tae.
Sí, amigos que se dan por el culo.
—Oh, sí, bueno... —asiento, y creí que incomodaba, así que de inmediato agrego—. Iré a ver a Yon, nos vemos luego, chicos.
Y cuando empiezo a caminar, Tae habla.
—E-en realidad no, no somos sólo amigos —le cuesta expresarse, pero lo intenta.
Volteo a verlos, y noto cómo toma de la mano al chico.
—Él es Hoseok, mi novio... —aprieta sus labios—. Y necesito tu ayuda, ___.
—Está bien —sonrío—. Puedes confiar en mí.
Woah, en realidad me hacía sentir importante. Y apenas lo conocía.
—Ninguno de mis hermanos sabe que soy... —miró a Hoseok— Gay. Que soy gay.
—Entiendo.
—Y todos en la fiesta se han ido, menos Hobi —lo miró—. Y necesita llegar en media hora a su casa. N-no puedo simplemente pasar por la sala con él, mis hermanos no son tontos.
—¿Entonces? —frunzo mi ceño.
—Tú... tú... ¿Podrías acompañarnos?
—Tae, no es para tanto, creo que exageras. Puedes decirles que es tu amigo.
—No, ___, ellos no lo creerán.
—Yo creo que sí.
—Por favor... —pidió, apretando sus labios.
Los miré a ambos, un poco nerviosa, y suspiré.
—Está bien —respondí.
—¡Gracias! —Tae me abrazó con fuerza.
Después de un largo agradecimiento, y sin entender demasiado el "plan", bajé las escaleras con Hoseok y Tae.
Yoongi, Nam y Jin nos vieron.
—Iré a dejarlo a casa —acaricié el hombro de Hoseok, nerviosa—. Tae y yo.
—Gracias por el dato, crack —dice Suga—, pero no recuerdo haberte preguntado.
—Vete a dormir, Yoongi —lo reta Jin—. Perdón, ___, mi hermano se vuelve antipático cuando tiene sueño.
—Yoongi siempre lo es —comenta Nam, sentado en el sofá, mientras leía un libro.
—Al menos yo no me enamoré de alguien que vive en otra ciudad —responde él.
Nam cerró su libro, indignado, responde:
—Al menos yo conocí el amor.
—¡El amor es una mierda! —sacó su lengua.
Y salimos de ahí, Tae fue a la cochera y sacó uno de los cuantos autos que tenían ahí.
Hoseok se fue a su lado, yo me fui atrás, viendo cómo de vez en cuando Tae Hyung acariciaba el muslo del chico, y éste sonreía como respuesta.
Cuando llegamos a su casa, pude presenciar un corto beso de despedida. Entonces me cambié al puesto de copiloto.
—Tae Hyung... —hablo.
—Debes tener demasiadas preguntas.
—Perdón, no necesitas responderlas —asumo que debo quedarme callada.
—Sólo pregunta —botó aire—. De todos modos, ya sabes lo que nadie ha sabido.
—Bueno... —volteo un poco para mirarlo—. ¿Por qué tu familia no sabe?
Él apretó un poco la mano sobre el volante.
—Supongo que por vergüenza —me miró un corto instante—. No vergüenza por amar a otro hombre, sino... vergüenza a cómo ellos puedes cambiar su perspectiva sobre mí, ¿sabes?
—Yon es bisexual, y todos la queremos tal y como es, Tae. Aunque a veces es un poco loca, no deja de ser ella.
—Sí, pero Yon es Yon —apretó sus labios—. Yo soy Tae Hyung... el chico extrovertido y heterosexual, que habla con sus hermanos sobre lo atractivo que se le hacen las chicas.
—Tae Hyung, tus hermanos te seguirán amando de cualquier manera. ¿No has escuchado a Yoongi? Ése chico habla de muchos temas, y para nada heterosexuales —río.
—Lo sé —también rió.
—Sólo... aprovecha que tienes una familia que te ama. Y no quiero decir que esto para ti es fácil, no obstante... para muchas personas no lo es. No todos tienen personas en sus vidas que están dispuestos a apoyarlos frente a cualquier situación y decisión.
—Muchas gracias, ___ —sonrió de labios cerrados.
Habíamos llegado a casa.
—Claro, Tae, y tranquilo, esto nadie lo sabrá hasta que salga de tus propios labios —sonreí.
Al entrar a casa, Jungkook estaba sentado en un sofá junto a los chicos, él nos miró a ambos y frunció su ceño.
—Buenas noches, ___. Gracias por lo de hace un rato... —Tae me abraza con fuerza, sin dejar de sonreír—. Hasta mañana, chicos.
—Duerme mal, Tata —dice Yoongi.
Mientras ellos se daban las buenas noches, no pude evitar los penetrantes ojos de Jungkook en mí. Su rostro no mantenía ninguna emoción ni expresión, sólo me veía a los ojos, apenas pestañeaba.
¿Qué le sucedía?
Ah, claro, se me había olvidado que casi mete su pene en mi vagina.
¡Qué cosas! ¿No?
Decido salir de aquel momento, y voy a la cocina, cierro la puerta y saco una copa para beber agua. Mis mejillas ardían, odiaba esa sensación.
Apoyé una mano en la isla, y dejé la copa ahí mismo.
¿Qué pasaría ahora? Lo menos que necesitaba era pensar en mañana. Y lo sabía, había sido mi culpa por seguir sus acciones, sin embargo, Jungkook no debió insistir.
Los dos éramos culpables
Y de pronto, la puerta se abre y entra el castaño. Sin querer escupo el agua que mantenía en mi boca, y toso, cerrando mis ojos.
Jungkook pasa por mi lado, sin tomarme en cuenta, o al menos eso fue lo que creí, hasta que siento la presencia de su cuerpo detrás del mío, y una de sus manos posándose en mi cadera.
Sentí un escalofrío, y me estremezco cuando su mano restante toma mi mentón y provoca que lo mire a los ojos, muy cerca de su cara.
Con la manga de su camisa, seca delicadamente mi boca, quitando restos de agua.
—Sería hipócrita si no admitiera que estoy celoso, ___.
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Además de este capítulo, estuve preparando otro extra de Poles apart y el final de Juegos culposos. Ya no me la paso tanto en Wattpad, pero hago el intento. Hasta otro día :)
Gracias por leer 💕 Love u Parkmy's.