La salida, ¿Cita? O como quieran llamarle siguió su curso. Al final de ella Rindou había insistido en acompañar a Souya a su casa, pero este negó efusivamente, si su hermano mayor se encontraba en la casa y llegaba junto al menor de los Haitani lo más seguro es que terminara con los dos envueltos en una pelea en plena calle.
Y Souya no quería sacar de la cárcel de nuevo a su hermano.
Además de que era bastante innecesaria la compañía de Rindou (aunque no era algo que a Souya le molestara particularmente), ya que el Kawata menor había ido en su propia moto, por lo que no tenía necesidad de que lo transportarán.
Aunque se le hizo un gesto bastante dulce por parte de Rindou, y le prometió que a la próxima salida lo dejaría acompañarlo a su casa.
Cuando llegó a su hogar lo encontró totalmente vacío, no se sorprendió de no encontrar a su hermano en la sala, ya que pensó que probablemente se fue a descansar a su cuarto. Sin embargo, cuando el peliazul subió hasta el cuarto de su hermano para avisarle que ya había llegado se dió cuenta de que tampoco estaba ahí.
— ¿A dónde fuiste hermanito?—. Se preguntó a si mismo en un susurró mientras buscaba debajo de la cama (por raro que pareciera una vez si había encontrado a Nahoya en ese lugar), y en el baño que tenía la habitación.
En ninguno de estos lugares tubo suerte, por lo que comenzó a buscarlo por toda la casa. No es que su hermano no se pudiera cuidar solo o algo así, sin embargo, dadas las condiciones en las que se encontraba debido a los síntomas de rechazo que había estado teniendo en esas semanas a Souya le preocupaba que le pudiera pasar algo si se encontraba solo en la calle.
Saco su celular del bolsillo del pantalón, y marco con un deje de ansiedad el teléfono de su hermano. Su alma casi cayó a sus pies al escuchar el ridículo tono de llamada que Nahoya había puesto como tono predeterminado cada vez que Souya le hablaba por teléfono.
Una vez más Nahoya había olvidado su teléfono en la casa.
Frustrado cortó la llamada, mirando con enojo la ubicación del teléfono de su hermano. ¿Porque había insistido tanto en tener un tonto celular si nunca lo llevaba consigo? Para lo único que ocupaba el teléfono su hermano era para sus juegos en linea y enterarse de los chismes de sus amigos por el grupo que tenían.
El sonido de una notificación proveniente de su celular lo saco de sus cavilaciones. Su corazón comenzó a acelerarse al ver el nombre de la persona que le había mandado un mensaje.
Rin H.
Sou
Souya*
¿Llegaste bien a tu casa?
Yo.
Si Rindou, acabo de llegar.
¿Y tú?
¿Ya estás en tu casa?
Rin H.
Si, acabo de llegar
Creí que mi hermano me molestaría pero creo que no está.
Lo cual es bastante bueno, así me libero del interrogatorio que me haría cuando llegará
Yo.
Oh!
Ahora que lo mencionas mi hermano tampoco está en la casa 🤔
Rin H.
Que sospechoso... 👀
Yo.
Se me hace bastante extraño, porque me dijo que no saldría.
Rin H.
Mi hermano tampoco mencionó que saldría.
Aunque el nunca me avisa si saldrá o no, siempre anda de callejero 😌
Yo.
Por otro lado, me gustó mucho nuestra salida Rindou 🤗
Espero que tú también te la hayas pasado bien...
Rin H.
Claro que sí Souya!
Me encantó estar contigo.
Espero que nos podamos ver pronto.
Yo.
Claro que sí! Me encantaría.
Recuerda que quedamos de conocernos.
Espera...
Acaba de llegar Naho. Voy a hablar con él😾
Buenos noches, Rindou! Hablamos mañana ✨
Rin H.
Ran aún no llega...
Hasta mañana lindo
Sou*
Souya**
😅
A Souya casi le dió gracia como Nahoya trataba de caminar de puntillas por la sala a oscuras, tratando de no llamar la atención de nadie. El peliazul se encontraba viendo todo esto desde la entrada de la cocina, justo cuando su hermano estaba por subir las escaleras, decidió revelar su presencia.
— ¿Qué son estas horas de llegar, Nahoya Kawata?—. Preguntó saliendo desde la penumbra de la cocina, tenía su ceño levemente fruncido en señal de enojo, no por nada se llamaba Angry.
Al escuchar la voz de Souya en la oscuridad, Nahoya se sobresaltó en su lugar, conteniendo apenas el pequeño grito de terror que le provocó la repentina aparición del peliazul.
— Por el amor de Dios, Souya casi me das un puto infarto—. Le reclamo el Kawata mayor a su gemelo, con la mano en el pecho dónde aún podía sentir como su corazón latía rápidamente.
— Mira la hora que es Nahoya.
— No manches Souya, apenas van a ser las 9—. Mención Nahoya cuando observó en el reloj de la pared de la sala la hora—. Sabes que incluso he llegado más tarde a casa.
— Lo sé, pero en esas ocasiones no estabas en las condiciones en las que estás en este momento Nahoya, sabes de lo que te estoy hablando—. Smiley se encogió levemente en su lugar ante el tono de regañó de su hermano menor—. Dime, ¿qué pasaría si te desmayaras en medio de la calle? Eh, ¿quién te ayudaría?
Nahoya hizo un pequeño puchero ante los regaños de su hermano, aunque no sucedía muy seguido que Souya lo regañara (realmente era demasiado extraño que eso pasará), cada vez que esto sucedía hacía sentir a Nahoya como un niño pequeño.
Aunque en esta ocasión Angry si tenía una razón para preocuparse de su paradero, incluso si no hubiera sido por la ayuda de Ran en el parque probablemente hubiera terminado desmayado en el asfalto.
Se sintió frustrado consigo mismo al reconocer que ahora estaba en deuda con el estúpido Haitani de trenzas por haberlo ayudado.
Tratando de que el peliazul terminara de regañarlo, Nahoya le susurro en el tono más inocente de su repertorio de hermano mayor— No te enojes conmigo, SouSou.
— No estoy enojado contigo, me enoja que no te preocupes por ti mismo Nahoya.
— Lo siento hermanito, te prometo que nunca más voy a salir sin avisarte ¿está bien?—. El pelinaranja junto sus manos en gesto de súplica mientras ladeaba su cabeza.
— Está bien Naho, es una promesa de gemelos que es irrompible ¿De acuerdo?—. Smiley asintió efusivamente ante lo dicho por su hermano menor, aliviado de que este lo hubiera perdonado—. Y dime, ¿A donde saliste?
Eso era algo que a Souya le causaba cierta curiosidad, sobre todo desde que Rindou le había comentado que su hermano tampoco estaba en su casa todavía, y por la reacción de su hermano, era algo que quería ocultar.
No por nada eran gemelos, aunque Nahoya era más discreto al mentir, Souya había convivido toda su vida con él, así que prácticamente era un libro abierto para él.
— Estaba aburrido y fui a pasear por ahí, ya sabes que no me gusta estar tanto tiempo encerrado—. Mintió de manera relajada Nahoya. Por un lado no quería que Souya se enterará de que lo había ido a espiar en su encuentro con el cuatro ojos y por el otro, tampoco quería recordar su encuentro con Ran.
— ¿Si? Qué extraño, porque Rindou me dijo que su hermano tampoco estaba en su casa cuando llegó.
— Puto cuatro ojos chismoso—. Susurró bajito Nahoya al verse descubierto.
— ¿Qué dijiste?
— Nada SouSou—. Sonrió de manera inocente Nahoya, tratando de desviar la atención de Angry hacia otro tema, le pregunto— ¿Y dime cómo te fue con el Haitani cuatro ojos?
— Se lo que estás tratando de hacer Nahoya Kawata—. Souya entrecerró sus ojos en dirección hacia su hermano—. Si tú no me dices la verdad sobre tu salida, yo tampoco tengo que decirte nada sobre la mía.
Souya se dió media vuelta y camino en dirección a las escaleras para comenzar a subirlas. Dada por terminada la plática con su hermano al saber que este no cedería a contarle la verdad sobre el lugar donde fue.
— ¡No seas malo Sou!—. Reclamó como niño pequeño Nahoya desde abajo de las escaleras, viendo cómo el peliazul subía dejándolo con la intriga.
— ¡Buenas noches, Nahoya!—. Se despidió Souya desde la cima de las escaleras para después dirigirse a su cuarto a descansar.
— ¡Souya Kawata, no te vayas! ¡No seas así con tu hermano mayor!
Sin importar la insistencia de Nahoya, está vez no cedería. Su hermano debería dejar de ser tan terco.
— ¿¡Y dime cómo te fue en tu cita!?
El estruendo que hizo Ran al abrir la puerta del cuarto, ocasionó que Rindou soltará su teléfono y cayera en su cara golpeando su frente y parte de su nariz. Había estado leyendo tranquilamente por cuarta vez las conversaciones que había tenido con Souya a lo largo de la semana, incluyendo la que tuvieron hace tan solo unos minutos atrás. Antes de ser groseramente interrumpido por su tonto hermano mayor.
— Maldito Ran, por lo menos avisa que ya llegaste—. Reclamó Rindou mientras masajeaba suavemente su frente tratando de quitar el dolor que la caída de su teléfono le había causado— Pareces un gato, te voy a poner un cascabel.
— Llegué desde hace poco, no es mi culpa que sigas de baboso leyendo tus conversaciones antiguas con la pelusa azul—. El Haitani menor se sintió sonrojar al verse descubierto por su hermano— Ni que fueras colegiala, Rin.
Listo para escuchar la narración de su hermano sobre su cita con Souya, Ran se sentó en el borde de la cama, un poco lejos de Rindou para evitar que este lo pateara o botara de la cama.
— No fue una cita, fue una ¿salida?—. Ran alzó sus cejas en gesto sarcástico hacia Rindou, como diciéndole “Si eso ni tu te la crees” haciendo que Rindou frunciera el ceño—Ush, que fastidioso eres.
— Es una parte de mis encantos.
— Me fue bien, quedamos de conocernos y...—. Rindou sintió su cara calentarse al recordar los cumplidos que se habían estado haciendo el y Souya.
— ¿Y? No me dejes así Rin, sabes que me alimento del chisme.
— Le dije que era muy lindo...
— ¿Y ya? ¿No hubo beso o una caricia indecente?—. Preguntó Ran un poco aburrido (aunque feliz de que su hermano se la pasará bien junto a Souya) de la historia que estaba contando su hermano.
— Por Dios Ran, no toda la gente es tan pervertida como tu—. Espeto casi escandalizado Rindou, sobre todo cuando a su mente vino una escena bastante indecente dónde el y Souya... Negó con la cabeza tratando de sacar esa imagen de su mente.
Al ver la reacción de su hermano menor, Ran soltó una pequeña carcajada, respondiendole en un tono cantarin— Claro RinRin, si eso te hace poder dormir por la noches sigue pensando así.
Rindou miró a su hermano con el ceño fruncido, mientras esté se trataba de acomodar en una posición más cómoda en la cama en la que estaba el de lentes.
— Por cierto, ví tu fea moto aparcada en el parque donde era mi salida con Souya—. Le comentó está vez Rindou viendo cómo Ran tomaba su almohada y la colocaba en su cabeza— ¿Se puede saber que hacías ahí?
— Es un parque público, ¿o acaso lo rentaste?
— No intentes hacerte el sarcástico conmigo Ran—. Regañó Rindou haciendo que Ran rodará sus ojos—. Fuiste ahí porque sabías que el hermano de Souya nos iría a espiar y querías encontrarlo ahí ¿no?
— Wow, realmente me tienes sobrevalorado. La verdad es que le iba a comprar algo e iba a ir a visitarlo a su casa, y el parque me quedaba de paso.
— ¿Cómo es que sabes la dirección de su casa?
— Un mago nunca revela sus trucos mi querido hermanito.
— Maldito acosador—. Espeto Rindou, su hermano realmente lo sorprendía en algunas ocasiones— ¿Entonces si pudiste hablar con el hermano de Sou?
Rindou sabía que su hermano había comenzado a sufrir los síntomas de rechazo del lazo, y aunque no hubiera tocado el tema con Souya, sabía que el Kawata mayor debería encontrarse en iguales o peores condiciones que Ran.
— Me lo encontré en el parque y hablamos, o algo así. Simplemente deje las cosas claras con él, ahora es su decisión lo que hará en el futuro.
Tratando de infundirle un poco de ánimo al mayor, Rindou colocó su mano en el hombro de su hermano y le regalo una sonrisa—. Sabes que siempre te voy a apoyar Ran.
— Lo sé hermanito.
Después de eso los dos se quedaron en un cómodo silencio, cada uno reflexionando sobre su respectivo encuentro con los Kawata. Rindou esperaba que esa primera salida con Souya sea el comienzo de una gran relación entre ellos, mientras que Ran esperaba que el dejarle las cosas claras a Nahoya ablandaria un poco el corazón de la pelusita naranja.
El teléfono de ambos sonó al mismo tiempo sacándolos de su ensoñación, y sabiendo de quién se trataba la notificación Ran reviso su celular.
—Izana dijo que tenemos junta mañana con lo demás—. Le comentó Ran a Rindou cuando terminó de leer el mensaje que el líder del Tenjiku había mandado al grupo que compartían.
— No nos habíamos juntado desde la pelea con la Tokyo Manji.
— Si, es verdad—. Concordó Ran con su hermano, tenía un buen tiempo que no veían a Izana. Se estiró en la cama y soltó un pequeño bostezo, antes de levantarse para irse del cuarto de su hermano—. Bueno, hasta mañana Rindou, ¡que sueñes con el pequeño Sou-chan!
— Ran maldito, ¡no digas esas cosas!
Ran soltó una carcajada ante el grito de su hermano. Dirigiéndose hacia su habitación solo pudo pensar en una cosa.
Esperaba que hoy sus noches de insomnio terminarán.
La verdad es que no tengo perdón, lo siento mucho por demorarme tanto en actualizar! Simplemente cada vez que quería escribir el capítulo no podía y no fluía tan naturalmente como debería, así que espero puedan perdonar mi demora 😞😿
En otras noticias me encontré estas imágenes por Pinterest, ¡Y necesito una fic con esta temática!
Souya como Nezuko se me hace realmente adorable!
Disculpen las faltas de ortografía que pueda llegar a tener el capítulo!
¡Nos leemos en el siguiente capítulo! 👋🏻