(Editado)
Jiang Suizhou no durmió bien esa noche.
Aunque estaba cansado de leer, no supo cuándo se había quedado dormido. Meng Qianshan incluso le había puesto una manta para que no le diera fiebre.
Pero cuando abrió los ojos todavía se sentía mareado, sobre todo porque el sofá era extremadamente duro y muy incómodo para sentarse durante mucho tiempo, y después de una noche de sueño, le dolía mucho estar sentado en él.
Jiang Suizhou estaba un poco enojado.
¿Por qué el propietario original organizó una habitación así para Huo Wujiao, con un mobiliario tan sencillo, sin considerar que algún día dormiría en el sofá de ese lugar?
Cuando se incorporó, vio que ya estaba amaneciendo. Se percibía un ligero olor a comida, así que debía ser Meng Qianshan quien dirigía a la gente para preparar el desayuno.
Jiang Suizhou se levantó y miró la cama.
Estaba vacío.
¿Dónde estaba Huo Wujiao?
Jiang Suizhou acababa de despertarse y todavía estaba un poco confundido, así que se quedó inmóvil y miró a su alrededor.
Sin estar preparado, se topó con un par de fríos ojos negros.
Jiang Suizhou se sobresaltó al ver a Huo Wujiao sentado junto a la ventana en la tenue luz del día, con el libro que había leído a medias la noche anterior en la mano y hojeándolo despreocupadamente.
Sólo con ver la forma en que sostenía el libro, se podía decir que no se trataba de una persona que supiera leer en absoluto.
Estaba mirando a Jiang Suizhou, sus ojos estaban fríos y no había expresión en su rostro.
Esos ojos parecían poder ver a través de la gente.
Jiang Suizhou se sintió repentinamente avergonzado. Obviamente no hizo nada, pero estaba inexplicablemente abochornado.
¿Quizás por su comportamiento de quedarse ahí toda la noche?
Retiró la mirada con indiferencia y dijo con frialdad: "¿Meng Qianshan?"
Al escuchar su voz, Meng Qianshan se apresuró a entrar todo el camino para servirle.
Meng Qianshan siempre había hablado mucho, siempre que Jiang Suizhou no lo interrumpiese, puede hablar durante mucho tiempo como si no fuera nada. Jiang Suizhou estaba avergonzado, así que lo dejó hablar, y después de eso, como si no hubiera visto a Huo Wujiao, terminó su desayuno ahí y se fue.
Ese día no había ninguna reunión judicial importante, así que tuvo que ir a la oficina del gobierno.
Antes de irse, no se olvidó de recordarle a Meng Qianshan: "No olvides cambiar la casa de la señora Huo".
Meng Qianshan estuvo de acuerdo.
Después de que Jiang Suizhou se fue, Meng Qianshan regresó al patio de Huo Wujiao y llevó a algunas personas.
El lugar era remoto y ruinoso, y Huo Wujiao no había traído nada consigo, Y sólo había permanecido ahí una noche, así que no había nada que mover.
Pero el valor actual de la Sra. Huo es diferente de cuando entró por primera vez a la casa. ¿No sería negligente enviarla al patio del rey?
Así, Meng Qianshan sirvió a Huo Wujiao un desayuno con mucho cuidado. Después de que Huo Wujiao se saciara, sonrió tanto que no se le veían los ojos y preguntó: "Señora Huo, ¿tiene algo que quiera comprar? Haré que alguien vaya a buscarlo".
Huo Wujiao no dijo nada.
Este sirviente era muy ruidoso, y su aspecto halagüeño era molesto.
Le disgustaba especialmente la forma en que le engatusaba, tratandole como a una concubina favorita.
Pero vio que Meng Qianshan no tenía ojos, y al no recibir respuesta, hizo sus propios arreglos: "Hay que hacer las túnicas para las cuatro estaciones, así que se lo pediré al sastre más tarde. Le pediré al artezano que haga un nuevo par de sillas de ruedas para ti también. Y los sirvientes que te atienden .....
Se encontró con un par de ojos oscuros.
Al ver que Huo Wujiao levantaba los ojos para mirarlo, Meng Qianshan se inclinó apresuradamente hacia adelante, esperando alguna orden: "¿Señora?"
Vio los ojos de Huo Wujiao, como una piscina fría, una mirada ligera le enfrió el corazón y los pulmones.
"Nada", dijo con frialdad. "Tú, solo lárgate."
Meng Qianshan se atragantó, y su entusiasmo se enfrió.
Se alejó avergonzado.
...Inesperadamente, al maestro ahora le empezaba gustar este tipo de persona feroz y arrogante.
Demasiado difícil de servir.
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Aunque tenía que ir al juzgado todos los días cuando no había una gran reunión del tribunal, el Ministerio de Ritos ya era más tranquilo que otros lugares, y como Jiang Suizhou sólo estaba en una posición ociosa, no tenía nada que hacer durante todo el día.
Además, su jefe, Ji You, era un anciano particularmente bueno.
Sólo con leer los registros de este hombre en la historia de Jing, se podía decir que era un hombre holgazán que no se preocupaba por el poder y la estrategia, sino que sólo le gustaba la poesía y las canciones. Aunque fue un erudito designado por el difunto emperador, su carrera oficial nunca fue muy destacable, excepto por su poesía, que era particularmente buena.
No era cálido con Jiang Suizhou, no era de su bando, pero no se lo ponía difícil, incluso sonrió al ver que no tenía buen aspecto y le dijo que no había nada importante que hacer ese día, que podía volver a descansar pronto.
Jiang Suizhou finalmente dio un suspiro de alivio.
Para él, ya sea en la corte imperial o en su propio patio trasero, el agua era demasiado profunda, por lo que tenía que mantener el ánimo y estar alerta en todo momento.
Por el contrario, fue la oficina gubernamental en la que tenía que sentarse en el escritorio lo que le dio un raro descanso.
Por primera vez, tuvo un buen día de descanso en la oficina gubernamental y adoptó la mentalidad de un hombre de mediana edad que no quería enfrentar la presión familiar después de salir del trabajo, y se esconde en su coche durante medio día fumando cigarrillos antes de volver.
Sin el Emperador y Pang Shao, ni personal con ojos deslumbrantes, ni la bomba de tiempo Huo Wujiao, sintió que el aire en el Ministerio de Ritos era muy fresco.
De modo que estaba de muy buen humor. Cuando se iba, al pasar por la mesa de Ji You, se detuvo para intercambiar unas palabras de cortesía.
"Señor Ji, ¿qué está leyendo?", le preguntó a Ji You que sostenía un libro en la mano.
Cuando Ji You levantó la vista y vio que era él, sonrió y le entregó el libro: "Es sólo una historia no-oficial, sin ninguna base, pero que sirve para pasar el rato".
Jiang Suizhou tomó el libro y lo hojeó, como se esperaba.
No es solo la historia no-oficial, también es una historia no-oficial extremadamente audaz, que es casi como escribir un libro con el mismo nombre y apellido del ex emperador.
El rostro de Jiang Suizhou mostró una ligera sonrisa mientras le devolvía el libro a Ji You, y le dijo: "Está escrito de forma interesante".
Cuando Ji You escuchó esto, sus cejas se alzaron con sorpresa: "¿Su Majestad también está interesado en esto?"
Los literatos de este mundo siempre fueron más nobles. Las historias oficiales eran la ortodoxia, y esas historias descabelladas se escribían para divertir al pueblo llano, y los eruditos y aristócratas comunes las rechazaban.
Jiang Suizhou negó con la cabeza.
Por supuesto que no me interesa la historia no-oficial, pero no me creerías si te dijera que estoy aquí hablando contigo por menospreciar esas historias descabelladas.
...Por supuesto, usted mismo puede estar viviendo en la historia no oficial.
Estas palabras son fáciles de decir en el corazón, desde luego que no se pueden decir en voz alta. Sonrió levemente y dijo: "No puedo decir que me interese. Pero los libros de historia siempre los escriben las personas, así que quién sabe quién dice la verdad y quién las mentiras cuando las generaciones futuras las comentan.
Pero los ojos de Ji You se iluminaron ante sus palabras, como si viera el brillo de un confidente.
Jiang Suizhou se apresuró a asentir a Ji You, tomándolo como un saludo, y se dio la vuelta y se fue.
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Jiang Suizhou pensó que no podía permitirse una opinión tan elevada como la del Ministro Ji, después de todo, sólo podía decir tales cosas porque había sido empujado a la historia no-oficial por un estudiante.
Dejó el Ministerio de Ritos, se subió al carruaje y regresó al Palacio Jing.
Tan pronto como entró en la sala An Yin, vio gente entrando y saliendo muy animada. Meng Qianshan acababa de enviar a dos sastres que sostenian telas, y cuando vio a Jiang Suizhou regresando al palacio, se apresuró a saludarle.
"¡Su Majestad!" Meng Qianshan se acercó y pidió crédito con una sonrisa. "Este sirviente ya recogió a la señora Huo para usted, y le pedí al sastre que le confeccione ropa nueva. Mañana vendrá el artesano, la silla de ruedas no funciona muy bien, así que creo que hay que cambiarla".
Jiang Suizhou le miró con cierta confusión.
Todavía no había dicho nada, así que, ¿por qué este niño estaba tan apasionado por Huo Wujiao?
Sin embargo, vio a Meng Qianshan mirándolo con ojos brillantes, como si estuviera esperando ser alabado.
Jiang Suizhou hizo una pausa: "... Bueno, no está mal".
Meng Qianshan repentinamente floreció de alegría.
Jiang Suizhou solo sintió que sus ojos estaban cegados por la estupidez, se dio la vuelta y caminó hacia su habitación.
Caminaba bastante relajado, mientras avanzaba, se quitó la capa que se interponía en el camino. Cuando cruzó el umbral, de repente recordó algo. Estaba a punto de darse la vuelta y preguntar en qué habitación le habían asignado a Huo Wujiao, cuando su mirada se estrelló contra alguien.
El hombre estaba sentado en una silla de ruedas, rodeado de elegancia y lujo, lo que le hacía parecer particularmente fuera de lugar.
El movimiento de desvestirse de Jiang Suizhou se detuvo.
...Huo Wujiao.
¡Cómo podía Huo Wujiao estar en su habitación!
Se quedó inmóvil y tras un momento, se dio la vuelta bruscamente y salió.
Se topó con Meng Qianshan, que tenía un rostro audaz y alegre, con una sonrisa reservada que esperaba sus cumplidos.
Jiang Suizhou apretó los dientes.
Alabado seas, me gustaría golpearte.
"¿Maestro?" Al ver que Jiang Suizhou le miraba fijamente, Meng Qianshan abrió la boca con una sonrisa, esperando que Jiang Suizhou dijera algo
Jiang Suizhou se detuvo un momento y dijo en voz baja: "... ¿Es esto lo que arreglaste?"
Meng Qianshan se congeló, y luego se dio cuenta de repente.
"¡Ah, sí! Me olvidé de los camareros, la señora Huo está aquí, ¡no hay nadie para servirle!", Dijo. "Las dos sirvientas que originalmente estaban asignadas para la señora han sido expulsadas de la casa por el Amo, pero ahora todavía queda un joven sirviente que parece ser honesto. Señor, mire..."
Las palabras de Meng Qianshan se detuvieron aquí, esperando las instrucciones de Jiang Suizhou.
El rostro de Jiang Suizhou estaba pálido.
¿Quién te preguntó esto? ¡Te pregunto por qué Huo Wujiao está viviendo en mi habitación!
¿Es porque es un patio tan grande que ninguna otra casa puede albergar a nadie?
Pero cuando las palabras llegaron a su boca, movió los labios y no dijo nada.
La puerta estaba abierta de par en par, y Huo Wujiao estaba dentro, por lo que definitivamente podía escuchar lo que decían.
Si traes a alguien y luego lo echas, ¿no lo estarás ofendiendo de nuevo?
...Pensó que tomar esta decisión podría reducir un poco la dificultad, pero no esperaba que un tonto como Meng Qianshan lo llevara al nivel del infierno.
Jiang Suizhou apretó los dientes, le dio a Meng Qianshan una mirada feroz y cambió lo que iba a decir.
"¿Quedó uno?". Dijo, retomando las palabras de Meng Qianshan hace un momento. "¿Dónde está esa persona? Iré a verlo".
Al escuchar esto, Meng Qianshan lo condujo escaleras abajo.
La gente en el patio estaba ocupada, y el chico estaba moviendo cosas con los demás, tanto que su cabeza estaba cubierta de gotas de sudor, que se reflejaban en la luz del sol.
Al ver venir a Jiang Suizhou, el joven se apresuró a dejar sus cosas, luego se inclinó y saludó al Rey.
Jiang Suizhou hizo una pausa, luego recordó algo.
Había conjeturado que si Huo Wujiao había escapado de ahí después de tres años alguien debía haber cooperado con él. Pero el propietario original nunca le habría dado esa oportunidad, y por eso le había tomado tres años.
Pero... ¿Y si le ayudaba?
¿No le haría un gran favor y le evitaría tener que lidiar con el grupo de Pang Shao durante dos años?
Reflexionó un momento y le dijo al joven: "Ven conmigo".
Esto fue para darle algunas instrucciones en privado.
El chico se apresuró a seguirle, mientras que Meng Qianshan tuvo el buen tino de quedarse donde estaba.
Ninguno de ellos vio, a través del espacio de la celosía de la ventana, un par de ojos oscuros centrados en la espalda de Jiang Suizhou.
Vio que Jiang Suizhou encontró al joven que le servía y lo llevó a un lado para hablar a solas.
¿Qué tendría que decirle un Rey a un siervo?
Seguramente le iba a pedir que hiciera algo. Huo Wujiao sabía claramente que el chico no podía hacer más que espiarle.
¿Por qué lo mudó repentinamente a su residencia? La respuesta parecía evidente.
Ese era el lugar más vigilado de la residencia real.
En cuanto a la razón por la que vivía en la casa principal... solo al ver los ojos asombrados del rey Jing cuando entró hace un momento, supo que su personal hizo los arreglos incorrectos.
Huo Wujiao se enorgullecía de su calma, nunca se vio afectado por ganancias insignificantes y nunca perdió su juicio solo porque la otra parte mostraba un pequeño favor.
Su rostro era inexpresivo, sus ojos eran fríos e indiferentes, y en silencio observaba cada movimiento de la persona fuera de la ventana.
Sólo la mano que descansaba en la silla de ruedas tenía las yemas de los dedos golpeando el apoyabrazos con un poco de irritación.
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El autor tiene algo que decir:
¡Ha llegado la hora de que nuestro perro tonto favorito se levante de nuevo!
Jiang Suizhou: He oído que eres especialmente tranquilo, tu razón no se verá afectada y eres muy crítico...
Huo Wujiao: QAQ, esposa, woof woof woof.