El auto se dirigía a gran velocidad por la carretera, quienes iban dentro estaban desesperados por llegar a su hogar lo más pronto posible.
Unos padres angustiados discutían en el vehículo
—¡Acelera!, debemos llegar rápido, ya le envíe un mensaje a Jade para que empaque las cosas y prepare a Liam.—
—Llámala, no sé si llegaremos a tiempo, dile que no se saque su collar y le ponga a Liam el suyo, que se suban a unos de los autos del garaje y huyan, que se escondan, nosotros los alcanzaremos.— habló su esposo rápidamente
—¿Qué estas...?— preguntó dándose cuenta de lo que su pareja insinuaba — No, es una niña. No debería cargar con ese peso. Liam es tan solo un bebé.— murmuraba desesperada la mujer no estando de acuerdo
—Lo sé, pero no sé si llegaremos a tiempo, Llámala.— conducía desesperado —¡ahora!, no tenemos tiempo, por favor.—
La mujer entre lágrimas marca a su hija y tras tres tonos esta contestó— Mamá, ¿cómo están?, ¿ya vuelven de su viaje?. Recién ví tu mensaje, no pude verlo antes, estaba haciendo dormir a Liam.—
—Hija, hija necesito que me escuches. —murmuró apresurada y llena de angustia
—Mamá, ¿qué ocurre?— escuchó la voz preocupada de su pupila
—Necesito que empaques lo necesario para ti y tu hermano, súbanse a uno de los coches del garaje y llévatelo, váyanse. Ahora. —
—¿Qué?, mamá, ¿qué está pasando?—
—¡Has lo que te digo, por favor!, nosotros los alcanzaremos, y... hija...pase lo que pase, cuida de tu hermano, cuídense. Por favor.— su voz se quebró — Nunca olviden que los amamos.
—Mamá, dime que está ocurriendo.— susurraba con nerviosa su hija tras el teléfono
—Jade, no te quites tu collar y ponle a Liam el suyo. Toma los libros de mi despacho, aquellos de tapa café, no dejes que nadie los vea y cuando estén a salvo y a solas, léelos.— ordenó alzando la voz su padre mientras conducía
—Apúrate ve, nos veremos pronto. —dijo por último la mujer y sin más cuelga arrojando el teléfono a un lado y cubre su rostro con sus manos tratando de callar sus sollozos
—Annie, estarán bien. — trataba de calmarla su esposo que con lágrimas conducía tratando de llegar lo más rápido posible a casa para poder alcanzar sus hijos y llevárselos.
Aceleró nuevamente, el auto iba a una velocidad demasiado alta
Era una noche de invierno, la carretera estaba llena de nieve y mojada, de un momento a otro en una curva el auto resbaló, y patinó por la acera húmeda, el hombre trató de volver a tener el control del vehículo, pero este solo se tambaleaba y patinaba acercándose velozmente a un risco.
—¡Christian!—
—¡Annabelle!—
Aquellos fueron uno de los gritos desesperados que se oyeron antes de caer a la deriva.
—
<<La muerte es paz. Es fácil. La vida es más difícil.>>
—Isabella Swan
—
Primer acto: 𝕮𝖗𝖊𝖕ú𝖘𝖈𝖚𝖑𝖔.
—¿Bella?— susurró la ojiazul —Bella, cariño...—volvió a llamar al verla despertar poco a poco
—Mamá...— murmuró con la garganta seca, tomó aire para volver hablar —¿Dónde... dónde está Edward?, ¿dónde está papá?—
—Durmiendo. — señala al chico apoyado en un sofá de la habitación de aquel hospital- y Charlie está abajo en la cafetería.-
—¿Qué pasó?— preguntó estando aún desorientada
—Bueno, cuando caíste, te rompiste la pierna. Y perdiste mucha sangre. No recuerdas nada de esto, ¿no? —
La chica de ojos chocolates negó mientras recordaba lo que realmente había pasado. James mordiéndola y Edward succionando el veneno para que no se convirtiera en vampiro.
—Edward vino con su papá para tratar de convencerte de volver a Forks. Fuiste a su hotel, te tropezaste y caíste por las escaleras. — sonrió tratando de calmar a su hija —rompiste una ventana. —
—Sí...eso suena como yo. —susurró recordando cuando cayó junto con Edward por culpa de James y se enterró un pedazo de vidrio de los ventanales de escuela de ballet
—Oh, cariño. Jacksonville te encantará, es soleado todos los días y encontramos una linda casa y tendrás tu propio baño, además...— la emoción de la mujer fue interrumpida por su hija
—Mamá, yo aún quiero vivir en Forks. —
—¿Qué?—
—Quiero seguir viviendo en Forks, no quiero irme. — dijo angustiada
—Ok cariño, hablaremos de esto más tarde, ¿sí? — trató de calmarla
La castaña suspiró relajándose, hasta que recordó lo que le dijo a su padre para poder huir
—¿Podrías traer a papá?, yo...debo hablar con él, debo disculparme. —pidió preocupada, la culpa la invadía por sus tan crueles palabras hacía el, aunque fueran por su seguridad
La sonrisa de Reneé decayó un poco
—Claro, yo...traeré a una enfermera primero...y...—hizo una mueca para luego tomar aire —Bella, tu padre necesitará de ti en estos momentos.—
—¿Por qué? ¿Qué ha pasado?— preguntó alarmada
—Tus tíos han tenido un accidente. — murmuró con pesar
—¿Qué?— exclamó con sorpresa —¿Cómo están?, ¿Cómo está Jade?, ¿Cómo están todos?— preguntó rápidamente aún en shock
—Fallecieron Bella. Charlie apenas salga de aquí tendrá que hacer algunas cosas, yo le ayudaré con el papeleo. Esto es bastante difícil, pero ahora él y Jade te necesitaran. — le habló con un semblante decaído
—
—Nos deshicimos de James, aunque la mujer, victoria, huyó. —
-Yo...gracias por salvarme-murmuró aun en shock por lo que había dicho su madre, además, recordar lo de James y Victoria la ponía nerviosa, simplemente, era demasiado por procesar
—Estas aquí por mi culpa, yo...creí que no podría parar. —
—Por favor, ¿podríamos hablar de esto en otro momento?— preguntó lo mas sutil posible no queriendo escuchar a su novio culparse ni hablar sobre lo que había pasado—Yo no te culpo, paraste y estoy aquí. —
—Esta bien...Lo lamento, la noticia de tus familiares debió afectarte demasiado, lo siento por eso. — murmuró apenado
—Sí, yo tambien. —susurró consternada
El muchacho cobrizo y de ojos dorados la miró con un deje de culpa—Debes irte de Forks, Bella.—
—¡¿Qué?!— un grito salió de ella —No. De ninguna manera. — comenzó a negar nerviosa, no quería que su novio la dejará por sentirse culpable—¡No puedes dejarme por esto!—
—Yo...—susurró sin saber que decir, tampoco quería alejarse y mucho menos alterarla
—No me iré, no te dejaré y mucho menos dejaré a Charlie con lo que acaba de pasar.— dijo decidida
—Calma...Está bien— trató de tranquilizarla —Aquí estoy.
—No vuelvas a decirme eso, jamás. No podemos estar separados. — susurró más tranquila
—Debo irme, viene Charlie y la enfermera. — le dijo poniéndose de pie y dejando un beso en su frente, para luego retirarse.
—
Una adolescente se hallaba preocupada en una camioneta, conduciendo a una velocidad apresurada, pero sin sobrepasar el límite debido por más que quisiera hacerlo, ya que, llevaba a un bebé abordo.
Ya habían pasado varias horas desde que empezó su viaje. Había decidido ir a Phoenix, y desde New Orleands era poco más de un día en auto.
Por la carretera conducía tratando de mantener la calma mientras limpiaba las lágrimas que corrían por su rostro; En el asiento trasero, en un asiento para bebés se hallaba Liam durmiendo, su hermano menor de tan solo 3 meses de nacido.
No había marcado a sus padres esperando que tan pronto se desocuparan la llamaran para reencontrarse, pero muy en el fondo sabía que no volvería a verlos, y el dolor en su pecho se lo confirmaba a cada segundo que pasaba.
Mientras que, lo único en lo que podía pensar era en mantenerse a ella y a su hermano a salvo.
"Cuida de tu hermano, cuidense. Por favor. Nunca olviden que los amamos."
—
Tras recibir la llamada tanto de la policía local como la de su tío Charlie, informando la muerte de sus padres y preguntando sobre su paradero decidió parar a un lado de la carretera para hablar bien por teléfono. La explicación, fue que sus padres volvían de un viaje y planearon encontrarse en Phoenix para pasar unos días allí en familia.
Luego de hablar con los adultos y saber todo lo que se venía, optó por descansar un poco sentándose en el asiento trasero junto a Liam. Y sin poder aguantarlo más se permitió llorar bajo la curiosa e inocente mirada del pequeño.
¿Qué haría sola y con un bebé?, y lo que más le angustiaba era ser menor de edad y que le quitarán la custodia de su hermano. Rogaba que su tío se apiadara de ellos y los ayudara en el ámbito legal.
—¿Qué haremos Liam? — susurraba mirándolo con los ojos cristalinos — ellos ya no están. — su voz se quebró
El menor solo se dedicaba a mirarla y hacer muecas similares a una sonrisa, logrando hacer que el nudo que tenía la mayor en la garganta aún más grande y doloroso.
Lo sacó de su asiento quitando los seguros tomándolo en sus brazos
—Pase lo que pase, prometo hacer hasta lo imposible para mantenerte a salvo, pequeño. — tomó uno de sus pequeños deditos entre los suyos dándole una débil sonrisa mientras sorbia su nariz y trataba de limpiar las lágrimas que salían y caían sin parar de sus ojos.
La criatura solo la miraba somnoliento mientras soltaba leves intentos de balbuceos y hacia muecas tiernas logrando sacarle leves sonrisas a su hermana
—Estaremos bien, pequeño. Lo prometo. Cuidaré de ti. — susurró arrullandolo
Observó como el bebé bostezaba cayendo en un profundo sueño, ajeno a todo lo que sucedía.
"Prometo cuidar de ti, pequeño. No sé cómo, pero lo haré."