Experimento 12-Z

By patass8764789

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12 personas de alrededor del mundo fueron cambiadas por una enorme suma de dinero para usarlas como ratas de... More

Prólogo
Personajes
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
IXXX
XXX
XXXI
XXXII
XXXIII
XXXIV
XXXV
XXXVI
XXXVII
XXXVIII
XXXIX
XL
XLI
XLII
XLIII
XLIV
XLV
XLVI
XLVII
XLVIII
XLIX
L
LI
LII
Final I
Final II
Final III
Epílogo

XX

847 77 105
By patass8764789

Sagitario;

Entré por la ventana, pero me resbalé accidentalmente y caí sobre Virgo. Se suponía que iba a ser una entrada sigilosa, bueno, si me muevo rápido y salgo de la habitación tal vez no se dé cuenta.

Escucho que se queja, cierto, tiene el sueño extremadamente pesado, bien, esto será facilisi...

Miré al frente y estaba Leo en el sillón de Virgo mirándome,con su celular en la mano.

«Estoy frita»

— ¡Hola! — le digo casi inconscientemente.

— ¿Hola? — alza una ceja algo confundido — ¿Qué tipo de entrada es esa?

Vamos, piensa algo que no involucre a Acuario.

— Con Acuario queríamos hacerle una broma a Virgo, veo que no salió — digo de inmediato, esto no va a salir bien.

— Ajá, ¿Y era necesario entrar por la ventana? ¿Por qué ustedes dos le harían una broma?

Demonios, esto parece un interrogatorio.

— No lo sé, simplemente se nos vino a la cabeza cuando llegamos aquí.

... Definitivamente, acabo de cagarla.

Alzó ambas cejas, se ve algo sorprendido, o es sarcasmo, es muy difícil de descifrar a Leo a veces.

— ¿De dónde llegaron?

¿Quien se cree que es? Ahora sí que no obtendrás respuesta.

— ¿Por qué tantas preguntas?

— Porque no está bien que entres así a una habitación, pudiste haberla lastimado, Sagitario.

“pudiste haberla lastimado” ¿En serio? ¿A Virgo? A esta chica lo único que la lastima es ver videos tristes de gatitos.

— Ay por favor... — me detuve un segundo, mejor me callo. Suspiré y continúe — Voy a mi habitación, luego charlamos — digo y me dirijo hacia la puerta que está a su lado.

Antes de que conteste, la abro y me voy.

Salgo de la habitación y empiezo a caminar por los pasillos de la mansión, a veces hay cosas que me sorprenden, un adorno nuevo o hasta una mancha de café, las que mayormente deja Tauro.

Hablando de Tauro... Ya sé a quién ir a molestar. Sigo caminando hasta ir a su habitación y toco la puerta.

No contesta, así que vuelvo a tocar.

— ¡Ya entra! — me grita desde dentro. Que caballero.

Entro y veo a Acuario sentado en una silla enfrentado a Tauro, que casualidad.

Ambos nos miramos, sé que fueron 2 segundos, pero se sintieron como 10 minutos.

Tauro chasquea y me saca de mi viaje astral.

— ¿Qué querías?

— Molestar un rato, ¿Qué... — vuelvo a mirar a Acuario pero sacudo mi cabeza y sigo —... Hacían?

— Lo siento, Sagi, pero no estoy de humor, luego te llamo — me dice en voz baja.

Asiento y me despido, de alguna forma lo agradezco.

Continuó caminando, aburrida, podría dormir... ¡Pero tengo hambre!

¿Dónde rayos está Cáncer? Sé cocinarme, pero debo admitir que Cáncer es la cheff de la casa.

Voy caminando, otra vez, y toco la puerta de Aries, ¿En qué otro lugar estaría sino?

— ¡Sea quien sea! ¡No molesten! — dice Aries desde dentro, genial, tengo permiso.

Abro la puerta y lo veo junto a Cáncer jugando a la consola.

Aries me mira y alza la ceja, creo que no le gustó nada. Que se aguante.

— Creí haber dicho...

— Sé lo que dijiste — lo Interrumpo y miró a Cáncer — Cáncer, nena, ¿Quieres hacer alguna de tus recetas?

Ella dudó unos segundos y dejó el mando a un lado de la cama. Se levantó para venir hacia mí pero Aries la tomó del brazo. Sospechoso

La jala hacia él y le susurra algo al oído. La suelta y Cáncer riendo viene a mí lado.

Salimos del cuarto cuando cierra la puerta empezamos a caminar.

— ¿Que pasa entre ustedes dos? — digo rápidamente

— ¿Qué? No es nada, solo es un idiota, quiere que le haga un favor, claramente no haré tal estupidez. Cualquiera de los dos podría salir con un tiro un la cabeza.

— Ah claro, entiendo, Capricornio, ¿Qué es lo que quería? Dudo que me dispare.

— No le prestes atención, hay que dejárselo pasar de largo. Vamos al grano, ¿Que quieres comer? — dice ya llegando a la cocina y yo me siento en la mesada.

— Papas fritas.

Cáncer resopló y me miró,harta. Abrió el refrigerador y sacó una bolsa de papas fritas para poner en aceite. Tiró el paquete al lado mío, se dió vuelta y volvió por donde vinimos.

— Espera, era broma. Quiero algo con pescado, algo... — me detengo, Acuario entró a la cocina

— ¿Que vas a preparar de comer? — dice mirando a Cáncer y se percata de mi presencia — Hola, Sagi.

Finge demasiado bien que no pasó nada entre nosotros, hasta yo me lo creo.

— Hola — le digo, hago un movimiento con la mano y vuelvo a mirar a Cáncer — Bueno... Y, ¿Me harás...

— Claro, ya tengo algo es men... — se detuvo para escuchar un grito que provenía del piso de arriba.

Antes de que pueda decir algo, me interrumpió y salió corriendo a las escaleras.

— Es Aries — dijo y se fue.

Perfecto, Acuario y yo solos, otra vez.

Cáncer

Ya me siento como una madre con su hijo bebé. Al escuchar a Aries, salí corriendo a ver qué le pasa ahora.

Llegué a su habitación y lo ví tirado en el piso, wow.

— ¿Ahora que hiciste? — le digo apoyada en el marco de la puerta.

— Me duele la espalda un poco — dice tratando de levantarse.

Maldito orgulloso

Me reí por lo bajo y avancé. Me puse de cuclillas a su lado esperando a que se levante.

— ¿Y? ¿Ya te pudiste levantar? — le digo sonriendo.

— Si no lo hice es porque no quiero — dice e intenta levantarse una vez más. Falla.

— Si tú dices, es que tú gritó de niña me alarmó, ¿Sabes? Hasta yo tengo una voz más varonil.

— Pff — pone los ojos en blanco y vuelve a mirarme — Como digas, sal de mi habitación, ¿Quieres? ¿Por qué no vas a cocinarle a Sagitario y Acuario?

— ¿Y tú cómo sabes que Acuario estaba abajo también?

— Él preguntó en dónde estaba Sagitario.

— ¿Entró aquí? — me alarmé, odio que entren a la habitación, no por mí, sino que no deberían hacerlo.

— Abrió la puerta solamen... — dijo pero paró al ver que me levanté para largarme.

Estaba a mitad de camino a la puerta cuando volví a escuchar ese grito chillón.

Me acerqué nuevamente a él y le tapé la boca.

— Ese sonido es más irritante que Virgo gritándole a Tauro que ganó una partida — le digo tapándole la boca. Pero saqué la mano casi de inmediato cuando sentí su lengua — ¡Aries! ¡Eres un puerco!

Él empezó a reír a carcajadas pero volvió a gritar.

— Ya me cansé — digo harta de sus gritos. Lo tomé del brazo y lo levanté. Casi se cae arriba de mí pero lo sostuve con una mano en su abdomen a través de la camisa... Vaya, su entrenamiento da resultados después de todo.

— ¿Qué haces con tu mano ahí, eh? — me dice cerca del oído y soltó una leve risita.

— Deja de molestar — le digo y lo empujo a la cama con la misma mano que tenía en su abdomen. Cae sentado y me queda mirando, aún riendo.

— ¿Cómo planeas curar mi dolor? ¿Tirándome en una cama? Por mi está bien.

— ¿Podrías quitarte la camisa y ponerte de espaldas? Por favor, no hagas esto difícil.

Me mira riendo y se muerde el labio, sé que es lo que tiene en mente, por mí que siga soñando.

— Para servirle, señorita — dije sonriendo y se saca la camisa. La tira a un lado y se pone boca abajo en la cama, dejando ver su espalda, tiene muy irritado.

— Demonios — digo en voz baja y me acerco más. Me siento en la cama y lo alumbro con el celular, esto está muy mal.

Maldita sea, Libra.

— Ya vuelvo — le digo levantándome, pero me jala del brazo.

Me sienta en la cama y se levanta, por Dios, no hagas lo que creo que vas a hacer.

— ¿Sabes cómo podrías acabar con mi dolor?

— Tú vas a acabar, y no con tu dolor. Déjame ya, Aries, solo estoy aquí para ayudarte, conozco tus intenciones, y no caeré, ¿Sabes? — le digo levantándome y poniéndome frente a él, firme.

— ¿Ah, sí? — me dice casi en un suspiro acercándose a mi boca.

Pongo un dedo en medio de los dos, evitando que nuestros labios se toquen.

— Para de una vez, Aries — digo mirándolo a los ojos, con el ceño fruncido

— Tú sigue resistiéndote, Cáncer. De todos modos vas a caer

— ¿En tus juegos?¡Ja! Antes muerta

— Sh, sh, sh — dice susurrando para que me calle y me toma de la muñeca. Empieza a bajar mi mano por su abdomen, pero yo la saco de inmediato.

— Pensé que estabas interesado en Capricornio.

— Y lo estoy, pero en tí también — me dice con una sonrisa que me deja helada.

Vuelvo a poner mi mano en su abdomen, pero está vez para alejarlo de mí y salir lo más rápido de la habitación. Doy un portazo y empiezo a caminar por el pasillo cuando me choco con Virgo.

— ¡Ey! Ten un poco más de cuidado por dónde caminas — me dice con voz ronca, acaba de levantarse.

— No tengo tiempo para tener cuidado — digo e intento rodearla pero me toma del hombro, por dios, ¿Quien sigue en detenerme?

— ¿Estás bien? — me dice mirándome a los ojos, se ve cansada.

—  No, es que, creo que le gusto a Aries — lo suelto de una vez, luego se le olvidará.

— ¿Qué quieres tomar aire? — me dice un poco confundida — Bueno, ve a abrir una ventana o sal de la casa, no es tan difícil — me dice como si nada, a veces olvido que Virgo es la persona más inútil recién despierta.

— ¿Sabes que? Olvídalo, sólo déjame pasar, y, perdón — digo rodeandola y yendo directamente a la habitación de Escorpio.

Entró sin tocar y me lanzo a la cama boca arriba, sin darme cuenta que caí sobre su regazo.

— Wow, ¿Y a tí que? — me mira y alza la ceja confundido.

— Toca mi corazón — le digo agitada.

Él pone su mano en mi pecho, justo donde está mi corazón. Y antes de que diga algo, me aprieta uno de los pechos, odio cuando hace eso.

— Te he dicho miles de veces que no me gusta que hagas eso — lo regaño.

— Lo sé, es que son como pelotas antiestrés, pero está bien. Está agitado, ¿Que pasa?

— Aries pasa, estoy harta, de verdad, odio tanto convivir con él, a veces la paso bien, pero muchas veces se siente como el infierno.

Escorpio suspiró, pero no dijo nada. Empezó a hacerme caricias en el cabello hasta que dejé de estar agitada y me levanté para sentarme a su lado.

Escorpio siempre ha sido como un hermano para mí, así como Piscis. Entré elementos tenemos una mejor química, y a esto me refiero a algo más familiar, por lo menos en nuestro elemento, el agua, aunque también lo he notado mucho en Capricornio,Tauro y Virgo. Escorpio, Piscis y yo somos como hermanos.

— ¿Mejor? — me dice mirándome seriamente.

Asentí y suspiré.

— ¿Qué es lo que te hizo?

— Nada.

Él alza la ceja y luego frunce el entrecejo.

— ¿Cómo que “nada”? ¿Estás bromeando?

— Digo, no ha llegado a hacerme nada, pero creo que le gusto. Estuvo a centímetros de mí, me puse nerviosa, no me gustó para nada.

— ¿Me dejas darle un puñetazo? — me dice en tono de niño pequeño.

— El puñetazo lo tendrás tú si vuelves a preguntar eso. Claro que no, solo, prométeme que estarás siempre al tanto de tu celular si te llamo. Activa las benditas notificaciones.

— Bien, cuídate mucho, idiota — me dice y se va hacia la puerta para abrirme.

— Claro que lo haré — digo y empiezo a pasar la puerta, pero al pasar a su lado, lo veo detenidamente... Sigue con chupones.

Claro que sí, Cáncer, no desaparecerán de un día a otro

— Alto ahí — digo y detengo mi paso para mirarlo detenidamente — Aún no sé de quién son esos chupones.

— No es asunto tuyo, ya vete.

Alcé la ceja esperando a que responda algo, pero solo obtuve mala cara.

— De cualquier modo lo averiguaré, y lo sabes. Pero está bien, nos vemos pronto... ¡Ah! Y recuerda hablar con Libra

— ¿Con Libra? ¿Por qué lo haría?

— Em, ¿Por el beso? ¿Por qué más sería?

Ví como sus ojos se abrieron como si estuviera viendo el fin del mundo y sacudió la cabeza.

— Eso jamás sucedió, no molestes mas, Cáncer.

Ah, no lo recuerda, ternurita. Creo que se me viene algo a la mente

— Si que sucedió, yo lo ví. Le dijiste que hoy terminarían lo que empezaron, no puedes defraudarla.

Cada vez se veía más asombrado, esto es de lo mejor.

— No recuerdo nada de eso.

— Porque estabas exageradamente borracho, a las 6 ella estará aquí, en eso quedaron, yo lo escuché todo. Más te vale no fallarle

— Voy a tener que hacerlo, estoy cansado, además no recuerdo a ningún otra chica además de... Valeria.

— ¿Valeria? ¿Ese es el nombre de la chica que te dejó como mariquita?

Asintió y puso los ojos en blanco.

— ¿Podemos acabar con esta conversación? Me duele la cabeza, dile a Libra que todo fue un mal entendido, que no la espero a aquí, luego hablaré con ella, lo prometo. Pero ya déjame descansar.

— Bien, lo haré — le digo y salgo de la habitación.

Claramente no lo haré

La intención es la que cuenta.

Voy a las escaleras otra vez, supongo que Acuario y Sagitario ya se fueron, me tardé más de lo esperado.

Al llegar a la cocina, veo que seguían ahí, Acuario estaba mezclando algo en una de las ollas, bien, van mejorando.

— No sabía que cocinas — le digo sentada en la mesada.

— Fue idea de Capri — dice Sagitario y apunta con la cabeza atrás de mi. Al volterme la ví con unos planos encima de la mesa del comedor.

— ¿Y eso? — le digo mirándola extrañada.

— Los planos de la casa, más específicamente del subsuelo.

— ¿Y para que lo necesitas?

— Para poner trampas, estoy cansada de los periodistas o entrometidos, así nos desharemos de ellos sin mover un pelo — dice sin mirarme, concentrada en sus papeles.

— Me parece bien, ¿Necesitas ayuda?

Niega con ma cabeza.

— Yo lo haré sola. Solo así me aseguraré de que salga bien.

Ruedo los ojos y veo como Acuario cocina.

Leo

— ¿Ya te terminaste de despertar o qué? — le digo a Virgo viendo cómo toma un vaso de agua.

— Estoy más despierta que tú, cállate — dice y le da un largo sorbo a su vaso hasta que lo termina y lo deja sobre el escritorio.

— Ey, tengo algo que decirte.

— Ve al grano — me dice y se sienta en uno de sus sillones.

— Creo que hoy no estás de humor — ruedo los ojos.

— ¿Qué? No es cierto, solo que das mucho suspenso, ya suéltate.

— ¿Así como tú te soltaste bailándole a Escorpio anoche? — le digo riendo, mejor tomarlo a chiste.

— Solo fue un baile.

Se me escapó un risa y la miré.

— ¿Los chupones eran parte del baile también? — le digo sonriendo, aunque por dentro me molesta, Escorpio casi se pasa de la raya con ella.

— ¡Ya! — me dice y me arroja una almohada.

— ¿Me estás declarando la guerra? — sonrío de lado y le lanzó una almohada.

Empiezo a perseguirla hasta que la alcanzó y empiezo a hacerle cosquillas en el cuello y las costillas.

— ¡Ya basta, Leo! — dice entre risas

— No hasta que admitas que soy lo mejor.

— ¡Jamás! ¡No voy a permitir que tú ego se eleve más!

— ¡Que lastima! ¡Vas a tener que aguantarte! — digo haciendole cosquillas hasta que me patea el estómago.

Yo sigo riendo mientras veo como se levanta preocupada.

— Tranquila, estoy bien — digo y me levanto — Ahora sí, hay algo que debo decirte — le digo en un tono más serio.

— ¿Que sucede?

Suspiro hondo — Estoy enamorado de Sagitario — digo con la cabeza baja.

Levanto la vista y la veo boquiabierta. Veo como su cara se va transformando en una de felicidad y se lanza sobre mí.

— ¡Mis mejores amigos! ¡Claro que sí! ¡Aprobado! — dice riendo feliz.

Aprobado si no estuviera con Acuario.

— Cuéntame todo.

Suspiré y empecé a hablarle con lujo de detalles de mis sentimientos, de principio a fin y con lujo de detalle. Hasta le conté sobre Acuario y Sagitario, pero se empezó a reír en mi cara

— No creo que estén juntos, primero, ninguno de los dos busca algo serio, segundo, yo lo sabría y tercero es ridículo. Ve a preguntarle a Acuario, él te dirá la verdad, estoy segura que Sagitario no lo dije de manera literal, la conozco muy bien.

— No quiero ir.

— Lo harás de todas formas.

— ¿Ah, sí? ¿Y por qué?

— Porque te lo pido yo — dice y me mira directamente a los ojos. Sabe perfectamente que con eso gana lo que quiera.

Me lo pienso un largo rato hasta que accedo.

Me acompaña hasta el pasillo y la puerta de la habitación de Acuario. Tocó la puerta y ella se va corriendo una vez más a su habitación, dejándome sólo.

Acuario abre la puerta y me mira, se ve cansado.

— ¿Que sucede? — me dice sin interés alguno.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

— Vamos, entra — dice y termina de abrir la puerta de su habitación, dejándome el paso libre.

Paso detrás de él y me siento en el sillón. Cierra la puerta y se sienta en la cama.

— Bien, ¿Qué es lo que quieres preguntarme?

— ¿Sagitario y tú son pareja? — mejor ir sin rodeos

— ¿Qué? Claro que no, ¿Por qué lo preguntas? — dice en un tono sereno.

— Es que, han estado conviviendo mucho, además, el anillo...

— ¿Por eso? Con aniversario de refería a una fecha idiota, no le des importancia, no tenemos nada, hasta se me hace algo incómoda tu pregunta.

— ¿De verdad?

— Claro que no, me acosté con ella anoche, ¡Pero claro que es verdad! No tengo necesidad de mentir, ¿Ya se terminaron tus preguntas?

Algo me huele mal

— No le faltes el respeto, ni jugando, Acuario.

— Es verdad, reconozco que estuvo mal. ¿Ya te puedes ir?

— ¿Por qué hay tanto apuro en que me vaya?

— Me gusta la soledad, no me gusta que alguien entre a mi cuarto, menos a hacerme preguntas.

— Bájame el tono.

— ¿Qué tono? Estoy tranquilo, tu eres el alterado aquí.

— ¿Yo? ¿Alterado? Tú estás raro, parece que mis preguntas te incomodan ¿Qué es lo que escondes?

— Leo, ya me estás cansando — dice y me apunta con su índice. La puerta se abre a mis espaldas y una fuerza empieza a empujarme afuera de la habitación.

La puerta se cierra frente a mí. La hubiera golpeado, pero me tranquilicé y empecé a caminar a la habitación de Virgo para contarle lo que acaba de pasar

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