XX

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Sagitario;

Entré por la ventana, pero me resbalé accidentalmente y caí sobre Virgo. Se suponía que iba a ser una entrada sigilosa, bueno, si me muevo rápido y salgo de la habitación tal vez no se dé cuenta.

Escucho que se queja, cierto, tiene el sueño extremadamente pesado, bien, esto será facilisi...

Miré al frente y estaba Leo en el sillón de Virgo mirándome,con su celular en la mano.

«Estoy frita»

— ¡Hola! — le digo casi inconscientemente.

— ¿Hola? — alza una ceja algo confundido — ¿Qué tipo de entrada es esa?

Vamos, piensa algo que no involucre a Acuario.

— Con Acuario queríamos hacerle una broma a Virgo, veo que no salió — digo de inmediato, esto no va a salir bien.

— Ajá, ¿Y era necesario entrar por la ventana? ¿Por qué ustedes dos le harían una broma?

Demonios, esto parece un interrogatorio.

— No lo sé, simplemente se nos vino a la cabeza cuando llegamos aquí.

... Definitivamente, acabo de cagarla.

Alzó ambas cejas, se ve algo sorprendido, o es sarcasmo, es muy difícil de descifrar a Leo a veces.

— ¿De dónde llegaron?

¿Quien se cree que es? Ahora sí que no obtendrás respuesta.

— ¿Por qué tantas preguntas?

— Porque no está bien que entres así a una habitación, pudiste haberla lastimado, Sagitario.

“pudiste haberla lastimado” ¿En serio? ¿A Virgo? A esta chica lo único que la lastima es ver videos tristes de gatitos.

— Ay por favor... — me detuve un segundo, mejor me callo. Suspiré y continúe — Voy a mi habitación, luego charlamos — digo y me dirijo hacia la puerta que está a su lado.

Antes de que conteste, la abro y me voy.

Salgo de la habitación y empiezo a caminar por los pasillos de la mansión, a veces hay cosas que me sorprenden, un adorno nuevo o hasta una mancha de café, las que mayormente deja Tauro.

Hablando de Tauro... Ya sé a quién ir a molestar. Sigo caminando hasta ir a su habitación y toco la puerta.

No contesta, así que vuelvo a tocar.

— ¡Ya entra! — me grita desde dentro. Que caballero.

Entro y veo a Acuario sentado en una silla enfrentado a Tauro, que casualidad.

Ambos nos miramos, sé que fueron 2 segundos, pero se sintieron como 10 minutos.

Tauro chasquea y me saca de mi viaje astral.

— ¿Qué querías?

— Molestar un rato, ¿Qué... — vuelvo a mirar a Acuario pero sacudo mi cabeza y sigo —... Hacían?

— Lo siento, Sagi, pero no estoy de humor, luego te llamo — me dice en voz baja.

Asiento y me despido, de alguna forma lo agradezco.

Continuó caminando, aburrida, podría dormir... ¡Pero tengo hambre!

¿Dónde rayos está Cáncer? Sé cocinarme, pero debo admitir que Cáncer es la cheff de la casa.

Voy caminando, otra vez, y toco la puerta de Aries, ¿En qué otro lugar estaría sino?

— ¡Sea quien sea! ¡No molesten! — dice Aries desde dentro, genial, tengo permiso.

Experimento 12-ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora