Adora había escondido una botella de licor que había tomado del estante de arriba de la cocina y se la metió dentro del abrigo en parte para que no se cayera cuándo subiera al techo por la ventana y en parte también para no ser vista, lo cuál, no tenía sentido porque estaban solas en casa.
Sus padres habían salido unos días por el trabajo y la habían dejado sola en casa, y ella amaba esos momentos porque podía llamar a Catra para que se quedara a dormir.
El verano había pasado volando y entrarían a la escuela la semana que viene.
El famoso primer año de preparatoria.
Adora estaría mucho más nerviosa si no hubiera conocido a Catra hace caso un año.
Por primera vez no se había sentido sola en ese pequeño pueblo que ambas odiaban pero llamaban hogar, del cuál algún día saldrían juntas y todo sería perfecto.
Ambas comprarían un auto y saldrían de ahí escuchando canciones románticas y de Rock por siempre.
Adora se sentó al lado de Catra, el sol del amanecer ya estaba pintando el cielo de un tono rosado en el horizonte.
Le sirvió un poco de licor a Catra en su vaso desechable y la morena dirigió sus ojos azúl y dorado hacia ella sonriéndole.
Ambas tenían puestos abrigos por lo frío de la noche de verano, se habían quedado ahí toda la noche.
- No puedo creer que el verano esté por terminar - Le dijo Catra mirando hacia el sol que apenas se asomaba - No imagino como podré sobrevivir a la escuela sin tí.
Adora tampoco lo sabía, habían pasado juntas casi todos los días de verano.
- Hay que llamarnos todos los días, después de la escuela.
Catra suspiró, dejándose caer de espaldas y cruzando una pierna sobre la otra.
- De sólo pensar que tendré que ver a un montón de idiotas todos los días...
Adora rió.
- Dales una oportunidad, ni siquiera los has conocido aún.
- Entonces, ¿Tú estás ansiosa?
- Bueno, nerviosa. No sé cómo podré hacerlo sin tí.
Porque no sabía cómo enfrentar al mundo sin ella.
- Ow... - Catra levantó su vaso hacia ella - ¿Necesitas un poco?
- Cállate.
Catra le lanzó una media sonrisa.
- Voy a llamarte seguido, no tienes que preocuparte por eso, princesa. Sólo faltan unos años, mientras tanto ten por seguro que me tendrás aquí contigo.
Adora sintió el rubor recorrer sus mejillas al escuchar el apodo que si amiga le había puesto desde el día que la conoció.
Se habían conocido en una fiesta "elegante" de sus padres.
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo.
- Bien - Levantó su vaso y ambas lo chocaron - Trato echo.
....
Adora estaba peinandose para ir a su primer día en su nueva universidad, se había echo su típica cola de caballo con eso de enfrente de lo que Mara se burlaba tanto, pero a Adora no le importó, tenía otras cosas en su mente.
Escuchó a Mara reírse entre dientes desde la puerta.
Adora entrecerró los ojos cuándo la miró por el espejo.
- ¿Sigues usando ese peinado? - La morena se recargó en el marco de la puerta cruzada de brazos.
Adora puso los ojos en blanco.
- ¿Podrías dejar mi cabello en paz?
- Es que, vamos Adora, es como si tuvieras un pan en la cabeza.
Adora tomó una almohada de su cama y se la arrojó.
- Como sea, venía a decirte que te apresures o llegaré tarde al gimnasio.
Ah cierto, Mara iba a llevarla a su primer día de escuela.
Tomó su mochila y pasó a un lado de Mara para bajar a la cocina y despedirse de Razz.
Después de lo que pasó esa mañana finalmente llegó a la universidad, estaba empezando a agradecer el haber repetido la ruta en su cabeza como un millón de veces la noche anterior para no perderse el primer día, porque en realidad funcionó.
No estaba nerviosa por las clases, había hecho lo posible para buscar una universidad que la aceptara con las materias pasadas y ésta tenía básicamente las mismas.
Adora buscó su salón y después de que el profesor los hiciera presentarse de una forma vergonzosa frente al resto del grupo volvió a sentarse en su asiento.
Había elegido uno en el medio del salón.
- Bow, por última vez, no voy a prestarte mi pluma.
Escuchó a la chica de su lado susurrar junto con el chido detrás suyo.
Adora volteó a verlos de reojo. La chica tenía el cabello teñido de rosa y una chaqueta del mismo color, que combinaba con sus pantalones morados y blusa blanca.
El chico moreno llevaba un crop top blanco y unos pantalones casuales de mezclilla.
Parecía que se conocían.
- Has estado robando mis plumas desde la secundaria.
- ¡Pero Glimmer, la necesito!
- Literalmente tienes la tuya en tu mano.
- ¡Pero ésta no es de tinta morada con brillos!
Adora trató de esconder una sonrisa al escucharlos.
Sacó una pluma que Mara le había obsequiado y había intentado rechazar.
- Uh... Hey, puedes usar la mía si quieres - Le dijo al moreno - No tiene brillos pero es morada.
El chico le dedicó una sonrisa amistosa antes de tomarla.
- ¡Gracias! - Luego se volteó hacia la chica de cabello rosa y brillante - Lo ves, ella si sabe compartir.
- Como sea - Soltó volteando sus ojos.
Adora no estaba segura de decir lo siguiente.
- Hum... Soy Adora.
- Hola, Adora - El moreno estrechó su mano - Soy Bow, y ella es mi novia.
- Soy Glimmer - La chica se presentó estrechando su mano de igual forma - Y sí, soy su novia.
- Wow, ¿En serio?
Esperaba no sonar tan sorprendida, pero no se llevaban precisamente como una pareja.
- Somos mejores amigos desde niños - Aclaró Glimmer como si estuviera acostumbrada a esa reacción - ¿Eres nueva, verdad?
- Oh... sí, me acabo de mudar.
- Genial.
- Entonces, ¿Vas a sentarte con alguien en el descanso?
- Oh, no, no conozco a nadie aún.
- Puedes sentarte con nosotros si quieres - Le dijo Bow.
Adora sintió la emoción recorrerle el cuerpo, pero intentó responder o más relajada posible.
- Claro, sí - No funcionó.
- Cool - Respondió Glimmer volviendo a voltear hacia el frente.
Adora asintió imitando el movimiento.
Intentó contener la emoción, porque, vamos, sólo había intercambiado unas palabras con esos chicos, no significaba nada aún. Pero para el montón de cosas que pensó que podrían salir bien o mal, consideraba que ésta era bastante buena.
El resto de las clases siguió con apuntes causales sobre los nombres de los profesores y escribir o hablar sobre cómo habían pasado sus vacaciones. Adora no conocía a nadie de ninguna clase excepto a Bow y Glimmer que para su suerte, compartían la mayoría de las clases con ella. Fuera de eso, el día estaba saliendo bastante bien.
Al fin llegó un descanso y siguió a Glimmer y Bow hacia una mesa dónde ya se encontraban varias personas sentadas.
- Hola, chicos, ésta es Adora - Dijo Glimmer se la forma más casual del mundo mientras tomaba asiento.
- Adora, ellos son Sea Hawk, Mermista y ella es Perfuma - Bow señaló a cada uno.
- Hola, Adora - Saludó una chica rubia de pecas y ropa algo hippie.
- ¿Qué tal? - La chica se cabello azúl que se encontraba a su lado y el chico de bigote que tenía su brazo sobre sus hombros y que supuso que era su novio hicieron lo mismo.
- Hola - Adora saludó moviendo su mano, Bow la tomó de los hombros para que se sentara - ¿Cómo es que todos se conocen? - No los había visto en ninguna de las clases anteriores.
- Oh, bueno, la mamá de Glimmer es la directora de la preparatoria en la que todos estábamos, además nuestros padres se conocen - Respondió Perfuma.
- Pudiste decir que sólo íbamos a la misma escuela - Se quejó la pelirosa mirando su celular.
- ¿Y qué hay de tí, Adora? - Preguntó Bow - ¿De dónde vienes?
Algo se contrajo dentro de su estómago, se había preparado para esa pregunta pero ahora se daba cuenta de que no lo había echo lo suficiente.
- Bueno... No soy de California. Me mudé del medio Oeste.
Pensó que harían más preguntas, pero no fué así.
Adora agradeció eso.
En lugar de ello, comenzaron a hablar de cómo habían sido sus primeras clases.
Aparentemente la chica de flores en el cabello estudiaba medio ambiente. Irónico.
La chica mermista estudiaba Biología marina al igual que Sea Hawk.
Y en cuánto Adora, Bow y Glimmer, todos estaban en Artes.
Adora intentó seguir el hilo de la conversación, aunque era un poco extraño siendo la única que no conocía a nadie, pensó que eso la haría sentir incómoda, pero no fué así. En realidad éstas personas eran bastante agradables, nada comparado a lo que había conocido anteriormente, no se sentía abrumada ni tampoco estaba deseando estar con...
Volvió a desear que no todos los pensamientos de sentirse cómoda se relacionaran con ella.
No, Adora.
2 años.
Se acabó, ésto es lo mejor.
Olvídala.
Había repetido eso último durante tanto tiempo, pero a veces simplemente sentía que no podría hacerlo nunca.
Pero los recuerdos de éste momento no debían tratarse de ella, iba a sentirse bien ahí y no iba a necesitar la para eso.
Olvídala.
....
Adora, Bow y Glimmer siguieron hablando entre ellos después del descanso, incluso se habían reunido en equipo para la última clase y ahora la estaban acompañando a las oficinas para entregar unos últimos papeles que no había podido entregar antes.
- No puedo creerlo, ese chico no dejaba ni hablar al profesor - Les dijo mientras reían.
- ¡Lo sé! Lo único que podía pensar en ese momento era en que quería callarlo yo misma - Se quejó la pelirosa.
- Por un momento pensé que el profesor se cansaría y lo sacaría de la clase.
Los tres rieron mientras caminaban por el jardín gigante de la universidad.
- Estoy tan feliz de que te hayas mudado aquí, deberías acompañarnos a Mistakor algún día - Dijo Glimmer dando un saltito.
- ¿Qué es Mistakor?
- Es el restaurante de mi tía, es súper famoso y elegante, pero ya que soy su sobrina estoy segura de que nos hará un... Ya sabes, descuento - Glimmer guiñó el ojo y con eso Adora adivinó que se refería a que no pagarían ni un sólo centavo.
- No lo sé, nunca he ido a ese tipo de lugares.
- Entonces podemos ir a otro lugar menos llamativo - Glimmer lo pensó por un momento - Podemos ir a una cafetería que nos encanta a Bow y a mí éste fin de semana.
- ¡Escuadrón de mejores amigos! - Exclamó Bow con emoción.
- Bow, eres un inmaduro - Se quejó Glimmer, poniendo los ojos en blanco - Como sea, tal vez hasta puedas venir a mi casa cuándo termines de hablar con mi papá.
- ¿El director es tu papá? - Preguntó Adora con sorpresa - ¿Cómo es que hasta ahora lo mencionas?
- Porque no me gusta que la gente me conozca como la hija del director como en la preparatoria.
- Oh... - Adora levantó la barbilla - Bueno, podrías decirle cosas buenas sobre mí.
- Me siento utilizada - Fingió sentirse ofendida.
Adora se rió. Realmente le agradaban esos chicos.
El día estaba saliendo mucho mejor de lo que pudo haber imaginado, y llegó a pensar que quizás ahora todo sería más sencillo.
...
- ¡Catraaaaa, vamooos! - Se quejó la de coletas moradas detrás de ella - Tengo hambre, las clases terminaron hace casi media hora.
- Sólo han pasado como 10 minutos - Respondió fulminando a su amiga con la mirada - Y les dije que no tenían que venir.
- Ni hablar, gatita montés, estaremos ahí para lo que sea que el director te haya hablado - Le dijo su amiga alta y albina - Uh... Por cierto, ¿Por qué te llamó?
- No lo sé, pero creo me dirá que aceptó darme la beca - Les dijo emocionada mientras veía que sus papeles estuvieran en orden - Le envié el ensayo hace unos días y creo que le gustó.
Catra las miró abrazando sus papeles con una gran sonrisa.
Catra había mandado un ensayo al director gracias a que su maestro de escritura creativa le había dado la idea. Sabía que Catra era buena escribiendo así que le habló de una beca que emocionó tanto a Catra que puso todo su esfuerzo y horas de dormir en ese ensayo.
- ¿Se imaginan?
- ¡Podrías llevarnos a Nueva York! - Le dijo Entrapta. Sus dos amigas la habían descubierto viendo una película de comedia romántica en Nueva York hace unas semanas y la hicieron confesar que en realidad le gustaban. Catra había dicho que sólo le gustaban por las estúpidas actuaciones y las situaciones ridículas en las que se encontraban, y sin importar todo siempre terminaban al final con un beso.
Catra jamás admitiría lo que sentía cuándo el chico seguía a la chica al avión antes de que se fuera.
Porque el amor no era de esa forma.
Nadie iba a seguirla y a decirle que la amaba.
Ella no lo hizo, por eso esas películas eran estúpidas.
Estúpidas y aún así le gustaban.
Pero sus amigas debían seguir pensando que ella no creía en el amor.
- Amiga, si me dan la beca te llevaré a comer una salchicha en la quinta avenida.
Entrapta recobró todos sus ánimos y la abrazó levantandola del suelo, para su altura, Entrapta era fuerte.
Catra en realidad sabía que una beca no podría llevarla a ella y a sus amigas fuera de Los Ángeles, y en realidad, no quería que lo hiciera. Catra era feliz viviendo ahí desde el primer año en el que se mudó, ese año había conocido a Entrapta y Scorpia en la preparatoria y se habían vuelto sus mejores amigas, con quiénes ahora compartía un apartamento desde que sus padres tuvieron que mudarse por razones de su trabajo.
Catra se había concentrado en esas cosas maravillosas que le habían pasado esos últimos dos años, y estaba concentrada en lo que sería mejor para ella y lo que la haría más feliz, se había echo amigos en la ciudad y para su sorpresa, a la mayoría le caía bien. Al menos para su sorpresa en un principio, ahora estaba acostumbrada y sinceramente, intentaba no prestarle atención a eso.
Todo estaba bien, pero siempre había algo que volvía a ella de vez en cuándo.
Llegaban esos momentos que odiaba, que sentía una especie de vacío en ella, un vacío que había aparecido hace dos años, pero no dejaba que eso la detuviera.
Y ahora con esa beca, seguramente ese vacío desaparecería y todo sería más sencillo.
Estaba por entrar a las oficinas cuándo tomó aire.
Sus amigas le desearon suerte y la dejaron entrar sola, sabían que ese momento quería tenerlo para ella misma.
Caminó hacia la asistente y dejó sus papeles en la mesa y le explicó que el director la había mandado a llamar.
- Oh, sí. Señorita Horde, el director Micah está ocupado con otra alumna justo ahora pero puede pasar después de ella.
Le volvió a entregar los papeles después de leerlos.
- Gracias, me adelantaré - Le dijo caminando hacia la puerta, estaba demasiado ansiosa para esperar ahí.
Mientras caminaba algunas personas la saludaron y le desearon suerte, si hace dos años le hubieran dicho que eso pasaría seguido en la escuela se hubiera reído en su cara.
Volvió a hojear sus papeles a unos pasos de la puerta, cuándo escuchó que el director se despedía y alguien abría la puerta.
Catra estaba algo ocupada con los papeles así que le tomó un tiempo voltear hacia la persona que...
Estaba...
Frente a ella...
Entonces la vió y dejó caer los papeles al suelo.
Segundo capítulo!
Qué les está pareciendo??