Cinco horas después
-Avery no está muerta. No puede estarlo -fue lo primero que dijo Sabrina en respuesta a la revelación dicha por la Directora Chadwick, y lo que seguía diciendo. Avery podía estar muerta, la noche anterior la había visto y se encontraba tan viva como ella actualmente.
-Sabrina, deja repetir eso -habló Alexis en un murmullo casi inaudible-. Me da escalofríos.
-¡No puede estar muerta! -repitió la chica-. Yo misma la ví anoche antes de irme a la cama.
La contraria rodó los ojos. Claro que se sentía mal por la muerte pero, el solo recordarla le causaba un nudo en el estómago.
Ambas se encontraban en la habitación de la mayor, procesando lo que la Directora Chadwick les acababa de decir. Era una bomba.
-Sabrina, escucha -tomándola por los hombros, Alexis obligó a Sabrina a que la mirara-. Avery también era mi amiga y no sabes cuanto me duele, pero debemos enfocarnos en buscar al culpable para hacerle justicia y así ella poder descansar en paz -los ojos rasgados de la menor se enfocaron todo el tiempo en los de su hermana, muy profundamente-. Ella no hubiese querido que sufriéramos, lo sabes -Sabrina asintió-. Sabrina, lo sabes, ¿No?
-Si -pronunció la castaña con un tono de niña pequeña al verse descubierta en medio de una travesura. Su boca formando un puchero y el labio inferior temblando a punto de romper en llanto, hizo enternecer el corazón de Alexis.
Sabrina se alejó de su hermana lo más rápido que pudo, necesitaba respirar y asegurarse que podría hablar sin llorar, y con Alexis mirándola le iba a hacer difícil.
-Era mi mejor amiga -recordó, yendo a sentarse junto a Alexis, quien luego de ver la reacción de la chica, decidió darle un poco de espacio. Sabrina recostó la cabeza en su hombro.
-No ha pasado ni un día y ya la extraño -confesó la morena. Sabrina asintió en silencio, temiendo que al hablar la voz se le quebrara.
Una sonrisa partida asomó levemente los labios de Sabrina cuando en un momento los ojos de esta se posaron en la piel de su hermana. Un recuerdo de Avery le vino a la mente, la rubia ceniza decía con mucha seriedad que tanto Sabrina como Alexis eran el Yin y el Yang, versión hermanas. La piel de Alexis de un color moreno intermedio tan distinta a la de Sabrina que era de un blanco exquisito, siempre le causó fascinación, alegando que la genética hacía maravillas.
La sonrisa no se borró del rostro de la agonizante, seguía ahí, incluso cuando flaqueó por el dolor que le causaba el ya no tener a su amiga.
Otro recuerdo azotó la mente de la castaña. El destello fugaz de cuando le explicó a Avery su historial familiar se posó en su memoria, quedándose arraigado en lo profundo de la mente de la chica.
«-¿Tu papá es moreno? -preguntó Avery, alzando las cejas con extrañeza. Acababa de conocer a era extraña chica y por alguna razón su loca mente le atrajo de una manera que no podía explicar.
-Si -volvió a repetir Sabrina, la felicidad inundando su hermoso rostro-. Y mi mamá es blanca. Alexis salió buscando a mi papá y yo salí como mi mamá -explicó con simpleza-. ¿Acaso nunca haz visto un matrimonio interracial?
-¡Si! -gritó divertida la contraria, la extrañeza aún dominando en ella-. Es solo que los matrimonios interraciales que he conocido han tenido hijos de color.
-¿No ves televisión? Hay muchos niños hijos de parejas interraciales que no son negros.
-Mi mamá no me deja ver mucha televisión -confesó la rubia, sus ojos entristeciéndose de repente.
-Tu mamá es rara -comentó sin pensar la menor de las Scott. Avery rió.
-Dímelo a mí.
Sabrina tuvo una idea, no le gustaba ver a la gente mal y esa chica parecía amable.
-Vas a ver televisión conmigo -declaró la chica, orgullosa de su magnífica idea-. Tu mamá no está aquí y yo como buena amiga que soy, te voy a mostrar el arte de ver televisión -aseguró, mostrando sus perfectos dientes blanco leche-. Te encantará La ley y el orden. Mariska Hargitay te envícia.
Avery rió con gracia, la belleza de sus rasgos saliendo a flote. »
Una lágrima amarga recorrió la mejilla de Sabrina al divagar en ese recuerdo tan doloroso, que lo único que hizo fue acentuar aún más el irreversible hecho de la ausencia definitiva de Avery.
Encendiéndose, el teléfono de Sabrina anunció una nueva notificación, la dueña del móvil tomó el costoso aparato, siendo recibida por un mensaje de Eleonor.
-¿Quién es?
-Eleonor -respondió Sabrina, tecleando el celular en un movimiento exageradamente rápido-. Dice que viene para acá -informó la de ojos rasgados-. No lo entiendo -dijo volviéndose hacia su hermana.
-¿No entiendes qué?
-¿Por qué alguien mataría a una estudiante en un internado? -soltó Sabrina al azar-. No llevaba nada valioso consigo.
-Pero eso no dejaba de hacerla una de las estudiantes más ricas del colegio -recordó la morena-. Aunque...
-Aunque...-repitió Sabrina, instándole a que siguiera.
Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos sin que a Alexis le diera tiempo de responder, la presencia de Eleonor irrumpió la habitación. Girando en dirección a la nueva figura entrante, Sabrina corrió a abrazarla, enterrando su cabeza en el cuello de la recién llegada.
-Hola -dijo la chica, acariciando la cabeza de su amiga una y otra vez, su mano pasando por su cabello de manera tierna.
-Pensé que estarías donde tu papá -comentó Alexis en voz alta.
-Está ocupado. Vendrá más tarde.
Caminando hasta llegar a la cama de Alexis, Sabrina no se despegó en ningún momento de la chica, le abrazaba fuertemente, aferrada.
-¿Tu papá no vendrá? -le preguntó Eleonor a Alexis, no creyó que Sabrina fuese la indicada para responderle.
La mayor negó, apenada-. Chadwick no logró contactarlo, así que le dejó un mensaje. En algún momento responderá, supongo.
Eleonor asintió, sin atreverse a preguntar por la mamá de las chicas o indagar más en el tema. Conocía a la perfección cuánto le afectaba aquello a la menor de las hermanas Scott, y consideró ya bastante intromisión de su parte el preguntar por el progenitor de sus amigas
Muchos apuestan a que fue alguien celoso el asesino de Avery -el comentario de Eleonor no le agradó a Sabrina en lo absoluto, tomándola un poco de imprevisto la chica frunció de manera involuntaria el entrecejo, un signo claro de molestia.
Alexis notó el gesto en seguida, era imposible pasarle desapercibido aquella notoria mueca por parte de la chica.
-No creo que hayan sido celos -atrevió a decir Sabrina, mostrando un tono de voz demasiado seco-. De seguro ha sido otra cosa.
-¿Por qué crees eso? -preguntó Alexis en un movimiento astuto, dejando a la chica de ascendencia española con la palabra en la boca. Sabrina desvió la mirada.
-Avery no estaba con nadie.
-Eso no cambia la situación -contradijo Alexis, decidiendo llevarle la contraria a su hermana.
Sabrina se removió en donde estaba, incómoda, evitando a toda costa la mirada penetrante de Alexis fija en ella. Eleonor ocultó una sonrisa entre cómplice y divertida, sentía la tensión aumentando en el dormitorio y creyendo que conocía el porqué, la chica de aspecto taciturno optó por guardar silencio.
-¡Chicas! -un leve golpeteo en la puerta distrajo a las tres para buena suerte de Eleonor, que a pesar de lo divertida de la situación ya estaba empezando a sentir la ansiedad de Sabrina.
-¡Pasa, Jordan! -dijo Alexis en voz alta.
El muchacho de diecisiete años asomó la cabeza por la puerta de madera refinada, sus labios entre abiertos le daban un aspecto infantil.
-Lila y Matthew están aquí -avisó.
Lila y Matthew, los padres de la chica muerta habían sido avisados apenas su hija fue encontrada, con los ojos llorosos, el hombre de cuarenta y cinco años fue divisado a lo lejos por Sabrina quién le fue inevitable sentir pena por él.
Bajando la mirada como muestra de solidaridad, Sabrina se pasó el dorso de la mano por sus ojos que habían dejado escapar unas cuantas lágrimas traicioneras.
Ahí están, pensó Eleonor, pasando en silencio por el frente de los progenitores de su amiga fallecida, quienes al verla no dudaron en regalarle un pequeño asentamiento de cabeza.
Jordan, sentándose al lado de la mujer rubia, palpó el asiento a su lado en dirección a su novia que rápidamente aceptó.
-¿Por qué estamos aquí? -le susurró Sabrina a el chico-. Creí que vendríamos a mostrar nuestras condolencias.
-Tranquila, nos iremos en cuanto podamos -tranquilizó el chico-. Sé que no eres buena para este tipo de cosas -Sabrina asintió en silencio, dándole la razón a su novio esta vez. Por supuesto que no era buena para ese tipo de cosas, siempre que alguien moría ella no podía evitar reírse, todo gracias a su incomodidad en ese tipo de situaciones, y no quería meter la pata con los padres de su amiga, ellos no eran simples desconocidos.
-Lamento mucho su pérdida -escucharon a Alexis decir. Matthew asintió, apretando los labios en un intento por aguantar el llanto.
-No te preocupes, Alexis -calmó Lila, con su típico tono sereno como iglesia.
Observando como Alexis tomaba asiento junto a Eleonor, Sabrina pescó una especie de gesto extraño en su novio.
-¿Estás bien? -preguntó ella.
-No es nada -dijo Jordan, intentando fallidamente restarle importancia al tema.
Sin poder dejar que Sabrina contrariara su repuesta, la Directora Chadwick apareció mágicamente por el pasillo largo y oscuro, con su habitual sonrisa hipócrita.
Señor Carson, usted no debería estar aquí -llamó la atención la mujer-. Ninguno debería estar aquí -corrigió, al ver a las tres amigas de su alumna muerta acompañando al chico.
-Quisimos venir a darle el pésame a los padres de Avery -informó Eleonor.
-Ya lo hicieron, ahora vayánse -ordenó Chadwick mirando a los cuatro amigos con el rostro serio y enfadado.
Sabrina fue la primera en irse como era de esperarse, no soportaría las retrecherías de esa mujer sólo porque sí. Imitando la acción de la anterior, Eleonor y Alexis también se fueron, quedando sólo Jordan y la mujer.
-¿Qué espera, Señor Carson? ¿Acaso quiere que le tome una foto?
El azabache retó a la mujer con la mirada, los desafiantes ojos del adolescente no podían competir con los experimentados de la rubia.
-Jordan -dijo Lila-. Hazle casi a la Directora Chadwick.
Aún con el rostro vuelto furia, Jordan optó por obedecer a su tía. No deseaba faltarle el respeto, no en estos momentos cuando la situación no era la más adecuada y su tía y Matthew se encontraban sensibles.
Con una sonrisa de suficiencia, la Directora Chadwick observó en un regocijante silencio como el joven se marchaba.
[.........]
Estación de Policía, Silent Hill, Oregon.
-¿Estamos seguros que fue un homicidio y no un suicidio? Porque a mi parecer todo apunta a que fue un suicidio -opinó Cameron, el más nuevo detective de la unidad.
-Avery Jones no tenía motivos para suicidarse -dijo Joseph Estévez, uno de los detectives con más tiempo ahí.
-Los suicidas no los tienen y aún así lo hacen.
-Avery Jones no se suicidó -interrumpió una voz femenina-. Es casi imposible.
Ambos hombres voltearon en dirección a la dama con cabello rizado.
-¿Qué te hace pensar eso? -preguntó incrédulo Cameron-.¿Haz descubierto algo?
La mujer de color que se desempañaba como forense sonrió-. Avery Jones murió a causa de un paro cardíaco, inducido por la administración de cloruro de potasio en exceso.
-Cualquiera hubiese hecho eso por si solo. No demuestra nada.
-Déjame terminar, Cameron -pidió la mujer-. Quiero decir, que incluso si lo hubiese hecho ella sola, no le hubiese dado tiempo de ocultar la jeringa que usó para inyectarse -empezó a explicar-. El cloruro de potasio actúa en cuestión de minutos, no hubiese alcanzado a llegar si quiera a su habitación y regresar. Alguien más estuvo con ella en el momento de su muerte.
-Así que una segunda persona estuvo con Avery, ocultó el arma homicida y la dejó ahí tirada para que la encontraran. Que considerado -comentó sarcástico Cameron.
-Y si eso no termina de convencerte, Cameron -continuó la mujer-. Encontré esto en el bolsillo de su pantalón -le extendió una pequeña nota mal cortada.
El detective Estévez se acercó al chico, colocándose detrás de él para poder leer también la nota.
"Nada es lo que parece"
J.K Wolfe.
-¿J.K Wolfe?
-¿Quién es J.K Wolfe? -preguntó para si mismo Cameron.
-Al parecer su chica guarda más secretos de lo que se ve -comentó la mujer de color.
-¿Sabes por qué no me gusta trabajar con jóvenes, Liz? -la mencionada lo miró sonriendo-. Por cosas como esta.
Una risa discreta escapó de los labios de la mujer. Joseph Estévez también sonrió.
-De todos modos se hubiese abierto una investigación, Cameron -le dijo Joseph dándole una palmadita en la espalda. El más joven le lanzó una mirada interrogante-. El Internado Chadwick tiene por norma que cualquier muerte producida en sus instalaciones debe ser investigada, sea provocada intencionalmente o no.
-¿Por qué?
-Si es un suicidio, investigan el porqué se suicidó, si tenía problemas que le provocaran tendencia suicida o si fue instigada a hacerlo.
-Quieren llegar hasta el fondo.
-Así es.
-Bueno muchachos -interrumpió Liz la amena charla que ambos hombres tenían-. Me encanta escucharlos hablar pero debo regresar al trabajo y ustedes tienen que resolver un asesinato.
-Será un trabajo difícil -habló Joseph una vez Liz se había marchado.
-Pareces saber mucho de ese colegio.
-Mi hija estudia ahí -reveló el mayor de los dos.
-¿Qué? -Cameron estaba impresionado, en el tiempo que había pasado con Joseph, este nunca mencionó que tuviera una hija o que estudiara en ese ridículo internado-. ¿Como...?
-Obtuvo una beca para estudiar ahí -de una vez explicó el hombre, no era la primera vez que le hacían esa misma pregunta.
-Creí que sólo niños ricos estudiaban ahí.
-Aceptan a cien estudiantes de todo el país cada año, sin importar su clase social.
-¿Por qué nunca mencionaste que tenías una hija? -Josep sonrió, ese chico hacía muchas preguntas para el poco tiempo que llevaban conociéndose.
-No me gusta hablar de mi vida privada en la calle -dijo Joseph-. Mi trabajo conlleva peligros y no quiero poner a mi familia en riesgo. No más de lo que ya lo hago.
Cameron asimiló todo en sumo silencio, asintiendo varias veces al comprender las palabras de su compañero.
-¿Entonces por qué trabajas en este caso? Estás involucrado de forma indirecta. Está prohibido.
-No tenemos personal -respondió un hombre por Joseph, el mismo hombre que estuvo en el recogimiento del cuerpo de Avery, el Capitán Ross.
-¿Cómo que no tienen personal? Son la Policía.
-Últimamente han habido muchos casos de homicidio por el área, mis detectives están abarrotados de casos. No me quedó opción -aclaró el Capitán Ross.
-Al menos estoy yo para disimular el caso -fanfarroneó Cameron con una sonrisa coqueta.
-Oficialmente no estás en el caso.
-¡QUÉ?! -Cameron saltó de su asiento-. ¿Cómo que no estoy en el caso?
-Hay gente muy poderosa detrás de este caso, no podemos arriesgarnos -informó el Capitán Ross-. Eres un aprendiz todavía y no podemos darnos el lujo de cometer algún error. Esta gente no conoce de errores.
-¿Entonces que haré? ¿Me reasignará a otro caso?
-Oficialmente no estás involucrado. Extraoficialmente eres su aprendiz asistente.
-¿Eso quiere decir que estoy en el caso? -la emoción bailando en los ojos de Cameron fue algo que Joseph difícilmente pudo pasar por alto.
-Extraoficialmente, sí -volvió a decir el Capitán Ross, con la voz cansada de tanto repetirle al chico lo mismo. Ya no estaba para esos trotes-. Pero no deben verte en el internado. Ellos no deben saber nada.
-Si, capitán.
Viendo como el Capitán Ross se alejaba de ellos maldiciendo entre dientes, los únicos detectives disponibles de la unidad se miraron entre sí. Cameron irradiaba un brillo especial, similar al de los niños en la noche previa a la mañana de Navidad.
Joseph soltó un suspiro-. ¿Cuándo quieres comenzar? -la sonrisa empezando a dibujarse en el rostro del más joven respondió a su pregunta.
[.........]
Eleonor miraba en silencio a través de su ventana, sentada en la esquina derecha de la ventana de su dormitorio, la chica de cabello color caoba divisó como el novio de Sabrina entraba al despacho de la Directora Chadwick, acompañado de un hombre que ella reconoció como el padre del chico.
-El papá de Jordan llegó -comunicó ella a Sabrina y Alexis, ambas sentadas en la cama de la de pelo caoba.
-Tu suegro está aquí -escupió Alexis con los dientes apretados. No le agradaba el papá de Jordan, ese hombre siempre las tuvo a ella y a Sabrina en un estima demasiado bajo.
Sabrina miró a ambas, pasando su mirada de un extremo a otro. Reconocía que el padre de Jordan no era partidario de la relación que tenía con su hijo, menos aún era fan de ella, siempre que podía le sacaba en cara que su hijo podía encontrar a alguien mejor, alguien no tan problemático.
Y eso que no lo sabe todo, pensó Sabrina, observando a Eleonor mirando a través del cristal.
-Me imagino que en algún momento mi papá también llegará -comentó Eleonor, despegando sus ojos del vidrio.
-Pensé que era el primero que íbamos a ver -siguió Sabrina.
-Creo que la Directora Chadwick ha preferido primero cubrir su espalda -dijo Alexis.
-Y no sólo ella -añadió Eleonor, fijando sus ojos de nuevo en la ventana.
-Sirius siempre ha sido político, Eleonor -volvió a decir la morena-. Me sorprende que no pertenezca al gobierno.
-Creo que ya sabemos porqué estudió abogacía -dijo Eleonor.
Sabrina quién nunca podía dejar de hablar tal como lo hace un perico, misteriosamente se había mantenido callada durante la conversación por el padre de su novio. Quizás se debía a que el hombre no era de su agrado o se debía al hecho de que no le agradaba la idea de tener a la policía detrás de ella, intentando desentrañar todos sus secretos.
-¿Tú que piensas, Sabrina?
-¿Ah? -dijo la mencionada sin saber que demonios debía responder.
-La investigación, ¿Qué piensas? ¿No crees que es injusto que sólo nosotros seamos investigados? Como si tuviéramos motivos para matar a Avery -expresó Alexis un poco enfadada.
-No solo nosotros seremos investigados, los demás también. Sólo es protocolo -salió en defensa Eleonor.
-Es normal que sospechen de nosotros, Alexis -dijo Sabrina-. Éramos sus amigos más cercanos, es obvio que van a ir por nosotros primero. Debemos demostrar que no lo hicimos y nos dejarán en paz.
-Exacto, ¿Acaso nunca haz visto La ley y el orden? -preguntó Eleonor como si fuese la cosa más obvia del mundo.
-¿Por qué en nuestras conversaciones siempre La ley y el orden sale a flote?
-Porque es lo mejor de lo mejor -declaró Sabrina.
Alexis rodó los ojos-. A veces creo que eres adoptada.
-Hey! Gracias a Olivia sabes como defenderte ante un policía corrupto.
-No entendí pero está bien.
-Yo si me entendí -Sabrina rodó los ojos ante lo dicho por Alexis. Esa chica no sabía lo que en realidad eran buenos gustos.