El alma del volcán (completa)

By CarnavalDeMonstruos

396K 55.9K 115K

(LGBT+) Dos estudiantes rivales comienzan a enamorarse mientras fingen ser pareja para resolver el misterio q... More

Nota antes de empezar
1. Amado duerme una siesta a la sombra del volcán
2. Octavio quiere empollar su huevo
3. Octavio confirma que Amado se ve mejor en persona que en fotos
4. Octavio sueña con Amado y no es una pesadilla
5. Octavio visita un museo y trata de no distraerse con Amado
6. Amado recuerda más detalles de Octavio que de cómo se ve el huevo
7. Octavio se da cuenta de que tendría que tener un sofá más grande
8. Octavio intenta descifrar un acertijo con Amado
9. Amado le da un permiso especial a Octavio
10. Octavio quiere meterse en la boca del lobo
11. Octavio y Amado encuentran un pasadizo secreto
12. A huevo, chismecito
13. Amado descubre que Octavio huele a menta
15. Amado y Octavio se enfrentan a una pequeña amenaza
16. Octavio intercambia dinosaurios con Amado
17. Amado se da cuenta de que Octavio estuvo comiendo manzana
18. Octavio y Amado tienen que ponerse más creativos que nunca
19. Octavio y Amado planean hacerlo (sic) en un futuro próximo
20. Octavio le sugiere a Amado que se quite los zapatos
21. Octavio le hace mimos a Amado en un momento inconveniente
22. Octavio se enoja (no con Amado)
23. Amado intenta razonar con un payaso
24. Octavio le pide un favor al volcán
25. Amado quiere volar con ayuda de Octavio
26. Octavio y Amado conocen a la verdadera mamá gallina
27. ¡Octavio conversa con Amado!
28. Amado y Octavio (FINAL)
Epílogo: Octavio y Amado reciben una visita inesperada
¡Especial de MEMES!
Fanarts y origen de la historia (SPOILERS)
¡Más fanarts y memes!
EXTRA: Fantasmas en el museo (parte 1 de 2)
EXTRA: Fantasmas en el museo (parte 2 de 2)
EXTRA #2: Las voces del mar (parte 1 de 5)
EXTRA #2: Las voces del mar (parte 2 de 5)
EXTRA #2: Las voces del mar (parte 3 de 5)
EXTRA #2: Las voces del mar (parte 4 de 5)
EXTRA #2: Las voces del mar (FINAL y MEMES)
EXTRA #3: Dos veces en que Amado no quería levantarse de la cama y una en que sí
EXTRA #4: Octavio y Amado versus el jardín botánico (parte 1 de 2)
EXTRA #4: Octavio y Amado versus el jardín botánico (parte 2 de 2 - FINAL)

14. Octavio comparte un sueño con Amado

9.6K 1.5K 3.4K
By CarnavalDeMonstruos

—El día del cumpleaños de mi hermana —explicó Amado, en el camino de regreso hacia la librería Lidenbrock—, la mejor seguridad estará centrada en la fiesta. Y lo mismo con el interés de mi familia.

La voz de Amado sonaba decidida, aunque también cansada. Octavio mantuvo la atención en él, diciéndose a sí mismo que tan solo estaba preocupado; en realidad, no podía dejar de pensar en lo cerca que había estado de besarlo. Intranquilo, se mordió los labios y trató de convencerse de que hubiese sido una mala idea, dada su falta de experiencia.

Mientras iban cuesta arriba, se cruzaron con algunas personas que bajaban hacia la playa, con sillas plegables en mano y sombrillas al hombro. Parecían tan ajenos al temblor que acababa de ocurrir que Octavio se preguntó si se lo habría imaginado, pero no era así: Amado también lo había percibido. La criatura del volcán —a la que aún no se atrevía a llamar dragón— estaba comenzando a hacerse oír.

Incluso sabiendo las posibles consecuencias de intentar recuperar el huevo, Octavio se sentía urgido a actuar. Pero, antes que todo, necesitaban un plan. Y, aunque aún no sabían ni siquiera dónde estaba ubicada con exactitud el área secreta, Octavio dijo:

—¿Crees que mientras tú vigilas el cumpleaños, yo pueda infiltrarme en la Galería Garza, de alguna forma?

Amado lo miró con el ceño fruncido.

—¿Cómo vas a decir eso? No sería justo que fueras solo.

—Pero imagino que es importante que estés en el cumpleaños.

—Y también que tú estés. Es nuestra coartada. Podemos tomar fotos allí, socializar un poco y luego escabullirnos para ir por el huevo. Todas las fiestas tienen un momento en que la gente empieza a dejar de prestar atención a dónde está cada cual.

—No imaginé que tuvieras talento como potencial ladrón.

—Quizá eso sí lo haya heredado de mi familia —respondió Amado, con una sonrisa entre divertida y triste.

Cuando llegaron a la calle de la librería Lidenbrock, Calista y Pía los esperaban en la puerta. Ahora que las dos estaban de pie, Octavio notó que Calista se apoyaba en un bastón, cuyo mango plateado imitaba la cabeza de un dragón. Al verlos, Pía se apresuró a ir hacia Amado, y le ofreció un abrazo. Ellas también habían sentido la vibración.

De vuelta en la trastienda del local, Amado aceptó un poco de agua y se recostó a lo largo en el sofá del estudio para descansar, con un paño húmedo que apoyó primero sobre su pecho y luego sobre su cabeza. No mucho después, dormitaba bajo la custodia de Octavio, que fue quien le explicó a las mujeres la semilla del plan para recuperar el huevo. Ambas lo escucharon en silencio, Pía de brazos cruzados y Calista con una enorme sonrisa.

—Por un lado, me alivia —dijo Calista—, pero también me da miedo por vosotros dos, porque sé que es un riesgo. Si no fuera por mi pequeño problema —agregó, señalándose la pierna—, lo haría yo misma.

—Ni lo pienses —intervino Pía—. Tenemos otras formas de ayudar. Nuestro contacto no tiene la llave al área secreta, pero sabe cosas que podrían ayudar.

—¿Quién es? —preguntó Octavio—. Nos vendría bien.

—Déjame hablar primero con la persona y ver de qué manera podemos proceder.

—¡Y también tenemos algo más! —exclamó Calista.

Bajo la mirada de Octavio, buscó un cuaderno en un cajón del escritorio y dibujó en una hoja vacía un pequeño mapa de la Galería Garza, que luego le entregó. Octavio recorrió con el dedo índice el laberinto de tinta que iba desde la entrada principal al ascensor que conducía al subsuelo. En la otra mitad de la hoja estaban dibujados los corredores subterráneos que llevaban a la entrada del área secreta. Se imaginó recorriéndolo con Amado. Vio en su mente una puerta que se abría y le mostraba un mundo de especímenes imposibles, aunque su cerebro no terminaba de creer que fuese posible. Si existían los dragones y los unicornios, ¿qué más podía ser real?

Dejaron atrás a Pía y Calista para emprender el camino de regreso a Heliópolis con la llegada del sol, en un silencio cargado de electricidad. Más de una vez, Octavio estuvo tentado a sacar el tema de lo que había estado a punto de ocurrir entre los dos más temprano, pero no lo hizo. En lugar de eso, acordaron volver a encontrarse pronto para hacer un reconocimiento del subsuelo de la Galería Garza.

Para cuando llegaron a la casa de Octavio, era de noche. En circunstancias normales, Octavio hubiera estado ansiando la soledad de su habitación y la comodidad de su cama, a esas alturas. Ese día le había dejado el cerebro latiendo en busca de respuestas que estaban justo fuera del alcance de sus dedos. Ahora, sin embargo, deseaba no tener que despedirse de Amado. Al salir del coche, lo hizo de mala gana, confundido por su propia actitud.

—¿Vas a estar bien? —le preguntó a Amado, desde la ventana del coche.

Amado apoyó la cabeza contra el respaldo, suspiró y ladeó la cabeza, para dedicarle una sonrisa cansada.

—Sí, gracias por todo. Te avisaré en cuanto sepa de un buen momento para ir a revisar el subsuelo. Dile a Carla que lamento que el huevo no sea extraterrestre.

—Me mandó mensajes preguntando si había sido abducido por extraterrestres y tuve que adelantarle que no se entusiasmara, que eso estaba descartado. —Octavio aguantó la risa—. Me respondió con emojis de corazones rotos.

El rostro de Octavio seguía iluminado por una sonrisa juguetona cuando entró a su casa, donde Carla lo recibió arqueando las cejas.

—¿Se besaron ya? —preguntó ella mirándolo de arriba abajo, sin siquiera saludar antes.

—¿Qué? —replicó Octavio, confundido—. ¡No!

Carla se llevó las manos a la cintura y meneó la cabeza, resoplando sonoramente.

Un rato después, mientras cenaban algo ligero, Octavio le contó más sobre los nuevos descubrimientos, aunque dejó de lado el detalle de que sí había estado cerca de besar a Amado. Lo que mencionó fue que tenían planeado explorar el subsuelo, a lo que Carla arrugó la nariz.

—¿Y con qué excusa van a ir allí abajo?

—No llegamos tan lejos en el plan —admitió Octavio, jugueteando con los restos de comida de su plato—. Si se te ocurre alguna, soy todo oídos. Mi cerebro no da para más, por hoy.

—Ya que todos piensan que son pareja, podrían usar eso a su favor... Si te encuentras al hijo de tu jefe acaremelado con alguien en un lugar apartado, ¿dirías algo? ¿Sospecharías que está en algo raro o solo creerías que está con las hormonas del amor alteradas? En el caso de Amado y tú, son las dos cosas, pero asumirían que es solo lo de las hormonas.

Octavio bufó en protesta, pero aquello era algo similar a lo que habían terminado por hacer en la presentación del huevo, para disimular ante el guardia, con buenos resultados. Una sonrisa se le escapó al recordarlo, aunque intentó esconderla bajando la cabeza.

Antes de dormir, ya en la cama, le envió un mensaje a Amado con la propuesta de Carla. Esperó su respuesta con los ojos fijos en la pantalla, que se iluminó segundos después. «Me gusta», decía la contestación de Amado, que venía acompañada con una carita sonriente. Entre eso y los recuerdos del día, que iban de las imágenes fantásticas de la historia de Calista al suave sonido que habían hecho los labios de Amado al entreabrirse, le costó dormirse. Le temblaban las manos, y no sabía si era un remanente de la voluntad del dragón, o su propio volcán interior.

Esa noche no soñó con una erupción, como había temido que ocurriera, sino con que despertaba para encontrar a Amado dormido a su lado, con el torso desnudo. Octavio se daba cuenta de que era un sueño porque su cuarto se veía distinto, mucho más grande y lujoso de lo que era en realidad, aunque la experiencia se sentía muy auténtica. La camiseta que le había prestado a Amado, un par de días atrás, descansaba sobre el respaldo de una silla forrada de terciopelo. La cama era enorme y tenía un techo del que caían exquisitas cortinas de tul; las sábanas, de satén, eran ridículamente suaves al tacto, hasta el punto de ser un poco resbalosas.

Consciente que se trataba solo de una ilusión, Octavio aprovechaba la rara oportunidad de pasar una mano entre el pelo de Amado, quien abría los ojos y lo miraba con desconcierto.

—¿Qué haces aquí? —preguntaba, con voz somnolienta.

—¿Y me preguntas tú a mí? —replicaba Octavio.

Desperezándose, Amado se incorporaba un poco y miraba a su alrededor, con su pelo convertido en un caos.

—Ah, es un sueño. Con razón... —Sonriendo, Amado estiraba una mano hacia Octavio y acariciaba su rostro—. Se siente como si estuvieses aquí de verdad.

Las yemas de los dedos de Amado iban dejando una huella palpitante sobre la piel de Octavio, que respondía acercándose a él para también tocarlo. Empezaba por su cuello y luego iba sus hombros, y tan real se sentía la firme calidez del cuerpo de Amado adaptándose a sus manos que, aunque se tratara de un sueño, Octavio no se atrevía a besarlo en la boca. ¿Qué tal si eso rompía la integridad del sueño? En lugar de eso, plantaba un suave beso en la comisura de sus labios, mientras exploraba su espalda desnuda, y más allá. Escuchar a Amado emitir un gemido ahogado bajo la presión de sus caricias hacía que Octavio se estremeciera de punta a punta. Eso se traducía a una vibración que hacía temblar las cortinas, las paredes, el colchón sobre el que estaban.

Era entonces que Octavio alzaba la vista y veía un enorme ojo de reptil que se asomaba a través de la ventana de la habitación, cuya temperatura comenzaba a elevarse con rapidez. El iris era del color del magma, y ocupaba el espacio entero del vidrio.

—El dragón... —murmuraba Amado, apartándose de Octavio.

—¡Te devolveremos el huevo! —prometía Octavio—. ¡Por favor, espera por nosotros!

Despertó cubierto en sudor, a pesar de que el ventilador apuntaba directo a su cama. Ya era de día para entonces, y no había rastro de ningún ojo gigante en la ventana, desde la cual se veía el habitual paisaje de casitas, árboles y elevaciones a lo lejos. Amado no estaba con él, su cama no tenía cortinas de tul, y los muebles de su cuarto eran sencillos.

Esa mañana, Octavio eligió bañarse con agua casi fría, que bajó la temperatura de su cuerpo, pero hizo poco por borrar los recuerdos de su sueño.

Al salir del baño, le esperaba un mensaje de Amado, y Octavio sintió un atisbo de pánico al leerlo. Él también había visto el ojo del dragón a través de una ventana en sueños. No discutieron los detalles, pero el comienzo era idéntico. No podían haber soñado lo mismo, ¿o sí?

· · • • • ✤ • • • · ·

En la biblioteca de la universidad, donde Octavio trabajaba, había algunos libros sobre dragones, aunque ninguno contemplaba la posibilidad de que fuesen reales. Durante el par de días siguientes se dedicó a devorarlos, mientras intercambiaba mensajes e información con Amado, algunos serios y otros no tanto. También memorizó el mapa de Calista, a pesar de que guardaba una foto de él en su teléfono.

En sus redes, Amado se dedicó a publicar cualquier cosa que no tuviera nada que ver con sus intenciones reales. En una foto donde Amado estaba sentado sobre la cama y decía estar estudiando para sus exámenes, Octavio notó que esta tenía cortinas, como la de su sueño. Imaginó que la habría visto antes en otra foto, y por eso su subconsciente había reproducido la imagen. Tenía que ser eso, ¿verdad?

Más adelante, Amado publicó una foto del peluche de mamut lanudo que había tomado en la casa de Octavio, y otra de una lámpara con forma de ovni que pertenecía a Carla. La camiseta de Octavio también volvió a hacer su aparición en una selfie, y los comentarios teorizaron que estaba publicando cosas relacionadas con su rumoreado novio. En lugar de negarlo, Amado respondió con emojis sonrientes. Su familia estaba atenta a sus redes, por lo que Octavio había estado de acuerdo con que alimentar esas especulaciones era lo más conveniente.

Amado había quedado en pasar a buscarlo por el trabajo una tarde en la que supiera que sus familiares no estaban en la Galería Garza, para que pudieran explorar el subsuelo con mayor tranquilidad. El día llegó antes del final de la semana, en que Octavio levantó la vista del libro sobre animales mitológicos en el que estaba enfrascado y vio a Amado parado del otro lado del mostrador, con una sonrisa. Octavio cerró el libro de inmediato y se puso de pie. Tener a Amado en persona frente a él le produjo una extraña paz, después de la tensión de esos días de espera y comunicación a distancia.

De la universidad fueron directo a la Galería Garza. A esa hora no estaba abierta al público, pero sí a los empleados que trabajaban en la parte administrativa y de investigación. Cerca de la puerta se encontraron con Mario, el omnipresente hombre de seguridad. A pesar de su apariencia imponente, este les dio la bienvenida con una sonrisa amable. Esta vez, llevaba una bandeja de comida y se dirigía hacia el jardín, donde otras personas se reunían alrededor de mesas exteriores.

—Muchos de los que trabajan en el edificio almuerzan a esta hora —explicó Amado—. Va a haber menos movimiento.

Octavio asintió, aunque una posibilidad que no había considerado hasta entonces le incomodaba. Cuando entraron al edificio, miró con disimulo hacia las esquinas y su sospecha se confirmó. No había nadie en los alrededores, pero sí algo más de lo que preocuparse.

—Hay cámaras —murmuró Octavio.

Amado asintió.

—No graban sonido, solo video. No creo que estén revisando la filmación, y menos si se trata de mí, pero deberíamos ser cuidadosos.

—Dijimos que íbamos a actuar si nos descubrían, ¿no? —dijo Octavio, atrayendo a Amado contra sí—. Quizá deberíamos empezar desde ahora. Si por alguna razón ven los videos, que vean a dos personas que buscan un lugar donde estar solas.

Amado sonrió un poco, y luego de unos instantes de duda, se apretó contra Octavio y tomó una de sus manos.

—Es la mejor estrategia, sí...

Así, sin soltarse, comenzaron su avance hacia el subsuelo, ignorantes de que alguien los seguía.

Continuará.

La semana que viene es mi cumpleaños. Aunque es el 15, quizás se me complique el fin de semana. De no poder actualizar con capítulo común, haré un especial de memes (dependerá de cómo vaya la cosa).

¡Holis! ¡Gracias por estar ahí con sus leídas, votitos y comentarios! 

Pronto se viene nueva portada :3

En este capítulo volvieron los sueños WTF, ahora con un twist... ¿Qué fue ese sueño? ¿Alguna vez tuviste un sueño con tintes sobrenaturales? 

¿Quién sigue a Amado y Octavio? *insertar el emoji de ojo boca ojo*

Lo sabremos en el próximo capítulo, aunque hay una pregunta que no será respondida pronto, y es la siguiente:

¿Será que Amado le devolverá algún día la camiseta de dinosaurio a Octavio?

Feliz cumple a AngelTold y a SpicyShimmy, que cumplieron la semana pasada :3

Nuevo meme:

Pero pronto tendrán que hablar al respecto xD

¡Aesthetic!

No puedo poner un ojo de reptil, porque también pongo esto en Instagram y sería spoiler XD

Continue Reading

You'll Also Like

60.6K 11.4K 40
Drama, inseguridades y una pizca de dulzura, la vida de Bruno es como cualquier otra de un adolescente de dieciseis años. Pero hay algo que le tiene...
103K 1.3K 21
Jinx manhwa
1.3K 138 12
Cada verano tenía la oportunidad de pasar esos meses con él, pero el último verano, a mis 17, fue diferente. 2º Premio Historia Corta - Passion Award...
317K 23.7K 198
recopilé todos los datos y curiosidades de los personajes dichos por la autora en su tumblr al igual que algunos extras que me gustaron. espero que...