El bullicio de los nuevos estudiantes dentro del salón resuenan en sus oídos como sonidos sordos que terminan en un molesto eco. Chifuyu nunca fue fan del ruido, o al menos no de esa clase de ruido. Es una persona tranquila, claro está, y por eso mismo prefiere mantener la paz en su entorno. Lo único que puede hacer es seguir el consejo que alguna vez su madre le dio: buscar su centro.
Busca tu centro. Concéntrate..., eso sonó estúpido y redundante.
Se supone que la idea es imaginar un paisaje en donde se sienta cómodo, pero aún no ha logrado hacerse una idea clara. ¿Debería empezar a ver flores? Algunas le dan alergia. ¿Un bosque con un río? Seguramente entraría en pánico pensando que va a atacarlo un oso. ¿Un desierto? Definitivamente no. Se insola rápido y detesta las altas temperaturas. Tiene la piel tan delicada y pálida que únicamente bajo un puñado de minutos parado al sol se quema. Es horrible.
Y es inútil. No es capaz de encontrar su centro para poder ignorar a las personas hablando, con palabras entremezcladas que no entiende; y tampoco tiene interés en prestar atención a conversaciones ajenas. A veces uno se entera o escucha cosas que te hacen pensar que estabas mejor sin saber.
Lo único que tiene claro es que tuvo que armarse de un valor exagerado sólo para pasar tras el umbral de la puerta y sentarse en uno de los pupitres casi al final de las cuatro paredes que conforman el aula, junto a la ventana. Piensa que así era menos visible.
Pensaba.
──¡Oye! ──casi le da algo. Rápidamente levanta el mentón para dar cara al chico que se atrevió a romper su burbuja de pensamientos rebuscados.
──Ah... ¿hola? ──es lo único que atina a decir. Idiota.
──Oh, ¡lo siento! Hola ──saluda el muchacho, apenado por decir las cosas al revés──. ¿Puedo sentarme a tu lado?
Chifuyu lo examina con la mirada mientras habla.
Lo primero que nota y, que le sorprende, es su despampanante cabellera rubia, más clara /¿es la palabra? Sólo sabe que es un tono distinto al suyo/ que la propia. Debe ser decolorado, se imagina. Sin embargo, sus ojos azules también le llaman la atención.
──... oh ──¿oh?──... disculpa, ¿podrías repetirme lo que dijiste?
──Que si puedo tomar el asiento que está junto al tuyo.
Se cuestiona seriamente por qué algo así lo tomó por sorpresa. ¿Quizá porque no es tan normal que la gente se acerque primero a hablarle? Debe ser eso. No está muy acostumbrado al contacto humano. No tanto.
──Oh ──¿de nuevo, en serio?──... claro, no tengo problemas.
Chifuyu quita su mochila que había dejado en el espacio libre, y sus ojos siguen al compañero, por ahora sin nombre, hasta que se acomoda y vuelve a observarlo de frente. Quizá no disimuló muy bien.
──Por cierto, mi nombre es Hanagaki Takemichi ──finalmente se presenta, con una sonrisa amigable que no le inspira desconfianza /en general, todos le dan esa sensación/. Le vuelve a prestar atención──, es un gusto. ¿Cuál es el tuyo?
──Matsuno Chifuyu, el gusto es... mío ──sus labios se curvean, pero más parece una mueca tímida.
──Entonces, Matsuno—...
──Chifuyu ──corta──, no tienes que irte con formalidades.
──Entonces, Chifuyu ──repite, afable──, ¿tu color de cabello es natural?
Ah. Aquí vamos de nuevo.
──... sí ──responde, como si estuviese agotado. Se retira como le diga algo—...
──¡Eso es genial! ¡Es muy bonito!
Oh.
Oh. ¿Qué demonios..?
Hanagaki interrumpió abruptamente sus pensamientos apenas pronunció esas palabras. ¿Le acaba de decir que su tonalidad rubia es bonita? ¿Bonita?
Ningún desconocido le había dicho eso en su vida. O, bueno, sí. Probablemente un chico de cabellera larga y oscura..., aunque en ese tiempo no la tenía estilizada de esa forma.
──¿Eso crees? ──pregunta, confundido.
──No te lo diría si no lo hiciera ──el muchacho habla como si nada──... ya quisiera yo. ¡Tuve que usar químicos en el mío!
Ya lo noté.
──Ah, ¿sí? ──sus ojos suben hasta sus hebras decoloradas──... eso te jode el cabello. ¿Si lo toco, no se sentiría como paja o chicle?
Takemichi parece escandalizado de repente. Chifuyu quiere reírse.
──¡¿Qué?! ¡No debería! ¡Siempre sigo los consejos de Hina..! ──ahora se pregunta quién es Hina, pero pasa a segundo plano rápidamente──... ¿realmente es tan malo?
De verdad, quiere reírse.
──Era una broma. Si dices que lo cuidas, entonces no deberías tenerlo tan dañado ──se permite soltar una corta carcajada por su expresión. Le da pereza explicarle que de por sí sola la decoloración maltrata el pelo por sus procesos químicos──..., pero gracias. Quiero decir, por lo anterior.
Baja la voz, tenuemente avergonzado.
──¡No es nada! Sólo es mi opinión ──por algún motivo que desconoce, el chico le da seguridad.
──Aún así, gracias ──reitera──, Takemichi.
El susodicho no tiene tiempo de contestarle cuando la jornada de preparatoria da inicio con el profesor frente a los alumnos, pidiendo que guarden silencio.
Se siente bien.
La afirmación de Baji resuena en su mente. "Sí vas a hacer amigos". Empieza a tenerse fe.
Aunque la verdad es que su compañero de clase llegó solo a su lado..., no importa, ¿cierto? El orden de los factores no altera el producto.
La cosa es que por primera vez le han dicho de plano que su cabello es bonito. No lo contrario a eso, y se lo cree por el momento.
Chifuyu piensa que quiere seguir hablando con Takemichi.
Cuando los primeros bloques que encabezan el horario del lunes finalizan, lo único que tiene en la cabeza es salir de la sala para buscar a Baji, quien le había dicho que se verían en los recesos. La diferencia es que no va solo, el chico de cabellos claros y revoltosos se encuentra a su lado con la misma sonrisa amigable. Chifuyu no se negó a que lo acompañara, sumado al hecho de que se lo pidió porque no se acercó a nadie más, no sabe si es bueno o no que crea que es mejor compañía que cualquier otra persona que sí sepa conversar.
No está familiarizado con el exterior, su círculo social se reduce a Baji, Mikey y Draken..., y a veces a los amigos de ellos. ¿Cómo se llamaban..? Cree recordar a Mitsuya, y los gemelos..., el que sigue a Mitsuya siempre y, eh, Kazutora. ¡Sí, Kazutora! Aunque es amigo de Baji, y él dice que prefiere mantenerlo alejado de Chifuyu porque es un 'loco' y 'pendejo'. No sabe hasta qué niveles /no ahora, porque se llevaba más con él cuando eran niños/, pero intuye que solamente no desea que se estrese al tratarse de una persona ruidosa. Chifuyu no es muy paciente ni tolerante a esas cosas, por si no es obvio a estas alturas.
──¿Dijiste que vas a encontrarte con alguien? ──Takemichi, nuevamente, lo saca de su pequeño mundo.
──... ah, sí. ¿Tú también? ──se extraña cuando nota el asentimiento de su cabeza──... ¿y por qué vienes conmigo?
──Creí oírte decir que estaba en la clase tres ──¿lo hizo? Porque no lo recuerda. Se le habrá pasado──, mi novia está ahí también.
¿Cuál novia? ¿Tiene novia? De todas formas no se demora en llegar a la conclusión de que es la Hina que mencionó antes de que empezara la primera clase, por ende no pregunta nada al respecto.
──Huh... es un punto en común. Bien, ya estamos aquí... ──apenas y se asoma por el umbral de la puerta, buscando con la mirada a Baji.
Se asusta cuando lo divisa conversando con una chica mientras se levanta de su asiento, pero no es porque se trate de una chica, si no porque... diablos, qué vergonzoso es cuando hay otra persona. ¡No puede llegar de la nada..! O eso le dice su cerebro. La gente le da miedo.
... tal vez es una exageración, pero aún así se queda inmóvil en su lugar antes de que se distraiga por Takemichi, que sin pudor alguno alza la mano en un saludo cuando se adentra en el curso.
──¡Takemichi'kun! ──le dice ella. Oh. Es la misma que se encontraba a un lado de Baji, es una coincidencia. Ahora no sabe cómo quitarse la vergüenza de encima──. ¿Cómo te ha ido?
Chifuyu atina a hacer un torpe gesto, inclinándose ligeramente antes de pasar y acercarse a su amigo, quien también se levanta y le revuelve los cabellos rubios apenas lo tiene en frente, sabiendo que trata de calmarlo. Las miradas curiosas de los alumnos al ver a dos chicos de otra clase empieza a cohibirlo y Baji lo sabe, ni siquiera tiene que preguntarle. A su forma y sutilmente, baja la tensión en el cuerpo de Chifuyu, y él lo agradece con una pequeña sonrisa.
En ese primer receso, prefiere quedarse con Baji en algún lugar alejado del área verde de la escuela, de esos espacios en donde no hay mucha gente, hablando nimiedades entre cortas risas, porque es lo que necesita. El nerviosismo de su nuevo año escolar, ver rostros desconocidos por todas partes, la presión de lo que serán sus notas y cualquier otra cosa que tenga que ver con su rendimiento académico y el entorno de la preparatoria lo tiene claramente preocupado.
Y Keisuke, a sabiendas de lo exigente que puede ser Chifuyu consigo mismo, lo distrae. Obviamente, también trata de evitar que se caliente demasiado la cabeza, ya que muchas veces le juega en contra.
Chifuyu es algo complicado. A veces no lo entiende.
Bueno, a veces muchas.
El rubio es inteligente, perspicaz y medianamente organizado, además de hábil. Podría sacar las mejores notas en la lista de estudiantes de su clase, sin embargo se esfuerza más por no hacerlo, en su incomprensible menester de no llamar la atención. Está seguro de que responde mal varias preguntas de los exámenes /teniendo conocimiento de cuál sería lo correcto/ para no tener una alta puntuación y, en consecuencia, una excelente calificación.
Ha dicho y lo justifica asegurando que odia las jerarquías; según Chifuyu, el hecho de resaltar en su curso le daría una especie de poder que no quiere, también diciendo que no le gusta cargar con cosas que él cree que son mucha responsabilidad... y no tiene sentido. ¡No lo tiene! Perdió la cuenta de las veces que intentó convencerlo de que es así, pero Chifuyu se rehúsa a hacerle caso. Y tampoco se expresa directamente con él, no le comunica sus verdaderos pensamientos.
Supone que en algún momento lo hará, no obstante, continuará insistiendo. Quiere decir, que pare de sabotearse a sí mismo en las pruebas porque, tiene que admitir, le da rabia. Con las notas que sacaría si no hiciera eso, entraría a una buena universidad. Y Baji quiere lo mejor para él.
Y es que Chifuyu no entiende que, de por sí, llama la atención. No le menciona que su cabello y sus ojos tienen que ver con eso, la inseguridad que los hijos de puta de primaria y parte de secundaria le generaron aún no está del todo superada, no desea que piense que es algo malo porque definitivamente no es así. Todo lo contrario.
Chifuyu es precioso. En toda la extensión de la palabra, e incluso así se queda corta.
No solamente por su físico, sino también por su personalidad. Cuando tiene confianza, brilla. Podrá verse tímido y cohibido, pero al momento de sacar su verdadera faceta, parece otra persona. Le gusta hacer bromas, los animales, se emociona leyendo mangas románticos y jugando videojuegos, es un amigo excepcional y la clase de chico que todos quieren, no, necesitan en su vida.
Aunque... viéndolo de esa forma, es probable que sólo a Baji le llame la atención naturalmente.
No lo dice en voz alta /y no es que lo haya aceptado tampoco/, pero es como si Chifuyu estuviese hecho para él, y viceversa.
eeEEE no pensé que la introducción fuera a tener más de veinte votos, quedé. ???
pERO GRACIAS, AAAA.
me obligué a tener al menos tres capítulos listos antes de subir el cero porque soy la procastinación en persona y si no lo hacía me demoraría demasiado en actualizar, así voy avanzando y publicando, porque además no soy organizada pARA NADA.
y eso, quise subir algo mientras estoy fuera de casa para luego seguir, y así.
espero que les haya gustado. u u ✨