Era una noche de otoño. Por la ventana de la habitación se podía apreciar los últimos coches que se dirigían a sus hogares para descansar el día de mañana.
Chifuyu se encontraba tumbado en el suelo de su departamento leyendo manga y la televisión encendida con las noticias puestas. Estaba muy cómodo y tranquilo cuando oyó una noticia interesante en la tele haciendo que captase toda la atención del omega.
Noticia de última hora:
Un alfa de la cárcel de Tokyo que estaba en terapia en psiquiatría, ha huido de esta. La policía alerta que este individuo puede ser agresivo y peligroso en casos extremos, por eso necesitan la colaboración de los ciudadanos. Por favor, si ven a esta persona llamen inmediatamente a la policía.
Ahora vamos con los depor-
El omega rápidamente apagó la televisión. Le dió escalofríos al oír la noticia.
-No te alteres. No es nada... -pensó Chifuyu.
Se levantó del suelo, colocó el manga en la estantería y se dirigió a su cama para olvidar lo que había visto y oído. Y así dormir un poco
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Ya era por la mañana cuando sonó el teléfono de Chifuyu, haciendo que se despertara. Lo cogió con mucho sueño, pero contestó.
-¿Si?
-Chifuyu, ¿estás despierto?
-No, estoy hablando en sueños, Takemichi.
-Bueno, tranquilo. Quería preguntarte si viste las noticias de anoche.
Chifuyu se quedó tieso. No podía recordar aquello. Le daba mal agusto aquellas noticias.
-Si... ¿por? -preguntó al fin.
-Pues el chico que se ha escapado se encontraba en la misma cárcel donde se encuentra Kazutora.
En ese momento Chifuyu recordó a Kazutora. Aquel chico que fue mejor amigo de los fundadores de la ToMan. Muy cercano a Baji... Kazutora fue a la cárcel por matar a Baji, aunque este se apuñaló para no echarle la culpa a su amigo.
-¿Qué intentas decirme? -prosiguió Chifuyu.
-No sé si lo has pensado, pero hablando con Mikey y Draken se nos ha ocurrido que ese fugitivo... tal vez sea... Kazutor-
No pudo terminar, ya que Chifuyu no podía tragar aquella información de inmediato, gritando:
-¿¡Cómo se te ocurre eso?! -dijo Chifuyu con un escalofrío que viajó por su espalda y sin darse cuenta, soltando algunas feromonas de angustia por la habitación.
-Chifuyu, piénsalo -dijo Takemichi intentando convencer al rubio- Kazutora antes de entrar a la cárcel ya estaba un poco loco... podría haber empeorado. Apuñaló a Baji. Desde la muerte de él no has vuelto a tu vida normal -continuó triste- Te propusiste cumplir sus sueños y uno de ellos era ayudar a Kazutora, por eso empezaste a estudiar psiquiatría... Lo hiciste todo por tu amor por Baji.
-¡Takemichi, para! -dijo casi llorando el menor- ¿¡Por qué empiezas con eso?! Ya me basta con que se haya ido, por favor no sigas -terminó sollozando.
-Lo siento, Chifuyu. No quería hacerte sentir así. Perdóname -dijo Takemichi apenado- Pero recuerda la posibilidad que te dije, por favor.
-Vale...
-Pasaré por la tarde por tu casa. Llevaré a alguno de los chicos. Así podremos jugar algún juego, ¿te parece? -dijo con un tono un poco más feliz que el del principio.
-De acuerdo. Adiós, socio -se despidió Chifuyu ya no llorando, pero triste.
-Cuídate -y Takemichi colgó.
Chifuyu dejó caer su teléfono en su mano. Le dolía recordar al que fue su novio en el pasado, pero que nunca le marco. Quería superarlo, aunque no lo lograba por completo. Pero lo que más le horrorizaba era la idea de que aquel psicópata que había huido era Kazutora. Tenía que averiguarlo. Pero por ahora se quedaría en casa, descansando y leyendo mangas hasta que vinieran sus amigos.
Pasó la mañana y Chifuyu se estaba aburriendo en aquella habitación que era su hogar. Era sábado, así que no tenía que ir a la universidad.
Después de un rato, le dió hambre, así que se preparó yakisoba, como cuando salía con Baji...
Se encontraba preparando la comida, cuando alguien tocó el timbre del departamento.
-¡Ya voy! -dijo Chifuyu desde la mini-cocina que tenía en su casa. Pensó que Takemichi llegó un poco pronto, ya que llegó a las dos de la tarde. No le dió importancia y abrió la puerta.
-¡Takemi- - se tuvo que callar, porque la persona que estaba en frente de él en ese momento no era Takemichi- Disculpe. Lo he confundido con un amigo.
El chico no contestó. Casi no podía verle la cara ya que llevaba una cazadora negra con una capucha que le tapaba el pelo y una mascarilla que le cubría el rostro.
-¿Necesita algo... -no sabía cómo acabar ya que no parecía tan viejo pero podía distinguir bien que era un alfa- ...señor? -terminó.
...
-No... ¡NO...!
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Espero que os haya gustado esta nueva historia. Intentaré actualizarla a menudo. Aunque primero quería acabar con Un Amor Inevitable. ¡Gracias por vuestro apoyo!