Anna.
La Voluntad de Dios ¿será perfecta?, Claro que sí lo es, aunque a veces sientas que no, que el desierto donde te metió para formarte como diamante, para que cuando vuelvas a pasar estés acostumbrado a la arena caliente y al brillante sol.
¿ por qué será que representamos al proceso como desierto?¿ Será que ahí no hay agua, haciendo que nuestra sed sea mucha?, ¿será que ahí mueren muchas personas y nosotros nos sentimos a punto de desfallecer? O ¿será que hay silencio y solo se escucha la voz de Dios?.
¿Que hará la Voluntad de Dios perfecta?.
Leonel.
Jose tenía un plan para que logremos escapar, ¿lo malo? Era que mis amigos no querían, no querían irse, ellos querían esperar a que milagrosamente Dios los rescate o una señal de lo que tendrían que hacer.
— vamos Daniel, ya quiero salir de aqui— seguíamos picando piedras en esas minas, me miro y un poco enojado decidió hablar.
— ya te dije, no iremos, al menos que Dios quiera— tense mi mandíbula estaba molesto — no te enojes, recuerda que todo tiene que ser....
—¡ ya se!— sabía perfectamente lo que quería decir — todo tiene que ser bajo la Voluntad de Dios.
— entonces ¿esperaras? — dijo Emmanuel mirándome del otro lado, asentí, esperaría.
Pasaron casi dos semanas, hasta que Johan decidió contar un sueño...
Un sueño que era profecía.
Johan.
En mis sueños, estaba cruzando un portón de color negro y al llegar al otro lado, los vi a mis amigos, corrí y abrace a cada uno, sus ropas eran blancas y con detalles finos de dorado.
El único que tenía una ropa muy linda era Samuel; su vestimenta era hermosa, llevaba una túnica blanca, que resplandecía mucho, sandalias doradas y un cadena de oro en su cuello.
— woa Samuel— dije en mi sueño más él solo sonreía, ¿por qué no decía nada? Todos lo demás me miraron.
Que rara mirada me habían dado, como si yo viera algo y ellos no.
Despierto poco a poco, teniendo aún la sonrisa de Samuel en mi mente, es como si verdaderamente lo había visto sonreír.
Samuel.
Estábamos con Leonel hablando, del plan de José, yo sabía desde un principio que funcionaria, estaba convencido que ellos escaparán.
— ¡y vendrás con nosotros! — dijo emocionado, más yo del otro lado de la pared suspire profundamente.
— no creo que pueda Leonel— escuche un golpe en la pared seguramente fue él — ¡estoy débil! — toso después de gritar y trago saliva pesadamente.
— ¡sí iras! Te has de curar, ya veras por eso Johan te soñó así de victorioso.
Vaya a saber uno cual es el significado del sueño de Johan.
— Leonel yo...— titubeos por un rato y decidí algo— quiero que Park vaya en mi lugar.
Él tendría chances de vivir mejor, no estaba herido o enfermo.
Pero Leonel, no quería aceptar eso.
Nayeon.
Gracias a unas personas nosotras pudimos enterarnos del plan del escape, y como sería todo.
— ¿por qué Johan soñaría eso?— pregunto Soledad del otro lado de mi muro.
— solo dijo que lo soñó y que tendríamos que esperar un poco más, que si salimos seria por Dios y no por estar prófugos.
— eso tiene sentido— volvió a decir y detrás de eso un bostezo anuncian la falta de sueño —bueno, que sueñes bien Nayeon.
Pero algo dentro mío me decia:
No duermas, esta noche será distinta.
Leonel.
Con Samuel repasabamos una y otra vez los momentos vividos aquí y en casa.
— ¿te acuerdas las canciones que cantábamos con Marcos? — él rie del otro lado —había una en especial que te gustaba... ¿cual era?.
Aclaro su garganta y cantó.
Tengo un gozo
Que este mundo no da
Y el mundo no me lo quitara.
Tengo a Cristo,
Oh sí, tengo a Cristo.
— había también otra que te gustaba— ahora yo se la cantaría.
Cristo murió por todos
Para su salvación
Con Dios a sí los hombres,
Reconciliados son.
El velo en el templo
Roto ha sido ya.
El Trono de la Gracia abierto está.
Así nos pasamos toda la noche cantando, me sentía Pablo y Silas. En un momento José se sumo, hasta que se durmió y antes de nosotros hacer lo mismo, Samuel cantó una canción.
Dios siempre cumple con sus promesas,
Aún cuando cae todo en derredor,
Podrán faltar todas las estrellas,
Más no lo que dice el Señor.
— era un himno que mamá le gustaba mucho— dije y miró al techo, pensando que él hacía lo mismo.
— sí— responde casi a punto de dormirse— pero ellos están bien— escucho que bosteza, otra vez — Leonel, descansa.
— que sueñes con los ángeles, hermano— sonrió —te prometo que mañana estarás bien— ambos logramos dormir profundamente.
Dios siempre cumple sus promesas.
Ningún ruido me despertó, salvó el golpe que le dieron a la puerta de la celda continua, la celda de mi hermano.
— ¿que pasa? – dije al levantarme sobresaltado.
José me pidió hacer silenció.
— ¡despierta!— escuche pasos de botas, un ruido raro con la boca —saquen a este tipo ya.
Me preguntaba por qué Samuel no hablaba, era normal de él a veces callarse, pero no lo entendí hasta que escuché a un segundo teniente decir.
—¿qué hacemos con el cuerpo del prisionero?— ahí mi mundo se detuvo.
Mi respiración se acorta, la falta de aire hace que mueva mi mano ventilando, José solo me ayudaba, me deslizó hasta el suelo y lloro, golpeó la pared una, otra y otra vez, hasta que mi mano queda roja, entonces empiezo a golpearla otra vez pero ahora con mi mano abierta, haciendo unas lastimaduras.
Pero no me dolía, no tenía dolor y por lo menos eso quería no tener y lo oprimía, y apretaba mi pecho, ya se iban a enterar y yo los quería consolar.
Ahora entiendo el sueño, todos los mirábamos raro a Johan, pues él era el único que veía a Samuel.
Daniel.
Tres días después de la muerte de Samuel, nos llamaron a los muchachos y a las chicas, nos juntaron a todos, nos subieron a una camioneta y nos dejaron en la bajada de una montaña, incluso José estaba con nosotros.
—me pregunto ¿por qué nos dejaron aquí?— Johan soba sus manos intentando calentarse, Anna juega con un palo haciendo figuras en el suelo, Leonel esta callado, y así uno por uno hacíamos algo.
Esperamos unos días y ellos no regresaron, jamás volvieron, la comida empezaba a escasear, la sed inicia un aumento, nuestros débiles cuerpos al borde de quedar moribundos, había días en donde Leonel deliró con Samuel.
— ¿escuchan eso?— se oía agua moviéndose, todos corrimos desesperados en su dirección, pero solo había otra montaña.
— hay que escalarla— dijo José — subiré yo primero, después ayudaremos a las chicas y por últimos ustedes— todos asentimos aunque estábamos algo débiles.
Al llegar a la cima nos dimos cuenta que estábamos cerca de la frontera con China y el ruido de las aguas moviéndose era el río Tume (uno de los dos ríos que unían las fronteras China y Corea del Norte).
En tres las montañas encontramos refugios y nos quedamos ahí hasta tener un plan.
Johan.
Nos llevó una semana armar el plan orando siempre para que todo salga bien, pero ya estaba decidido iríamos de a dos personas y llegaríamos a China.
Los primeros éramos yo y Leonel, los segundos Anna y Soledad, los terceros Daniel y Seung, cuartos Luciana y Nayeon, los quintos Emmanuel y Morena, José quería ir solo.
Nos llevó alrededor de un mes cruzar la frontera a los chicos y a mi, estábamos muy mal, además solo podíamos cruzar el río nadando por la noche.
Era una madrugada, cuando entré todos Nos dimos un abrazo al vernos juntos otra vez.
— José, gracias por todo.
Encontramos unos hermanos en Cristo, que nos refugiaron,nos dieron comida y nos enseñaron las típicas costumbres chinas y su idioma.
Pero un día atraparon a José, y lo enviaron de vuelta a Corea del Norte.
Su ejecución no fue como las otras que vi, ver al sangre entremezclarse con la lluvia y el agua del río, aquel río que le costó pasar, mientras nosotros estábamos del otro lado viéndolo gritar.
—¡Dios existe, Alabado seas Padre!— luego de esas palabras una bala letal en su sien, así moria un hombre con valentía.
Así moría otro más.
Meses después, la persecución en China aumento y nuestros hermanos en un tren nos enviaron a Mongolia, donde otro grupo de hermanos nos refugió, luego tuvimos que irnos a Corea del Sur y ahí aprendimos inglés.
Pero que tan diferente era el Sur con el Norte.
— Chicos, Dios me ha hablado— decía una hermana de nosotros— lo mejor será que cada uno empiece a buscar su propio camino.
Ella trajo un mapa de todo el mundo y lo coloco delante de nosotros.
— quiero que Oren y ayuden, dentro de una semana quiero ver que país Dios le dio a cada uno.
Lo pensamos, lo oramos, lo creímos, lo ayunamos y al volver cada uno marcó su nuevo rumbo.
Leonel y Anna irían a Norte America.
Naeyon, Park y yo Sur América.
Daniel Centroamérica.
Seung y Luciana se quedarían acá y probablemente irían por toda Asía.
Emmanuel países bajos y África, también un poco de los países árabes.
Morena y Soledad Europa
La Voluntad de Dios era ir por todo los lugares del planeta a predicar.
Perdimos a varios soldado del pelotón pero debíamos seguir.
Al fin y al cabo la Voluntad del Creador es perfecta.
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AAAAAAAAAAAAA.
PENULTIMO CAPÍTULO
HOLA ¿como están? ¿Ya están bien?.
¿ cuidaron de su corazón?.
¿Quieren pañuelos?.
Bueno eso es todo... nos vemos
Dios los bendiga ♡