El derrotar la centena de robots había causado que toda la energía que habías recuperado por la comida de Bakugō, se fuera de tu cuerpo como si fuera agua. Habías decidido tomar el consejo del villano, y habías abierto el concreto para dejar que la mayoría de los robots fueran atrapados varios metros bajo el suelo.
Bakugō se encontraba cargándote en ese momento— Maldita nerd, ¿Por qué usaste todo tu quirk así?
— Ustedes tienen quirks mucho más poderosos y necesarios —le explicaste, descansando por unos segundos los ojos. Tu vista te daba vueltas y sentías como si no pudieras respirar correctamente—. Aún necesitan poder usarlos.
El rubio simplemente mejoró su agarre y siguió corriendo. Todoroki había dicho que escuchó a algunos guardias decir que les habían tendido una trampa a los demás cerca del generador hidráulico, por lo que ustedes se encontraban corriendo hacia allá.
Cuando llegaron, Bakugō te depositó en el suelo suavemente y corrió a explotar a más robots, los cuales se encontraban a punto de atacar a Uraraka. Todoroki usó su hielo para congelar a los demás robots, poniéndose en frente de la chica.
Kirishima tomó tu brazo, cargando un poco de tu peso mientras que los dos corrían detrás de ellos. Finalmente, se detuvieron al lado de Uraraka, y le sonreíste aliviada al notar que se encontraba sana y salva.
— ¿Qué te pasó? Te ves casi esquelética.
— Muchas gracias, Uraraka. Justo lo que cualquier chica desearía escuchar.
Kirishima sonrió— Gastó su quirk en detener a cien de esos robots. Por cierto, ¿qué estamos esperando?
— Usé mi don en Melissa y Deku, eso debería de ayudarlos a llegar al último piso desde aquí.
— ¡Uraraka! Cuando el maldito de Deku y esa extra hayan llegado, sube también a ____.
Todos voltearon a ver a Bakugō, y Todoroki preguntó— ¿Por qué mandarla?
— Su hermano trabaja en esta isla de pacotilla, ¿no es así? —el rubio siguió explotando robots—. Significa que los sensores de reconocimiento la van a identificar como alguien parecida a él.
— ¡Es verdad! Milo mencionó que algunas computadoras primero piden muestra de sangre antes de que puedas iniciar sesión.
Uraraka asintió— Pero aun así, Melissa dijo que los sensores estarían desactivados.
— ¿Pero estamos cien por ciento seguros? —preguntó Kirishima—. Creo que es mejor no arriesgarnos.
En ese momento, una de las hélices hizo que Midoriya y Melissa se desviaran. Todoroki, al notarlo, corrió en su dirección— ¡Bakugō! Redirige una hélice hacia ellos ahora.
—¡NO ME DICES QUÉ HACER! —y sin embargo, hizo exactamente lo que el chico le pidió.
Una ola de aire caliente los volvió a regresar a su curso. Ante la vista de todos, Midoriya usó su brazo para romper la pared que daba a las escaleras.
— Qué suertudos que hayan golpeado justo encima del piso —hablaste—. Imagínense si hubiera golpeado en la intersección.
En ese momento, Uraraka liberó su poder y a lo lejos escuchaste el grito de Melissa. Dejaste salir una risa ante la mirada triunfante de la chica. Aparentemente, no había superado el haberlos encontrado juntos en el museo.
Pasaron tal vez unos minutos antes de que Uraraka tomara tu brazo y encendiera el quirk en ti. Le sonreíste, dejando que su poder te llevara al lugar en el que Deku y Melissa habían entrado. Cuando estabas sana y salva dentro de la habitación, le diste una señal a Uraraka para que liberara su poder.
Por suerte, te habías agarrado de unos pedazos de tubos, por lo que no estabas flotando a gran altura cuando caíste. Inmediatamente, notaste que había un tipo inconsciente en las escaleras.
Caminaste suavemente y comenzaste a buscar entre la ropa del hombre, sacando un arma y municiones. Si bien no sabías disparar, los villanos no sabrían eso, por lo que probablemente te daría una ventaja en caso de que algo saliera mal.
Subiste el resto de las escaleras y seguiste el sonido de disturbios. Cuando llegaste, bizarramente, un hombre tenía secuestrado a Midoriya con pedazos de metal contra la pared. El hombre que tu hermano alguna vez te había presentado como Sam, le estaba entregando un maletín a quien obviamente era el villano.
Miraste un poco nerviosa al arma que habías robado del villano, y debatiste si tenías la suficiente energía para poder batallar con el hombre. Deprimentemente, no la tenías, por lo que lo único que te quedaba era hacer un rescate a medias y esperar no ser asesinada.
— Aquí está tu parte —el sonido de un disparo llenó la sala. Te cubriste la boca rápidamente para evitar gritar, y comenzaste a temblar. Obviamente ese hombre no tenía miedo alguno de asesinar a alguien, por lo que si la necesidad llegaba, podría ser capaz de asesinarte.
Pero ¿no era eso lo que significaba ser una heroína?
Tomaste firmemente el arma y saliste de tu escondite, apuntando el arma hacia el villano. El hombre volteó, y al verte dejó salir una carcajada.
— ¿Qué? ¿Ahora están mandando a su división del kínder? Vete a casa, niñita. Te daré diez segundos para irte y prometo no dispararte.
Quitaste el seguro del arma cómo te había enseñado tu tío y la seguiste apuntando al hombre— Toma el maletín y vete de aquí. Deja a mis amigos en paz y no te dispararé.
— Niñita, ni siquiera sabes cómo sujetar correctamente el arma.
— ¿Por qué me disparaste? —gritó Sam, frenético—. Esto no era parte del plan.
— ¿No lo es? —el villano te sonrió—. Observa cómo se debe disparar, Takahashi ____.
Antes de que pudieras hacer algo, el hombre le disparó en el cráneo a Sam. Volteaste a otro lado e intentaste aguantar las ganas de vomitar. El profesor había intentado interponerse entre el villano y Sam, sin embargo, la bala lo había atravesado y había tenido la suficiente fuerza para llegar a su objetivo inicial.
Melissa corrió— ¡Papá!
Rápidamente, el villano golpeó a Melissa. Tus manos temblaban ante tal escena, y sabías que no tenías la fuerza suficiente para desafiarlo con tu quirk. De pronto, una calma absoluta tomó control de ti, dejándote claras las cosas.
No sabías que tenía ese maletín, pero por la desesperación de todos los presentes, era algo bastante importante. No podías dejar que el villano se lo llevara, aún si le costara la vida.
El villano tomó el cuerpo de David Shield, a lo mejor para raptarlo, por lo que rápidamente cargaste y apuntaste el arma hacia el torso del hombre. Antes de que el villano pudiera hablar, tensaste tu cuerpo y disparaste. Sorprendentemente, la bala lo hubiera atravesado si no fuera porque su cómplice se interpuso.
El villano miró a su compañero en el suelo y te sonrió, aunque no era una sonrisa feliz. Parecía como si estuviera planeando tu muerte— Me caes bien, niñita. Tienes agallas, lo admito. Hagamos algo, si sobrevives esto, puedes trabajar para mí.
Alzaste una ceja—¿Sobrevivir qué?
El hombre cargó su arma y te disparó en la pierna sin dudarlo— Esto.
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¿Cómo se siente un disparo?
A decir verdad, tú nunca realmente te habías echo esa pregunta. Tal vez habías pensado algo similar en algún punto de tu vida, pero nunca realmente pensaste en las sensaciones que tendrías en ese momento.
Desde que eras pequeña y veías las peleas grabadas de tu abuela cuando era heroína, siempre te imaginaste que si morías, sería en medio de una gran batalla. Probablemente sería un quirk el que te matara, un golpe, un edificio cayendo.
Nunca una bala.
¿Qué se siente ser disparado?
Calor. Ardor. DOLOR. MIERDA CÓMO DUELE.
¿Qué se siente un disparo?
Hay algo saliendo de tu pierna, algo líquido.
¿Estás muriendo?
No.
No vas a morir por una bala.
No tú. No la futura heroína número uno.
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Cuando recobraste la conciencia, Melissa te miraba con sus ojos llenos de lágrimas, y tus orejas se sentían extrañas. Tenías mucho frío y tus manos temblaban. La rubia parecía estar diciéndote algo, pero no podías concentrarte en lo que decía. Sus manos estaban temblando y su vestido estaba roto.
Su cachete derecho estaba siendo aplastado contra un celular, y la chica intentaba preguntarte algo.
— No te escucho —intentaste decirle, y eso la alarmó lo suficiente para que empezara a gritarle al celular.
En ese momento, un grupo de veinte personas con batas entraron a la habitación, y Melissa apretó tu mano antes de salir corriendo, dejándote en las manos de ellos. Vagamente sentiste algo de miedo al no reconocer la cara de nadie.
De un parpadeo a otro, te encontrabas en una camilla, siendo empujada por personas con cubrebocas. Tu hermano mayor se encontraba agarrándote la mano, y Milo caminaba detrás de él con las mejillas mojadas por las lágrimas.
Les sonreíste, segura de que no te pasaría nada.
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La segunda vez que despertarse, todo parecía estar mejor. El sol estaba en su máximo esplendor y la habitación en la que te encontrabas olía un poco a productos de limpieza. Extrañamente, te sentías algo desapegada con la vida. Sabías que habías sido atacada, y que probablemente mataste al cómplice del villano, pero no te sentías tan preocupada por eso. Por lo que podías ver, tu pierna estaba como nueva, sin siquiera una marca de la bala.
— ¿Te gusta? —Milo se encontraba en el umbral de la puerta—. Usamos la última tecnología de activación de células para regenerar tu piel, ahora básicamente fue como si nunca te hubieran disparado.
La voz gruesa del profesor All Might respondió— Y actuaremos como tal.
— ¡Profesor! —exclamaste—. ¿Todo terminó bien?
— Me enorgullece decir que todo terminó bien —el hombre se sentó en una de las sillas vacías—. En parte, por tus acciones. Midoriya pudo tomar control del helicóptero rápidamente y juntos vencimos al villano, el cual está siendo escoltado a la prisión en este momento —All Might te miró—. Lamentablemente, en mitad de su pánico al huir con David Shield, le disparó a su propio cómplice en el brazo. Dicho cómplice sobrevivió y ha testificado que esto es verdad.
Lo miraste confundida— Pero yo...
— Pero tu fuiste atacada, así es—concedió All Might, haciendo un gesto que finalmente entendiste—. Intentaste tomar el arma y el hombre te disparó. Fue realmente triste, y nos diste un susto a todos.
Finalmente comprendiste que All Might deseaba quitarte toda la responsabilidad por haber atacado al hombre. Si saliera a la luz que le habías disparado a un villano, tu carrera estaría en peligro, y probablemente no te dejarían graduarte.
— Lo entiendo, profesor All Might —le sonreíste aliviada—. Gracias por su preocupación.
All Might le regresó la sonrisa— No hay de qué, joven Takahashi. Ahora descanse, tengo el presentimiento que tus compañeros desean que te recuperes pronto para que disfruten los últimos días de la exposición en la Isla-I.
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Denki escupió su café— ¿Y el hombre te disparó así como así?
Intercambiaste miradas con Midoriya. Ambos habían acordado mantener en secreto que habías tomado la iniciativa de detener al hombre por ti misma, y que al no poder usar tu quirk, usaste un arma.
— Sí, Kaminari. Así como así.
Yaoyorozu se cubrió la boca— No puedo creer que te dejen salir del hospital así cómo así. ¿Estás segura de que no necesitas más tiempo para descansar?
Negaste— Nah, todo está bien. Ni siquiera siento como si hubiera recibido una bala.
Los demás asintieron, cada uno preocupado por sus pensamientos. Tu mirada recorrió tu habitación en el hotel, y al no ver a Bakugō o a Kirishima, no pudiste evitar sentirte decepcionada. La tarde del último día en la isla había pasado rápidamente, por lo que querías pasar ese tiempo con tu mejor amigo. Y sin embargo, Bakugō no respondía tus mensajes o tus llamadas.
Cuando le preguntaste a Jiro, discretamente, la chica te aseguró que ambos estaban en perfectas condiciones y que los había visto recorrer una exposición del museo. Fue entonces cuando te diste cuenta de que Bakugō te estaba evadiendo.
— ¡Hey, ____! Vamos a ir al Starbucks, ¿quieres algo?
Saliste de tus pensamientos abruptamente— Oh, sí. ¿Me traerían un frapuchino de caramelo?
Denki asintió, tomando el dinero que le ofreciste para pagar por tu orden. Él y los demás intercambiaron algunas palabras mientras que les pedía su orden. Se veían tan felices todos riendo.
Pero... de alguna manera, tenías un mal presentimiento por lo que iba a venir...