Dancing with the Devil ⋆ Radi...

By PapasConChedd4r

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Sé que estoy bailando con el diablo. Me oscurece el cielo, me ilumina el infierno. Este depredador que dejé e... More

La radio
Un deseo
El tiempo
Convivencia
Caprichos
Idea
Cafetería
Inusual
Sorpresa
¿Una historia de amor?
De humanos y demonios
¡¿Humano?!
Lo que no se puede hacer
Frío como el hielo
Explicación
Parque de diversiones
Mis sentimientos hacia ti
Los demonios sufren
¿Qué significa amar?
Nosotros
Nota de autor: Mi inspiración
Especial navideño🎄

Contigo una eternidad

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By PapasConChedd4r


Cuando finalmente pidió su deseo, Alastor no pudo creerlo. Estaba por hablar, pero ninguna palabra pudo salir de su garganta. Nunca nada lo había asombrado tanto en toda su existencia de demonio. Le habían pedido muchos deseos extravagantes, sin embargo, ese era algo que jamás había imaginado y que lo había desencajado por completo.

Anthony le estaba pidiendo
que se quedara a vivir en la tierra y que se convierta en humano.

El rubio se cubrió los ojos entre sus manos y quiso ocultarse de la vergüenza. No sabía si esa petición resultaba conflictiva o imposible, realmente no tenía la certeza de nada. Pero quería intentarlo porque adoraba tanto a Alastor que no podía arrancárselo del corazón asi como así.

—Perdón por ser un egoísta... —susurró luego suspirar enfadado consigo mismo— Perdón por quererte tanto junto a mí. Te amo tanto... lo siento —se disculpó porque tenía miedo de que todo fuera en contra de la voluntad de Alastor.

Le estaba pidiendo que dejara todo por él para que ambos consolidaran su amor, sabía que no había nada más aprovechado y malvado que eso. No obstante, antes de que sus pensamientos siguieran atormentándolo, el demonio entrecerró sus ojos severos hacia Anthony y alzó su mano hacia él para tomar su mejilla y hacer que quitara las manos de su rostro.

—No hay vuelta atrás —los ojos de Alastor brillaron como dos enormes rubíes impregnados en fuego—. ¿Estás seguro de esto, Anthony?

El contrario asintió cerrando los ojos. Vio esa pasión en la mirada de Alastor, percibió que no quería irse con facilidad. Y si el demonio radio quería confirmar su deseo… era porque había una posibilidad de que se hiciera realidad.

—Nunca estuve tan seguro en toda mi vida —le afirmó entreabriendo sus ojos cristalinos hacia él.

Alastor le otorgó una de sus últimas sonrisas doradas en su forma de demonio del inframundo, también emitió los últimos alarmantes sonidos de radio sintonizando una estación inexistente. Apartó su mano del rostro del rubio y lo observó con dulzura, realmente ese deseo no era algo que no pudiera conceder. Eso sí, debía utilizar toda la magia y fuerza que tenía como demonio.

—Tus deseos son órdenes.

Anthony jadeó atónito al escuchar la grave voz de Alastor y su interferencia de radio por última vez. Observó con detalle cada parte de él, memorizó sus rasgos de demonio y se aseguró de mantenerlo en sus recuerdos. Esa fue la forma en la que lo conoció después de todo y era una imagen que atesoraría por siempre, la llevaría en su corazón y en sus memorias el resto de sus años mortales. Sin importar la forma que tuviera, lo amaría sin lugar a dudas.

—Me despojo de mi inmortalidad y de mi cargo de overlord —sentenció el demonio de traje rojo. El ritual del deseo no tardó en actuar—. A partir de ahora, me convertiré en un humano común y corriente.

Grandes llamaradas de fuego verde cubrieron todo el interior de la habitación. Al ser fuego espiritual, no quemaba, pero si alborotaba a las almas en pena que siempre rodeaban a Alastor cuando utilizaba sus poderes. Largos restos de humo negro y polvos brillantes lo rodearon, al igual que el fuego verdoso que atravesó cada poro de su piel. Manifestó grandes símbolos rojizos a su alrededor, varios fantasmas salieron ahuyando de su interior y se consumieron en el aire velozmente.

Mostró su forma real por escasos segundos en los cuales sus grandes cuernos de ciervo se ramificaron y sus ojos se volvieron mas negros que el cielo nocturno. Su sonrisa se volvió demoniaca y cruel una ultima vez y, al final de toda su extensión máxima de magia, el fuego verde y los polvos negros cubrieron su apariencia. Todo se apagó, la interferencia de radio cesó y todos esos fantasmas murieron en el ambiente.

Alastor se restructuró en su forma humana definitiva. Aun con vestimentas simples y ligeras, se acercó hacia Anthony, quien seguía totalmente anonadado por el espectáculo que se había manifestado frente a él al pedir su deseo. El castaño se sentó a su lado, tomó las manos temblorosas del rubio y las miró concentrado y muy decidido luego de haber perdido todo rastro de inmortalidad y poder.

—Anthony, he cumplido tu petición —no se arrepentía de nada y quería transmitirle al rubio que esa también era su decisión—. Viviré en el mundo de los vivos no solo por tu deseo, sino porque quiero seguir a tu lado. Debo confesar... —cerró sus ojos y besó los nudillos de Anthony, quien amplió sus ojos conmovido y se le quedó mirando sin poder dejar de temblar—. Debo confesar que la idea de separarme de ti me aterraba.

El rubio ya no pudo soportar toda esa ternura y esa muestra de cariño, se abalanzó sobre él para abrazarlo con mucha intensidad y completa necesidad de tenerlo a su lado siempre. Alastor correspondió con énfasis y acarició su espalda y los cabellos de su nuca para darle cariño. Frunció el ceño con preocupación y se sintió vulnerable repentinamente.

Aún había tantas cosas que no entendía de los seres en la tierra.

—No sé si podré ser el mejor humano para ti —expresó su inseguridad sin tapujos, pero Anthony le negó y se aferró más fuerte.

—No quiero que lo seas, quiero que seas simplemente tú —contestó lleno de convicción.

—¿Aunque sea extraño y haga cosas raras para los humanos? —volvió a cuestionar el castaño sin querer soltarlo.

—Aquí en la tierra, no hay nadie normal, te lo aseguro —Anthony se separó para tomarle las mejillas con sus manos y sonreírle para brindarle seguridad.

—¿Aunque sonría todo el tiempo, no entienda el sarcasmo y me ponga muy nervioso ante las tormentas eléctricas? —preguntó Alastor con mucha preocupación, sin saber si podría hacerlo bien o si podría complacer a Anthony como se lo merecía— ¿Crees que, aun así, pueda adaptarme a este mundo?

El rubio se le quedó mirando y le asintió lentamente, Alastor estando inseguro se le hacía muy tierno. Tenía que protegerlo y enseñarle, pero no sería ningún problema ya que aprendía rapído, era ágil para hablar y era muy astuto al percibir su ambiente. Estaba totalmente seguro de que no tendría grandes dificultades en integrarse en esa sociedad, la cual era mucho menos hostil que el infierno.

—Te adaptaste mejor que cualquiera desde que llegaste… Entraste a este mundo como si fuera tu hogar —acarició las suaves mejillas del castaño con sus pulgares y volvió a otorgarle protección con una mirada muy convincente y determinada—. Voy a enseñarte todo. Vivir aquí no es tan malo, sé que al principio lo detestabas y te incomodaba mucho, pero ahora es diferente.

El moreno sintió su corazón latir muy fuerte. Era como si todo lo que dijera Anthony lo llenara de valor y fuerza para seguir adelante ante cualquier situación, de eso debía tratarse amar con la fuerza e intensidad de los humanos. Tomó la cintura del rubio entre sus manos y se conmovió por sus tiernas palabras de aliento.

Después de todo, Anthony sonrió con calma y lo miró a los ojos al descubrir la verdad del ex demonio radio.

—Alastor... Tú amas el mundo humano, ¿No es así?

El castaño volvió a contemplarlo atónito, estupefacto ante cada precisa palabra que surgía de los labios de Anthony. Era la primera vez que él lo decía, era la primera vez que Alastor estaba tan consciente de aquello.

De la forma en la que se había enamorado de la tierra de los vivos, tanto así que no extrañaría las calamidades del infierno ni un poco.

—Amo el mundo humano cuando tú estás conmigo y me enseñas sobre él —se aferró al contrario y conectó tanto con su alma que sintió su cuerpo vibrar en deseo—. Te amo, Anthony.

Tomó su rostro con una sola mano y se acercó a sus labios para plantarle un cariñoso beso, logrando que Anthony jadeara de la impresión y que todo su cuerpo se estremeciera. El rubio colocó sus manos sobre los hombros de Alastor y correspondió el contacto, ambos cerraron sus ojos y se dejaron llevar por esa dulce unión que representaba el eterno amor que se tenían el uno al otro. Ese sentimiento era el más puro y sincero que existía, fuera en la tierra o en el infierno.

Anthony se separó para volver a abrazarlo y enterrar su rostro en su hombro, sollozó muy sensible y afectado por la fortaleza de su lazo y sus desbordantes emociones. Alastor sonrió suavemente y acarició el cuerpo del rubio, quien no quería soltarlo porque se había enamorado de su calor y de sus abrazos.

—Gracias… te amo —murmuró en su costado mientras que Alastor no dejaba de mimar su pequeño cuerpo con caricias y besos suaves en su cuello.

---

Unos meses después.

—Bienvenida a nuestro humilde hogar, madame —Alastor invitó de una forma extrañamente medieval a la chica que era su visita en esa ocasión.

Se corrió a su lado, extendió su mano hacia la pelirroja y sonrió muy paciente y servicial. Anthony rio nervioso y la tomó del brazo para jalarla adentro del departamento y dejar de perder el tiempo con esos peculiares modales.

—Hola, Cherri. Pasa.

La chica en cuestión se quedó un poco sorprendida, pero no dijo nada. Simplemente pasó al interior y les sonrió a ambos chicos. Al fin se hizo el tiempo para pasarse por el departamento de Anthony y hablar sobre chismes en sus días libres de trabajo. Además, estaba muy curiosa al respecto del caballero que parecía ser su nueva pareja desde hace meses, tenía muchas preguntas al respecto de ese asunto.

—Oh, Anthony, ¿Es tu novio? De verdad se ve elegante. ¿Es cierto que viven juntos desde hace un tiempo? —ella se dejó caer en uno de los sofá de la sala y se acomodó muy rápido, le sonrió al rubio y no tuvo vergüenza de ser indiscreta— Es muy educado y parece un hombre de alta clase. Es como si hubiera caído del cielo.

—Del infierno. En realidad, tuve que elevarme, el mundo de los vivos está muy por arriba de-

—¡JAJA! ¡Es TAN bromista! No le prestes atención.

Anthony rio nerviosa y escandalosamente, tomó el brazo de Alastor y lo arrastró hacia la cocina bajo la extrañada mirada de la pelirroja. Ella no tendría problema en esperar unos minutos a que volvieran, tal vez solo fueron a traer bocadillos. Tomó su celular y comenzó a revisar sus redes sin nada de preocupación.

Del otro lado del cuarto, el rubio miró con un poco de frustración a Alastor ya que tuvieron esa conversación como cinco veces antes de que Cherri llegara. No debía mencionar el infierno o cosas de demonios, la gente podría sospechar situaciones extrañas.

De cualquier forma, no pudo resistirse a la ternura de su sonrisa desconcertada y a la forma en que lo miraba, como si aun no comprendiera con exactitud que era lo que había hecho mal. Anthony suspiró, acarició su mejilla con la palma de su mano y le devolvió la sonrisa.

—Todo saldrá bien, te adaptarás a mis amigos. Son agradables y es una buena forma de integrarte a la sociedad poco a poco.

Alastor le asintió porque quería dar su mejor esfuerzo y hacer las cosas bien frente a los humanos y su nuevo ambiente social. Estaba aprendiendo muchas cosas y todos los días eran un mundo de experiencias nuevas y diferentes, tanto externas como sensoriales.

El castaño no sabía muy bien cuando establecer límites, no contaba con el sentido común suficiente para saber en que momentos estaba bien consentir a Anthony y mimarlo. Simplemente aprovechó su oportunidad, lo tomó de los hombros y lo estampó contra la pared de la cocina para encajarle un salvaje beso en los labios y aprisionarlo con sus brazos contra la supercie.

Anthony quiso apartarse, pero no pudo hacerlo. Era muy débil ante los besos de Alastor y ante sus lindos gestos de cariño espontáneos.

—Me gusta besarte —jadeó el ex demonio al separarse de sus labios sonrojados—. ¿Puedo seguir besándote por mucho tiempo más?

El rubio se rio de forma traviesa y lo apartó. Luego, tomó su mano y quiso guiarlo hacia la sala donde su amiga los seguía esperando. Había un momento y lugar para todo, esa no era la ocasión.

—Después de que se vaya Cherri —contestó apretando su mano—. Si todo sale bien, tendrás tu recompensa —lo llevó fuera de la cocina.

Tenían toda una vida juntos por delante y habría cientos de dificultades. Conocer cada aspecto humano podía ser agotador, pero Alastor nunca perdió su entusiasmo. Amaba el mundo humano con la misma fuerza con la que amaba a Anthony.

—Mi mejor recompensa es estar contigo.








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Llegamos al final! Muchas gracias por llegar hasta acá! Agradezco todos los comentarios y votos, me hicieron muy feliz durante todo el fic! Escribir algo soft y cálido se me hizo super lindo;;; además amé el webcomic en el que me inspiré (me hizo reír muchísimo y lo recomiendo). Al principio traté de hacer el fic con humor raro como el comic, los que lo leyeron lo entenderán JAJAJAJJ. Nos vemos pronto en mis próximas historias♥️ (no se olviden de la próxima semana RADIODUST, toda la información está en el libro de mi perfil)♥️

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