En un atardecer

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Hay vacíos en el alma como cráteres en la luna. El hambre de un corazón es más atroz que las guerras del mundo. Carcome la insatisfacción, ¿Cómo se llena si no hay fondo? Caigo cada segundo sin tocar la profundidad. Floto en la oscuridad, mi mente redunda embotada. No soy y lo sé, solo existo sin vida.
Sonrío, me rio de mí, cuando creo que ya no puede haber más tristeza me invade otra porción más gigante.
No hay arriba ni abajo, ni fondo ni final.
¿Por qué el cielo es dorado por las tardes?, ¿Por qué no permanece en un eterno atardecer? ¿Por qué es justo antes de oscurecer? La ansiedad me dificulta disfrutarlo porque sé muy bien lo que viene después.