Hera.
- ¿Para qué me llamaste?
-Necesitaba hablar contigo.
- Aquí me tienes - contesta cruzando los brazos.
- ¿Por qué fingiste que no amabas más a Damián? - preguntó al fin.
- Porque no lo hago.
- ¡Mientes!
- ¡No lo hago!
- ¡CLARO QUE LO HACES! - hablo más alto para que se calle - he visto como lo miras Maddie, tus acciones, cómo hablas de el - prosigo más tranquila - claro que lo amas.
- Hera no... - la interrumpo.
- Solo quiero saber el motivo por el cual fingiste que no cuando si.
-Su padre.
¿Acaso escuche bien?
- ¿Su padre? - preguntó incrédula.
- Amenazó con hacerme daño y a mi hermana sino me alejaba de el, porque no era la persona indicada para su hijo aún sabiendo que nos destrozaría a ambos.
Ahora entiendo todo. Maddie no es la villana, solo buscaba la felicidad.
- Intenté muchas formas de convencerlo pero su respuesta siempre fue la misma.
- Justo lo que hizo conmigo - contestó sintiendo mis ojos arder por las lágrimas acumuladas.
- No te alejes de el Hera - contesta acercándose a mi - el me quería pero ve en ti cosas que ni el mismo puede expresar.
- ¿Pero cómo? - cuestionó empezando a llorar - si está a solo una línea de poder olvidarme.
- Has que esos recuerdos vuelvan si eso pasa pero no te rindas, no hagas lo que yo - contesta sincera.
Ahora puedo comprender un poco más a Maddie.
Me acerca para abrazarme y lo permito.
— Lamento todo lo que hice — contesta sincera.
— Todo está olvidado — contestó con una sonrisa triste.
— ¿Cómo le van a poner al bebé? — pregunta cambiando de tema.
— Todavía no sabemos su sexo pero si sale niña quiero ponerle Lina.
Está al escuchar el nombre se pone palida llamando mi atención.
— ¿Qué pasa? — preguntó viendo su reacción.
— Nada, es solo que — ahora su semblante cambia a triste — era mi amiga.
— Lo lamentó.
— Ojalá y todo el embarazo salga bien.
(...)
— ¿Qué hace ella aquí?
— La traje conmigo.
— ¿Para qué?
— Jonathan déjala — digo mirándolo sería.
— Damián va a querer asesinarla si la ve aquí, y más a tú lado.
— No lo hará.
— Hera — lo interrumpe el doctor.
— Buenos días — hablamos todos.
— ¿Cómo está mi hijo doctor? — pregunta Karla.
— Ya despertó — contesta sonriendo antes de cambiar de cara — pero no vengo con buenas noticias.
— ¿Qué pasó doctor? — pregunta Jonathan.
— ¿Quién es la señorita Maddie? — pregunta el doctor.
— Soy yo — contesta levantando se.
Siento mi mundo venir abajo al pensar que mi pesadilla se hace realidad.
— El joven Damián me envió a buscar a su novia Maddie Rodríguez.
De momento siento todo a mi alrededor dar vueltas y empiezo a ver todo negro.
Jonathan.
— ¿Su qué ? — preguntó sin entender.
Me lo quedo viendo al doctor cuando escuchamos algo caer o mejor dicho alguien.
— ¡Hera! — digo al intentar levantarla.
— ¡Dios mío! — escucho a Karla y Maddie.
— Ayúdenme a ponerla en una camilla por favor — habla el doctor y la levanto poniendo la dónde dijo. — ¿Cuántos meses de embarazo tiene?
— Cuatro creo — contestó nervioso.
Mi cabeza está hecho un caos, ¿Acaso Damián perdió la memoria?
Unos minutos después Hera está en observación y Maddie y yo hablando con el doctor.
— ¿Nos puede explicar qué es lo que está pasando doctor? — preguntó sin entender.
— Cómo recuerdas mi diagnóstico el joven sufrió un traumatisco craneoencefálico dónde uno de sus posibles resultados sería un porcentaje de su memoria borrada, esos recuerdos pueden volver poco a poco todo depende de cómo el paciente se lo proponga, lo que tenemos que observar ahora es cuánto fue el porcentaje perdido.
— En palabras más cortas — contestó mirando a Maddie antes que el — mi mejor amigo acabé de perder la memoria.
— ¿Quién es Maddie?
— Soy yo doctor — contesta está.
— ¿Cuánto tiempo llevan de relación?
— Ese es el problema doctor — contestó por ella.
— ¿No son pareja? — pregunta incrédulo.
— Su novia y prometida fue la que vio desmayarse.
— ¿Hace cuánto tiempo terminaron? — sigue con sus preguntas.
— Casi dos años.
— Necesito que cuando entren a ver el paciente lo observen detalladamente para poder saber si perdió solo fragmentos o completamente.
— ¿Entonces los puede recuperar?
— Todo depende de Dios.
Minutos más tardes estamos entrando a la habitación dónde se encuentra Damián.
— ¡Hijo! — escucho a Karla antes de abrazarla.
Esté se emociona.
— ¿Mamá qué haces aquí? — pregunta sonriendo.
— Vine tan pronto pude.
— ¿Dónde está papá?
Silencio.
Su padre nunca a sido su fuerte a pesar de ser su única familia verdadera.
Veo a Damián conversar con Maddie ella siguiéndole la corriente sin sobre pasar los límites y siento arder los juntos.
Cuándo por fin estaba teniendo un momento feliz en tantos años pasa esto.
La vida es una completa desgraciada.
Pero... ¿Por qué su semblante de momento cambia al ver a Maddie?
— Maddie sal de la habitación — lo escuchamos hablar.
— Pero — la interrumpe.
— ¡Que salgas dije! — contesta enojado y ella obedece Karla saliendo con ella dejándome solo con el.
— ¿Qué pasa?
— Me duele la cabeza.
— Es normal tuviste un accidente.
— ¿Un qué?
— Te chocaron Damián, de muy mala manera.
— No sé porque estoy pensando cosas tan raras.
— ¿A qué te refieres con raras?
— En mi secretaria — contesta confundido — una discusión en el estacionamiento.
Su cara refleja triste pero también confución.
— ¿Qué siente? — pregunto intentando saber cuánto perdió cómo dijo el doctor.
— Estoy triste al pensar pero no sé porque — toma un largo suspiro — no se porque me siento así.
— De seguro solo no te gusto lo que viste.
— No es eso, es que de alguna manera me molesta que ella esté en está situación.
— Damián sabes que no puedes intentar ayudar a todo el mundo.
— Lo sé Jonathan pero — sus palabras quedan en el aire por un momento — con ella siento la necesidad de cuidarla, de protegerla del mundo y cualquier persona que daño le quisiera hacer.
— ¿Te gusta?
— No, solo le he tomado cariño.
Auch.
El Damián cerrado está volviendo a surgir.
— ¿La puedo ver?
— Te respondo en unos minutos.
Salgo de la habitación con mi mente un desastre, olvidó algunos fragmentos pero parece recordar otros en líneas diferentes, busco a Hera la cual la encuentro llorando silenciosamente en una de las sillas ya mejor.
— Damián quiere verte — su rostro se ilumina pero cuando mirá mi expresión sabe que las cosas no van bien de alguna manera.
Está se levanta siguiendo me yo entrando primero y según después ella.
— Buenas noches — habla Damián por fin y ahora está ¿Feliz?
Que mierda es está.
Olvidó algunos recuerdos pero sus emociones siguen siendo las mismas.
— ¿Cómo se encuentra? — pregunta está intentando no llorar y no puedo evitar sentir ganas también.
— Muy bien — contesta sentando se en la cama y su mirada cae en el vientre de Hera — oh.
Se expresión cambia otra vez a triste antes de caer de la camilla alarmando me.
— ¿Estás bien? — preguntó una vez lo levantamos Hera y yo.
— Lo siento yo... — no continúa viendo a Hera.
— ¿Qué pasa Damián? — pregunta preocupada.
Su mirada es adoración pura hacía ella, sus ojos toman ese cierto brillo peculiar al verla.
Hera al igual que el lo mira con tanto amor, ella siempre a sido muy fácil de leer con su transparencia.
Son dos personas totalmente distintas pero, ¿Quién diría que dos personas tan diferentes pueden hacerse tan felices?
La tensión crece en el lugar y sus miradas se intensifican.
Cómo si quisieran hacer todo pero no saben si es lo correcto, o si realmente sería bueno que pase.
Mierda, ésto no está bien.