Control: un cuerpo, dos almas...

De leisydiaz14

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«¿Cómo deshacerse de un monstruo del que te has enamorado?» *-* "The Bible Killer" pasó a la historia como un... Mais

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De leisydiaz14

"La satisfacción de un momento es la ruina del siguiente"

Howard Phillips Lovecraft

No tengo idea de por qué su mirada sobre mí, está haciendo que mi corazón lata de esa forma. Lleva una franela blanca y unos pantalones holgados, como si recién se acabara de levantar. Su cabello negro reluciente se encuentra mojado, desordenado hacia todos lados.

Pero lo que me hace tragar en seco, es cuando noto el color rojo acentuado en sus labios, quizás por la paleta del mismo color que está saboreando y que saca de vez en cuando.

—¿Cómo llegué aquí? —cuestiono cuando soy capaz de encontrar mi voz.

No me responde. Solo me mira, aun saboreando la paleta con satisfacción.

—¿Quién eres? —ahora que lo pienso con detenimiento, ni siquiera sé su nombre. Realmente es un desconocido para mí.

—¿Quieres una? —murmura, ignorando mis preguntas, mientras señala con la cabeza hacia un lado. Sigo su movimiento con la vista, encontrando un gran tazón repleto de caramelos, algunas paletas igual a la que él tiene en su boca.

—Eh... no. —niego leventemente con la cabeza y él se encoge de hombros.

Como si ya no estuviera lo suficiente confundida con sus acciones, se da la vuelta y se deja caer sobre el sofá blanco. Con los dientes, separa el caramelo del palito, y lo mete dentro de un cenicero. Enciende la televisión y se pone a verla como si yo no estuviera ahí.

Entreabro los labios, anonadada ¿En serio me está ignorando?

<Yo creo que sí.>

—Hey. —me interpongo entre él y la televisión— ¿No me vas a decir quién eres?

Lo que antes era un caramelo, ahora se ha trasformado en un chicle. Parece ser una de esas paletas que cuando te las terminas, hay una goma de mascar al final. Él hace una burbuja con el chicle, y la explota, fijando sus ojos índigos en mí.

—¿Por qué quieres saberlo? —pregunta entre mascados.

—Porque acabo de despertar en tu casa y no sé cómo llegué aquí. —declaro con estupefacción— ¿Es razón suficiente?

—Lo es. —asiente.

—¿Entonces?

—Pero tampoco respondiste lo que te pregunté antes. —añade con detenimiento— ¿Cómo sabías que esta era mi casa?

<Porque te ha estado persiguiendo e iba a comprarse unos binoculares para espiarte por el balcón de su apartamento.>

—Porque vi el casco en la alacena y até cabos. —miento.

—Interesante. —baja las comisuras de sus labios, asintiendo levemente con la cabeza.

—¿Entonces?

Hace otra burbuja con el chicle y cuando explota, añade: —Kyan. Me llamo Kyan.

—Bien. Kyan. —conecta su mirada con la mía cuando digo su nombre, y me remuevo algo incómoda por la forma en que mi corazón está latiendo.— ¿Cómo llegué aquí?

—Te desmayaste y yo te traje hasta mi casa.

—¿Eres de mi universidad? —pregunto antes de poder detener mi curiosidad. Sí me vio desmayarme en la cafetería de la ULB (Universidad Libre de Berlín) es porque estaba ahí.

—No.

—¿Entonces qué hacías en esa cafetería?

—Cuestiones personales.

Pongo mala cara. No me gusta quedarme con preguntas sin responder. Me pone muy ansiosa.

—Bueno, ¿y por qué me trajiste aquí y no me llevaste a un hospital?

—Tú me dijiste que no te llevara a uno.

Frunzo el ceño, pero luego me relajo ya que tiene sentido. Si hubiera ido a un hospital y me hubiera hecho alguna prueba de sangre, alguien podría haber descubierto quién soy en realidad. Eso se podría convertir en un rumor y llegar a oídos de mis compañeros en la universidad, lo cual sería mi fin.

Así que, suena a algo que yo diría.

<Muy dramática, por cierto>

—Vale. —musito.

—El baño está por allá, por si quieres usarlo. —señala a una puerta blanca del otro lado del salón y me hace señas para que me mueva.

<Acaba de decirte, indirectamente, que apestas>

Me hago a un lado, fijándome que solo quería que saliera de en frente del televisor para él poder seguir viendo lo que sea que veía. Suelto un leve bufido y camino hacia el cuarto de baño.

Lo único que puedo hacer es lavarme la cara y cepillarme los dientes con mi dedo untado de pasta. No tengo más ropa mía aquí como para bañarme, ni un cepillo dental. Solo me aseo un poco, y ya en mi apartamento me daré una ducha completa.

Por mi cabello parece que pasó un tornado por lo enredado que se ve. Me lo aliso con los dedos y me hago una coleta con la liga que tenía en mi muñeca.

—¿Dónde están mis zapatos y mi bolso? —pregunto cuando salgo del baño y él me señala hacia la entrada, sin darse la vuelta.

Mis tenis se encuentran esparcidos en el suelo junto a la puerta, como si al entrar los hubiera lanzado. Luego de ponérmelos, agarro el bolso y sostengo el asa de este sin saber qué hacer.

Ni siquiera me había percatado de lo que él estaba viendo hasta que la música épica que tanto he escuchado llega a mis oídos. Alzo la vista hacia la pantalla viendo la imagen de Thor agarrando la cabeza de Thanos cuando este le dice: —Debiste apuntar a la cabeza. —y luego chasquea los dedos, recordándome lo mucho que he sufrido desde que salió Avengers: Infinity War.

—No... —murmuro caminando hacia dónde él se encuentra, inmersa en la película.

Veo como las personas comienzan a desaparecer y duele como la primera vez que la vi.

—Groot. —me dejo caer a su lado en el sofá, sumergida en el dolor de los personajes cuando ven a las personas que quieren desvanecerse en el aire.

Siento la mirada de Kyan puesta en mi nuca, pero no me volteo a verlo.

—¿Por qué lloras? —pregunta, tomándome por sorpresa. Y es lo que me hace darme cuenta que tengo los ojos llenos de lágrimas.

—Porque duele.

—Son personajes de películas. —añade como si no fuese lo suficientemente obvio.— Sus muertes no son reales.

—Lo sé. Pero de algún modo, siento que son como mi familia. —ladeo la cabeza, viendo su reacción.

—Eso es ridículo.

—Para mí no lo es. —me encojo de hombros— Desde pequeña he visto crecer a los personajes a través de las películas, y ha parecido como si maduraran conmigo. Así que sí, sufro sus muertes.

Él no me responde y solo gira la cabeza hacia la pantalla de nuevo, sigo sus pasos viendo la imagen final de Thanos y la ira me invade.

—Lo odio. —gruño.

—Yo no. Entiendo sus acciones y comparto su forma de ver el mundo.

—¿Perdón? —frunzo el ceño.

—Él solo quería un mundo en el que no hubiera maldad. ¿Tú no quisieras lo mismo si tuvieras la oportunidad?

—¿Sacrificando a la mitad de la población? No, gracias.

El fin justifica los medios. —se encoge de hombros.

—No. —me pongo de pie— No lo hace.

La tensión se vuelve pesada cuando ambos nos quedamos en silencio, sin apartar la mirada del otro. Un recuerdo fugaz de lo que sucedió en el callejón, llega a mi cabeza, provocando que mi corazón vuelva a martillar en mi pecho.

Lo peor de todo es que la forma en que sigue mascando el chicle en su boca, no me deja concentrarme en lo molesta que debería estar por lo que dijo.

—¿Podrías parar? —exclamo sin poder detenerme.

—¿El qué? —hace una burbuja y la explota, sacándome de quicio con su forma de ser.

—El chicle.

Se encoge de hombros y hace otra burbuja, burlándose de mí.

—Me voy. —gruño, con la mandíbula tensa.

Maldito idiota. ¿Cómo me puede llamar la atención alguien con una personalidad tan áspera y cambiante como la de él? El mero hecho de saber que gasté mis pensamientos en él estos últimos días, me hacen querer tirarme de un quinto piso.

<No vale la pena>

Agarro la manija, abriendo la puerta luego de haberme colocado el bolso en el hombro.

—Leah. —sus palabras me detienen en el umbral de la puerta. La forma en que dice mi nombre, provoca que algo cálido se asiente en mi pecho.

Me doy la vuelta viendo como camina hacia dónde me encuentro.

—¿Qué quier...? —antes de que pueda terminar la frase, siento como sus dedos hacen contacto con mis labios y mi respiración se paraliza.

Mis párpados se elevan y las mejillas se me sonrojan al instante. Los latidos de mi corazón están fuera de control y temo que él pueda escucharlos, lo que me dejaría en completo ridículo.

—Pensaba que te gustaría tenerlo.

No sabía a qué se refería hasta que siento la textura peculiar del chicle que él acaba de colocar dentro de mi boca. Y no cualquier chicle, sino uno recién mascado, uno que llevaba minutos viendo como lo usaba para hacer burbujas y uno en el que se acaban de mezclar las salivas de ambos.

Como un beso indirecto.

Y luego de eso, me cierra la puerta en la cara, dejándome con la boca entreabierta mirando al vacío perdida en mis pensamientos más pecaminosos.

✘⛓✘

La reunión entre amigas que teníamos pensado para esta tarde, se tuvo que cancelar ya que, ni yo ni Camila, estábamos en el radar. Alexa tiene una molestia de puta madre, pues por nuestra culpa, tuvo que cancelar otra cita que tenía para no dejarnos abandonadas, y vamos nosotras y la dejamos tirada.

En mi defensa, nunca pensé despertar en casa de mi vecino por un desmayo repentino. Intenté explicárselo, pero está encerrada en su habitación y no quiere hablar con nadie.

De Camila no he sabido nada. Literalmente, nada de nada. Es como si se hubiera esfumado de la faz de la tierra.

Cuando cargué mi teléfono, tenía muchas llamadas perdidas y mensajes de Max buscándome. Hablamos y me dijo que el otro chico con el que se había peleado estaba bien, tuvo que pasar por una cirugía de urgencia, pero todo salió estupendo.

Max apenas tenía algunos morados en el rostro. Nada grave. Se disculpó conmigo por haberme ignorado el último mensaje e hicimos las pases de inmediato. Odio estar enfadada con él.

Mientras le respondo un mensaje a Max, me percato de que tengo un chat abierto con Pelirrojo. Así debe haber sido como él mismo se registró en mis contactos.

¿Cómo es eso posible si apenas hoy guardó su número y nunca nos hemos testeado?

Con el ceño ligeramente fruncido, abro la conversación.

Rubia, me enteré de que dos chicos se pelearon en la cafetería por ti. ¿Estás bien, rompecorazones?

Pongo los ojos en blanco, porque no me sorprende para nada su mensaje. Lo que sí me asombra es que, supuestamente, le respondí y tuve una conversación de varios mensajes con él.

¿Qué puedo decir? Soy irresistible, pelirrojo.

¿Ya me dices, pelirrojo? Que cambio más fascinante.

"Fascinante". Me gusta esa palabra. Pero bueno, ¿querías algo más? Ando algo ocupada ahora mismo.

Te iba a preguntar si querías venir este finde a mi casa, para que adelantemos lo del trabajo extra clases.

No veo porque decir que no a una invitación como esa.

No sé si estás jugando conmigo, pero no lo voy a detener. Pásame tu dirección para irte a buscar el sábado.

Esta es la dirección: xxx-xxx-xxx Nos vemos, pelirrojo.

Hasta pronto, rubia.

Releo los mensajes una y otra vez, tratando de buscarle el truco porque no entiendo qué es lo que acabo de leer. Yo nunca escribí esos mensajes. Joder, ni siquiera recuerdo haber recibido el primer mensaje.

¿Quién tuvo la osadía de tomar mi teléfono y responder mis mensajes?

La respuesta a esa pregunta, me llega en el momento en que reviso la hora en que fue la conversación y coincide con el tiempo que estuve inconsciente en el apartamento de Kyan.

Pero, ¿qué razón tendría él para responder mis mensajes? Nada tiene sentido. Ellos ni siquiera se conocen. Además, ¿cómo sabía Kyan mi dirección? ¿Acaso siempre lo ha sabido y yo no soy más que una idiota?

<También puede haberte visto de casualidad, como tú hiciste cuando lo viste entrando en su edificio. Hay muchas posibilidades.>

Cierto. Hay muchas posibilidades y pocas respuestas.

Lo que sí es seguro, es que este fin de semana quedé con el molesto popular para hacer el trabajo en su casa.

Erwan y yo en unas cuatro paredes sin nadie que me respalde. Esto va a ser un choque de personalidades explosivo.

✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘

¡Holiss!

Comenzamos con los #MartesDeControl ¿Están emocionados como yo? Wiiiii

Pido perdón por las horas, es que me entretuve viendo The Suicide Squad 2, que pooooor cierto, la Harley Quinn de esa película es todo lo que está bien en la vida. De grande quiero ser como ella... Bueno, lo de matar no jjj Pero en serio, si no han visto la peli, vale muchísimo la pena.

Eeeeeen fin:

Opiniones de Kyan mascando chicle 7v7

Opiniones de Leah pierde memorias jjjj

Opiniones de la historia en general.

Os amo.

XOXO Killer Lady

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NADIE COMO TU De N*

Ficção Adolescente

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Historia de Maia Harrison y Tyler Evans Secuela DLTAA PROHIBIDA SU ADPATACION Y/O COPIA Todos los derechos reservados. Portada hecha por @katypinklove