Keira y sus problemas [COMPLE...

Galing kay eclipsafernandez

298K 36.2K 18.7K

Lo último que esperaba Franchesco era que su vecina le llamase la atención, en cambio, Keira solo deseaba no... Higit pa

Sinopsis & Nota
Capítulo 00 🚬
Capítulo 01 🚬
Capítulo 02 🚬
Capítulo 03 🚬
Capítulo 04 🚬
Capítulo 05 🚬
Capítulo 06 🚬
Capítulo 07 🚬
Capítulo 08 🚬
Capítulo 09 🚬
Capítulo 10 🚬
Capítulo 11 🚬
Capítulo 12 🚬
Capítulo 13 🚬
Capítulo 14 🚬
Capítulo 15 🚬
Capítulo 16 🚬
Capítulo 17 🚬
Capítulo 18 🚬
Capítulo 19 🚬
Capítulo 20 🚬
Capítulo 21 🚬
Capítulo 22 🚬
Capítulo 24 🚬
Capítulo 25 🚬
Capítulo 26 🚬
Capítulo 27 🚬
Capítulo 28 🚬
Capítulo 29 🚬
Capítulo 30 🚬
Capítulo 31 🚬
Capítulo 32 🚬
Capítulo 33 🚬
Capítulo 34 🚬
Capítulo 35 🚬
Capítulo 36 🚬
Capítulo 37 🚬
Epílogo 🚬

Capítulo 23 🚬

6.4K 840 521
Galing kay eclipsafernandez

Si comentan mucho trataré de actualizar mañana también... No olviden dejar sus 💜🚬 cuando suceda algo que les guste mucho.

Ambos habían aceptado para vigilar a mi padre, pero fue realmente decepcionante que este no saliera de la casa y se acostase a dormir.

Sí, justo la noche en que habíamos decidido por descubrir aunque sea a dónde iba. Decidía irse a dormir.

—Qué decepción —farfullé molesta.

—Al menos hoy no nos meteremos en líos —susurró Gen, recostada en mi cama y tapada hasta el cuello con mis cobijas.

—Tú lo dijiste, por hoy —murmuré, sentada en el suelo.

—Ya son las tres de la mañana —comentó Franchesco mientras se ponía de pie—. Creo que es hora de que me vaya.

Arqueé una ceja.

¿Ya se iba?

¿Por qué?

—Hasta mañana, Fran —susurró Gen adormilada, mientras se acomodaba en la cama y cerraba sus ojos.

—¿Quieres ir a dar un paseo? —propuse.

Sinceramente, no tenía sueño.

Y necesitaba desconectarme aunque sea un poco.

Franchesco apretó sus labios, pensativo.

—¿Tienes un lugar en especifico al que ir? —cuestionó.

Negué con la cabeza.

—¿Quieres ir a mi cuarto?

Sonreí irónica.

—¿Tu cuarto? ¿En serio? —me burlé—. ¿Esta es tu manera de decirme "Oh, nena, te quiero en mi cama"?

Él soltó una risa.

—No, no es mi manera de decirlo. Pero tampoco tengo problema si lo interpretas de esa forma —respondió.

Rodé los ojos.

—Podemos ver una película...

—Hmm, no. Sé muy bien qué significa eso.

—¿Y qué significa? —me tendió una de sus manos y al tomarla, me puso de pie.

—Solo quiero salir a dar un paseo —dije seria—. Pero si no quieres, está bien.

La sonrisa de Franchesco desapareció por completo y me miró de mala gana.

—Bien, porque no quiero salir a caminar de noche. No esta vez —dijo de mala manera, para luego soltar mi mano y separarse hasta llegar a la ventana.

Lo miré confundida.

¿Qué demonios le sucedía ahora?

¿Qué se me había pasado?

Fruncí el ceño al verlo pasar por la ventana y sin siquiera mirar atrás, se estaba cruzando hasta su casa.

Joder, Franchesco.

—Cuanto te odio por esto —bufé, mientras me apuraba por salir a través de la ventana.

Corrí un poquito hasta que lo alcancé, jalé de su brazo y pegué mis labios en los suyos. No tenía ni la más mínima idea sobre lo que estaba haciendo, pero me gustaba. Y mucho.

Supe que lo había tomado por sorpresa, pero al cabo de unos segundos, se relajó y me tomó del rostro como solía hacer. Mientras yo lo tomaba de la cintura.

—No es justo que me hagas desenojar tan fácil —murmuró sobre mis labios.

—Ni siquiera sabía que estabas enojado —sonreí y al mirarlo, sus ojos lucían hermosos.

Franchesco me sonrió y quitó sus manos de mi rostro.

—No me enojé contigo, en sí —aclaró—. Pero si me molesta que quieras salir de noche, a solas. Sabiendo lo de tu familia.

—Oh.

Así que era eso.

Ahora él era el que temía que algo nos pasase.

—¿Aún quieres que vaya a tu habitación? —dudé.

—Y a mi cama —aseguró, tomándome de la muñeca y dirigiéndome hacia su ventana. Allí, me hizo subir primero y una vez que me terminé de adentrar, fue su turno de hacerlo.

Me senté en su cama y al mirar, todo seguía igual que antes.

—¿Qué es exactamente lo que quieres hacer? —pregunté, un poco nerviosa.

—¿Hablar? —inquirió divertido.

Rodé los ojos.

—A una antisocial como yo, no le va muy bien en eso —mascullé, pero el ceño fruncido de Franchesco me hizo notar que había dicho algo mal.

—¿Antisocial? —cuestionó serio—. ¿Estás segura que lo eres? —dudó.

—Hmm... Yo... —balbuceé.

—Mira —dijo, sentándose junto a mi—. Una persona antisocial va en contra del orden social. En cambio, una persona asocial es la que no se integra ni se relaciona con la sociedad. Son dos cosas muy distintas y no debemos confundirlas. Ni auto diagnosticárnoslas...

Joder, qué vergüenza.

Investigarlo no me habría costado nada. Pero ver a las personas decirlo como si nada, como si significara no tener amigos... Hizo que crea que así era yo y que aquello era una simple etiqueta.

Franchesco me tomó del mentón, ya que inconscientemente, había agachado la cabeza.

—No te lo digo para hacerte sentir mal —aseguró—. Cualquiera podría equivocarse. Solo que yo leí algunas revistas de mi psicóloga,. por eso sé la diferencia. ¿Bien? No lo tomes a mal.

Asentí con la cabeza, apenada.

No iba a volver a decirlo.

No si ningún profesional me lo diagnosticaba.

—Bien, supongo que ya podemos volver a los besos —dijo, subiéndose sobre mí.

Solté una risita al vernos en aquella extraña posición.

Hasta que una de sus manos se posicionó en mi cuello.

Lo miré con un poco de miedo, aquel agarre no parecía algo bueno, pero el hecho de que él no presionara, ni ejerciera fuerza me calmaba un poco. Sumando el hecho de que con su pulgar hacia ciertas caricias.

Él solo me miraba, mientras que con su mano libre pasaba sus dedos por mi oreja y jugueteaba con uno de mis mechones sueltos.

—Quiero hacer algo y eso ameritaría que te quedes debajo de mi. ¿Estás de acuerdo con eso?

Asentí como pude, mientras que su mano en mi cuello comenzaba a hacerme sentir demasiadas cosas, poco a poco me recostó sobre su cama y me depositó un breve beso en la boca.

—Voy a subirte la sudadera, sé que no llevas nada debajo de esta. ¿Sigues de acuerdo?

—Sí.

—Bien —soltó el agarre de mi cuello y con ambas manos me subió la sudadera hasta el cuello. Pero no me la quitó, aún así, mis pechos habían quedado al descubierto. Su mirada era diferente a cuando me besaba, era una más seria, pero apasionada—. Tú solo... Tú solo dime si te gusta o si quieres que haga algo distinto. O si quieres que pare.

—Entendido —murmuré.

Y tras una mirada por su parte, bajó su boca hasta uno de mis pechos.

Oh, mierda.

¿Qué demonios se supone que hace?

Me siguió mirando por unos segundos, hasta que bajó su mirada a mis pechos y se concentró en estos.

Su boca me succionaba y saboreaba tan bien que...

Oh, santa mierda.

Y su mano libre me acariciaba y pellizcaba tan bien que yo...

¡Puta madre!

¡¿Desde cuando una puede sentir tanto en los pechos?!

—Fran —susurré, tanto placer me estaba agobiando.

Me miró tratando de descifrar si estaba bien con lo que hacía o no y al ver que no me quejaba, su boca seguía en lo suyo.

Hasta que una nueva sensación me puso en alerta, una que se encontraba entre mis piernas.

Al mirar...

Descubrí que su jodida rodilla estaba entre mis piernas, manteniendo una presión que...

—Joder —solté, al notar todas las sensaciones juntas.

Franchesco apartó su boca de mi pecho y se dirigió a mis labios, besándolos sin control alguno.

En ese momento, ya nada me importaba.

Solo quería su boca besándome como si fuese la última vez que lo haría.

Lo tomé del cabello y lo jalé de este sin querer.

—Auch —se quejó entre besos.

—Lo siento —susurré sin querer apartar mi boca de la suya—. Lo que hiciste...

Dejó de besarme y me observó serio, esperando a que termine de hablar.

—Estuvo genial —aseguré con una sonrisa avergonzada—. Y ya puedes ir quitando tu rodilla de mi entrepierna.

Franchesco sonrió de lado, para luego recostarse junto a mi.

Maldije mentalmente haberle dicho aquello, porque siendo honesta, seguía...

—¿Sigues...

—Sí —confesé, interrumpiéndolo.

—Entonces arréglalo por ti misma —susurró en un tono de voz más ronco.

No había entendido a qué se refería, hasta que noté que una de sus manos se dirigía al borde de su pantalón y...

Oh, mierda...

Él estaba... igual que yo.

—Vamos, Keira. No es momento para fingir que tienes vergüenza —dijo, tratando de desabrochar su pantalón, hasta que frunció el ceño y me miró confuso—. A menos que sí estés nerviosa.

Carraspeé, tratando de recomponerme. Me bajé la sudadera y me senté mientras él seguía recostado y con el pantalón a medio desabrochar.

—Si me guías puedo... —tragué saliva, nerviosa pero segura de lo que podía hacer—. Ayudarte.

Franchesco se sorprendió, aparentemente no tenía intención alguna de ser tocado por mi. Pero cuando me tomó de la muñeca y besó mi mano, supe que estábamos bien.

—Súbete —ordenó mientras se acomodaba en la cama, le hice caso y terminé sentada sobre él—. Joder, sería más bonito si te quitarás la sudadera, pero por ser la primera vez, lo acepto —bromeó—. Ahora, te daré unas indicaciones pero eres libre de experimentar un poco.

Le sonreí.

—¿Te gusta llamarlo experimentar? —cuestioné, tratando de terminar de desabrochar su pantalón.

—Todo me gusta cuando se trata de ti —soltó un gruñido al sentir mi fría mano sobre su abdomen bajo, pero cuando me fui deslizando poco a poco hacia abajo supe que le gustaba. Especialmente cuando estampó su boca contra la mía mientras yo...—. Joder —gruñó—. Sí, así sí.

🚬🚬🚬

Las indicaciones de Franchesco habían sido de buena ayuda, aunque me dejó en claro que a veces era mejor dejarse llevar.

Suspiré al verlo dormido junto a mi.

Ambos seguíamos con ropa, pero el hecho de recordar lo sucedido hacia horas me daba ganas de despertarlo y volver a besarlo.

Por suerte, me contuve. Se lo notaba cansado y no quería arruinar sus horas de sueño.

Así que me levanté de la cama a escurridizas y me coloqué mis zapatillas, ya era hora de irme.

Ojeé rápidamente el reloj y marcaba la seis de la mañana. Sí, definitivamente era hora de ir a casa.

Besé la frente de Franchesco y me asqueé tras hacerlo.

¡¿Qué demonios se supone que fue eso?!

Ladeé la cabeza, agradeciendo el hecho de que estuviera dormido y no notase mi estupidez y salí por la ventana. Echándole una última mirada a él.

El desgraciado se veía guapo hasta durmiendo.

Corrí hacia la ventana de mi dormitorio y me adentré a toda prisa.

Estaba por cerrar las cortinas, hasta que mis ojos vieron algo que no se esperaban para nada, mi padre sostenía un bolso negro y se estaba subiendo a una camioneta que aparentaba ser parte de una empresa de internet. Pero claramente, no conocía dicha empresa.

¿Qué demonios haces, papá?

Feliz viernes de Keira <3 ¿Cómo están?

¿Qué opinan de este capítulo?
Por mi parte... Cómo que hace calor ¿No?

Y ese besito en la frente...

Jeje, amo aquí.

En fin, besitos problemáticos 💜🚬 Las adoro.

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

346 65 19
💜✨ Veamos que le depara el destino a estos personajes💜✨
4.9K 329 22
Él solamente era un chico más el imperfecto y testarudo hermano de su mejor amiga. No conocía ni la mitad de lo que él podía llegar a ser pero ellos...
48.1K 1.7K 26
¿Que pasaría si te sintieras completamente atraída por la prima de tu nueva compañera de trabajo? Descubre la historia de Chiara una artista emergent...
1.3K 125 9
Juliet cree tener la vida perfecta, y al novio perfecto. ¿Pero Milo realmente lo era?... Empieza la universidad, su etapa soñada. ¿Podrá disfrutarla...