— ¿Entonces Jimin y Hoseok se enojaron? — masculló Ryujin, preocupada. Se encontraba sacando numerosas prendas de su armario, amontonándolas en su cama — Eso es raro, ustedes tres siempre se han llevado genial.
— Sí, ya... — suspiró Tae, desanimado. Miró al suelo durante un buen rato, estaba sentado en el alto taburete del cuarto de su hermana, con las manos bajo sus muslos y sus pies colgando, balanceándolos. Observaba a su hermana sacar toda esa ropa del fondo del mueble. Se sentía bastante inquieto, no podía negarlo. — Jimin me dijo que Hobi lo estuvo ignorando durante las clases, y no ha contestado a nuestros mensajes...
— No te preocupes, estoy segura de que solo será una pequeña discusión de amigos.
— Eso espero — respondió Tae, triste, alzando su cabeza — Nunca había pasado esto antes. Estoy preocupado, solo eso.
— De todas maneras, ¿en serio Hoseok se enojó solo porque Jimin le preguntó eso? Tiene que haber un motivo razonable, ¿no?
— Claro que lo hay.
— Ohh... — Ryujin miró a su hermano, curiosa. Hizo un hueco en su cama y se sentó, juntando sus manos y moviendo sus dedos juguetonamente — Cuenta, hermanito.
— Verás... — habló, negando con su cabeza y sonriendo débilmente tras la reacción de su hermana — He tenido mis sospechas desde hace un par de años.
— Ajá.
—¡Oye! Esto no se lo digas a nadie, ¿sí? — dijo Tae, nervioso, alzando su meñique — ¡Promételo!
— Lo prometo — contestó Ryujin, un poco extrañada. Juntó su meñique con el de su hermano — ¿A quién se lo diría de todas manera?
Tae encogió sus hombros. Tenía razón, ¿a quién le diría algo como eso? Suspiró profundamente y comenzó a hablar.
— Creo que a Hoseok... Le gusta Jimin — admitió, frunciendo sus labios — Lo empecé a notar en tercero de secundaria, hace dos años. Jimin tuvo su primer novio en ese entonces y por alguna razón, fue muy discreto sobre su relación, no quiso que supiéramos quién era el chico con el que salía. A mí me molestó al principio que no nos diera detalles, pero luego comprendí; seguro que había alguna razón por la que querían mantener su relación en secreto — Taehyung se abrazó a sí mismo y continuó, con una mueca algo enojada— Pero... Hoseok se lo tomó muy mal desde el principio, estuvo insoportable durante todo ese tiempo. Sus cambios de humor eran extraños, solía estar triste y desanimado y se enfadaba cuando Jimin se la pasaba hablando del chico por mucho rato.
— Vaya...
— Lo sé — Tae frunció sus cejas, mirando a sus pies — Pensé que en ese entonces le tenía un poco de envidia a Jimin por tener pareja, pero poco a poco me di cuenta de que eran celos. Vi que actuaba extraño cuando Jimin hablaba de chicos que le gustaran, incluso después de que terminara su relación. Y con lo que pasó hoy pues... Creo que ya puedo dar por válidas mis sospechas, ¿No crees?
— Creo que estoy de acuerdo — respondió Ryujin, pensativa — ¿Y Jimin? ¿Crees que se ha dado cuenta de que le gusta?
— Pues... No sé. Siento que ese tema ha sido como un tabú en nuestra amistad — suspiró, levantándose de la banqueta y estirándose — ...Hoseok nunca me ha dicho nada, o sea, de que le guste Jimin. Y en cuanto a Jimin... él es muy ingenuo, pero supongo que se habrá dado cuenta. Aun así, tampoco me ha dicho nada.
— Ya veo... Un tema del que nunca se han atrevido a hablar — dijo Ryujin, apoyando su cabeza en su mano.
— Sí, algo así. Aunque no es seguro al cien por cien. Tal vez me esté precipitando con estas asunciones.
— Mhm, o tal vez no. Espero que eso no termine afectando a vuestra amistad... en el futuro — Ryujin, trató de consolarlo, pero no supo qué más decirle. Siempre había apestado en darle falsas esperanzas a la gente, probablemente por su personalidad tan honesta y directa.
En realidad, ella pensaba que eso acabaría causando terribles problemas entre ellos dos, incluso Tae podría resultar involucrado en la pelea. Tal vez su amistad se rompería inesperadamente y él tendría que escoger un bando. O tal vez, acabarían arreglando las cosas y pasarían página, algo que Ryujin opinaba que sería muy improbable.
— Qué mala eres consolando, capulla — rió Tae — ¿Para esto tengo una hermana? — La pelinegra le lanzó un calcetín a la cara, pero Tae lo esquivó entre risas.
— Yo... perdón.
— No te disculpes, idiota — respondió Tae sonriendo. Sabía que su hermana no era buena con las palabras a la hora de consolar a los demás. Pero el simple hecho de que escuchara sus preocupaciones, lo ayudaba a sentirse mucho mejor — Sabes, algo gracioso....
— ¿El qué?
— A veces pensé que lo del novio de Jimin era una mentira. O sea, nos decía que el chico era guapísimo y que jugaba fútbol y blah, blah... Pero él se veía tan feliz que, no sé, me lo creí al final.
— ¿Te imaginas que haya sido uno de los del equipo? — carcajeó Ryujin, alzando sus cejas — Tipo, el mega hetero Yoongi — Tae soltó una risa nasal.
— Eso sería gracioso. Ahora tengo curiosidad.
— Sí, desde luego. Oh, hablando de Jimin, ¿no dijiste que hoy volverían juntos del insti?
— Ah sí, dijo que quería pasar primero por su casa a dejar sus cosas— Tae miró la hora — Me dijo que vendría alrededor de las cuatro.
— Bueeeno... entonces, empecemos a vestirte... — dejó caer Ryujin, con una mueca inocente.
Taehyung asintió. Se sentía nervioso, pero a la vez emocionado. Se aceró finalmente al montón de ropa en la cama de su hermana, cogió una minifalda roja y tragó saliva fuertemente. ¿En qué se había metido?
Estaba empezando a arrepentirse, tal vez era hora de terminar el juego. Jungkook estaba cerca de saber su identidad, pero él ni siquiera había comenzado su plan.
— Oye, con esta minifalda se me verían las bolas.
—Cierra el pico — Ryujin trató de aguantarse la risa, fallando inmediatamente. Carraspeó — Ejem... hay mucha ropa para que elijas. Ahora que lo pienso, hace años que no uso estas faldas, te las debería regalar y ya.
— No gracias...
— ¡Esta tarde va a ser genial! —exclamó, interrumpiéndolo — Bueno, lo del plan es lo menos importante, solo quiero vestirte y maquillarte. Y si Jimin se une ¡aún mejor!
— ...Me alegra que tus intenciones sean honestas — suspiró el menor.
— Obvio que sí. No puedo espe... — la chica fue interrumpida por una notificación en su móvil. Echó un rápido vistazo y su mueca cambió a una de molestia — Jo, mierda.
— ¿Pasó algo?
— Yeji me acaba de recordar que el trabajo de Economía hay que entregarlo dentro de nada y no lo he empezado aún.
— Ohh, dile que venga a casa hoy y háganlo— dijo el pelinegro, con una sonrisa maliciosa — Les dejaremos solas, no se preocupen.
— Qué graciosito, pero las parejas eran por número de lista. No me tocó con ella... Ojalá — respondió su hermana a regañadientes, mientras escribía un mensaje de texto a su compañero de trabajo. — Ugh, no responde.
— Me rompieron el ship~ — canturreó dramáticamente Taehyung con su mano en el pecho, fingiendo dolor.
— Calla — Ryujin seguía chateando, ocultando una sonrisa en sus labios — Oye, le diré que venga a casa esta tarde. Ustedes quédense en mi habitación, estaremos haciendo el trabajo abajo en el salón ¿sí?
— Sí, sí. No es que me apetezca mucho que me vean vestido así...— respondió con desinterés, mientras rebuscaba entre la ropa de su hermana. En el fondo, se sentía triste de que su hermana no pudiera unirse. Ella se pasaba casi todas las tardes fuera, quedando con sus amigas o en los entrenamientos de su equipo. Por un día que podían pasar más tiempo juntos...
Eligió una falda de tablas azul con líneas grises, ya que era de su estilo. Pasó ambos pies por el interior de esta y la deslizó por sus desnudas piernas, hasta llegar a su cintura. Se sentía como si no tuviera puesto nada, tan solo los shorts ajustados que tenía debajo.
— Te quedaría mejor sin los shorts, quítatelos — sugirió su hermana, recogiendo unas prendas que se habían caído de la cama. Tae obedeció, quedándose solo en ropa interior bajo la falda.
— Me siento... desnudo. — dijo, toqueteando el trozo de tela —
Con el culo al aire.
— Así se siente llevar faldas cortas — rió, mirando a su hermano — Wah... no puedo creer que tengas casi la misma cintura que yo. ¡Encima tienes más trasero!
Tae observó su reflejo en el espejo, pensativo. No le quedaba nada mal, probablemente era por su esbelta figura. Los deportes nunca han sido su punto fuerte, así que no suele ejercitarse y apenas había desarrollado músculos, algo de lo que no había estado orgulloso, hasta justo ahora.
"Ryujin tiene razón, tengo buen trasero" pensaba, con una sonrisa traviesa. Comenzó a posar de maneras exageradas, como si fuera una modelo de Instagram, haciendo reír fuertemente a su hermana. Poco después encendió el altavoz y conectó la música de su celular. Ambos comenzaron a cantar y bailar torpemente.
El muchacho se puso una camisa de botones de color blanca, la encontraba un poco ajustada, pero le quedaba bien junto con esa falda.
— Casi se traspasan mis pezones — carcajeó el menor. Ryujin se rió y le pasó unas medias-calcetines largos de color blanco, para conjuntar la ropa. Desde luego, estaba disfrutando de esto.
Taehyung se sentó y se las puso con un poco de dificultad. Le llegaban hasta por encima de las rodillas y le quedaban un poco apretadas por los muslos, "tal vez debería buscar otras" pensó, observando cómo su carne sobresalía ligeramente de las medias.
— Te voy a regalar mi armario entero ¿por qué siento que mi ropa te queda mejor? Te odio. — rió Ryujin, dándole un golpe en el hombro.
— No mientas... — respondió Tae, avergonzado.
El celular de Taehyung sonó y este se lanzó sobre la cama, haciendo que la falda destapara sus muslos y ropa interior desvergonzadamente. Tae chequeó sus mensajes, mientras su hermana le hacía una pequeña coleta en su cabello y después le ponía brillo en los labios.
Se oyó el timbre segundos después. Tae se levantó de la cama de un salto y fue velozmente hacia las escaleras. Le pareció un poco extraño que tocara el timbre, ya que Jimin sabía que la llave de la casa estaba debajo de una pequeña maceta en la entrada, pero no le dio importancia.
— ¡Jimin llegó al finnn! — exclamó con emoción mientras bajaba, ajustándose la falda y sus medias.
Ryujin sonrió con ternura desde la habitación y miró su móvil, para luego leer un mensaje por chat privado de twitter. En un instante, su expresión cambió a una de terror y salió por la puerta, gritando.
— ¡¡Tae, espera, TAE!!
El muchacho no escuchó a su hermana debido a la alta música que retumbaba en la casa.
Al fin llegó a la entrada, quitó el cerrojo y abrió la puerta de sopetón. Le hacía mucha ilusión presenciar la reacción de su amigo cuando lo viera en ese conjunto, sería graciosísimo.
— ¡Sorpr...!
"Ese no es... " murmuró Ryujin con la mano en su frente, tras escuchar el crujido de la puerta, en ese instante ya abierta. Bajó su vista y leyó de nuevo ese mensaje, aterrorizada.