Me levanté desorientada por la luz del sol que me daba directamente en la cara, miré la hora, las 13:00 de la mañana, pestañeé un par de veces y vi un mensaje debajo de la hora:
"Buenos días señorita Clark, le informamos que le hemos citado para las 20:00 en el restaurante "The River Café" para cenar con el señor Cristhian Smith y terminar la entrevista de trabajo.
Un saludo"
Salté de la cama sorprendida y fui corriendo a la habitación de mi amiga. Alex estaba espatarrada en la cama roncando en un sueño profundo cuando me tiré encima de ella.
-¡¡¡Alex!!!- Meneaba todo su cuerpo histérica por la reciente noticia- ¡¡Alex despierta!!
Mi amiga gruño molesta y maldiciendo por lo bajo, se removió y me miro con los ojos entrecerrados.
-¿Qué quieres pesada?
-¡Que tengo cena con Cristhian a las 20:00! – No paraba de menearla emocionada- ¡Que puede que me dé el trabajo Alex!- chillé.
La cara de mi amiga, llena de rímel y del maquillaje de la noche anterior se transformo en numerosas expresiones y empezó a tartamudear incapaz de que le salieran las palabras. Me sonrió ampliamente y pegó un chillo mientras saltaba de la cama y me meneaba el cuerpo ilusionada, yo reía junto a ella mientras chillábamos juntas.
-Déjame ver el mensaje- agregó Alex después de unas cuantas risas y gritos.
Le mostré el móvil temblando todavía de la emoción y ella lo leyó y lo releyó mientras se le iba ensanchando la sonrisa.
-Amiga esto está hecho- Le brillaban los ojos- ¿Qué te vas a poner? Tienes que ir diva, guapa, empoderada- Eché una gran carcajada y ella se volvió a lanzar sobre mí.
Eran las 19:30 de la. tarde cuando ya me había duchado, elegido conjunto con Alex, que se tiro una larga hora para darme el buen visto a mi precioso vestido corto, blanco que conjugaba con mi piel morena, tenía la espalda descubierta y con una pequeña raja en la pierna derecha. Se ajustaba totalmente a mi cuerpo, esperaba sorprender a Cristhian pero tampoco tanto, no debo olvidar que esto es una entrevista de trabajo y nada más. Me puse unas sandalias blancas y un poco de pintalabios granate y eché un ultimo vistazo de mi conjunto, mi pelo – que se encontraba suelto con pequeñas ondas naturales – y a mi poco maquillaje. Me sentía lista física y psicológicamente, puede ser que después de lo de anoche se hubiera pensado mi propuesta de trabajo, a lo mejor me vio como un conejillo indefenso y pensó que sino me cogía él nadie lo haría. Anoche tuve una extraña conexión con Cristhian, me había negado a pensarlo mucho pues aún seguía teniendo la vergüenza de que él haya tenido que verme con Mike, que haya escuchado nuestra conversación y como de indefensa estaba frente a él, pero a pesar de todo estuvo ahí, no huyo ni paso de mí al estar en esa situación, de hecho me proporcionó su apoyo para no tener que estar preocupada toda la vida por si vuelve a aparecer. Siempre que volvía quería lo mismo, que volviera con él, y poco a poco se fue pasando a hacerme chantaje "te dejo en paz si me dejas dinero", empezó pidiéndome 10€ y cada vez iba aumentando más y más. La última vez fueron 200€, puso de excusa que se había metido en un lio gordo y que sino pagaba lo matarían o lo torturaría hasta perder el conocimiento, me juro que si eso pasaba, recordaría el conocimiento y vendría a por mí. Pasó a las amenazas en cuestión de unas pocas semanas. De esta manera jamás podía sentirme en paz en ninguna parte de la ciudad, y en realidad en ninguna parte de este mundo. Había pedido ayuda a la policía, pusieron una orden de alejamiento, denuncias, pero Mike siempre se las arreglaba para quitarse todo eso del medio y acercarse a mi de cualquier manera, con el tiempo comprendí que es lo que me había tocado y que tenía que aprender a sobrevivir con ello. Por eso me costaba creer tanto que Cristhian pudiera hacer algo para ayudarme, yo estaba atrapada y no veía la luz en el túnel, pero cuando me dijo que confiara en él, siendo un gran hombre en el mundo, capaz de mover ciudades de lugar con una simple mirada, por un momento tuve esperanza, que el pudiera sacarme, pudiera salvarme del infierno que estaba viviendo día a día, con el miedo de salir a la calle y que otra vez me amenazara y me chantajeara. Yo también tenía gastos y no podía estar dándole dinero cada vez que él lo jodiera todo con gente peligrosa.
Me recogió un coche negro que iba en nombre de Cristhian. Me dejo en el Water Street, Brooklyn. Es uno de los restaurantes más románticos de Nueva York, más caros y con unas vistas que realmente te dejan sin aliento: en el horizonte de Manhattan, el Puente de Brooklyn y, en la distancia, la Estatua de la Libertad. El ambiente es surrealista... El restaurante está ubicado en el barrio de Dumbo, en Brooklyn, a orillas del East River y justo debajo del Puente de Brooklyn. El ambiente es elegante, entraban hombres de chaqueta y mujeres con vestidos de muerte, que radiaban por todo el restaurante.
En la puerta se encontraba Cristhian, apropiado a la elegancia del restaurante con su traje de chaqueta negro mate y con una corbata granate conjugado con mi pintalabios. Se encontraba serio y recto cuando me acerqué a él con lentitud, nerviosa de lo que podría salir de aquí, contando mis respiraciones para tranquilizarme y organizando mi cabeza para no decir ninguna tontería y no volver a cagarla. Él me pasó la vista por todo mi cuerpo a medida que me iba acercando a él y me sentí desnuda ante su mirada, pequeña.
-Buenas tardes señorita Clark- dijo cuando ya estaba a su lado listos para entrar en el restaurante.
-Buenas tardes señor Smith- dije tímida sin levantar mucho la mirada del suelo.
Entramos y el restaurante era a un mejor por dentro que por fuera, desprendía una atmósfera romántica reforzada por maravillosos arreglos florales y música de piano en vivo. Un hombre nos condujo hacía nuestra mesa que se situaba justo en el lado de la ventana donde se podía ver las preciosas vistas de New York, donde las luces ya se empezaban a poner y el sol se escondía por el horizonte dejando suaves manchones naranjas y rosados que pintaban todo el cielo. Alucinada con aquello miré a Cristhian todavía con la boca un poco abierta por las impresionantes vistas que tenía tanto al lado por la ventana, como enfrente donde se encontraba él.
-¿Todo bien señorita Clark?- Levantó una ceja intrigado.
-Si si, solo... que este lugar es impresionante.
Volví a hacer una rápida vista a todo el restaurante parándome a mirar el pianista que tocaba en vivo "It's a Long Way to Happiness" para nosotros y que daba un ambiente mágico al restaurante. Sonreí mirando a Cristhian y él al verme miro hacía abajo aguantándose las ganas de sonreír y tosiendo un poco para disimularlo. Cuando le iba a preguntar por ello justo el camarero nos interrumpió para cogernos nota.
-Buenas Noches señores ¿Qué desean? - El camarero nos ofreció una amplia sonrisa y yo se la devolví tímida.
- Dos "Three Shells", una "Pear Salad" y una botella de "San Filippo Brunello di Montalcino Le Lucére"- dijo Cristhian dándole la carta al camarero, yo agregué una sonrisa para disimular la cara de póker que se me había quedado al escuchar la cantidad de palabras raras que había mencionado y que iba a ser nuestra comida y bebida. El camarero asintió y su fue directo hacía una puerta grande del fondo.
- Estás preciosa- dijo Cristhian mirándome fijamente con esos ojos verdes penetrantes, analizando cada expresión de mi cara. Abrí los ojos como platos ante esas palabras y me ruboricé, algo que odiaba totalmente de mi, me traicionaba en los peores momentos y revelaba lo que me provocaban esas simples palabras.
-Gracias señor Smith, usted también- Cristhian sonrió de lado, con un gesto de valentonería
- ¿Cómo se encuentra después de lo de anoche?- Cambió de tema.
-Bien, está mañana con un poco de dolor de cabeza, pero nada que no se arregle con una aspirina y un poco de agua- Solté una risita tonta.
Me estaba poniendo nerviosa ante está situación, Cristhian delante y este restaurante tan perfecto y bonito. Puse mi vista de nuevo en el pianista que ahora estaba tocando "Stand by Me" de Ben E. King al que se le había sumado un cantante de fondo y disfruté de la música durante unos segundos para volver a enfrentarme de nuevo a Cristhian.
- ¿Quieres escribir libros Clark? - dijo intrigado
- Así es, es mi sueño desde pequeña.
- ¿Tiene alguna idea concreta de lo que quisiera escribir?
-Siempre he querido escribir como un resumen de mi vida, no exactamente todo lo que me pasa, pero como he evolucionado con todas las cosas que me han pasado, aun que pienso que tampoco tengo una vida tan interesante para eso.
Cristhian me miraba intrigado, sin parar de mirarme, casi pensaba que se estaba metiendo en mi cabeza y sabía perfectamente todo lo que me pasaba por la cabeza.
-Me parecen una buena idea, creo que en realidad tendrías mucho que contar viendo tu historial- Se echo para atrás recostándose en la silla.
-¿Mi historial?
-Tu informe de en resumidas cuentas tu vida, tengo uno de cada cliente mío- No sé que me sorprendía más, si que tuviera un historial sobre mi vida entera o que haya mencionado que yo formo parte de su empresa- Y si, en realidad quería darte la notica en persona. Estás contratada.