El amor es algo complicado, el encontrarlo, que sea mutuo y a la vez cuidarlo para que este sea realmente duradero y nadie salga lastimado. Y hay veces en las que viene en diferentes formas, lo cual lo hace aún más difícil e incomprensible.
Y esta vez no es una excepción, porque se trata de un amor bastante diferente al resto, su amor.
El destino acostumbra a juntar a dos persona pertenecientes a jerarquías complementarias, las cuales cada una tiene un propósito específico a nivel biológico, y eso es algo que todos saben, ¿Cierto?
Pero, ¿Acaso habían escuchado de la segunda posibilidad? ¿Dónde tres sean los involucrados? Parece algo imposible, ¿Cierto? Pero, no lo es.
De eso se trata de esta historia, de los relatos de tres jóvenes ineptos y con muchas diferencias, por no decir que pertenecían a polos completamente opuestos entre ellos, que terminaron siendo destinados.
Bakugo Katsuki, un alfa de gran carácter, terquedad y principalmente una gran ambición por ser el héroe número uno. Quien hasta el momento en lo único que se ha enfocado es en su meta, en deshacerse de las piedras en su camino para lograrlo, y demostrar que era insuperable.
Midoriya Izuku, el omega quien repentinamente posee un quirk inigualable, inestable y el cual aprende en el proceso a controlar. Su personalidad es cálida como lo es una taza caliente de café en un frío invierno. Y su tenacidad y valentía, es igual de grande que la misma galaxia.
Y por último pero no menos importante, Todoroki Shoto, la unión entre los destinos de ambos jóvenes, un ipsilon a quien su jerarquía le importaba poco y nada al haber asumido que nunca conocería a sus destinados, si apenas hay una posibilidad del 3% de conocer a uno, el encontrarse a ambos, es imposible, ¿Cierto?
Pues, la vida, el universo o el destino, se encargaría de que los caminos de estos tres jóvenes se cruzaran, uniendo sus determinados corazones en un lazo que sólo ocurría con quien o quienes, este esté conectado desde el día en que naces, hasta que abandones esta tierra.
Algo inesperado para los tres, desconocido para dos de ellos, pero que terminaría provocando un vuelco de 180° en sus vidas.
Breves aclaraciones con respecto a la historia → Act. 24/O8/2O22
Los ipsilons, son una jerarquía o género secundario que como tal, no existen. Es por esto que por internet o en wikis de Amino no figuran, ya que de por sí, esta sería la única historia en la cual se los menciona (en sí, fui yo quien en teoría "creo" esta jerarquía). El propósito de este género secundario, es ser un puente omega/alfa.
Los ipsilons comparten ciertas características con los dsetas (como es la cuestión del aroma con relación a su estado anímico), sin embargo, a diferencia de estos, sus órganos sexuales no dependen del género secundario de su pareja, sino que poseen ambos, unos menos desarrollados que otros (algo que se aclarará en el futuro de la trama).
Por favor, no confundir con los Epsilons, los cuales son un puente entre los betas/alfas, los cuales más allá de presentar una fisionomía como la de los alfas, poseen un aroma como el de los betas, al igual que su característica de no anidar. Ya que a diferencia de estos, los ipsilons tienen la capacidad de anidar si así lo desean, aunque como con todo, depende de cada uno si hacerlo o no, al igual de que los ipsilons no nacen siendo infértiles, por ende, son capaces de reproducirse tanto con omegas como con alfas (siendo estos normalmente sus destinados/lazos).
Si surge alguna duda, yo estaría más que encantado en resolverlas de ser necesario, simplemente no se desvivan cuestionándose de dónde salió esta jerarquía, porque como ya he dicho, no es una que verdaderamente figure, sino que simplemente es un género secundario que decidí hacer ante la incógnita de cómo sería el puente entre alfas/omegas, por lo cual, pueden llegar a haber algunas lagunas con respecto a la jerarquía.
Aún así, he hecho lo mejor posible para dar a entender las peculiaridades de esta jerarquía fantasma.
Sin más que decir, me retiro y realmente espero que disfruten de la trama de esta historia que inicié hace dos años y que por cosas de la vida, tuve que volver a reescribir completamente.
—San.