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Muchas veces simplemente se debe dar rienda suelta a la creatividad, ¿no es así? Este apartado es justamente... עוד

비어 있는: only you !
1: It's only summer!
2: Everything is gonna be fine.
3: Habitación.
5: Buenas noches, Hoseok.
6: Waning Lake.
7: Bite me.
8: Adictiva ilusión.

4: Two worlds apart.

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נכתב על ידי palettevope

✧One-shot por: NightMoon___
✧Palabras: 4047
Vope (sin roles)
✧Género: romance, fantasía y universos alternos.

Aquella tarde. 

El viento estaba de ánimos, acariciaba sus mejillas hasta dejarlas rojas, tomaba cada hebra de su cabello y las hacía bailar. A Taehyung le gustaba este clima otoñal, no hacía mucho frío, pero el clima era perfecto para un chocolate caliente. Aquella tarde, después de un sorbo de energía que encontró en su cafetería favorita, tomó el camino más largo a casa para encontrarse un poquito con sus pensamientos. Los árboles otoñales bailaban con su cabello, su mirada divagaba en el hermoso paisaje que teñía de vintage su alrededor. Suspiró dejando escapar un pequeño fragmento de su alma, sus dedos se movieron creando alguna melodía que luego repetiría sobre las teclas frías del piano de su hogar. En ese momento el viento se detuvo un instante, un silencio ambiental, advirtiendo que algo se avecinaba. Taehyung pensó que quizás su alrededor guardaba un secreto y estaba dudoso de si confesárselo. Esperó una respuesta... 3,2,1, la respuesta llegó, el viento golpeó con palabras invisibles su paraguas y este voló. Taehyung se salió del camino, corrió ignorante de las palabras del sabio viento. Su paraguas cayó a un costado de la ruta, cerca de un árbol lleno de flores. Por suerte no se había ido tan lejos... ¿Un árbol lleno de flores?Taehyung creyó haber delirado con su vista, volvió a mirar y, sí, efectivamente era un árbol lleno de flores. Incluso el césped era más verde cerca de ese árbol y, lo más asombroso de todo, es que había un chico durmiendo plácidamente bajo el árbol, con ropas que apenas cubrían su piel del hermoso frío de la estación otoñal.

Una oración, quizás coherente para Taehyung, incoherente para el desconocido. 

—Oye... vas a pescar un resfriado. 

Pestañas como mariposas, se movieron tres veces, tres veces Taehyung contó que esas pestañas revolotearon. Unos ojos fijos lo miraron, sintió su corazón acelerarse, muy pocas veces se ponía nervioso frente a una persona. Su presencia siempre era firme, pero aquellos ojos, no iba a negarlo, incluso casi se muere cuando aquel chico le mostró una hilera de felicidad, aquella sonrisa lo dejó desarmado. 

—¿Cómo? 

Cuestionó brillante, sí, brillante, Taehyung creía que frente a él estaba el mismísimo sol que no veía hace unos días, que venía a por él, y lo seducía con su alegría y calidez para que dejara de ir detrás de la melancolía del frío otoñal. Quizás se dejaría llevar... 

—Oye, chico, hace mucho calor para usar esa ropa. 

Taehyung escapó de sus pensamientos, asintió como un bobo y oyó la canción de aquella risa, oh... tiene sonido. Pensó. 

—Tú estás mal ¿Acaso no oíste que pronto lloverá?– mencionó moviendo su cabeza a un costado con gran confusión. Imaginaba que este chico podría estar loco o despechado, aunque más se inclinaba por la primer idea. 

El castaño miró por primera vez el alrededor que envolvía la presencia del chico frente a él, un chico bastante extraño con ropa invernal y paraguas, aunque su concepción de él cambió drásticamente cuando vio que unas esponjosas nubes que anunciaban llorar en cualquier momento cubrían al chico. Una gota, dos o quizás tres, cayeron diez, quién sabe, pero el cielo se puso a llorar más fuerte y antes de que la lluvia siquiera mojara la tela del paraguas de Taehyung, aquel desconocido se acercó rápido, tomando su mano y atrayéndolo hacia él. Una acción instintiva, Taehyung había caído sobre él. Sus miradas volvieron a conectarse y algo dentro de cada uno habló un idioma desconocido entre dos miradas que ya se conocían hace ya bastante tiempo.

—Lo siento. – se disculpó como si hubiese cometido algún error. El desconocido sonrió y él se levantó, extendiendo su mano para ayudarlo a levantarse. 

—No te disculpes, yo fui el que te jaló. ¿Viste lo que sucedió? Bastante extraño. —Se acercó a aquella división invisible, viendo con asombro cómo llovía solo en una parte del lugar y donde ellos estaban no caía ni una sola gota. No se atrevió a tocar, tenía un poco de miedo. 

—¿Es esto posible? –preguntó Taehyung a un lado del chico, mirando las gotas empapar todo de aquel lado—. ¿Y cómo es que...– paró de hablar al ver que dos ojos atentos y serios lo inspeccionaban.

—Oye... Esto es extraño ¿Tú qué eres?

¿Qué soy? ¿A qué se refería? —Soy Kim Taehyung, y no soy "eso". Es grosero que me mires así, tú, desconocido.

El chico no pudo evitar reír, la situación era extraña pero por alguna razón ese chico lo hacía reír, parecía un niño pequeño enfadado con aquellas cejas de grande proporción y su labio inferior prominente mostrando molestia por lo que se le había dicho. 

—Me disculpo, Taehyung. – hizo énfasis en su nombre—. Soy Hoseok, Jung Hoseok. No quise ser grosero, pero... te has dado cuenta de la situación ¿Verdad?

Taehyung suspiró, con su mirada perdida, volviendo al encuentro del castaño y asintió. La situación no necesitaba explicar lo extraña que podía ser, era como si el mundo estuviese dividido en dos, pero con el paralelismo de dos climas diferentes ¿La naturaleza había perdido la cordura? 

—Esto es extraño. Quizás pueda irme a casa del lado que no llueve.

La melodía de la alegría volvió a sonar.

 —¿En serio piensas eso? Dios, este chico. —Hoseok se aferraba más a la idea de que ese chico le había sacado tantas risas en unos pocos minutos, que si se fuera se sentiría tan vacío—. Tae, quédate hasta que la lluvia cese, y quizás en ese tiempo podamos pensar ideas conspirativas que expliquen este suceso. 

No sabe si fue la forma en que dijo su nombre con aquella abreviatura o su sonrisa cálida, o que quizás hace tiempo que no hablaba para perderse con alguien, no desde que su trabajo como compositor se lo impedía, y él amaba componer, pero estaba limitado por los pedidos de sus clientes artistas, personas que él algún día quería llegar a ser.

—No te quiero obligar...– dijo, sacándolo de sus pensamientos—. Si quieres irte no te lo impediré. Es bastante extraña la situación y seguro tienes miedo, quién sabe si el clima se ponga peor. 

Cuando Hoseok se dio cuenta, Taehyung ya estaba sentado bajo el árbol, deshaciéndose de su largo abrigo y, por primera vez, dedicándole una sonrisa a quien en un principio era un desconocido.

Hoseok sonrió en respuesta y corrió a sentarse a su lado. Siendo sincero, la situación era extraña, incomprensible, pero después de un día duro necesitaba compañía y no le importaba la situación o lo loco del clima, pero ese chico parecía haber caído del cielo para hacerlo reír.

 —¿Por qué estás vestido de verano? –Fue la primera pregunta tímida de Taehyung—. Hace frío hace ya días, y hoy iba a llover, aunque... Quizás en la localización donde vives el clima está loco y haga calor en pleno otoño. 

—¿Pleno otoño? Estamos en primavera, si no mal recuerdo.

Antes de que Taehyung hablara, Hoseok lo interrumpe.

 —Una vez... mi abuelo me dijo que no cuestione las señales del universo, que no pregunte y solo viva, que disfrute mí regalo. Yo tenía apenas 7 años en ese entonces, no lo había comprendido. —Hoseok con el ceño fruncido y Taehyung abriendo su boca para reclamar, al unísono se dieron cuenta que no estaban en sintonía. Y no me refiero a que no podían conectar entre sí, sino que su concepción del tiempo no estaba en sintonía. 

—¿Qué quieres decir? –aún con su mirada atenta, cuestiona, un poco conmovido por la anécdota, pues Taehyung pensaba que si alguien compartía un poquito de su vida con alguien, inmediatamente se hacía parte de su historia.

Hoseok le dedicó otra vez esa hilera de alegría. —No hagamos preguntas de la situación... y solo disfrutemos. 

Vaya... Hace tiempo no sentía esta calidez, y lo más loco es que aunque quisiera preguntar por ella y se me permitiera, aún así no tendría respuesta certera para aclarar mis dudas. Suspiró, dejándose llevar, tomando el consejo de Hoseok.

—Apenas te vi ahí bajo el árbol durmiendo se me vino a la mente que estabas despechado, ¿alguna chica te dejó plantado? 

—¿Crees que a un chico como yo lo dejarían plantado?

Los dos al mismo tiempo comenzaron a reír, Hoseok pensó que la herida de tristeza que había sentido estaba desapareciendo gracias al chico a su lado. Suspiró, dejando que un fragmento de su alma se escape, vaya por aquel que soltó Taehyung temprano, y lo trajera de vuelta a casa. Quizás lo logró. 

—Me rechazaron en la academia de danza, dijeron que mis ritmos son... ahh, son demasiado extraños y aunque marque ritmo... estos se veían poco aceptables. —La tristeza volvió, y luchó por no llorar, pero al girar su rostro y ver la expresión preocupada de Taehyung, las lágrimas comenzaban a salir. Aunque quería dedicarle una sonrisa, esta iba poco a poco desapareciendo. Taehyung no dudó un segundo, conocía el dolor de un sueño frustrado, así que envolvió en sus brazos el corazón desprotegido de un bailarín soñador. Quería, no, deseaba con todas sus fuerzas transmitir una gran calidez para eliminar el frío de la tristeza. Pero él es el sol, pensó. 

—Antes pensaba que el mundo era idiota, pero entendí que me equivocaba porque la verdad es que el mundo está lleno de idiotas. —acaricio lentamente su espalda mientras seguía hablando—.  No les hagas caso, bueno un poco a eso de raro, eso si. —sintió la risa de Hoseok chocar contra su hombro—. No, no, hablo en serio. Lo extraño, la rareza que ellos llaman, es lo que triunfará en el futuro porque es lo innovador. Las nuevas y frescas ideas que abren un nuevo paso, es como la metamorfosis de una mariposa. Déjalos que ellos sigan siendo un gusano, tú sigue siendo una mariposa solar. 

Hoseok se había conmovido tanto por las palabras que acariciaban su corazón, y se había aferrado tanto a los abrazos de Taehyung, sintiéndose tan seguro, que cuando el fragmento de su alma volvió a su cuerpo, ese último suspiro que dio fue más por alivio.

—Eres un oso invernal... tan cálido y tierno, chico. Muchas gracias por esto. —Se apartó lentamente, revolviendo el cabello de Taehyung, sintiéndose tan bien debido a ese hombre frente a él. 

Taehyung sonreía, lo volvió a mirar tomando su mano para que se detuviera. —¿Oso invernal, yo? ¿Te recuerdo a quién encontré durmiendo?. – Hoseok iba a protestar, pero Taehyung lo interrumpe—. Ven aquí, uno más. —Y volvieron a abrazarse, esta vez siendo Hoseok también el que quería dar contención.

—Dime tu secreto. —Soltó. 

Taehyung se tensó, pero Hoseok comenzó a reír entre el abrazo y prosiguió.

 —¿Qué te tiene tan despreocupado que ibas directamente por el camino más largo y solitario cuando se supone que iba a llover? 

—¿Tú por qué me dices niño? Ni que fueras mi abuelo. 

El abrazo se disolvió, pero ahí estaban, aún mirándose. Hoseok lo miraba detenidamente, tratando de leerlo. 

—¡Está bien!... Los días se hacen cada vez más monótonos en mi vida y mi creatividad está encerrada en un trabajo donde sirvo a otros. — Desviaba su mirada, avergonzado de su tragedia—. Al principio me sentía muy entusiasmado, pero... me quedé estancado. Quisiera ser valiente como tú y arriesgarlo como lo hiciste, pero no puedo. Me alineo a las ideas de otros y creo canciones que nunca cantaré. Me presento, soy Kim Taehyung, un compositor incompetente. 

Hoseok no se rió, apenas esbozó una débil sonrisa que decía "no estás solo", pero esta desapareció cuando recordó que él solo era un completo desconocido que quiso compartir un fragmento de su vida con otro desconocido. Estaban los dos solos. Los dos solos pero juntos. 

—Tae...

Otra vez decía su nombre con la mayor delicadeza, si seguía así no querría nunca dejar este lugar. 

—Algún día que tomes valentía y corras sin parar de aquel aburrido lugar, ese día, te darás cuenta que el camino no era tan largo como creías y que la lluvia no era triste en realidad. Vas a volar alto, chico. A decir verdad, desearía estar ahí para verte, me haría muy feliz que cumplas tus sueños, así que por favor no te rindas. 

—Debes estar ahí... necesito al mejor bailarín del mundo en ese lugar mágico, festejando conmigo. Así que por favor no faltes, te invito de antemano. 

Compartieron una sonrisa cómplice, y de ser dos desconocidos, se convirtieron en el pequeño empujón uno del otro. En un día loco, dos seres tristes se encontraron para ser felices en su pequeño mundo. No sé preguntaron nada, siguieron al pie de la letra el consejo del abuelo, incluso esquivaban temas que fueran controversiales con la situación. El tiempo pasaba atento, quién sabe cuántas veces pasó, que en menos de lo que uno puede darse cuenta la noche los había atrapado bajo su manto.

Un sonido rompió su burbuja, era el celular de Taehyung timbrando. Taehyung se quejó y Hoseok atento miró el bolsillo del abrigo que brillaba. El sonido desapareció, y ahí estaba el pelinegro hablando con el artefacto, se veía como que había olvidado algo. Taehyung le dijo algo a Hoseok, pero él estaba atento al celular del pelinegro, mirándolo fijamente.

—Hobi... —Así se le ocurrió decirle hace unas horas y el chico se fascinó tanto que le dijo que lo llamara así por siempre, pues su madre le decía así de pequeño—. Debo irme, tengo trabajo pendiente y el cliente viene mañana. Perdóname por dejarte así. 

Hoseok asintió y luego, al reaccionar mejor, se levantó y envolvió en cálidos brazos el cuerpo de Taehyung. Inmediatamente cuando se apartan del abrazo, Taehyung toma el abrigo y lo pone sobre los hombros del chico. 

—El clima parece haber cambiado con la noche, y está fresco, así que llévatelo, no recibiré un no como respuesta. —Y corrió hacía la calle iluminada, no sin antes parar en seco al oír cómo alguien lo llamaba.

 —¡TAE!... —Hoseok se agarró fuerte del abrigo que parecía estar hecho de Taehyung... Su aroma—.  ¿Volverás mañana? 

Una sonrisa cuadrada hizo acto de presencia.

—Lo haré, no te preocupes. Mañana incluso quizás traiga a Tannie. Tenemos una cita a las 6PM —corrió, como un niño al que su madre llamó. 

Hoseok lo miró alejarse, llevó una mano a su cabeza y rio tanto, pero bajito, que una traviesa lágrima escapaba de uno de sus ojos.

—Este chico... parece un pequeño travieso. 

Sin saberlo, cada uno volvió tan feliz a su casa que ni siquiera recordaban la causa de sus tristezas. Incluso las horas pasaban entre lindos recuerdos, usando la energía creativa que se habían contagiado uno al otro, esperando con ansias que el tiempo corriera en una maratón y que la meta final fuese el horario en el que habían quedado para verse. 

Taehyung salió deprisa de su casa, era un día tranquilo el que lo acompañaba esa tarde. Pensó llevar a Tannie, pero decidió dejarlo con su madre, aún así llevo unas fotos impresas que se sacó con el cachorro para mostrarle a Hoseok (un gusto culposo que compartía desde que adoptó al perrito, incluso había tratado de preparar unas galletas para compartir). Los nervios lo pellizcaban por todo el camino, pues estaba pensando en que podía invitar a Hoseok a su casa para cenar algo, incluso a quedarse, pues un día anterior se desobligó de todas sus tareas para poder pasar tiempo con su nuevo amigo. Ojalá la valentía me golpeé el rostro así pueda decírselo. 

Al parecer había llegado temprano, el árbol estaba solo con su presencia, y a decir verdad se dio cuenta que el clima estaba "estable". Los pensamientos del suceso extraño de ayer lo invitaron a ponerse nervioso, y recordó la voz de Hoseok diciendo que era primavera. 

—¿Cómo va a ser primavera? —verificó la hora; eran las 6:30 y Hoseok no llegaba—.  Debí pedir su número de teléfono... 

Sintió que el tiempo le jugó mucho en contra cuando vio que la noche salía a saludarlo. Suspiró al ver la luna, se levantó poco a poco, miró aquel árbol y en una pequeña abertura dejó una de las fotos que había traído para mostrarle a Hoseok. Si en un momento llega, verá que estuve aquí esperándolo.

Para que me recuerdes, puedes tenerla, yo tengo la misma pero más grande en casa. 

No pudo conciliar el sueño, la noche aún lo miraba atento, a él y a sus preocupaciones.

—¿Y si Hobi nunca existió y solo es producto de mi imaginación? Agh... no, no debo sobrepensar los sucesos, debo hacerle caso al abuelo. 

Tratando de ahuyentar mil preguntas que no tenían respuesta, o por lo menos para su entendimiento, concilió el sueño, pero no pudo responder ninguna de sus preguntas y lo único que lo tenía más preocupado era que su amigo no había aparecido. 

Al otro día sus pies lo condujeron al lugar donde sucedió todo, en la misma hora del día anterior. Se acercó entre suspiros, miró la abertura del árbol ¿Había una nota?

Querido oso invernal. 

No sé cuando recibas esto, pero estuve esperando toda la tarde que llegaras, quizás viniste en el horario que ya me había ido. Hoy día volví por si te aparecías, estoy aquí bajo el árbol, sentado, esperando hasta las 8 PM, y eso haré todos los días hasta verte. Taehyung, no quisiera perder está conexión, espero que estés bien.

PD: Esa foto es tan adorable, prometo guardarla con mucho amor, por poco no me doy cuenta de que estaba escrita atrás. Y por favor algún día muéstrame a Tannie. 

Con cariño, Hoseok. Sep 25- 1940

Contuvo el aliento, por poco se ahoga, volvió a leer la carta y efectivamente. Dios ¿Qué está sucediendo? Miró a su alrededor, inspeccionó la hora, apenas eran las 6:30 pm. Se rio... no pudo reaccionar mejor y comenzó a reírse creyendo que todo era una broma. Cayó al suelo, siendo el césped quien lo sostenía, quizás esta era la respuesta a todas sus dudas, tan simple y corta: "Sep 25 de 1940".

Después de pensarlo mucho, sintiendo que el shock iba abandonándolo, hurgó sus cosas buscando un bolígrafo y un papel. El bolígrafo moviéndose hacía ruidos, componiendo sinfonía con las lágrimas de Taehyung que chocaban contra el papel.

Querido Hobi. 

No pienses por nada en el mundo que no quiero verte, mucho menos que no llegué a horario a un evento tan importante. No diré nada más que... que extraño tu brillante sonrisa, chico sol. Espero que esta carta llegue a tus manos, Con cariño, Taehyung.

PD: A Tannie le hubiese encantado conocerte como yo lo hice, le hablaré sobre ti. PD2: Por favor, no creas que estoy bromeando en nada de esto. 

Jul 25- 2021

Hoseok se sentía frustrado, rogaba a los cielos que la carta que dejó hace minutos en el mismo lugar que encontró la foto, lograra que el chico por lo menos apareciera al otro día. Se levantó tratando de estirar su cuerpo, y cuando sus ojos se posaron sobre el espacio donde debía estar su carta tintada de un amarillo girasol, vio que un papel color celeste cielo la reemplazaba. Tomó de inmediato el papel y, con su corazón latiendo como loco, comenzó a leer cada palabra escrita en el. Sus dedos acariciaron las pequeñas manchas que humedecían el lienzo. Suspiró sintiéndose angustiado, y es que, aunque la situación lo inundaba como una ola en el mar, él de alguna forma ya suponía lo sucedido. Lo supuso desde que vio aquel artefacto extraño que portaba Taehyung. 

Dieron las 8 en punto, cada uno, sincronizados, se levantaron y caminaron con una gran angustia sobre su espalda, con el fin de llegar a casa y que el sueño borre la desgracia de una situación incomprensible e injusta.

Hoseok no dudó en contarle a su abuelo el suceso de hoy, y lo que le dijo lo perseguía en sus pensamientos: "el universo tiene sus misterios, pero siempre hay una razón de trasfondo. Pobres dos almas que al buscarse se perdieron en diferentes lugares." Hoseok quería llorar, tenía tantas ganas. 

Al día siguiente, con los ojos hinchados, hicieron acto de presencia  en el mismo lugar y a la misma hora. Tenían una carta en mano  y el primero que se atrevió a enviarla fue Hoseok. Le dijo que lamentaba todo, pero si tuviese que pasar mil situaciones desafortunadas con tal de volver a conocer a Taehyung, lo haría mil y un millón de veces. Esta vez Hoseok adjuntó una foto de él a la carta y aclaró que, el que un árbol de madera y los papeles podían hacer efectiva su unión, comenzaba a parecerle algo poético.

Taehyung miró que había una carta junto a una foto, emocionado la tomó y la leyó con una sonrisa en su rostro. Sus ojos saltaron hacia la posdata, que lo hizo suspirar profundo y repetir lo escrito en voz alta. 

—No llores, por favor. Te quiero mucho.

Miró la imagen por un largo momento entre suspiros y la guardó. No sabía que una simple foto podía hacerlo reaccionar así.

Tomó la carta que decía que por más que tuviese mil cosas que hacer nunca fallaría en venir todos los días a este lugar a poner cartas en el árbol buzón, a sentarse y esperar que algún día llueva de un lado y del otro esté soleado, para así poder volver a ver su hermosa sonrisa acompañada de su hermosa voz. Agregó en ese instante más a su carta, regalando un te quiero, mencionando lo bonito que se veía en la foto, y por último prometió algún día volver a verlo cueste lo que cueste. 

Ese día, en aquel lugar, prometieron clamar al cielo, manifestar al universo, que alguno de esos días en los que iban a verse, la vida les tuviese un poquito de compasión y dejara que aquellos dos chicos volvieran a mirarse a la cara. Pero los días se convirtieron en meses y los meses conformaron un año. Las cartas dejaron de decir un te quiero, para exclamar un te amo, y de la amistad nació algo más, algo que desde el primer día que se vieron sus almas sintieron. La unión de dos almas alejadas fue posible a través del amor, las cartas conectaban sus sentimientos y, aunque no pudieran verse, todas las noches cada uno visitaba los sueños del otro.

Sus vidas cambiaron debido a que se acompañaban en cada paso que daban. Hoseok tanto con Taehyung cada vez visibilizaban más sus sueños hacerse realidad, lo sentían y, por sobre todo, el amor era una parte esencial como motor de sus vidas. Entre lágrimas aún tenían la esperanza de que algún día podrían volver a verse y esta vez no iban a soltarse. 

El tiempo siguió pasando, y una tarde como cualquiera, Taehyung llevaba una canción que había compuesto para Hoseok, titulada "Winter Bear". En ese momento vio a un chico acercarse a él, lo miraba con asombro y no dudó un segundo en acercarse a Taehyung y mostrarle... la foto donde salía con su perro. 

La brisa de ese momento arrastró anécdotas pasadas, decía ser el sobrino nieto, le entregó cosas que solían ser suyas, incluso el papel con la canción que compuso. Taehyung solo lo miró con sus ojos llenos de lágrimas, recibió tembloroso aquellas pertenencias y al último escuchó.

❝ El nos habló mucho de ti, te dedicó cada uno de sus bailes en el escenario, te mencionó como el único amor en su vida, y así fue hasta que dejó este mundo. Quisimos buscarte, aunque no creíamos que eras real, y transmitirte cuánto te amó nuestro tío abuelo. Fue una persona que brillaba como el sol, siento que se lo debíamos y necesitabas saber que, aunque quiso venir él mismo a verte, no quiso intervenir con el flujo de las cosas. 

Un encuentro que lo cambió todo, se sintió vacío, sentado en aquel árbol, llorándole con fuerzas al amor de su vida y dedicándole cada cristal acuoso que salía de sus ojos. Se levantó a mirar el árbol buzón, y el papel color amarillo que resaltaba ahí,  provocó que sus brazos rodearan el árbol, regalando un abrazo lejano.

—Encontraré la forma de que estemos juntos, lo prometo. Que el universo no subestime a este hombre enamorado. 

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