[día anterior]
Inquieto. ChenLe le suplicaba a RenJun quien a penas bebió cuatro vasos de alcohol ya andaba hecho casi pedacitos. Pasaron tres semanas desde que JaeMin se cambió a su propio departamento y RenJun hasta ese momento no tuvo algún contacto con el mismo, ni el más mínimo. Tenía que aceptar que sí le afectaba un poco el tener a JaeMin lejos.
Ahora, Huang estaba totalmente ebrio.
—Deja de llorar.
—No puedo —moqueaba sin cesar—. Lo voy a extrañar mucho, fue un gran amigo.
—¿Fue? Aún está vivo, deja de dramatizar. Todavía puedes hablarle, verlo, no sé... Esas cosas que hacían ambos.
Entre tantas cosas que pudo recordar de los tiempos que pasaba con JaeMin, el más incómodo –en ese momento– que pudo pensar fue cuando a su mente llegó el día en que JaeMin le masturbó. ¿Por qué pensaba eso en ese momento? Instantáneamente se ruborizó.
—No puedo.
—¿Puedo saber por qué? —le cuestionó estando sentado en el suelo junto a RenJun.
—Porque sería difícil hablarle si lo tengo lejos...
—Pero si eres tan... Parlachín, ¿Por qué sería difícil?
—Sé lo que soy, el punto es que socializo mucho solo cuando tengo cerca a las personas, no cuando están muy lejos de mí. JaeMin es de otra facultad y será muy difícil hablarle, más si están otras personas a su alrededor. —bufó y bebió del trago de golpe.
—A JaeMin nadie le habla. No hay problemas. Cero problemas.
—Simplemente no puedo ir hasta su facultad y decir... Oh, he venido porque aquí es mi clase, claro que no, ¿Recuerdas que él es de Ingeniería y yo de Derecho? Si yo fuera hasta él pensaría que soy una clase de acosador.
—Aún tienes su número, podrías enviarle mensaje.
—Tampoco puedo.
—¿Por qué? —interpeló claramente frustrado.
—Porque... Lo rechacé.
—De alguna manera lo hiciste, no puedes seguir atormentándote por eso.
—No es eso. —renegó y se sirvió aún más alcohol.
—RenJun, ¿Cómo por qué te preocuparías tanto cuando ya ni siquiera está contigo en la habitación? Solo se cambió a un departamento, no se murió. ¿Por qué sufres?
—Es que quiero hablarle.
—Pues háblale.
—No puedo.
—En serio que no te entiendo.
—Creo que lo lastimé.
—Eso no lo sabes, él tal vez comprendió que estabas confundido. ¿Aún no lo tienes claro?
—No logro tener en claro nada. Estoy un poco ido, ¿Sabes? —rio en medio de su ebriedad.
—JaeMin te gusta y no quieres aceptarlo.
—No es que no quiera.
—¡Entonces qué demonios es! ¡Por Dios! ¡Es que te niegas tanto a aceptarlo! ¡Eres tan complicado! Creo puedo lidiar mejor con mi sobrino que contigo. —gritó entre dientes.
—No es nada, es solo que ya lo sé.
—¿Qué ya sabes?
—Que JaeMin me gusta —suspiró—. Y mucho. —sollozó y se privó pensando que por su culpa JaeMin ya no estaba con él en los dormitorios. Sino lo hubiera rechazado estaría con él.
Sin embargo, aquellas semanas fueron necesarias para que RenJun desenredara sus sentimientos. Sabía lo que sentía.
ChenLe acarició su espalda intentando consolarlo y minutos después cayó dormido sobre el hombro de Zhong.