28/09/2017
Fiorella.
Despierto luego de una semana muy agobiante, cepillo mis dientes y me coloco ropa cómoda, un short de Bob Esponja y una camisa de tirantes azul claro, una vez vestida, bajo al comedor para desayunar con mis padres.
―Buen día ―digo entrando al comedor.
―Buenos días, hija, ¿Cómo amaneciste? ―pregunta Marcus, mi padre.
―Bien, papi, ¿Y tú? ¿Dónde está Christine? ―cuestino.
―Fiorella, ya te hemos hablado de eso, es "mamá" no Christine ―me reprende.
―Ya te he dicho que cuando ella me trate como una hija, yo la llamaré "mamá" ―me defiendo.
―Dios, con ustedes no se puede, en fin, tu madre está en un desayuno con unos nuevos socios de nuestra empresa ―informa.
―Bueno, ¿Y tú por qué no estás con ella? ¿No se supone que la empresa es de los dos?
―Sí, de hecho ya me tengo que ir, pero me quede para decirte algo ―habla, haciendo que me entre curiosidad.
―¿Qué es? Dime ―cuestiono.
―Más tarde, vienen los nuevos socios, espero que estés bien vestida y te comportes.
―¿Cuándo no me he comportado como es debido frente a sus invitados? ―respondo cansada de lo mismo― ahora si me disculpas volveré a mi habitación.
Me levanto de la silla y empiezo a caminar hacia mi habitación, siempre es lo mismo, "compórtate" "tienes que ser una dama civilizada" Estoy harta ya, siempre sus socios vienen con sus hijos y estos no tardan en intentar ligar pero solo son unos más del montón. Paso el resto de la mañana en mi habitación viendo Netflix y pensando en una que otra estupidez, se hace la 1 pm y entro a ducharme para salir un rato al parque de la esquina. Una vez bañada elijo el atuendo que me pondré, un pantalón deportivo azul oscuro con líneas blancas en los lados, una camiseta del mismo color que me llega hasta la mitad del abdomen, una chaqueta blanca y unos zapatos adidas blancos, una vez vestida, bajo y empiezo a caminar hacia el parque.
Llego al parque multifuncional de Newark y noto a varias personas haciendo ejercicio y a niños jugando con sus padres en el parque infantil ¿Cuándo yo hice eso con mis padres? Siempre eran cenas, reuniones, más cenas y más reuniones, ya estoy harta. Saco mi celular para ver la hora y noto que son las 3:30 pm, me levanto del banco de madera en donde estoy sentada y empiezo a caminar hacia la salida para regresar a mi casa.
Mientras camino, noto algo que me llama la atención «El chico de la cafetería» Y a mi mente viene lo ocurrido con él.
―¿Acabas de tomarme una foto?
―No, yo estaba... tratando de... Alumbrarte, sí, eso.
Noto que también está haciendo ejercicio, está vestido con un pantalón negro con abertura en la rodillas, una camisa blanca y unos zapatos Nike negros, tiene el cabello negro, muy negro «Está buenísimo» Tiene un pequeño termo con agua y lo deja en un banco que tiene cerca, empieza haciendo calentamiento y mientras lo veo se me ocurre una idea, continua haciendo flexiones y esas cosas de chicos, cuando se aleja un poco del banco camino disimuladamente a donde él estaba anteriormente, le quito el termo y me escondo detrás de un árbol par ver su reacción, cuando vuelve y se da cuenta que no está el termo en el lugar que él lo dejó, empieza a discutir con un chico que está cerca, me muevo un poco de atrás del árbol de donde estoy escondida para escuchar mejor, pero piso una pequeña ramita y el chico con el que discute el pelinegro se da cuenta y señala para donde estoy «Rayos» Empiezo a correr hacia la salida, escucho que me grita algo pero no logro entender, cuando veo que nadie me persigue comienzo a caminar para recuperar el aire «Estuvo cerca» Cuando ya estoy en el frente de mi casa, entro para ducharme y estar lista para la reunión con los nuevos socios.
Una vez duchada, busco en mi armario el atuendo que usaré esta noche, elijo un vestido rosado con corte de princesa y unos zapatos blancos. Siento un poco de hambre ya que no almorcé y decido pedir comida a domicilio, llamo al local que se volvió mi favorito ya que venden cosas muy ricas y que hace unos pocos días le colocaron el delivery y pido lo que quiero comer.
Bajo a la cocina en toalla a beber agua y luego subo a vestirme, empiezo a maquillarme y escucho como abren la puerta de la casa «Mis padres, llegaron» Pasan unos nueve minutos y entra Christine sin tocar a mi habitación.
―¿No oyes que llegamos? ¿Por qué no has bajado? ―pregunta molesta sin siquiera saludarme.
―Si, estoy bien, Christine, ¿Y tú? ―contesto con ironía― Me estoy maquillando, cuando termine, bajo.
―Apúrate, tienes que dar una buena impresión a los nuevos socios.
―Como si yo fuera algún objeto que tiene que maravillar a todos ―respondo enojada― Y ya, déjame sola para poder terminar y bajar a la dichosa cena.
Observo como quiere decir algo pero opta por callar y se va dejándome sola, sigo maquillándome y cuando noto que ya estoy lista, empiezo a bajar las escaleras, llego al comedor y miro a un señor como de la edad de mi padre, de tez morena y con algunas canas, está vestido de traje, muy elegante, al lado está un señora con un vestido negro pegado, le queda muy bien y como lo supuse al lado de ellos está un chico, blanco, cabello castaño y está vestido con un pantalón azul y una camisa del mismo color, cuando me ve noto como se remoja los labios, aunque quiere hacerlo disimuladamente «Es guapo» ¿Para qué negarlo? Pero como todos, supongo que piensa con el pene y no con el cerebro.
―Buenas noches ―me hago notar.
―Buenas noches, hija, estás muy hermosa ―me halaga mi padre.
―Buenas noches, tú debes de ser ¿Fiorella? Tu padre nos ha hablado mucho de ti ―comenta el señor.
―Hola, Fiorella, yo soy Lilian, este es mi esposo Mark y este es mi hijo Sebastian ―presenta la señora.
―Mucho gusto de conocerlos ―soy cordial.
―El gusto es de nosotros ―comenta el chico.
Empiezan hablando de temas triviales y de vez en cuando noto como el chico me da miradas «Lo supuse» Christine sirve la comida pero yo no quiero nada de esto.
―Con permiso ―digo mientras me levanto.
Camino directo a la cocina por un vaso de agua y noto como el chico viene detrás de mí «Aquí vamos de nuevo».
―¿Sabes que eres muy linda? ―comenta coqueto.
―Sí, lo sé muy bien, gracias. ―respondo cortante.
―¿Sabes que tenemos que llevarnos bien? Nuestros padres son socios.
―Si, lo sé y no quiero. ―Finalizo saliendo de la cocina.
Mientras voy camino al comedor escucho el timbre de la puerta «Debe de ser la comida que ordené hace una hora» Camino directo a la puerta, vuelve a sonar el timbre y cuando abro la puerta...
―¿Quieres que sonría para la próxima fotografía o me dirás que me estabas alumbrado de nuevo? ―le pregunto al chico de la cafetería.
―¿Tú otra vez? ¿No te bastó con robar mi termo de agua? ―cuestiona.
―Es que tenía sed y decidí quitarle el agua al chico que me tomó fotos sin permiso.
―No fueron "fotos" ―dice mientras hace comillas con los dedos― solo fue una y ya, olvida eso.
―Si, si, en fin, espera busco el dinero para pagarte.
Subo a mi habitación a buscar el dinero en mi cartera y cuando bajo, noto que el chico está concentrado en su celular, saco el mío y le tomo una foto haciendo que se le ilumine la cara con el flash, cuando alza la mirada le doy los billetes que él recibe por inercia.
―Sí, a mi también me pareces guapo y no voy a decir que estaba "alumbrandote" ―le digo, antes de cerrar la puerta en su cara.
Me río con mi propio descaro, observo a ver si mi pedido está correcto y cuando confirmo doy media vuelta para ir a guardar esto a mi habitación pero mi plan queda a medias cuando noto a Sebastian mirándome fijamente.
―¿De verdad te parece guapo el repartir pobretón ese? ―pregunta con superioridad.
―Sí, me parece guapo y deja de seguirme como un puto loco ―respondo enojada.
―Que pésimos gustos tienes.
―En realidad, mis gustos son muy buenos, por eso tú nunca me podrías gustar ―Finalizo pasando por su lado directo hacia mi habitación e ignorando que están los nuevos socios de mis padres.
Estando acostada ya en mi cama, busco mi celular y observo la foto que le tiré al chico «Es guapo y está buenísimo» Me ojos se van cerrando y antes de caer dormida se viene una incógnita a mi cabeza ¿Cómo se llama ese chico?
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Acá el segundo capítulo, espero les guste.
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Lxs quiero.❤