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I NEVER WANTED
TO GO
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La mañana de Navidad, _____________ despertó con la sensación de que algo iba a pasar pronto, pero no tenía idea de qué era ni le interesaba, todo lo que quería era volver a esas navidades que había pasado con Cedric y jurarle que haría todo diferente, que no se separaría de él ni le causaría dolor.
Pero eso no se podía, ella no tenía un Delorean para volver en el tiempo y reparar su error. Lo cual apestaba, además de sentirse fatal, pasarían esa navidad en La Madriguera, lo que significaba que dormiría con Ginny en su cuarto, porque normalmente la señora Weasley no los dejaba viajar tan de madrugada.
—¡____________, baja ya! —gritó Hilda molesta
—¡Ya voy, ya voy! —replicó irritada la pelinegra menor al bajar las escaleras
Ese era el resultado de fugarte de la escuela con media docena de mortífagos esperando verte desprotegida, esa era la consecuencia, tu madre enojada contigo por el resto del siglo; haberse escapado de Hogwarts no enorgullecía a ____________ para nada, había traicionado la confianza de su madre, aunque tampoco lo lamentaba del todo, porque al menos ya había admitido en voz alta que estaba equivocada, la señora Diggory lo sabía y eso para ____________ era mucho más que suficiente. Por el momento.
—¿Cuántas veces tiene uno que hablarte para que hagas lo que se te pide? —espetó Hilda poniendo los brazos en jarras
____________ contuvo las ganas de rodar los ojos, haciendo un esfuerzo sobrehumano para ello. Ésta vez tenía toda la culpa y se merecía los regaños.
—Amor, sólo la llamaste una vez antes de que bajara —intervino Sirius colocándose a lado de Hilda mientras se arreglaba la túnica
—¡Pues no importa! Debería bajar al primer llamado, ¿qué he hecho mal para que te comportes así? —gruñía Hilda caminando a la salida de Grimmauld Place al tiempo que farfullaba contra su hija
—Jamás va a perdonarme —soltó la pelinegra menor con un suspiro
—Sólo está enojada, porque hiciste justo lo que te pidió que no hicieras —dijo Sirius poniendo una mano en su hombro
—Exacto —respondió la pelinegra con obviedad
—Deja que se le pase, después se le olvidará o probablemente me deje contárselo a tus hijos —bromeó Sirius sonriendo
—Si es que tengo... —murmuró la pelinegra mirando al suelo
Esos comentarios siempre la hacían pensar en Cedric y en lo estúpida que había sido, los gritos de Hilda desde la entrada hicieron que Sirius y ____________ echaran a correr hacia la entrada, luego se tomaron de las manos y se aparecieron en La Madriguera, tocaron la puerta y fueron recibidos por Molly Weasley, quien inmediatamente los invitó a pasar, _____________ saludó a todo el mundo para después subir al cuarto de Ginny para hablar todo lo que pudieran mientras era la hora de la cena.
Ya un poco entrada la noche, todos estaban apretujados en la salita de La Madriguera charlando mientras Celestina Warbeck sonaba de fondo con el tema Un caldero lleno de amor caliente y fuerte, Ginny se divertía sabiendo que Fleur no disfrutaba para nada el entusiasmo de la señora Weasley al escuchar a Celestina en la radio.
Todos hablaban y convivían entre si, mientras tanto, _____________ estaba sentada en un silloncito pegado a una ventana a través de la cual podía observar la nieve caer, estaba en un rincón de la estancia, sola, pensando en las mil y un cosas que pudieron haber pasado si... Eso ya no importaba, de todas formas. Pegó sus rodillas al pechó y recargó la barbilla en ellas, sería la peor navidad de todas. O tal vez no.
—¡Brillitos! —exclamaron al unísono los gemelos Weasley
Ella giró la cabeza para verlos, se habían sentado uno a cada lado suyo, en los posabrazos.
—Quita esa cara tan apachurrada, ¡es navidad! —dijo Fred zarandeándola un poco
La pelinegra sonrió levemente y se sentó correctamente con la espalda al respaldo de la butaca.
—¿Qué te pasa? Habla de una vez, brillitos morados —preguntó George abrazando de los hombros a la pelinegra
—Nada, chicos, es...
Comenzó la pelinegra, aunque fue interrumpida por la voz de Celestina, ya que las palabras de la canción que sonaba en ese momento, ella las conocía de alguna parte...
¿Qué has hecho con mi pobre corazón?.
Se fue detrás de tu hechizo...
y ahora lo has destrozado,
¡Devuélveme mi corazón!
Y entonces lo supo. Esa era la única canción de Celestina Warbeck que le gustaba, gusto que compartía con Cedric, recordaba perfectamente esa conversación con el ojigris hacía ya algunos años, en aquella fiesta de Navidad, bajo la luz de las farolas y entre tantas personas, aquella noche en la que dio su primer beso.
Aquella noche en que besó por primera vez al amor de su vida... ____________ aún podía sentir las manos del ojigris posadas gentilmente sobre sus mejillas, el suave roce de sus labios contra los de él, las snitchs en su estómago, la vida misma irradiando de ella... Sonrió de la nada mientras miraba al suelo.
—¿A caso tiene que ver con el niño bonito? —inquirió Fred alzando una ceja
La pelinegra no respondió, estaba demasiado ocupada recordando lo hermosa que había sido su vida mientras Cedric estaba en ella, incluso las peleas habían sido buenas, vaya que eran como una bomba y dejaban a sus conocidos y amigos sin saber a quién apoyar o qué hacer, era divertido ver cómo incluso eso se extrañaba...
—Tiene todo que ver con Cedric... —admitió la pelinegra medio ida
George suspiró— Brillitos, sólo tienes que ir y decírselo, ya te lo habíamos dicho...
—No puedes guardarte todo y sentarte a escribir cartas de amor que nunca enviarás —siguió Fred abrazándola también
Ella frunció el ceño un poco alarmada— ¿Cómo lo...?
—Es sólo un ejemplo, brillitos, piensa en otra cosa y la frase se arruina completamente —bromeó Fred a lo que los tres rieron— el punto es...
—Tienes que decir lo que sientes, cuando lo sientes —culminó George sonriendo para animar a la pelinegra
—No es tan fácil, chicos...
—Es sencillo, sólo que te encanta el drama y te gusta complicar las cosas, porque eres muy necia —soltó Fred dándole un zape
—¡Oye! —replicó la pelinegra fingiendo molestia
—O puedes escribir una carta de amor, pero por favor envíala, no quiero que tus cursilerías anden rodando por las casa —sugirió George y de nuevo todos rieron
—Todo estará bien, brillitos —dijeron los gemelos al unísono
—Gracias, réplicas —dijo la pelinegra abrazando también a los gemelos
Luego, todos se dispusieron a cenar, la comida había sido deliciosa, la voz de Celestina en el fondo estaba rerumbando los tímpanos de la pelinegra, recordándole que Cedric aún era su otra mitad, que ella y él eran uno. Que no importaba nada, ella nunca había querido irse, solamente había sido demasiado terca, demasiado estúpida y estaba demasiado enamorada para ver la realidad. Sonrió a la nada cuando nadie la veía, ya sabía lo que tenía que hacer.
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La pelinegra tocó a la puerta de los Diggory sin la esperanza de que Cedric se encontrara en casa, era demasiado temprano como para viajar, pero ella debía irse antes de las once a la casa en Finchley, ya que esa era la que estaba protegida con el encantamiento Fidelio y el guardián de los secretos era Hilda. Además de que en esta ocasión el Ministerio había acordado con Hogwarts que lo mejor era conectar la red flu con las casas de los alumnos, por seguridad.
Habían pasado muchas cosas desde que ____________ se había ido a Hogwarts a cursar su sexto año, por ejemplo, Hilda y Sirius se irían a esconder a Australia después de las festividades de navidad, ya que corrían peligro en Londres, Cian ya había intentado atacar Grimmauld Place, sin embargo, no esperaba que La Orden del Fénix estuviera esperando precisamente eso, así que debían esconder a Sirius e Hilda.
Ellos se habían ido hacía un par de días, dejando a la pelinegra al cuidado de La Orden y los Weasley, por lo que ella había vuelto a Finchley y se quedaría ahí con Delly hasta que las cosas pasaran; ese día regresaría a Hogwarts, por medio de la red flu de la casa en Finchley, quizás no era lo más inteligente, ya que Cian sabía de esa casa, pero eran instrucciones de Dumbledore, pero la red solo estaría abierta hasta las once en punto, y ella necesitaba hacer algo primero. La puerta se abrió dejando ver a la señora Diggory.
—¡Querida, que sorpresa! Cedric no ha llegado, pero no debe tardar... —indicó la señora Diggory nerviosa
—Descuide, no esperaba encontrarlo, señora Diggory, sólo, eh... Vine a dejarle ésto —explicó la pelinegra un tanto nerviosa, extendiendo una carta hacia la señora Diggory— es para él, esta vez quise entregarla, y venía a decirle que estoy escondida con mi mejor amiga, mamá y Sirius se fueron del país, ya sabe, seguridad y eso, así que...
Dijo la pelinegra metiendo las manos en los bolsillos después de que la señora Diggory hubo agarrado la carta, la madre de Cedric la miraba con una mezcla de alegría y preocupación al mismo tiempo, le puso una mano en el hombro a modo de apoyo, luego habló con voz suave.
—¿Estás bien, linda? —inquirió la señora Diggory mirándola
—Dentro de lo que cabe, señora Diggory... —respondió la pelinegra haciendo una mueca, luego sonrió apretando los labios— Debo irme, pero si necesita cualquier cosa, no dude en ir a mi casa, en Finchley, ahí pueden esconderse o tomar lo que necesiten, Cedric sabe dónde es.
Ofreció la pelinegra ladeando la cabeza. Y ahora que lo pensaba, quizás el encantamiento Fidelio no había sido la cosa más inteligente, pero así lo había pedido Dumbledore a La Orden del Fénix, y por experiencia, _____________ había aprendido a no protestar contra eso.
—Gracias, querida... —dijo la señora Diggory y la atrajo hacia ella para abrazarla— Cuídate mucho, si tú necesitas algo, iremos corriendo a ayudarte.
—Se lo agradezco mucho, debo irme o Delly se pondrá paranoica —dijo la pelinegra al separarse
—Anda, ten un buen trimestre —se despidió la señora Diggory sonriendo
La peliengra se despidió con la mano, cuidando de que nadie la viera e importándole muy poco si el ministerio la amonestaba por aparecerse sin el carné, se sumió en aquella asfixiante oscuridad y apareció a unas viviendas más lejos de su antigua casa, caminó y entró en la casa oculta por el encantamiento Fidelio, donde Delly ya la esperaba frente a la chimenea para ir a Hogwarts acompañadas de Ernie.
Ya que el rubio era el más cercano a ellas, dada la bendita geografía, estuvieron un largo rato más haciendo preparativos para el colegio y dejando la casa en orden. Finalmente los tres se metieron en la chimenea –aunque ___________ tenía la sensación de que la llamaban–, tiraron los polvos flu y dijeron bien fuerte: ¡A Hogwarts! Luego, el remolino de colores los succionó y aparecieron en Hogwarts.
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—¡Somos los campeones, baby! —gritaban todos emocionados mientras entraban a los vestidores
—¡Excelente atrapada, Diggory!
—¡Buena finta, Diggory!
Exclamaba las voces de sus compañeros felicitándolo por la más reciente victoria de las Avispas de Wimbourne, el ojigris respondía con un “gracias” o una sonrisa amable, las cosas habían cambiado trescientos sesenta grados desde que había empezado a leer las cartas de ____________ –más las que le seguían llegando–, ahora se lo veía más animado, como si hubiera regresado de un viaje muy largo.
También había puesto algo de distancia con Elizabeth, se habían evitado desde que el ojigris habló con ella para decirle que lo que había hecho al mentirle sobre la visita de la pelinegra el día de su accidente, estaba mal, y aunque Cedric se sintió mal al inicio, se reconcilió con ese sentimiento después, ahora sí que comprendía lo que posiblemente había sentido _____________ cuando Iegnus Boot y Arvin Kenner se le habían declarado hacía unos años.
—Mañana nos vamos a casa, hermano, por fin, me urge ver a Maxine —decía Yancy emocionadísimo
Cedric rió de la emoción de su amigo, Yancy ya llevaba un buen rato extrañando a Maxine, estaba feliz por su amigo.
—Cedric... —dijo una voz detrás del ojigris
El muchacho se volvió encontrándose con la persona que lo llamaba, era Elizabeth, Cedric pasó saliva discretamente, la verdad era que no quería tener que escuchar reclamos de la rubia no tener que repetir lo que había dejado en claro, pero tampoco quería ser por siempre una persona merecedora de odio, era tiempo de hablar.
—Nos vemos en el hostal —dijo Yancy dejando al ojigris a solas con la rubia
—Escucha, Elizabeth... —comenzó el ojigris sabiendo que era momento de darle fin a las ilusiones de su compañera— No pretendía lastimarte el día que hablamos, pero te juro que todo lo que dije es verdad, y nosotros somos buenos amigos, colegas de Quidditch, tampoco quisiera estar en malos términos contigo, pero estoy enamorado de _____________.
—Lo sé... De alguna forma siempre lo supe, pero no quería aceptarlo porque... Eres tan lindo y un excelente ser humano. —dijo Elizabeth cabizbaja— supongo que parte de mi esperaba que con el tiempo, llegaras a hablar de mi de la forma en que hablas de ella, que me quisieras de la forma en que la amas a ella, pero... Sé que no puedes, y quería disculparme por haber sido una tonta la última vez que hablamos...
—No tienes porqué... —respondió Cedric apretando los labios
—Claro que sí. —le cortó Elizabeth— Fui una idiota completa, una celosa, superficial y petulante, y lo siento mucho, yo tampoco quisiera perder a un amigo como tú, entiendo que quieras a esa chica. Y no te odio, lo dije... Porque quizás por un segundo lo hice, pero no era verdad, en serio lo siento...
Cedric sintió alivio, nadie lo odiaba y todo estaba bien por todas partes, ahora sí que volvía a sentir que las piezas poco a poco regresaban a su lugar; asintió cuando Elizabeth hubo terminado de hablar, quizás con algo de espacio podrían llegar a tener una amistad como la de Arvin y ____________, ahora que Cedric lo pensaba.
—¿Amigos? —inquirió Elizabeth sonriendo un poco
—Amigos —aseguró Cedric sonriendo aliviado
—Voy a ir con los chicos por unos tragos, ¿vienes? —dijo Elizabeth cambiando de tema
Cedric negó con la cabeza— No, quiero dormir para tener fuerzas mañana, pero gracias.
—Vale, hasta mañana.
—Adiós.
Se despidió el ojigris sonriendo, luego terminó de guardar sus cosas para dirigirse al hostal donde se hospedaba todo el equipo, la navidad y año nuevo habían pasado, era la primera vez que Cedric pasaba las festividades lejos de Hogwarts o de su casa, por lo que se sentía un poco nostálgico y a la vez contrariado.
Al llegar al lugar de su hospedaje, se sorprendió al ver a Yancy en el dormitorio que compartían ya que por lo general, Yancy lo arrastraba a conocer la ciudad a la que fueran de visitantes en cada partido, pero no esa vez, en esa ocasión el ojiazul estaba leyendo una carta y fruncía el ceño.
Por lo que Cedric agradeció mentalmente, sólo quería revisar si había alguna carta para él, leerla y tumbarse en la cama, entre más rápido llegara el día siguiente, mejor, ya quería regresar a casa para ver a su madre, quien seguramente estaría hecha un manojo de nervios.
—¿Brooks juega Quidditch? —inquirió Yancy de la nada, confundido
Cedric quiso reírse, la pelinegra había mencionado en la última carta –que no había enviado ella, sino su mejor amiga Delamine–, que no la habían aceptado en el equipo de Hufflepuff. Ahora Cedric comprendía que lo que estaba leyendo su amigo, no era una carta suya, sino la que él mismo había dejado sin guardar sobre su cama esa mañana.
—Al parecer fui una mala influencia para ella, resulta que estuvo entrenando con los gemelos Weasley mientras me evitaba cuando peleábamos el año pasado —explicó Cedric sonriendo, amaba saber que él tenía que ver en las cosas que hacía la pelinegra
—Joder, ¿no que le tenía miedo a caerse de la escoba? —dijo Yancy sorprendido
Cedric sonrió más— No más.
Dijo con simpleza y se acostó en la cama para seguir hablando de su... En realidad no eran novios, y Cedric odiaba llamarla ex novia desde que había leído las cartas de la pelinegra, por lo que no sabía cómo llamarla, jamás pensó que volvería a llamarla por su nombre, eso sólo lo hacía en discusiones o cuando ella estaba de terca, pero no la llamaba por su nombre de pila con normalidad, eso era algo extraño.
—Ella es la clase de persona que hace cosas imprudentes a veces... —comenzó el ojigris sonriendo— Es... Como el fuego, atractivo, cálido, impredecible, imparable... Invencible, es radiante.
—Ja, ahora entiendo porqué es tu alma gemela, alguien que escribe o habla igual de cursi que tú, debe ser tu alma gemela —concluyó Yancy socarronamente
Ambos rieron y se la pasaron hablando de ____________, hasta que se quedaron dormidos, esa noche, Cedric soñó que un par de niños pelinegros idénticos brincaban en su cama para despertarlo, y a su lado, estaba una hermosa cara que conocía a la perfección, los niños gritaban que era de día y llamaban a la pelinegra mamá, lo cual hacía que a Cedric le diera un vuelco en el corazón, amaba esos sueños... Estaba tan ensimismado en su sueño, que el sonido del reloj despertador lo hizo sobresaltarse, era hora de levantarse y terminar de empacar.
Después de un ajetreado viaje en traslador, Cedric llegó a su casa con las tripas rugiendo, los pies adoloridos y ansioso por ver a su familia, se apareció en la puerta de su casa arrastrando su baúl junto con su escoba, abrió la puerta y primero dejó la escoba junto al recibidor, después metió el baúl con muy poca dificultad, en eso, oyó los pasos apresurados, seguramente de su madre, bajando las escaleras. Lo siguiente que Cedric sintió fueron los brazos de su madre estrujarlo.
—Mamá, mamá, ya vine, estoy bien —dijo con dificultad el ojigris ya que su madre le estaba sacando el aire
—Ay, hijo, ¡qué alegría verte en casa, hijo! —chilló su madre alcanzando sus mejillas
Cedric sonrió— Estoy bien, mamá.
—Acabas de llegar, lo sé, pero toma —añadió la señora Diggory sacando un sobre del bolsillo de su mandil, se lo puso en las manos al ojigris— es de ___________...
Ante esas palabras, Cedric rápidamente quitó la vista del sobre con su nombre escrito para mirar a su madre, quien tenía una enorme sonrisa en el rostro.
—Creo que aún la alcanzas, ella dijo algo de su casa en Finchley, creo que esta vez no abordarán el Expreso de Hogwarts —explicó rápidamente la señora Diggory sonriendo
Cedric, atónito, pero sabiendo exactamente lo que tenía que hacer, salió corriendo de su casa, sin siquiera abrir la carta, solamente la aseguró en el bolsillo de sus jeans y se apareció inmediatamente a unas calles de la antigua casa de la pelinegra, debían hablar, y entre más rápido, mejor.
Corrió tan rápido como pudo, entonces llegó a la dirección de la pelinegra, la casa ahora era invisible para cualquiera que no supiera lo que buscaba, o más bien se veía una casa en ruinas. Cedric atravesó el jardín de la casita hecho una bala, alcanzó a ver la cabellera negro azabache de quién buscaba, tenía que llamarla.
—¡____________! —exclamó Cedric desde el porche miando por la ventana
Sin embargo, la peliengra se distrajo diciéndole algo a Ernie Macmillan, Cedric corrió a la puerta, sacó su varita –la cual siempre llevaba consigo– y con un potente alohomora, el problema es que la puerta no abrió, son embargo, Cedric no se rindió, forzó la puerta un par de veces hasta vio una maceta color rojo, recordó que la pelinegra guardaba ahí la llave de repuesto, la sacó a toda prisa de su escondite, y por fin, abrió la puerta.
El ojigris entró corriendo a la sala esperando que no fuera muy tarde... Pero para cuando Cedric estuvo parado frente a la chimenea de la sala vacía, el ojigris entendió que ella se había ido mediante polvos flu, de modo que no había de que lograra alcanzarla. Suspiró frustrado, se dejó caer en un silloncito que estaba cerca, debió pensar más rápido...
Con el corazón latiéndole con fuerza y los pies gritándole que tomara un respiro, sacó la carta que su madre le había entregado minutos atrás, la abrió con mucho cuidado, tenía miedo y al mismo tiempo, sentía la familiar sensación eufórica invadir su pecho, las mariposas en su estómago, la calidez de la pelinegra junto a él... Sentía que tenía una parte de ____________ consigo, eso era lo que lo había mantenido vivo todo ese tiempo, por fin se dispuso a leer la carta:
“Querido C̶e̶d̶r̶i̶c̶ amor de mi vida:
Ya sé, que ésta es una manera demasiado cursi y dramática para empezar una carta, incluso para mí...”
Ante eso, Cedric soltó una risa, era muy cierto que ____________ nunca le había dicho de esa forma porque, como ella había dicho tantas veces, era demasiado cursi para ella.
“Sé que probablemente has seguido con tu vida, y por lo que sé lo estás haciendo genial, Delly mencionó que Yancy y tu entraron a la Avispas de Wimbourne, no tienes idea de lo feliz que me siento por ti, estoy orgullosa de ver que sigues adelante... Pero la verdad es que yo no he podido, no he podido por una simple razón, tú...”
Aquello, Cedric ya lo sabía, pero por la forma en que ____________ hablaba a través de la carta, parecía que ella no sabía que las cartas de las cuales la pelinegra se deshacía, Delly se las enviaba a él, donde pertenecían, así como ___________ pertenecía con él y Cedric con ella. Siguió leyendo, porque amaba cada palabra que proviniera de la pelinegra.
“Una vez me dijiste que era callada, reservada, temperamental, pero que también era maravillosa y que no debía ocultarme, nunca supe del todo si te referías a mi personalidad o que te gustaría que me expresara un poco más, bueno... Lamento no haber dicho esto cuando podía decírtelo de frente, pero no lo tomes personal, por favor, tanta cursilería me suele incomodar, pero eso lo sabías ya.
Cuando me quedaba callada, no era intencional, pero es... ¿Cómo expresar algo que yo no sé explicar? La verdad hablar de sentimientos a mi no se me da, generalmente me es más fácil escribirlo que decirlo, pero... Lo voy a intentar.
Te amo, tanto... Tanto que me siento tonta, tan tonta que me duele mucho ahora que no estás, juro que no miento, te amo tanto, tanto, tanto que para que imagines cuánto, cuenta todas las estrellas del cielo, luego súmale todos mis lunares, y, cuando creas que ya se acerca... Suma una estrella más...”
Cedric sintió la euforia esparcirse a cada partícula de su cuerpo, aquellas palabras provocaban que su corazón latiera desenfrenadamente, era casi como tener a la pelinegra frente a él.
“Dudo demasiado que esto que siento por ti se pueda cuantificar, pero no encuentro otra forma de decirlo, sólo así. Te amo tanto que no sé explicarlo, tanto que hasta yo me espanto sólo de pensar cuánto te amo, jamás lo dije en voz alta hasta el día en el cementerio, fue cuando estábamos al borde de la muerte que tuve que decirlo, pero creo que no me escuchaste, e igual eso no importa ahora.
En serio lamento cada segundo que pasa el no habértelo dicho cuando estabas a mi lado, ahora dudo mucho que sirva de algo, pero creí que debía hacértelo saber, repetiré esto hasta que me sangre el corazón porque es la verdad, te amo, te amo, te amo tanto que me duele a cada segundo haberte hecho pensar lo contrario; te alejé de mí porque creí que esa sería la mejor forma de mantenerte a salvo de mis pobrelamas familiares...
Ahora veo que no es así, y es que... Nunca quise irme realmente –si alguna vez podemos volver a vernos, prometo contarte todo–, pero nunca quise irme, te juro que ahora que he pasado las noches sola en mi habitación, a salvo del espejo que refleja la otra mitad de mi, del mar y las galaxias reflejadas en tus ojos, de todos los colores y la vida... Pude darme cuenta de que no quería irme, realmente no. Pero tampoco quería que te sintieras de la misma forma que yo.
No quería, ni quiero, que tengas el corazón en la garganta pensando que en cualquier momento esos maniáticos psicópatas te arrebaten lo que más amas, es un sentimiento horrible que me ha acompañado desde que Iegnus se fue, y no quería que tú sintieras lo mismo. También me di cuenta de que eso es inevitable en estos tiempos tan oscuros, y también sé sólo estoy viva cuando estás conmigo, de otra forma, es como estar muerta en vida.
La oscuridad dentro de mi sólo se rompe contigo a mi lado y quisiera volver, porque sólo quiero volver a sentirme viva otra vez, quiero sentir las mariposas en el estómago y tu mano enlazada con la mía... Te extraño, te deseo aquí conmigo, quiero respirar y volver a ser libre, contigo. Nunca quise irme, espero puedas entenderme, como siempre lo haces.
Cada vez que intentaba olvidarte, sonaba nuestra canción en la radio o en mi viejo cassette, y eso es lo que no me dejaba olvidar que eres la otra mitad de mi. Que eres una parte de mi corazón que siempre voy a amar. Si, para siempre es mucho tiempo, pero no me importaría pasarlo contigo. Y me siento tonta diciendo todo esto, pero en serio te amo tanto que me duele cada segundo ahora que no estás...
Las estrellas que veo cada noche son un recordatorio al rojo vivo de que te amo tanto... Tanto... Te amo, ya, lo dije. Lo dije. Y espero que signifique algo para ti, aunque sea parte de tu pasado, pero espero que lo recuerdes, porque mereces escuchar esas ocho letras miles de veces, cada hora, cada minuto, cada segundo... Te amo, tanto, tanto.
PD. ¿Recuerdas la canción que bailamos en tu graduación? Bueno... Es otro indicio de qué tan mal me tienes, Diggory.
____________.”
Los ojos del castaño iban de renglón en renglón a la velocidad de un rayo, no era mentira, ella lo amaba, lo amaba... ¡En serio lo amaba...! Cedric quiso gritar, brincar y correr hacia Hogwarts hasta que sus pies le dolieran, pero debía mantener la cabeza fría, primero que nada, debía volver a casa para informarle a su madre, luego debía ir a casa de Harvey para averiguar cuándo sería la próxima salida de los alumnos de Hogwarts a Hogsmeade, después... Después vería qué hacer.
Salió de la casa de la pelinegra asegurándose de cerrar bien la puerta, y además puso un par de encantamientos extras alrededor de la casa, cuidando que nadie lo viera, sólo por si a caso. Mientras caminaba de regreso a un lugar dónde poder aparecerse, pensaba en qué hacer, ¿debería ir inmediatamente a Hogwarts? ¿Debería responderle a la pelinegra o sería mejor sorprenderla en Hogsmeade? ¿Aguantarían ambos más tiempo pensando cosas equivocadas del otro?
No lo sabía, pero quizás sería mejor sorprenderla, lo acordaría con sus amigos, primero quería comer algo, su estómago iba a matarlo de tantas emociones acumuladas, aunque sobre todo, estaba eufórico, ¡ella no había dejado de amarlo! Eso era mucho mejor que nada, Cedric estaba tan feliz que no podía evitar sonreír, ella lo había dejado de amarlo... Se iba a aferrar a esa idea hasta que se volvieran a ver. Claro que lo haría. Y no dejaría de amarla, ni hoy, ni mañana, ni en un millón de años. Porque ella nunca quiso irse, solamente había entendido las cosas de forma equivocada.
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HELLO THERE!! Sip, no va a ser hoy ni el próximo capítulo que rayis y Cedric hablen, pero es para mantener el drama y la exageración al límite, porque así decidí escribirlo, ¿me pasé? Si, me pasé bastante y pido perdón por hacerme del rogar. Pero si no les parece, pueden dejar de leer.
OJO que digo todo esto, porque aunque me importa una mierda que me mienten la madre en los comentarios, no es bonito que lo digan sólo porque si, ¿vale? Ésta es la trama de la historia y listo, A MÍ TAMPOCO ME GUSTA VER A MIS NIÑOS SEPARADOS, PERO ME ENCANTA EL DRAMA Y POR ESO LO ESCRIBÍ ASÍ. PUNTO FINAL.
Y bueno, perdón si sueno enojada, la verdad es que si estoy bastante molesta, y quisiera que me entendieran y respetaran mis decisiones como escritora. Dejando eso de lado... Díganme en los comentarios ¿qué creen que pasará en el siguiente capítulo? Leo sus comentarios y mentadas de madre, porque sé que las habrá 🤷🏻♀️
Espero que les haya gustado (dentro de lo que cabe), que lo hayan disfrutado, voten y comenten si quieren más, no olviden que las amo y Cedric también, soy su fan, bye 💜💜✨✨
P. D. Maratón 8/?
--------- Travesura realizada ---------
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