Maid

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Conseguir una sirvienta podría ser sencillo para algunos, difíciles para otros. Pero usualmente son las perso... עוד

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Epílogo

Capítulo 8

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Camila estaba mirándola con la boca abierta mientras ella había respondido en español, y tenía tantas ganas de reírse que cuando la vio le sonrió burlonamente.

¿Qué plan, Mija?, ¿estás bien?—Preguntó la mujer del otro lado del teléfono confundida pero no estaba más confundida que la castaña.

Nada má, todo bien, ¿a qué debo tu llamada?—Cuestionó aún sin dejar de mirar a la mujer a su lado, la cual la veía entre sorprendida y maravillada.

—¡Ah mija!, ¡¿Que no puedo llamar cuando se me pegue la regalada gana?!—Lauren soltó una risa ante el tono indignado de su madre.

Claro que puedes pero jamás llamas, por eso mi duda—Explicó calmadamente mientras le hacía caras a la castaña.

Le cual le fue recompensado con chispas de agua que fueron lanzadas por Camila, causándole una profunda carcajada mientras llevaba su mano al micrófono para taparlo y que no se escuchara, pero falló miserablemente porque su madre se había dado cuenta que había alguien con ella.

—¿Estás con alguien, mocosa?—Había preguntado divertida porque no solía escuchar las risas de su hija desde hacía ya mucho tiempo.

Sí mamá—Respondió sinceramente mientras se llevaba las manos a la cara y tratar de secarse—Me voy a vengar—Susurró mirando divertida a la castaña, la cual rodó los ojos y movió los labios arremedando sin hablar lo que ella había dicho mientras movía las manos exageradamente.

¡Ohhh, por eso te referías a qué arruine tu plan!—Exclamó la madre de la ojiverde soltando un "ohhh" alargado.

Sí y no—Respondió picando las costillas desnudas de la castaña, causando que está soltará una carcajada—A lo que me refería era que con la mujer que la que estoy...—Rodó los ojos cuando su mamá soltó una pequeña risa pícara—No sabía que hablaba español, y cuando me llamaste tuve que contestar en español, arruinaste el plan de molestarla porque disfrutaba que me insultara creyendo que no lo entendía—Explicó sonriendo viendo como la cara de Camila se deformaba a una indignada mientras tomaba sus dedos para parar las cosquillas.

—Eres malvada—Susurró con falsa molestia mientras apretaba juguetonamente los dedos de la mujer.

Ohhh cariño, te pediría perdón pero me da igual—Lauren soltó un sólido de falsa indignación causando la risa de su madre—Pero me hubieras dicho que estabas ocupada.

Bueno, anciana, ahora te lo digo—Bromeó escuchando el refunfuño de su madre ante la palabra anciana, sin embargo, fue golpeada en el hombro ante su palabra—Ouch, Camz—Se quejó en voz baja pero al parecer su madre escuchó el golpe y el quejido que soltó una carcajada.

Solo para decirte que tú hermana está embarazada, y serás tía, te dejo, cuídate y cuida a la muchacha de risa encantadora "Camz"—Y colgó dejando a dos mujeres totalmente sorprendidas.

—Ya decía yo que me llamaba por algo—Murmuro ligeramente impactada mientras se estiraba a dejar el teléfono.

—Estoy... Sorprendida totalmente—Balbuceó la castaña atrayendo la mirada de la ojiverde.

—Yo no tanto—Se encogió de hombros—El hombre con el que está parece jamás soltarla, incluso me sorprendió que no saliera embarazada antes de casarse—Bromeó risueña.

—¡Yo estoy sorprendida por ti!—Bramó volviendo a golpear su brazo.

—¡Ouch, deja de golpearme!—Se quejó soltando una risa al final sabiendo a qué se refería la castaña.

—¡Me mentiste, hablas español!—Chilló volviendo a golpearla en el hombro sin importarle que el agua se desbordara levemente de las orillas.

—Obvio, sino sería una mala descencia cubana—Se burló haciéndose ligeramente para la orilla al ver cómo la castaña se avalanzaba sobre ella para golpearla.

—¡Eres cubana!—Sin importarle haber quedado sobre su regazo, empezó a sangolotearla de los hombros.

A Lauren ni le importaba que estaba siendo sangoloteada, ¡Camila estaba sobre su regazo estando ella desnuda y la morena únicamente en ropa interior!

—No nací en Cuba pero mi familia es cubana—Habló con la voz entre cortada al ser movida tan bruscamente.

—¡Y yo hablando español como estúpida!—Exclamó dejando de sangolotearla para recargar vergonzosamente su frente en su hombro, aún sin percatarse en donde estaba sentada.

La ojiverde soltó una risa profunda llevando su mano al cabello de la castala en un intento de calmarla, pero apenas posó su mano sobre la melena, Camila se separó y la miró desafiante.

—Antes de que me insultes o golpees de nuevo, eres tremendamente sexy cuando hablas español—Admitió la ojiverde posando sus manos por los muslos de la castaña.

—Oh jodete—Rodó los ojos pero al sentir el tacto de la mayor se dio cuenta en donde estaba.

—Al final si te sentaste en mi regazo—Bromeó la ojiverde sujetando fuertemente su trasero para pegarla más a ella.

El gemido fue totalmente inconsciente debido a que sintió como el pene erecto de la mujer se resbaló por su entrepierna cuando ella fue jalada más de cerca a la ojiverde. Ambas se paralizaron ante el gemido de la castaña, sin embargo, Lauren por nada del mundo quitó sus manos del voluptuoso trasero de la castaña, mientras está enrojecía totalmente ante la reacción de su cuerpo con un solo roce en su entrepierna.

—Su-el-ta-me—Gruñó la castaña enterrando sus uñas en los hombros húmedos de la mayor.

—Uhmm... Déjame lo pienso—Fingió pensar unos momentos con burla—Nah, no me da la gana.

—Lauren...

Una mano de la mayor la soltó pero su otra mano rodeó su cadera impidiéndole moverse mientras se estiraba por más jamoncillo, felizmente tomo uno y lo llevo calmadamente a los labios fruncidos de la castaña.

—Abre los labios y acepta lo que te estoy dando—Movió el jamoncillo arriba y abajo entre sus labios para dejar un poco del sabor delicioso de aquel manjar.

La morena movió la cabeza hacia atrás negando con la cabeza.

—No quiero.

—Pues será mejor que quieras, sino jamás voy a soltarte—Se encogió de hombros llevando el jamoncillo a sus propios labios y morder levemente.

—¿Si como me sueltas?—La miró desafiante con los nervios de punta al sentir el bulto en su trasero y entrepierna.

—Tendras que comer varios, y sí—Asintió recargándose sobre la bañera cómodamente antes de morder el jamoncillo.

—Bien—Suspiró acercándose a la mujer nuevamente y abrió la boca levemente.

Lauren sonrió y negó.

—Tendras que tomarlo de mis labios, perdiste la oportunidad—Se burló sosteniendo el jamoncillo entre sus dientes.

—Oh, por supuesto que...—Sintió la descarada mano de la mujer viajar nuevamente a su trasero masajeando con lentitud, por el agua y por gusto, una mejilla de su glúteo—Mierda, bien.

Se inclinó rozando levemente los pechos de la ojiverde, sentía su cuerpo arder incluso más que al inicio del toqueteo. Ahora mismo odiaba, agradecía una parte oscura de ella, haber cortado en pequeños trozos cuadrados el jamoncillo, puesto que tendría que rozar los labios rojizos de la mujer.

Con valentía separó los labios, y sin mirarla, concentrándose únicamente en el jamoncillo, mordió el extremo sintiendo como sus labios rozaban los de la ojiverde cada vez que mordía más el pequeño trozo de dulce, había movido sus manos a los brazos de la mayor agarrándose de sus antebrazos para no resbalar y terminó de morder el pedazo de dulce y se separó sintiendo su corazón totalmente alocado mientras masticaba con lentitud, su piel, a pesar del tremendo calor, se erizó más. Lauren la veía fijamente con las pupilas dilatadas y sus ojos nublados por lujuria que la hizo estremecer.

Lauren estiró nuevamente su brazo para tomar otro pedazo de dulce y lo coloco en sus labios, Camila instintivamente se acercó a ella para morder, sin embargo, besó los labios de la ojiverde cuando la mujer mordió la mitad del dulce cuando la castaña posó sus dientes sobre el otro extremo del jamoncillo.

—Lauren...—Murmuró cuando se separó casi inmediatamente de ella con el pequeño pedacito de dulce que tomo.

La mujer sonrió encantadora mientras disfrutaba masticar el dulce en su boca, su mano izquierda que paseaba sin pudor por el trasero de la castaña, apretó ligeramente obligándola a acercarse más a ella, la castala ligeramente perdida en todo, se acercó sintiendo rozar el miembro de la mujer sus labios inferiores, cubiertos por la tela pero más sensibles debido a la humedad ocasionada por el agua, en un moviendo dolorosamente inquietante y excitante.

—Shh, calla, Camz.

Su voz extremadamente baja, ronca y femenina la hizo sujetarse más fuerte de la pelinegra en un intento de seguir manteniéndose cuerda, sin embargo, la mujer volvió a estirar su mano derecha para tomar otro pedazo de dulce volviéndolo a acomodar entre sus labios para que está vez la castaña lo comiera. Camila se acercó levemente, debido a que solo estaban separadas por unos ridículos centímetros, con una hambre desconocida mordió el jamoncillo lo más cerca que estuvo del agarre de la ojiverde mientras sus dedos acariciaban debajo del agua la suave piel de la mujer, dejando ella encantada a Lauren ante su sensualidad.

Así pasaron los minutos, ambas jugueteaban descaradamente con el cuerpo de la otra mientras se alimentaban del dulce que sostenía la ojiverde entre los labios, los cuerpos ardían bajo el agua ligeramente tibia, el movimiento de caderas que hacía la morena era inconsciente, la absurda tela que las separaba ni siquiera era totalmente una barda, puesto a que la tela se había pegado al cuerpo de la castaña debido a su propia humedad y el agua. El sostén había sido quitado por la mano derecha de la mayor haciendo que sus pezones se rozaran cada vez que quisieran comer.

El cuerpo de la otra era un espectáculo hinoptizante para la otra, Lauren tenía el cabello recogido con mechones libres levemente húmedo, pequeñas gotas de agua escurrían por su cuello debido al vapor y el calor, el agua la cubría un poco abajo de los hombros dejando la mitad de su pecho descubierto, sus mejillas sonrojadas y la cara húmeda, labios rojos e hinchados con manchas de dulce, sus ojos dilatados en pasión y erotismo, su respiración calmada y suave, un total show para los ojos de la castaña.

Camila tenía el pelo en una coleta baja, las puntas mojadas por el agua y lo demás húmedo por el vapor, el agua le tapaba apenas los bordes de los senos mientras de su cuello escurrían gotas de agua y sudor hasta los hombros, su piel sonrojada y con los poros ligeramente abiertos, sus ojos marrones tenían un brillo único, sus labios levemente hinchados y rojos debido a la cantidad de veces que habían sido rozados y mordidos por ella misma.

—Lauren—Suspiró su nombre viendo como la mujer soltaba su trasero alejando las manos de ella con lentitud.

—Se acabaron los dulces—Comentó en voz baja recargando las manos en el suelo de la bañera.

La morena frunció levemente el ceño y volteó a ver la bandeja únicamente con pedacitos de nuez picada. Asintió y volvió a dirigir su mirada a la ojiverde quien había cerrado los ojos recargando la cabeza hacia atrás en la orilla de la bañera, esperando únicamente que la castaña se levantara.

—Tienes razón—En voz baja y ronquecina.

Lauren esperó que morena se quitara de ella cómo había dicho que quería en un principio, sin embargo, eso no pasó.

Camila se acercó más a ella y posó sus labios en el cuello de la mayor, besando la extensión con lentitud y suavidad mientras sus manos había subido lentamente recorriendo las curvas del torso de la mujer hasta llegar a los bordes de los senos y acariciar con sus dedos la curva, Lauren no abrió los ojos, e incluso los apretó más, sentía su dolorosa erección palpitar con cada beso, con cada caricia, y con cada movimiento.

—Camz—Jadeó su nombre moviendo la cabeza para dejarle más libre el espacio de su cuello—¿No ib-ibas a...?, Ah—Gimió en voz baja cuando la castaña movió las caderas haciendo que su miembro se sacudiera.

—Cállate y disfruta—Silenció subiendo a su cabeza, acercándose más a la ojiverde para empezar a besar y lamer con lentitud la extensión de la mandíbula mientras movía las caderas.

—¿Es-estas segura de esto?—Preguntó en voz baja para después apretar la mandíbula al sentir como la carne de su mandíbula era succionada por la ardiente boca de Camila.

—Agarra mi trasero, y mueveme como te guste—Ordenó momentos después soltando la carne de la mandíbula viendo una hermosa marca rojiza.

Lauren tomo con ambas manos su trasero mientras reincorporada ligeramente su cabeza para poder ver bien al abrir sus ojos, pero cuando los abrió se quedó sorprendida al ver la imagen ardiente de la castaña, Camila la veía fijamente y con expectación mientras sus manos acariciaban sus hombros.

Fue inevitable el que sus labios se atrayeron como un imán al metal, se empezaron a besar frenéticamente y casi con desesperación, sus labios ardían por la otra al igual que sus cuerpos ansiaba frotarse sobre el otro. La ojiverde mordió el labio inferior de la castaña para después jalarlo con suavidad volviendo a ser atacada por la castaña, quién por alguna razón parecía más salvaje que la ojiverde, el movimiento de caderas que hacía la morena sobre regazo de la ojiverde provocaba el descontrol total del ojiverde de si misma, por eso al haber perdido el control, de alguna manera logró separarse del tan anhelado y ansiado beso, atacando salvajemente su cuello, queriendo dejar marcas de ella sobre la castaña. Camila jadeaba y gruñía ante las mordidas y besos que le proporcionaba la mayor, y junto al movimiento de caderas y el golpeteo que hacía el miembro erecto de la ojiverde contra su labios húmedos, fue la perdición para la menor, quien cayó perdida en un orgasmo.

—Por Dios, Lauren—Gimió recargando su cabeza en el hombro de la mayor llegando al clímax mientras la ojiverde no paraba de mover las caderas de la castaña contra su tremenda erección.

Lauren suspiró y paró los movimientos al haber hecho llegar a la morena al orgasmo. Sentía su erección palpitar y ansiaba llegar a un orgasmo pero primero debía concentrarse en la morena.

—Ah—Jadeó la ojiverde cuando la castaña se reincorporó y se levantó de la bañera dejando a la ojiverde sorprendida.

—¿Qué esperas?—Preguntó la castaña saliendo de la bañera con las piernas temblando viendo de reojo a la ojiverde.

—¿Vamos a continuar?—Su voz parecía haberse llenado de alegría mientras se levantaba sin importarle empapar el suelo.

—Claro que sí—Afirmó tomando una toalla para empezar a secar el agua que escurría por su cuerpo.

A Lauren no le importó estar empapada, se acercó a la castaña y juntó sus cuerpos empezando a besar le extensión de su cuello con ansia mientras sus manos apretaban con suavidad la carne del cuerpo de la castaña. Camila casi de inmediato le dejo de importar secarse y tiro la toalla para voltearse y juntar sus labios con los de la ojiverde recorriendo la suave y húmeda piel de aquella preciosa mujer. Poco a poco fueron caminando de vuelta habitación de la ojiverde aún perdiéndose en el toque de la otra, sus mentes nubladas nuevamente en el placer y sensaciones que recibían sus cuerpos, sus mentes estaban únicamente concentradas en estar más cerca de la otra, no les importaba tropezar ni tirar cosas, ni les importó haber batallado con abrir el cerrojo del baño cuando quisieron salir.

A casi tropezones ambas cayeron a la cama y sin poder evitarlo, soltaron suaves risas separandose del beso mientras se veían a los ojos risueñas, la mano de la ojiverde subió a la mejilla de la menor y acarició lentamente su mejilla disfrutando el tacto y el momento, Lauren estaba sobre ella mientras la morena debajo de ella acariciaba con suavidad la piel de sus brazos.

Esta vez juntaron de nuevos sus labios con calma y suavidad, se volvían a conocer lentamente, sus labios se movían con lentitud mientras sus cuerpos trataban de rozarse y frotarse, lo único que las separaba era la braga de la morena, sin embargo, está no fue demasiado impedimento ya que apenas el miembro de la mayor rozó la entrepierna de la castaña, la braga fue inmediatamente destruida por las manos de Lauren.

—¡Lauren!—Exclamó sorprendida separandose del beso mirando con asombro a la ojiverde, quien la veía con una sonrisa depredadora.

—Te compraré mil más si quieres, estorbaban—Gruñó burlonamente mientras miraba su piel morena y húmeda.

Los pechos desnudos de la castaña subían y bajaban pesadamente con cada respiración, sus pezones marrones parecían cada vez más apetitosos, inevitablemente se lamió los labios mientras sus ojos se posaban en su suave estómago abultadito y sus anchas caderas apetitosas. Bajó su mirada a su entrepierna libre mientras soltaba un gruñido agarrando su cintura y deslizandolas por sus muslos gorditos y bien formados.

—¡Haz algo, Lauren!—Gimió desesperada levantando la cabeza para ver la depredadora mirada de la ojiverde mirando fijamente su entrepierna.

—Te ves tan... Apetitosa y deliciosa—Jadeó frotando sus manos por sus piernas y empujándolas a los lados para separarla.

Al extenderlos, pudo ver la dura perla hinchada rogando ser lamida hasta la desesperación. Sus muslos se tensarom cuando las manos de Lauren se movieron hacia arriba y hacia su estómago con suavidad disfrutando el maravilloso tacto, se inclinó y besó un sendero hasta sus pechos antes de tomar un pezón en su boca cómo había estado queriendo. Camila soltó un bajo grito de placer mientras chupaba su pezón por unos momentos antes de moverse al otro y hacer lo mismo.

Fue de adelante y hacia atrás rozando su potente erección en los labios húmedos de la castaña, la menor arqueaba su espalda en ansia de más, sus manos sujetaban con fuerza el cabello recogido de la ojiverde apretándola contra para que no pudiera separarse. 

—Oh. Dios, eres... Ohhh—Jadeó entre bajos gruñidos y gemidos.

La sensación de las manos de Camila sobre su cabello únicamente aumentó su necesidad de ella. Quería tomarse su tiempo de devorarla por completo pero no creía aguantar más tiempo, había estado por mucho tiempo con una erección y necesitaba jodidamente entrar en ella, pero antes necesitaba probarla.

—Camz... Tus rodillas, tomalas—Exigió la ojiverde besando su camino hacia abajo en el estómago de la morena.

La morena hizo lo que pidió y expuso descaradamente cada centímetro de su coño hacia la mayor, la cual inhaló el dulce y almizcle aroma de su entrepierna justo antes de que su boca lo cubriers, el sabor de la morena golpeó con fuerza su lengua, y Lauren al instante sintió ser adicta a ese dulce néctar. La mayor movió sus manos hacia atrás por su cuerpo y jugó con sus senos mientras se comía aquel manjar entre sus piernas.

Los dulces sonidos que la morena hacían el miembro de la ojiverde espesa por la necesidad, pero el sabor era demasiado bueno en ese momento y no podía parar de devorarla, su pene tendría que esperar mas tiempo.

—¡Jesucristo, Lauren!—Exclamó perdida en el placer lanzando su cabeza hacia atrás.

Lauren le pellizcó los pezones suavemente, y Camila gritó su nombre nuevamente levantando sus caderas hacia la boca de la ojiverde en busca de más. La mayor corrió su lengua en círculos alrededor del clítoris antes de sumergirse y saborear la fuente de miel.

—Joder, es demasiado bueno, Camz—Gimió extasiada.

Apoyó su frente en el muslo de la menor tratando de desesperadamente calmarse, quería con toda su fuerza poner su pene dentro ella, pero podría lastimarla con lo salvaje que se sentía.

—¿Lauren?—Llamó confundida reincorporandose en sus codos sintiendo el climax calmarse de su sentido orgasmo.

—No quiero lastimarte, estoy... Ah, desesperada.

—Lauren—Dijo su nombre con calma haciendo que la ojiverde la mirara con sus brillantes ojos.

Los ojos verdes de la mayor estaban llenos hasta el borde de la necesidad, su cuerpo casi temblando, lucía cerca del borde.

—Camz...

—Por favor, Lauren, hazlo—Rogó con necesidad total.

Lauren se había mantenido al límite todo el tiempo desde que aceptó su terrible necesidad y atracción hacia la castaña, solo porque era su jefa, y creía que la morena la odiaba, pero ¿qué pasará si la lastimaba?, no era pequeña, y ahora no estaba lo suficiente cuerda para tomarla con cuidado.

—Por favor—Volvió a pedir cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás.

Sus caderas se movían simulando las embestidas provocando un trance en la ojiverde, quien veía hiptonizada el movimiento, casi desesperadamente se reincorporó y tomó su miembro erecto en su mano y solo miro su coño, movía la mano de arriba a abajo masturbandose mientras veía su coño mojado meciendo sus caderas. Se lamía los labios saboreando aún su dulzura en ellos y gruñó sintiendo sus testículos doler por vaciarse dentro de ella.

Necesitaba estar dentro de ella.

—Jesús, Camz—Gimió moviendo dolorosamente su mano de arriba a abajo.

—Por favor—Pidió de nuevo, y esta vez movió ansiosamente una mano entre sus piernas y comenzando a frotar su coño en busca de alivio.

Gruño porque ella debía ayudarla, ella debía estar sacando los gemidos de la castaña, y no ella misma, Camila no necesitaba hacer eso, ese era su jodido trabajo. Agarró su muñeca retirando su mano para llevarse sus dedos a su boca y gemir ante el sabor.

No rompió el contacto visual con la morena mientras lamía uno por uno bajo la atenta y necesitada mirada de la castaña.

—Si quieres querías que te tocaran el coño, me hubieras dicho—Habló entredientes.

—Joder, perra desgraciada, te he estado diciendo que te necesito, Lauren— Maldijo mirándola con desesperación, causando una risa en la ojiverde.

Lauren tiró de sus caderas para acomodarla perfectamente para que ella. Sosteniendo su pene con una mano y su cadera con la otra, lentamente se deslizó dentro de su coño húmedo y contuvo el gruñido ante la vista casi pornográfica, el coño húmedo de la castaña tomando su miembro largo y grueso. Camila siseó ante el mordisco del dolor cuando sintió su entrepierna abrir alrededor del miembro de la ojiverde.

No era su primera vez, pero su ex no era nada a comparación de lo que era la ojiverde.

Lauren sacó su mano de su miembro y lo movió hacia su clítoris acariciándolo lentamente sintiendo la tensión del cuerpo de Camila relajarse y sus músculos se aliviandose.

Espero unos momentos más antes de  hundir los centímetros restantes en ella.

—Ahora quieta y déjame hacer todo el trabajo—Ordenó en voz baja y siseante al enorme placer que sentía del interior de Camila apretarla fuertemente.

Los ojos marrones se encontraron con los de la ojiverde, la cual se lamió los labios sintiendo lo apretado que su pene se sentía, tan deliciosamente asfixiado, Lauren se inclinó hacia abajo para que sus pechos desnudos se presionen contra sus senos y pudieran besarse mientras disfrutaba de aquella maravillosa sensación. Al tomar su boca, Camila pudo probar el sabor de ella junto el deliciosos sabor de la boca de la ojiverde.

La sensación de besarla y la sensación de sus pezones rozarse combinados con lo apretado que sentía su interior mientras trabajaba arriba y abajo de su pene, era una sentencia de muerte para ambas mujeres. Agarró sus caderas para tratar de frenar los movimientos cuando sintió que iba demasiado salvaje pero sintió dentro de ella la fuerte necesidad de acelerar. Lauren parecía poseída cuando empujaba dentro de ella con movimientos largos y duros, el coño resbaladizo parecía darle una bienvenida, y cada vez efa más y más caliente.

La ojiverde gruñó con cada embestida como un tipo de anima encima de la morena, Camila gritaba su nombre pidiendo más, y la ojiverde solo podía obedecer.

—Más duro, Lauren, ahh, Dios—Gemía sintiendo un orgasmo apoderarse de ella.

El pene de la mujer era una máquina hecha solo para complacerla, y no pensaba correrse hasta que la castaña se corriera.

—Oh por Dios, me estoy correndo, Lauren—Exclamó aferrándose a su espalda—Correte conmigo, Lauren— Gimió.

Esas fueron las últimas palabras que la ojiverde escuchó antes de que ecos ensordecedores de placer gruñeran en su oído, no estaba segura si de ella o de Camila, pero sabía que cuando finalmente tuvo una liberación dentro del cuerpo de la castaña, sintió inexplicablemente su alma entrelazarse con la de ella.

Tuvo miedo pero decidió aferrarse a la morena en el climax de ambas.

Pasaron los minutos en los que Lauren se mantuvo dentro de ella mientras la castaña pasaba sus manos recorriendo la espalda desnuda de la mujer, ambas parecían sostenerse de la otra para no caer a un vacío sensaciones y emociones los cuales aún no aceptaban completamente.

Sin embargo, la castaña fue la primera que tuvo reacción, su hermana, tenía que volver a su casa por su hermana, por más que quisiera estar entre los brazos aquella mujer, tenía a alguien esperandola en casa.

—Lauren... Me tengo que ir—Avisó en voz baja sintiendo el cuerpo de la mujer tensarse—Mi hermana...

—Cierto—Concordó levantándose rompiendo la agarre que tenía la mujer contra ella.

Salió de ella teniendo el cuidado de no lastimarla mientras ignoraba la mirada dolida de la castaña. Quién se había reincorporado inmediatamente cuando la mujer se levantó de ella bruscamente.

—Sabes que no lo hago por...

—No, no, entiendo perfectamente—Sonrió levemente levantándose de la cama para correr por unos boxers y sostén para poder despedir bien a la castaña.

—Lauren—Habló detrás de ella mientras ella se ponía los boxers y el sostén.

—¿Te presto?, ¿Para que puedas volver... Cubierta?—Preguntó con nerviosismo volteando a verla.

—Oh sí, sí, por favor—Agradeció en voz baja recargandose en la puerta del clóset al no tener suficiente fuerza para sostenerse bien.

—Ehm... Tengo unos boxers nuevos..., Pueden que te queden, pero no tengo sostenes que te queden—Murmuró haciendo una mueca mientras se volteaba sosteniendo los boxers pero al ver el rostro dolido de la morena, se apresuró a rodearla con sus brazos—¡Oh por Dios!, ¿estás bien?, ¿te lastime?, ¿Fui demasiada brusca?—Con su mano sostuvo su rostro buscando un indicio de dolor, Camila la vio preocupada por ella y al estar rodeada en sus brazos sintió una necesidad tremenda de abrazarla por siempre, y eso la asustó.

—No, no, e-estoy bien—Su voz se quebró y las lágrimas empezaron a resbalar por su rostro inevitablemente.

—Perdón, perdón, perdón, perdón—Repitió varias veces colocando el rostro de la morena que en su pecho para abrazarla fuertemente sosteniendola en su llanto.

Camila sintió un golpe enorme de emociones y sentimientos haciéndole alocar su corazón, rodeó débilmente el cuerpo de la mujer y dejo salir toda preocupación en aquel llanto siendo protegida por el cuerpo y brazos de Lauren.

***

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