Libertad...
¿Es fácil obtenerla?
¿Es fácil perderla?
¿Es tan importante tenerla?
Todas aquellas preguntas perdieron sentido e importancia al sentir a aquel ojiazul recostado en su pecho.
Todo dejó de preocuparle al sentir su calor tras abrazarlo.
Todo dejó de doler al sentir sus labios sobre los suyos.
Y todo miedo desapareció al ver su mirada.
Era extraño ver cómo algo tan puro y perfecto se encontraba en su pecho, completamente dormido, dejándole ver su lado más vulnerable.
Era increíble saber que tenía a la perfección entre sus brazos.
Porque eso era Tomlinson para él.
Era el chico más perfecto del mundo.
Tan solo con verlo a los ojos podía confirmarlo.
Y es que Louis era un chico tan especial, es la clase de persona para sentarse y admirar como es.
A veces, cuando el chico de sus sueños lo llenaba de cariños, se preguntaba si era real. A veces tenía la sensación de estar soñando, y aquello le asustaba.
Le aterraba la idea de despertar y darse cuenta de que todo lo que llevaba viviendo era solo un hermoso sueño, y que en realidad, el chico de sus sueños no era suyo.
Pero, por otro lado, estaba aterrado. Aterrado de pensar que podía lastimarlo, que podía cagarla. Pues, desde la muerte de sus padres la palabra "amor" había perdido sentido, y con el paso del tiempo olvidó cómo comportarse ante tal sentimiento.
Le asustaba hacer o decir algo incorrecto e incomodar a su pequeño. Siempre procuraba usar las palabras correctas para hablar, e intentaba no estar muy nervioso a su lado. Pues, a pesar del tiempo de conocerse, aquellos ojos lo seguían poniendo nervioso a más no poder, y era increíble ver cómo el ojiazul no se daba cuenta del poder que tenía sobre él.
Por otro lado, Louis amaba esto, pero estaba asustado. Moría por dentro al pensar en lo que pasó con Santi y Ash ¿Y si eso les sucedía a ellos?. Por nada del mundo permitiría que alguien le quitará de esa manera a su chico, y si era necesario dar su vida por la de él entonces lo haría.
Estaba dispuesto a darlo y perderlo todo por su chico. Por aquella pequeña parte de su vida que se volvió indispensable. Era extraño, esto era peligroso, pero lo amaba. Aunque la parte de no poder demostrar cariño enfrente de las personas no era lo mejor, amaba escabullirse entre las personas hasta llegar a su lugar para llenarlo de besos y palabras bonitas.
Era como un amor prohibido, y se sentía bien.
Hablando con Harry, descubrió que había más chicos homosexuales de los que pensó. Y no es como que se puso a pensar un número en concreto, pero, por como se expresan todos al momento de hablar sobre estos temas en la clase de religión o en alguna otra, podría decirse que más de la mitad eran unos grandes homofóbicos (Al menos en su salón). Pero la verdad era que sabían fingir bastante bien, y entre más lo pensaba, más triste se volvía.
Un grupo de jóvenes, sin experiencia alguna sobre el amor, con hambre de saber, con ganas de descubrirse, con ánimos de ser quienes eran realmente, todos ellos, fingiendo ser lo contrario de lo que realmente eran. Obligados a pensar de una forma errónea, agonizando hasta morir. Solo por ser ellos mismos. Todos, encerrados en una piel fantasma, sin poder ser quienes son. Es triste, no poder ser libres, ver esas caras que gritan "quiero irme", suplicando que todo pare.
Modificando su pensamiento, para que piensen que ellos están mal, para que cambien algo que al final de cuentas, jamás podrán cambiar.
Y lo más triste, es saber que él y su chico pertenecían a ese grupo.
Ellos también fingían ser quienes no eran por el bien del otro. Sabían que su amor no era bien visto por las personas que manejaban el lugar, porque los chicos perfectamente los aceptarían, por miedo o por empatía, pero los aceptarían, el problema eran los adultos. Aquellos hombres de sueños rotos, aquellos hombres de corazón podrido y sangre fría. Ellos eran el verdadero problema, la verdadera enfermedad.
Y tal vez la sociedad tenía la culpa. Eran culpables por apoyar este tipo de cosas, eran culpables por no detenerlos. Todos ellos eran culpables del sufrimiento que se vivía al cerrar las puertas, cada una de esas personas eran culpables de cada muerte de un niño, de un adolescente. Pues ellos le arrebataron la vida a tantos jóvenes que lo único que hicieron fue amar. Les quitaron la oportunidad de descubrir, de reír, de soñar. Cada uno de esos jóvenes no pudieron crecer y tener una familia, cada uno de ellos no pudo cumplir aquellos pequeños sueños, como viajar por el mundo, ir a la playa o tener una familia. Y todo por sus malditos prejuicios.
Y tal vez él era muy pequeño para algo tan grande como esto, pero daría todo de sí para proteger a Harry si en algún momento alguien quisiese dañarlo.
***
La clase de religión había empezado, y el profesor Jacob les había pedido un resumen en equipos de tres. Claramente Louis lo hizo con Caleb y Asher. Mientras Caleb leía y subrayaba, Asher escribía y Louis dibujaba, pues el resumen tenía que venir con ilustraciones. Realmente se organizaron muy bien y fueron uno de los primeros equipos en terminar el trabajo. Después de entregarlo, el profesor les habló a cada uno por separado, para aclarar ciertos puntos, entregar trabajos atrasados etc..
Cuando fue el turno de Louis de acercarse a su escritorio se puso un poco nervioso. Desde aquella vez que su profesor dijo comentarios bastante extraños evitaba a toda costa hablar con él sin compañía de alguien más.
Al mirarlo acercarse, su profesor le regaló una sonrisa un poco forzada y buscó su apellido en la lista que se encontraba en su escritorio.
-Tomlinson.-Susurró buscando su nombre.-Bien, no me debes ningún trabajo, no tienes faltas ni marcas rojas en tu expediente. Tienes 10 en mi materia muchacho.-Louis asintió y sonrió satisfecho por su resultado.-Sin embargo, me gustaría hablar contigo al final de la clase, hay algo que tenemos pendiente por aclarar.-Su sonrisa se borró de inmediato y asintió sin muchas ganas de hacerlo, dio un par de pasos atrás y regresó a su asiento casi corriendo.
-¿Sucede algo?.-Preguntó Caleb al verlo llegar.
-No, solo tengo que quedarme después de clases
-¿Te hace falta algo?.-Habló Asher.-Si necesitas algún trabajo aquí está mi libreta.-Dijo pasándole la libreta a Louis.
-No, en realidad saque 10.-Dijo tomando de todas formas la libreta de su amigo.
-¿Entonces por qué te pidió que te quedarás?.-Preguntó extrañado.
-No lo sé. Pero guárdame mi lugar en el comedor.-Dijo mirando a Caleb, este asintió sonriendo mientras que Asher permanecía con el ceño fruncido, pensativo.
El tiempo pasó un poco lento, pues ya habían entregado todo y solo estaban esperando a que la campana sonará para que se pudieran ir a cambiar y a comer.
Después de una larga hora todos se levantaron ordenadamente y salieron. Asher y Caleb se quedaron en la entrada esperando a Louis, pero se fueron cuando el profesor los corrió y les cerró la puerta en la cara.
Jacob, puso una silla enfrente de su escritorio y con la mano invitó a Louis a tomar asiento. Louis un poco dudoso y nervioso se sentó, su mirada estaba en el escritorio y su pierna se movía de arriba para abajo en un pequeño compás. Después de unos minutos donde solo escuchaba a Jacob arreglar unos papeles, le escuchó hablar.
-Bueno.-Suspiró mientras estiraba sus brazos a los lados.-Perdona el haberte hecho esperar, pero ya sabes, las calificaciones, demasiados alumnos, poco tiempo.-Louis solo asintió sin levantar la vista.-Quería hablar contigo de la última vez que nos vimos, y pude notar cierta incomodidad en ti. Quiero disculparme si dije algo malo, soy una persona muy bromista y no sé cuando debo parar.
-No se preocupe, entiendo. ¿Me puedo ir ya?
-¿Irte ya? pero si acabamos de comenzar a hablar ¿Tan incómoda es mi presencia para ti?
-No pretendía expresar eso.-Dijo bastante apenado.-Lo siento
-Descuida. ¿Sabes algo? Te he estado observando últimamente, y pude notar que nosotros tenemos muchas similitudes.
-¿Enserio?.-Preguntó alzando la vista
-Si. Amamos a nuestros amigos, pero nos gusta estar solos. No somos fanáticos de los lugares concurridos y solemos perdernos en nuestros pensamientos hasta el grado de dejar de escuchar lo que pasa a nuestro alrededor. Y también tenemos una fascinación por el dibujo.
-Creo que si somos algo parecidos.-Soltó una pequeña risa nerviosa y su mirada se conecto con la de su profesor, al momento alejó su vista, pues, la mirada de aquel hombre era penetrante, era como si estuviera intentando entrar en su mente y atrapar sus pensamientos. Algo que volvió a ponerlo nervioso, destacando que también el ambiente era algo tenso y extraño.
Louis tomó su mochila y se paró del asiento, pues pensó que la conversación había terminado, se dirigió a la puerta, pero tan solo dio unos pasos lejos de donde se encontraba sentado cuando una mano lo jalo de la muñeca con bastante fuerza haciendo que girara rápidamente y tropezando al hacerlo. Su cuerpo se estampo contra el cuerpo de Jacob que lo sostuvo con fuerza para que no cayera al piso, la fuerza que ponía en el agarre era exagerado, tanto que inmovilizaba la mayor parte del cuerpo de Louis.
-¿Te encuentras bien?.-Preguntó sin soltarlo.
-Si, pero me esta lastimando.-Se quejó al intentarse zafar.
-Bueno, eso sucede cuando quieres escapar. Creo que eres muy lento para darte cuenta, realmente pensé que eras listo.-Susurró en su oído, algo que le causó escalofríos.-Eres un maldito coqueto.
-No entiendo lo que me está diciendo, suélteme.-Trataba de hacer fuerza para soltarse, se removía en los brazos de su profesor, el cual cada vez aplicaba más fuerza.
-Claro que te soltaré.-Dijo con una gran satisfacción.-Pero después de que seas mío.
Aquellas palabras hicieron que todo su ser temblará de miedo. Su fuerza no era nada comparada con la de él y eso lo estaba matando. Quería correr pero no podía ni siquiera separarse 2 centímetros de él.
-¿Ahora me dirás que no querías esto? Si fuiste tú el primero en coquetearme. Esto te pasa por provocarme.- Sintió como una de sus manos se paseaba por su espalda, acariciándola lentamente, hasta llegar a su cintura, él se movía e intentaba patearlo pero no funcionaba, sus ojos se estaban cristalizando, haciendo que su vista fuera borrosa, la impotencia lo estaba invadiendo y las lágrimas no tardaron en aparecer, sintió como aquella mano bajó por su cintura hasta tocar sus glúteos. Aquella sensación era asquerosa, e incrementó cuando sintió un bulto en los pantalones de Jacob.
-¡Ayuda!.-Gritó Louis con una voz temblorosa.-¡AYUDA! ¡ASHER!
La puerta rápidamente se abrió de portazo y en ese instante Jacob lo alejó de su cuerpo con tanta brusquedad que lo hizo caer de espaldas.
-¡Eres un hijo de puta!.-Escuchó una voz que reconoció al instante, sin embargo estaba tan asustado que no pudo correr a su lado.-¡Te dije que si te acercabas a él te iría mal!.- Harry se acercó y le dio su mano para ayudarlo a ponerse de pie, después de asegurarse de que estuviera bien, se puso enfrente de él, dándole la protección que necesitaba.-¡Te permití hacerme daño a mi cuando era más chico! ¡Pero a él no le harás lo mismo!
-Ha-Harry yo, yo....
-¡Cállate mierda!, esto se acabó. Él lo sabrá
-Harry
-Cierra la maldita boca, eres un viejo asqueroso, un maldito parásito y me callé para cuidar tu asqueroso culo, pero sobre pasaste los malditos límites, y que te quede una cosa clara.-Harry se apartó de Louis poniéndose enfrente del hombre con una pose de reto.-Toda tu maldita y asquerosa vida te vas a acordar de mi y lamentarás haberme tocado y haber tocado lo que es mío.
-No tenía idea de que él.-Dijo Jacob nervioso dirigiéndose a Louis.
-¡Ni se te ocurra voltearlo a ver! ¿No tenías idea? por favor, no me jodas, debiste suponerlo cuando te advertí que te mantuvieras alejado de él, pero parece que eres idiota o suicida.
Harry dio un par de pasos hacia atrás, sin darle la espalda a Jacob y tomó la mano de Louis, ambos caminaron hacia la salida y Harry cerró la puerta al salir. Lo primero que había al salir era un pequeño carrito de limpieza, cuando Louis lo miró recordó que Harry estaba castigado haciendo limpieza antes y después de clases. Louis se quedó inmóvil y fue Harry el que se acercó y lo envolvió en sus brazos, en cuanto sintió sus brazos se permitió llorar sin pena alguna. Harry sobaba tiernamente su espalda e intentaba atraerlo más a su cuerpo.
-Tenemos que irnos.-Susurró Harry en su oído y Louis asintió.
Ambos chicos caminaron hasta llegar a un lugar ya conocido por ambos.
Al tocar la puerta de la oficina del director, Harry le dijo con los labios que estuviera tranquilo, pero Louis aún se encontraba temblando.
Se escuchó una voz dándoles el paso y el primero en entrar fue Harry, cerrando un poco la puerta impidiendo que entrará Louis.
-¿Qué haces aquí? se supone que deberías estar cumpliendo con tu castigo, hijo.
-En primera, sabe que no me gusta que me diga así.-Habló intentando no sonar grosero.-Y en segunda, tenemos que hablar de algo bastante serio.
-Dime.-Contestó el director tomando una postura más seria y profesional.
Harry abrió la puerta y dejó pasar a Louis, el director frunció el ceño al verlo y se enderezo tomando en serio su lado profesional.
Ambos chicos tomaron asiento en las dos sillas acolchadas y con un estampado colorido, que se encontraban enfrente de el director.
-¿Quieres decirle tú o habló yo?.-Le susurró Harry.
Louis no contestó, solo movía su pierna y sus ojos volvieron a cristalizarse.
-¿Qué sucedió Harry?.-Preguntó preocupado el hombre después de darse cuenta del estado en el que estaba el otro chico.
-Jacob. Eso sucedió.
-Sé más claro.
-Cuando mi clase se terminó.-Comenzó a narrar.- Fui con Jake por las cosas de limpieza. Tarde un poco porque habían muchas personas, pero cuando me dio mi carrito de limpieza me dirigí a los salones de lectura y escuché un grito. Al principio pensé que había sido mi imaginación, así que seguí avanzando, pero lo volví a escuchar, y me eché a correr porque no era la zona roja, alguien realmente estaba en problemas, y reconocí su voz cuando gritó el nombre de un chico.-Dijo volteando a ver a Louis.-C-cuando entré, pude ver cómo Jacob lo tenía entre sus brazos y le estaba agarrando...
-¿Qué le estaba agarrando?
-¡Me tocó! ¡Puso sus manos en mi espalda, cintura, caderas y en mi trasero! ¡Me dijo que yo lo provoqué! .-Gritó Louis echándose a llorar al instante de hablar.
Los ojos del director se encontraban como platos, rápidamente sacó un pañuelo y se lo pasó a Louis que rápidamente aceptó.
-Y no es la primera vez que hace algo así.-Dijo Harry con una voz quebradiza.
-¿Qué dices?
-Cuando llegué, él era muy amable e intentaba hablar conmigo, y yo estúpidamente pensé que era un increíble profesor.-En su voz se notaba la tristeza y el enojo fácilmente.- Un día me pidió que le ayudará a registrar calificaciones. Entre más pasaba el tiempo más se acercaba a mí, primero fue un apretón de manos, luego un abrazo, luego un toque en la pierna, luego sus manos en mi entrepierna.-Hizo una pausa y pudo sentir cómo las las lagrimas empezaban a querer salir.- Yo también grité, también le pedí que se detuviera. Pero soy Harry Styles, la suerte nunca está a mi favor ¿cierto?. Nadie me escuchó, y si lo hicieron no me salvaron. Él metió su asqueroso miembro en mi, me lastimo de todas las maneras en las que puedes dañar a un niño solitario que acaba de perder a sus padres.-El asco llegó a su boca y sintió una gran necesidad de vomitar, sin embargo se controló cuando sintió la mano de Louis sobre la suya.
-Hijo, te he dado la confianza que no le he dado a nadie más en este lugar, ni siquiera con mis mejores maestros. ¿Por qué te callaste?.-Preguntó el director con una voz suave y delicada.
-Dijo que no tenía a dónde ir.-Dijo soltando un sollozo.-¿Sabes que se siente saber que no tienes otro lugar? porque yo si.
Esas palabras fueron suficientes para que el director mandará a la mierda el profesionalismo y se levantó rápidamente, pasó al lado de Harry y lo envolvió en sus brazos, Harry cubrió su rostro en su cuello y continuó llorando. El director miró a Louis que al igual que Harry se encontraba llorando y estiró su brazo para abrazarlo, Louis se paró y se unió al abrazo en el cual ambos chicos lloraban en los brazos de aquel anciano.
Después de unos largos minutos donde ambos chicos sacaron todo el dolor y sufrimiento que tenían dentro, el abrazo se rompió. El director se enderezo y le dio un pañuelo a Harry y agarró uno para él. Los tres se limpiaron las lágrimas y sonaron sus narices.
-Bien, necesito que ambos vayan a una habitación y se queden juntos. Llamaré a la policía y no quiero que estén aquí para cuando el caos se desate, no los haré pasar por eso.-Louis y Harry asintieron al mismo tiempo y se voltearon a ver.
Ambos estaban destrozados, pero aún así encontraban la calma en la mirada del otro.
-Gracias.-Susurró Louis.
-No me agradezcas hijo, es mi responsabilidad cuidarlos.
-¿Pensé que solo me consideraba su hijo a mi? .-Protestó Harry para liberar un poco la tensión.
-Y yo pensé que no te gustaba que te dijera así.-Se defendió con una pequeña sonrisa en su rostro.
Seguido de esto Harry se puso de pie y Louis imitó su acción, Harry volteo a ver al director antes de salir por la puerta y este con la mirada le dijo que todo estaría en orden.
Ambos se encontraban caminando muy cerca del otro, pues lo que más necesitaban era sentir la presencia del otro. Entraron por la puerta del gran dormitorio que pertenecía al grupo de Louis (Pues era el más cercano a la oficina del director y de Pierre, por ende era más seguro).
Pensaron que se encontrarían con el dormitorio vacío, sin embargo estaban dos chicos.
Caleb salió corriendo hacia Louis en cuanto lo vio entrar y Asher caminaba con pasos apresurados.
Louis fue envuelto por los brazos de Caleb mientras le decía cosas que no alcanzaba a entender. Asher se acerco y miro a Harry, y en su mirada se notó la preocupación cuando examinó a Harry y Louis y observó que sus ojos estaban hinchados y rojos.
-¿Qué sucedió?.-Preguntó de golpe.
-Tan delicado como una aplanadora.-Respondió Harry con sarcasmo.
-Cal, déjalo respirar.-Dijo Asher tomándolo del brazo para alejarlo de Louis.
-Perdón. Estaba muy preocupado. No te mire llegar, tardaste mucho, tu comida se enfrió. Y recordé que a veces te sigues perdiendo y me asuste al pensar que te había dado un ataque de pánico y...
-Parece que al que le dará un ataque de pánico es a otro.-Susurró Harry lo bastante fuerte para que Asher lo escuchará.
-¿Cual es tu maldito problema? Solo estaba preocupado por su mejor amigo, déjalo tranquilo.
-Wow, no sabia que el rubio tuviera un guardaespaldas
-Pues si lo tiene, y ahora lo sabes, enanito.-Dijo Asher revolviendo el cabello de Harry, dando a notar la gran diferencia de estatura.-¿Estás bien? .-Preguntó Asher dirigiéndose a Louis y este asintió lentamente.
-Lamento haberlos asustado.-Dijo Louis lentamente.-Pero, por el momento quiero estar solo.
-Pero.-Habló Caleb.-Yo..
-Está bien.-Interrumpió Asher.-Cuando quieras hablar estaremos para ti. Recuerda que tienes en nosotros un mejor amigo y un hermano mayor que siempre te protegerán.-Louis sonrió y sintió ganas de llorar, pero esta vez de felicidad.
Asher tuvo que literalmente arrastrar a Caleb para salir del dormitorio y regresar al comedor, pues el chico no quería separarse de Louis. Pero Asher sabía que algo había sucedido, algo grave, y necesitaba dejar a Louis con Harry, por más que el rizado no fuera de su agrado.
Al ver como sus mejores amigos, Louis caminó hasta su cama y Harry le siguió el paso. Ambos chicos se recostaron en la cama y se quedaron observando el techo sin decir una sola palabra.
-Te llevas muy bien con el director.-Habló Louis después de un rato de estar en silencio.
-Te dije que todos me amaban, incluyendo al director.-Dijo intentando sonar divertido, sin embargo no tenía ánimos de entonar la frase en otro sentido.
-¿Por qué te llevas tan bien con él?
-Cuando llegué su hijo tenía 3 meses de haber fallecido, por lo que me contó tenía 19 años, y murió de cáncer. Yo tenía poco de haber perdido a mis padres. Supongo que encontramos en el otro lo que perdimos. Nuestras personalidades son parecidas, él dice que yo le recuerdo a cuando tenía mi edad, así que me entiende. Supongo que él me mira como un reemplazo del hijo que perdió, a mi me gustaría verlo como un padre, sin embargo no lo logro, y creo que lo entiende. Desde el primer día me trato diferente al resto, me trato especial. Hay veces que cuando no quiero estar con alguien, me voy a su oficina y estoy con él. Es un gran sujeto si te das el tiempo de conocerlo y no lo juzgas por su apariencia intimidante.
Louis guardó silencio y comprendió el porqué le decía "hijo" con tanto cariño. Harry tenía suerte, había encontrado a una persona que lo trataba como un hijo, y lo trataba mucho mejor a comparación de cómo le trataba su propio padre.
-¿Por qué no me contaste nada de lo que pasó?
-Porqué pensé que podía protegerte de él.
Después de eso ninguno volvió a hablar. Pasaron los minutos y solo miraban el techo, ni siquiera se miraban a los ojos o estaban lo bastante cerca para abrazarse, y era extraño.
-¿Qué es la zona roja y por qué dijiste que ahí gritan? .-Preguntó Louis después de recordar esas palabras.
El cuerpo de Harry se paralizó y sus ojos se abrieron demasiado.
"Mierda" dijo internamente.
¿Cómo le explicaría a Louis lo que era ese horrible lugar sin que pensará que él era un maldito por saber eso y no hacer nada para impedirlo? .