La mujer de pelos rosados caminaba tranquilamente por el amplio bosque, a un lado suyo se encontraba la persona en quien más confiaba que era el saiyajin, para ver al frente donde se encontraba el grupo de aventureros, que gracias a la protección del saiyajin, se les hizo tan ameno su viaje que no pudieron evitar sonreír constantemente, lo que se le hacía más complaciente de lo normal a la universitaria, al vivir algo tan diferente de lo que vivió en toda su vida. Sin decir una palabra siguió disfrutando de su caminata en su pequeña aventura.
-El poco tiempo que he conocido a Goku ha sido muy grato, nuestro comienzo puede que no haya sido el mejor, ya que fui bastante severa y molesta al confrontarlo, por todo lo que me pasó, pero por alguna razón siento que eso fue lo que le atrajo de mí.
Por mucho que sea torpe a veces, en realidad es más listo de lo que parece, cosas que la gente no puede hacer con facilidad, como el uso de la magia en silencio y en rangos increíbles, él los hace ver como un simple juego, y eso es en parte por su raza guerrera, que se adapta a todo tipo de luchas para mejorar.
La razón del porqué me enamoré de él, fue porque es la primera persona en quien puede confiar, la gente siempre me veía con repugnancia por mi procedencia, o con sólo una mirada de perversión, todo lo contrario a Goku, que si pudiera describir su mirada es la de alguien calmado, y con ganas de divertirse, lo que cambia por completo cuando entra en pelea.
Por mucho que me parezca tierno o a veces torpe, por mucho que lo ame y me haga reír todo los días, por mucho que me sienta segura cuando estoy con él, siempre se me olvida que es la séptima potencia mundial, hay una gran distancia que nos separa, y cada vez que veo a La sombra asesina en vez de Goku, me deja claro la carga que soy, y que en realidad nunca lo podré ayudar- pensó Astia viendo seriamente la cara seria del saiyajin.
Hace un momento el grupo paró su andanza por el bosque, que pasó de ser de un terreno plano a uno montañoso, viéndose específicamente como veían lo que los detuvo, siendo un gran acantilado, del cual sólo se podían ser cientos o mejor dicho miles de monstruos, los cuales iban desde los más débiles hasta los más poderosos de la región, que no eran tan poderosos, pero por su cantidad podía abrumar a quien fuera que se topara.
-¡N-no puede ser!, son más de mil monstruos, no incluso me arriesgo a decir que son casi diez mil, ¿cómo es eso posible?, se supone que sería una misión de rango A, nunca una que estaría al nivel de una SS como mínimo, será mejor que nos vayamos cuanto antes, y nos quejemos por la falsa información- reclamó Mildor molesto.
-¡Son abejas vayámonos cuánto antes!- exclamó Sindi con un claro asco hacia las abejas de más de 3 metros de tamaño.
Todos con la intención de retirarse y con el miedo de que fueran vistos por tal cantidad de monstruos, no fueron capaces de ver a la única persona sin esa actitud, que era específicamente el saiyajin que estaba siendo observado en todo momento por la universitaria, ya que esa mirada la conocía muy bien, siendo la que menos había visto, sabiendo que la razón es porque estaba con su actitud de guerrero.
-No se preocupen no será necesario cancelar la misión- dijo Goku seriamente.
Alzando una sola mano se empezó a generar una gran cantidad de nubes arriba suyo, tal vez con la intención de no llamar la atención con sus extrañas técnicas de ki, o más en concreto no destruir nada del territorio, que por mucho que el planeta fuera más resistente que la tierra de su vida pasada, igualmente sus ataques eran devastadores, siendo esa la razón de porque usó una ataque de magia bastante conocido.
Sin poder creerlo todos veían como un encantamiento de rango real, se generaba en unos pocos segundos, algunas bestias mágicas se empezaron a alertar, pero antes de que siquiera pudieran reaccionar, una luz gigante los rodea a todos, y después de verse desaparecer la luz, un cráter se había generado mostrando rastros de quemaduras por los altos grados que alcanzó, pero lo mucho más destacable era la desaparición de todos los monstruos de la zona.
Y así en unos pocos segundos la misión se había completado, siendo las reacciones muy dispares entre el grupo de recién conocidos, el saiyajin les sonreía despreocupadamente al saber que completaron la misión, mientras que la universitaria veía al suelo sintiéndose una carga cada vez que veía al saiyajin mostrar sus habilidades, mientras que por el lado de los demás, no podían ver más que impactados y un poco asustados, el poder de quien los había acompañado estos pocos días.
Un día después.
Los dos universitarios iban tomados de las manos, el saiyajin atrás suyo llevaba una bolsa con dinero, la cual era vista con una sonrisa por la mujer, que no podía evitar ver con felicidad la ciudad de Sharia, que había sido su hogar los últimos años, siendo diferente para el saiyajin, que no lo veía especialmente como un hogar, pero si le había tomado un gran cariño.
-A pesar de la repartición que hicimos terminamos consiguiendo bastante dinero, pero bueno era de esperarse de una misión de rango SS, ¡no puedo creer que hice una de ese nivel!, aunque bueno tú hiciste todo- dijo Astia un poco decaída.
-Esta fue tu primera misión, por lo que no te quites méritos ya que eres una novata, así que como es tu primer pago usémoslo para algo que realmente quieras, esa es la recompensa por el viaje que tuvimos, ¿te parece?- preguntó Goku con una sonrisa.
-¡Sí!- exclamó Astia sin poder evitar abrazar el brazo del saiyajin, al siempre animarla con su actitud alegre.
Para así los dos después de un rato de su pequeña caminata por la ciudad, después de haber recibido el pago y despedirse de los aventureros que conocieron, por fin volvían a ver las grandes rejas de donde estudian con diligencia para ser mucho mejores magos, aunque en el caso de los dos sería mejor decir espadachines mágicos.
Un rato más tarde los dos por fin volvían a hablar con el director, ya confirmando su regreso y agradeciendo la libertad que les dieron, y así después de responder unas pocas dudas del director, por fin volvieron a su vida normal.
El saiyajin caminaba por los pasillos con la universitaria, ya que en la hora actual las clases todavía no comenzaban, o no al menos en los sectores que ellos se centraban. Así en su calmado paso una cosa llamó la atención del saiyajin, que no pudo evitar preguntarse que era, haciendo una cara preocupada siendo vista por la mujer.
-¿Qué es lo que pasa?- preguntó Astia al ver el cambio de expresión en el saiyajin.
-Siento dos energías cerca de aquí, pero están más débiles de lo normal, creo que deberíamos ir, podrían estar en problemas- dijo Goku serio por el ki de las dos personas.
-Está bien- dijo Astia sin dudar ya que conocía la gran habilidad del saiyajin, que podía saber a la perfección si una persona se encontraba en peligro.
Lentamente la cara de los dos se puso observando con cansancio y desconfianza donde habían llegado, ya que no era nada más que la puerta de Rudeus, así los dos mirándose suspirando conociendo los gustos del mago, entraron a la habitación sin permiso, estando un poco preocupado el saiyajin al reconocer el ki de las dos personas que se encontraban ahí.
Al instante de entrar el saiyajin puso una cara de desagrado.
-¿Qué es ese olor?- preguntó Goku tapándose su nariz.
Las dos fetales se encontraban atadas en la cama del mago, viéndose como es que se habían orinando encima, lo que fue por completo desagrado de los dos, que no podían más que ver con lástima a las dos mujeres de la raza feral.
-Ah pensé que sería ese monstruo nya, pero es sólo el jefe de Izune- dijo Rinia con sus orejas caídas.
-Y pensar que nos dejó aquí todo el día, no pensé que de verdad nos dejaría morir de hambre nano- dijo Pursena sin energías.
Ante esa escena no supieron que hacer, pero la llegada de dos personas no les hizo más que ver lo que pasaría, esperando resolver sus dudas con el mago que caminaba con Fitts, quien al ver a su compañero y a la novia de él, no pudo más que reír nerviosamente, ya que con sus solas miradas le enviaban un sentimiento de culpa por lo que había hecho.
-P-puedo explicarlo- dijo Rudeus nervioso por las miradas recibidas, que la más notoria era la de Astia ya que el saiyajin no le agradaba, pero conociendo al mago sabía que debía tener una razón, pero lo que le hacía verlo de forma incriminadora, era que una de esas razones podía ser una lujuriosa.
Un rato después.
Al rato de haber contado su versión de lo que pasó, que fue desde como Zanoba le contó la pelea y derrota que tuvo con las ferales, que harían algo imperdonable, ya que en gozo de su victoria destruyeron la estatuilla hecha por Rudeus, regalada al príncipe de Shirone, que nada más ser mencionada le hizo a Goku entender todo mejor, debido a que el destruir la estatuilla con la forma de su maestra, conllevaba una gran falta de respeto para el mago, que cuando hablaba de ella, casi siempre se ponía con una actitud similar a la de la madre de Goku tomaba cuando hablaba de la religión de Milis, es por eso que decidió hacerlas pagar, veciéndolas en un duelo esta misma mañana.
Ya la habitación había sido ventilada, las sábanas que una vez estuvieron manchadas por culpa de las ferales, que al quedarse todo el día encerradas no pudieron evitar liberar sus necesidades, ya fueron lavadas, quedando en la habitación sólo los humanos y la mitad elfo.
-Comprendo que fue una ofensa para tu religión Rudeus, pero el ponerles unas tintas que si se activa el encantamiento quedarán grabados para siempre, ¿no fue un poco excesivos?- preguntó Astia por lo pasado hace unos momentos.
Después de haber sido liberadas las dos ferales, para compensar su ofensa a la religión de Rudeus, se les fueron dibujados diferentes escrituras en su cara, desde burlas a ellas y garabatos para ridiculizarlas, estando completamente dominadas por el mago, que a diferencia de como era normalmente, se notaba mucho más agresivo mostrando una actitud dominante, lo que derramó el vaso, al ser amenazadas por Fitts que si hacían algo en contra de Rudeus, esas marcas de tinta que dibujaron se quedarían para siempre, si se activaba el encantamiento que las haría imborrables.
Una leve risa salió por el joven mago, que rascándose su cabeza no podía evitar evitar mantener una sonrisa complacida.
-Jaja no se preocupen fue una mentira, sé que existen tintas capaces de eso, pero yo no poseo tales cosas, eran unas completamente normales que se irán con limpiarse con agua y jabón, pero al menos creo que eso será una buena lección- dijo Fitts con una sonrisa juguetona porque su plan salió bien.
-Ya veo, no sabía que Fitts el silencioso podía hacer bromas así, pero dejando de lado nunca había visto el altar de tu religión- dijo Astia con intención de ver lo que había dentro del altar del mago.
De un segundo a otro la detuvo interponiéndose para que no la pudiera abrir.
-¡No pueden abrirlo!, si quieren ser capaces de ver la magnificencia de mi religión, deben pasar por una prueba de fe, que sólo yo y Goku hemos sido capaces de pasar- dijo Rudeus viendo en reproche a las dos que se vieron con la intención de abrir el altar de Rudeus, para ver a qué tipo de simbolismo le oraba.
Girando su mirada al saiyajin, vio cómo él sólo pudo suspirar.
-Así es- dijo Goku con una cara inexpresiva, ya que no quería recordar las cosas que el mago le hizo hacer al descubrir su objeto a revenciar, que básicamente era una braga.
-Entiendo... supongo que a pesar de no ser un devoto de milis, cosas se mantienen en todos los creyentes- dijo Astia con pocas ganas de saber lo que ocultaba, ya que seguiría con esa actitud que le molestaba de los creyentes.
Así después de esa extravagante interacción con las dos ferales, que esta vez no fue más que culpa del mago, por fin volverían a su vida normal en la universidad.
Dos semanas después.
Se veía al saiyajin caminando junto a las dos ferales, por alguna extraña razón las dos se habían acercado a Goku, que no le importaba su compañía, pero a veces se llegaban a hacer un poco molestas por sus comentarios de más, lo que le parecía muy raro, ya que en un pasado nunca se atrevieron a hablarle, siendo esa la razón lo que le dejaba una gran duda, que ahora mismo se propuso responder.
-Oye Pursena ¿por qué es que me llevan siguiendo esta última semana?- preguntó Goku sin entender el cambio de su actitud, ya que hace unas semanas todavía temblaban al tenerlo delante.
-Bueno jefe básicamente preferimos estar contigo que con Rudeus, siempre que estamos con él emite un fuerte olor de excitación y de querer aparearse, además ya me ha tocado muchas veces las tetas, por eso jefe preferimos evitar estar con él, aunque me sorprende que se haya controlado bien esta última semana nano- dijo Pursena con una sonrisa.
-Es cierto el jefe es un pervertido, ¡pero tú eres aún peor por acercarte a él por un poco de carne nya!- dijo Rinia echándole en cara eso.
El saiyajin al ver que entraban a su típica charla cómica, se volvió a generar una duda en él, que con la intención de volver a responderla, detuvo su caminata captando la atención de las dos.
-No entiendo una cosa, ¿por qué me llaman jefe?, por lo que sé debería haberlas derrotado para recibir ese título por su parte, pero Rudeus fue quien les ganó, no comprendo por qué me llaman a mí así también- dijo Goku recordando con nostalgia a Izune al ver a las dos ferales.
-Eso es porque eres el compañero del jefe, por eso estás a su mismo nivel, y por tal razón te consideramos nuestro jefe, además de que eres el jefe de Izune, aunque lo más importante es que no pareces una amenaza comparado al jefe, no sé cómo decirlo, pero parece que fueras un feral con una época de celo, ¡ya que nunca te activas nano!- exclamó Pursena en tono burlón al saiyajin, que no comprendió la broma que para muchos podía ser una ofensa.
-Y bien jefe ¿qué haremos?, el jefe Rudeus tiene una gran fuerza para poder poner la universidad a sus pies, pero no tiene la motivación nya, en cambio usted jefe ya ha conseguido ser temido por todos, ¿cuándo haremos que todos estén a nuestros pies?- preguntó Rinia con emoción de volver a ser temida en la escuela.
-¿Por qué haríamos eso?- preguntó Goku confundido de sus intenciones.
Las dos ferales suspiraron por la pregunta.
-¿Cómo qué por qué?, jefe es más parecido a Rudeus de lo que creía, le falta codicia nya, ¡podríamos estar en la cima de la escala de la universidad!, ¿por qué se conforma con ser la potencia mundial e imponer temor?, podría usar su poder para impulsar respeto y dominio- dijo Rinia cada vez más emocionada de ser elogiada por todos una vez que el saiyajin los dominara, o al menos esa idea quedó lejos ya que fue ignorada por sus dos compañeros.
-¡Jefe vamos a comer un poco de carne!- exclamó Pursena abrazando al saiyajin en búsqueda de conseguir una comida.
-Sí me parece bien, ¡yo también tenía ganas de comer algo de carne!- exclamó Goku también emocionado de saciar su apetito.
La gata Dedorudia habría suspirado por ser ignorada, ya que a diferencia de ella, su amiga tenía mucha mejor relación con el saiyajin, ya que al los dos ser unos amantes de la comida, conectaron muy fácilmente yéndose más de una vez a comer juntos, para el agrado de los dos que tenían una actitud bastante despreocupada.
Los tres se detuvieron al percatarse de una persona enfrente suyo, las dos al verla sacaron una sonrisa altanera al instante, mientras que el saiyajin también sonrió por un momento, pero al ver la actitud preocupada de la persona cambió a una más seria.
-Vaya vaya pero si es la novia del jefe, ¡siempre que la veo trate un olor de querer aparearse con el jefe!- exclamó Rinia en tono burlón, aunque al instante se calló al ver que el saiyajin no la miraba con gracia.
-¿Podemos hablar un poco?- preguntó Astia tocándose su brazo, mostrando que algo le preocupaba.
-Claro, iba a comer con Pursena y Rinia, así que porque no nos acompañas y hablamos de lo que quieres- dijo Goku con ganas de comer.
De la nada vería a la mujer como se posó en su pecho, dejándolo un poco confundido, pero eso cambiaría al ver su cara seria.
-¿No podemos hablar en privado?- preguntó Astia pareciendo qué en cualquier momento lloraría.
El saiyajin sin poder negarse aceptó, viéndose como después de un rato los dos llegaron a la habitación de Goku, que ofreció su cuarto para poder hablar al ver que era más importante de lo que creía, lo que le iba a decir. Lentamente la mujer se sentó en la cama de su habitación, viéndolo fijamente a los ojos, demostrando que tenía una gran preocupación.
-¿Goku tú me quieres?- preguntó Astia con lágrimas en sus ojos.
El saiyajin confundido por la pregunta se sentó al lado de mujer.
-¡Claro que sí!- dijo Goku sin dudar mostrando total honestidad.
-Sé que me quieres, pero no te estoy preguntando como quieres a Rudeus o un familiar, ¿me quieres cómo pareja?
(Viendo cómo el saiyajin no respondía, ya que no sabía realmente qué decir sobre estos temas, en lo que nunca fue bueno).
Estas últimas dos semanas no hemos casi hablado, te la pasas con esas dos ferales todo el tiempo, e incluso cuando se supone que íbamos a celebrar el pago de mi primera misión, lo terminaste cancelando, ¿no has hecho nada con ésas dos?- preguntó Astia ya sin saber que pensar.
Era cierto que a diferencia de las otras semanas, en estas dos Goku había estado mucho más distante, y eso era en parte por culpa de las dos ferales, que pasaban su tiempo con el saiyajin como medio de protección contra Rudeus, pero más importante su misión principal, ganarse su confianza para tener un buen puesto en su aldea, casi tan bueno como para poder igualar a la líder Izune, que consideraba al saiyajin como su jefe. Por esas razones agregando que el saiyajin canceló, debido a que tuvo que ayudar con el entrenamiento de Juliette, que por mala suerte la noble nunca se enteró, terminó pensando que tal vez el saiyajin estaba teniendo más de una relación de simple amistad con las dos ferales, ya que por mucho que lo conociera, no podía ignorar que provenía también de la sangre real amante de los ferales, siendo así como terminó hasta ahora.
-No sé a qué te refieres con eso, pero si hablas de lo que les hace Rudeus no lo he hecho, en realidad esa es la misma razón del porqué pasan tanto tiempo conmigo, creo que me están usando como medio de persuasión hacia Rudeus, ya que hasta él sabe que no me gusta cuándo entra a esa actitud pervertida, y la vez que lo cancelé... ¡perdón por eso, le había prometido a Rudeus ayudarlo con el entrenamiento de Julie!, es por eso qué no pude ir, se me olvidó decírtelo-dijo Goku rascándose su cabeza nervioso, al sentir que se había equivocado.
-Ya veo, me prometes que es verdad- pidió Astia seria y pareciendo que iba a llorar.
-Sí lo prometo, si quieres te lo puedo recompensar- dijo Goku preocupado de que se haya enojado con él.
Lentamente una risa salió por la noble que no pudo resistir, tomando del brazo al saiyajin mientras se limpiaba las lágrimas, pero está vez de la gracia que le generó la actitud del saiyajin.
-Sólo bromeo sé que no has hecho nada así, me parece muy tierno lo inocente que llegas a ser.
(volviéndose a sentar nuevamente en la cama, después de haberse acostado al abrazar al saiyajin).
Pero tomando tu palabra puedo pedir lo que sea ¿cierto?- preguntó Astia emocionada al ver que resultó mejor de lo que esperaba esta broma.
-E-está bien, mientras se algo que pueda, te puedo cumplir lo que quieras- dijo Goku suspirando resignado de la broma de su novia, sin darse cuenta que le había sacado un sonrojo por lo dicho.
-Y-ya veo, bueno por la cita perdida de la otra vez, me gustaría recuperarla.
(Moviendo su pelo atrás de su oreja, mientras veía a otra parte con un leve rubor).
Las dos ferales no estaban tan equivocadas.
(Viendo que el saiyajin miraba confundido lo dicho).
Hay algo que me gustaría enseñarte, ¿lo puedes cumplir?- preguntó Astia seriamente aunque con un leve rubor, que dejó al saiyajin con una gota de sudor por la mirada que le daba.
-Cómo ya dije, mientras esté al alcance de mis manos no hay problema- dijo Goku mientras se trataba de imaginar que le pediría, para ponerse tan seria.
-Entiendo, creo que te lo pediré ahora- dijo Astia mientras se acostaba en la cama, mirando fijamente al saiyajin con una expresión que le dejaba confundido.
Unas horas más tarde.
El mago caminaba tranquilamente, hace unas horas había tenido su última clase por lo que tenía el día libre, en su pensamiento de que hacer se pasó seguir estudiando sobre la catástrofe mágica, pero la verdad no tenía mucho avance, sabía porque motivo se había hecho, que fue la llegada de una persona de otro mundo al igual que él, ¿y cómo es que lo sabía?. En una de sus cuantas reuniones con el dios dragón, le comentó un poco de su vida universitaria, en lo que obviamente entró el tema de la catástrofe mágica, donde para la sorpresa del mago, descubrió que todo eso fue por la causa de la llegada de una persona de otro mundo, que no era nadie más que la misma mujer que acompañaba al dios dragón, el día que casi es asesina por él, siendo un momento que hasta el día de hoy le causaba escalofríos, pero a pesar de saber eso, nunca supo la causa o quien fue el que la trajo, ya que conectando lo dicho por el saiyajin, que la sensación que sintió fue igual que cuando llegó a este mundo, no puedo pensar más que el causante fue una persona con habilidades por lo menos similares a las del dios mago.
Una vez resignado a seguir ya que sabía que no conseguirá nada, unas presencias conocidas le llamaron su atención, a un lado de él pasaba el saiyajin y su novia tomados de la mano, pero algo era diferente… el mago no podía explicar lo que le hacía sentir ese cambio.
-Ésos dos siempre se ven tomados de las manos, a veces me llega a dar celos de la relación que consiguió Goku, pero… es muy raro, nunca lo había visto poner esa cara.
(Viendo casi un aura majestuosa rodear su cara).
Goku siempre fue seguro de sí mismo, es guapo aunque no se considere así mismo como tal, su físico es increíble por su entrenamiento, su actitud es una que es imposible no agradarte, y a pesar de poder ser lento en algunas cosas, es bastante astuto en varios temas que podrían ser difíciles para la mayoría, pero.
(Viendo cómo los dos iban abrazados, el saiyajin tomándola de la cadera y la mujer agarrándose de su brazo).
¿Siempre emitió esa aura tan varonil?, me hace llegar a dudar que sea Goku, espera un momento… ésos dos siempre fueron muy cercanos, ¿pero eran tan cercanos?, será acaso que… ¡no, no, no es posible!, si las mismas vándalas lo confirmaron, es como si tuviera sus deseos carnales apagados- pensó Rudeus viendo a sus dos amigos irse más juntos de lo normal, pero constantemente recordando la conversación que tuvo con las ferales hace unos días.
Hace unos días.
El mago estaba en el salón de clases esperando tranquilamente al maestro, hasta que vio entrar a las dos ferales conversando tranquilamente, lo que le llamó la atención al momento ya que les quería preguntar algo.
-Han estado pasando mucho tiempo con Goku, no pensé que les agradara tanto, considerando que hace poco le tenían una especie de miedo- dijo Rudeus sin poder evitar notarlo.
-Pero de que hablas nano, ¿acaso nos ves con el jefe Goku ahora?- preguntó Pursena tratando de evitar la observación del mago.
-Hace unos momentos estuvieron con él.
(Dándose cuenta que no conocían sobre su técnica de detectar presencias).
Olviden lo que dije- dijo Rudeus nerviosamente.
Las dos ferales estaban abrazadas mostrando una cara horrorizada hacia el mago.
-El jefe nos está acosando nya, sabía que éramos irresistibles pero esto es más de lo que creía- dijo Rinia abrazando más fuerte a Pursena.
-Y pensar que estaríamos con el jefe Goku a salvo pero no es así nano, debimos ver que la perversión del jefe es mucho mayor- dijo Pursena con miedo.
-Ojalá fuera más como el jefe Goku- dijo Rinia manteniendo su actuación de miedo.
El mago con una gota de sudor sólo podía ver como era cada vez puesto como la peor calaña, sacándole eso mismo una gota de sudor.
-Oigan saben que estoy aquí… ¿y qué es eso de lo que hablan de Goku?- preguntó Rudeus confundido.
-Ah jefe no se ofenda en realidad también lo respetamos, pero cada vez que lo vemos pasamos miedo ya que apesta a excitación, a diferencia del jefe Goku que es como si tuviera dormido, ¡pero no se preocupe nya!, usaremos a Pursena como salvación para frenarlo así que no se contenga- dijo Rinia moviendo su cola al pensar que era una buena solución.
-¿¿Qué y por qué yo nano?!- reclamó Pursena molesta.
-Al jefe le gusta más los tuyos no por nada son más grande- dijo Rinia como si fuera lo más lógico.
-Bueno es verdad nano, pero sólo si me da carne lo permitiré- dijo Pursena viendo al mago que veía hacia otra parte.
-Conque dormido… ¿será por eso que tiene cero ganas de tener relaciones?, ¿es impotente? ¿acaso siempre tuvo ese problema y yo sólo me burlaba?, ¿he sido tan mal amigo?, no, no espera, decían que sólo tenía un deseo bajo, y ahora mismo está saliendo, por lo que no creo que sea eso, sólo debe tener un bajo deseo.
(Viendo molesto a las dos ferales).
Y a que nivel me están poniendo, es casi como si fuera un acosador adicto a las cosas pervertidas, yo jamás haría algo así, ya le prometí amor a Eris, está entrenando duramente para volverse más fuerte y ser de ayuda en nuestro combate, no puedo ser menos y demostrar que soy apto para ella, y es por eso que nunca la engañaré.
(Viendo a otro lado).
La vez que les toqué las tetas a las dos fue para revisar si eran reales- pensó Rudeus convenciéndose así mismo, viendo fijamente los pechos de Pursena, volviendo a asentir.
-¡No corre Pursena ya te tiene en la mira!- dijo Rinia de forma cómica tratando de tapar los pechos de su amiga.
Ya en el presente.
-¡Ah creo que estoy pensando demasiado las cosas!- dijo Rudeus suspirando mientras se rasca su cabeza, yendo hacia los dos con la intención de invitarlos a comer y pasar su rato libre con sus dos amigos.
3 días después.
El saiyajin se encontraba en mitad de un bosque, manteniendo una posición constante de loto, su pensamiento era constantemente uno, y era la forma de seguir su entrenamiento, para así nada más abrir los ojos levantarse, viendo serio el suelo.
-En nuestra anterior pelea contra el dios mago sólo jugó con nosotros, usó habilidades básicas que por su cantidad colosal de maná, y en el modo que las controlaba, nos hacía no poder responder bien, a parte de que ni siquiera nos enfrentamos a su diez por ciento de su verdadero poder, las posibilidades de que lo venzamos son casi nulas, es por eso que debo ser más fuerte, pero eso actualmente no pudo-pensó Goku serio y molesto de sí mismo.
La razón de porque no tenía preocupaciones cuando tuvo que dejar de entrenar, y porque lo hacía cada vez menos, poniéndose estudiar más la magia, era porque su falta de poder aumentar su poder en estado base era tan grande, que con suerte aumentaba unos pocos dígitos si lo tomamos en una escala numérica, siendo por esa misma razón por la que el saiyajin, no reclamó en ningún momento sobre dejar de entrenar. Ya una vez recuperado sabía que al menos tenía que recuperar la forma, pensando que sería imposible vencer al dios mago con su estado actual.
-Aunque después de completar todo mi aprendizaje en la universidad, empezaré mi entrenamiento con Orsted, pero sin importar eso el resultado será el mismo, perderemos, y el leve cambio que pueda tener es tener las mayores fuerzas posibles antes de entrenar con Orsted, pero es algo casi imposible, por mucho que lo intente no puedo transformarme, y ya he llegado al límite de poder en mi cuerpo base.
(Suspirando).
Bueno si no lo intento nunca conseguiré nada, a veces de verdad me pregunto si conservo sangre saiyajin- dijo Goku frustrado, ya que esto sin exagerar lo había intentado más de cien veces.
El sitio tembló por completo, el saiyajin había tensado todo su cuerpo, viéndose como ponían una postura levemente inclinada hacia al frente, apretando los puños tratando de liberar su poder como normalmente lo hacía para transformarse, pero lo único que consiguió fue expulsar su poder de estado base, viéndose como un aura blanca lo rodeaba, al igual que su pelo azabache se elevó por un leve segundo, pero lo que no se veía, era rastro alguno del super saiyajin.
Una vez, dos veces, cinco veces más, diez veces más, en ninguno de los casos pudo transformarse, ante tal frustración no pudo más que caer al suelo cansado, viendo como es que estaba la zona cercana a él destruida, sacando una leve sonrisa molesta.
-Supongo que no tengo más opción, no tengo la intención de destruir todo el lugar- dijo Goku molesto y ya aceptando lo que iba a hacer.
Levantándose nuevamente en esta sesión de entrenamiento que parecía que sería algo continúo, no pudo más que suspirar mientras se relajaba, para después cerrar sus ojos optando por la estrategia a usar ahora. Recuerdos de sus momentos más difíciles de su vida, gente que tuvo que matar, gente que no pudo salvar, la muerte de su amigo a manos de Freezer, pero mucho más importante, el dios mago matando a sus amigos, eran las cosas que pasaban por el saiyajin, que no podía más que apretar su mano enojado y frustrado, pasando los segundos que se volvieron minutos de ese sufrimiento, hasta que no pudo más, y con una cara molesta por imaginarse esas cosas tan horrible, no pudo más que rendirse decepcionado nuevamente de su resultado.
Al saber que no podía mejorar su estado base, no haría más que un entrenamiento que le permita mantener el nivel, ya que hasta para él sabía que no iba a ser muy efectivo, por mucho que haga los mejores entrenamientos que conocía, pero mucho más importante, no sabía si en algún momento podría volverse a transformar, ya que a pesar de que logró conseguir la mayor ira desde que estaba en este mundo, no logró conseguir ni una pequeña señal, aunque tenía claro que no se acercaba a la mayor de su vida completa, que fue la vivida en el planeta namek, y la segunda que fue ver como sus amigos eran eliminados por los androides.
Unas horas después.
Goku llegó a la clase con una notoria actitud decaída, pero antes de que las personas se pudieran dar cuenta, se concentraban en otra cosa, que llamó también la atención del saiyajin, ya que volvía a ver a la lujuriosa elfa que no aparecía hace mucho delante de él, la cuál ahora mismo se estaba besando con su compañero de clase Cliff.
Rudeus al ver la cara del saiyajin no pudo más que sonreír.
-Está vez también tuve un poco que ver- dijo Rudeus también sorprendido de que ésos dos se estén besando ahora mismo.
Una leve risa salió por el saiyajin, que por un momento olvidó lo pasado en su entrenamiento matutino.
-Ya veo, siempre te diviertes Rudeus, has estado mucho más activo de lo habitual- dijo Goku con una sonrisa que dejó a Rudeus dudoso de que contestar.
Para así el saiyajin ver la llegada de las dos ferales, que sin tardarse se empezaron a quejar, lo que hizo que no pudiera evitar sonreír, al no poder más que disfrutar pacíficamente la vida que había tenido los últimos meses, la cual no lo cambiaría por nada.
Goku volvió intimar cada vez más con Astia, el viaje y las constantes interacciones los hicieron más unidos, pero ante todo se divirtieron con extravagancias del mago, que estuvo más que nunca este mes. ¿Goku se podrá volver a transformar? ¿Será capaz de hacerle frente al verdadero poder del dios mago?, vean el próximo episodio para ir enterándose sobre el avance de esta historia.