—¿Qué sientes cuando lo ves? —preguntó ChenLe.
—Nada en realidad. ¿O sí? Estoy tranquilo. Hay cierta calidez que me hace sentir cómodo, algo normal supongo.
—¿Sientes eso conmigo?
—¿Qué? Claro que no. Tú me desesperas.
—¿Entonces?
—¿Entonces qué?
—¿No te das cuenta? Es diferente.
—Claro que es diferente. Tu eres un jodón y JaeMin también pero él tiene sus límites.
—Me refiero a que es diferente el amor que le tienes. Un trato inigualable. Es claro que te gusta. No veo tus dudas.
—Mis dudas están aquí —señaló su cabeza—. Mi corazón puede decir que me gusta si se acelera cuando lo veo, pero aquí —volvió a señalar—, siento un revoltijo
—Son las mariposas.
—¿Que no esas están en el estómago?
—Ah sí, es cierto —rio.
RenJun suspiró mientras cavilaba y dijo.
—Te puedo confirmar que siento amor por él desde un punto, sí. Pero amistoso, eso creo. JaeMin puede llegar a ser muy comprensivo, ¿Sabes? A veces hasta logro verlo tierno. —esbozó una sonrisa sin pensar.
—Es porque te gusta.
RenJun se tomó de los cabellos y renegó frustrado.
—No lo sé. Tal vez debo esperar un tiempo para pensar bien las cosas.
—Si eso es lo que quieres. —ChenLe se encogió de hombros.