10.- Imán de problemas
Dumbledore acababa de anunciar que en poco menos de un mes iniciaría el legendario Torneo de los Tres Magos y que alumnos de otros colegios de Europa iban a alojarse en Hogwarts durante todo el año, por lo que llegarían a fines de mes.
Sin embargo, Harry no se permitía a si mismo estar emocionado. Porque si bien su vida no estaba destinada a ser simple, de verdad tenía esperanzas en un año calmado, pero estaba claro desde hace semanas, cuando recibió una carta que esto no sería posible.
Mientras vagaba por los pasillos metió la mano en su bolsillo y sacó la carta, estaba arrugada, había pasado horas leyéndola, como si en algún momento pudiera cambiara de contenido.
Harry:
Espero que estés bien y que tú estadía con los Dursley también sea buena, creo que debería avisarte de bastantes cosas en esta carta, pero me centraré en lo más importante.
Este año no voy a impartir clases, quiero cuidar a Sirius lo más que pueda y la licantropía es un estorbo cuando se trata de cumplir fechas revisando exámenes.
Posiblemente te preguntes cómo van los juicios de tú padrino, y la verdad es que podrían ir mejor...
Ya quedó claro que Sirius no fue el culpable de esa noche, eso es bueno, aunque aún así está teniendo problemas por otras cosas. Ser un animago no registrado es algo de lo menos preocupante. Aun no sale noticia de esto solo porque Peter ha estado tratando miles de formas para evadir la justicia, hace un par de días unos aurores lo encontraron tratando de suicidarse y tiene episodios psicóticos cada tanto, quizá por haber mantenido la forma de rata tanto tiempo.
Con respecto a tu custodia también estamos teniendo problemas, el hecho de que yo sea un hombre lobo y que Sirius no esté en plena facultad emocional ni mental son los mayores impedimentos. Pero estoy seguro de que podríamos conseguir unos días "de visita" para (al menos) pasar la navidad.
Creí que no debería mentirte acerca de esto, aunque Sirius me dijo que lo hiciera para no preocuparte, espero no haberme equivocado.
Pd: Si necesitas ayuda o apoyo en cualquier cosa recuerda que solo estamos a una carta de distancia
Tú mejor profesor, Remus Lupin
Harry suspiró y volvió a guardar la carta, y siguió su camino, ya no quedaba nadie por los pasillos y sinceramente solo quería mandar a la mierda a todos y a todo lo relacionado con el ministerio o la magia.
Bueno, quizá no todos
Porque por alguna razón, ese rubio engreído siempre era la excepción.
Bostezando, entra a la sala en desuso, recordando cómo planearon encontrarse ahi hacia algunas semanas.
—Miren quien decidió honrarme con su presencia...—dijo con sorna mientras lo mira con una sonrisa
Harry le sonrió, conteniendo una risa cuando en el momento en que se lanzó a su lado en el sillón.
—Que poca confianza tienes en mi. —murmuró mientras se acomodaba de forma exagerada, dejando cada vez menos espacio entre ellos y más espacio libre en el pequeño sillón
—Molesto
—Idiota
—Imbécil
—Irritante
—Enano
—¡Tú eres un poste de luz! ¡A tu lado cualquiera se ve más bajo! —gritó el de ojos verdes mientras se alejaba de él y le lanzaba una almohada
El golpe lo sorprendió por unos segundos, luego, riendo, se lo devolvió y ambos se enfrascaron en una batalla campal de almohadas.
Jugueteaban y bromeaban, golpeándose uno al otro. La pelea fue divertida, ambos sintieron su corazón acelerarse, rieron a carcajadas con cada golpe y los devolvían con más fuerza, sin importar quién ganara o perdiera.
Al final, los dos suspiraron exhaustos, pero no pudieron resistirse a reír otra vez cuando se dejaron caer en el piso.
—Gracias, Draco. —murmuró con una sonrisa
—¿Por qué?—preguntó—¿por poder ver mi genialidad al aplastarte en la guerra de almohadas? Ganar me sale natural, no hay razón para tanto elogio
Harry soltó una risa.
—No, idiota, por estar aquí. —mencionó finalmente mientras se levantaba, se sentaba a su lado, con la espalda en el sillón y trataba en vano de contener un bostezo, ambos sabían que sus palabras no se referían a ese momento en específico y eso hizo que las mariposas dentro del estómago de Draco volvieran a la vida una vez más.
El chico pasó una mano por su cabello azabache, cosa que solía hacer cuando estaba nervioso. Los dedos se le enredaban, ese verano no había querido cortárselo, por lo que los nudos eran más habituales. Usualmente caminaba en círculos, pero el cansancio físico y emocional que sentía le hacía imposible moverse demasiado. Era como si la energía que había demostrado minutos antes hubieran sido sus últimas reservas.
—¿Qué ocurre? —preguntó Draco pasados unos segundos—Y no trates de mentir diciendo que solo estás cansado por el viaje o que no ocurre nada.
Bajando la cabeza suspiró. Sus pensamientos debatiéndose entre decir la verdad o mentir diciendo cualquier babosada que se le ocurriera en los siguientes cinco segundos y ser descubierto. Decidió ahorrarse la vergüenza e intentar decir lo que sentía. Nunca había sido bueno en eso...
—Es solo que...—se atrevió a levantar la mirada, vio dos ornes plata mirándolo con atención, Harry casi podría decir con seguridad que estaban preocupados— Todo va de mal en peor con los juicios de mi padrino..., no sé, de verdad quiero vivir con el... y no he dormido bien desde hace semanas por eso y otras cosas
Sí, tenía total confianza en su amigo, pero no podía permitirse ser totalmente sincero, no quería ser una carga para alguien más.
—Vaya mierda...—murmuró mirándolo—que se jodan los del ministerio, mereces relajarte, te aseguro que va a salir bien
—Suenas como si le estuvieras diciendo a un niño pequeño que se acaba de perder en un supermercado que vas a encontrar a sus padres—dijo— Estoy bien. No quiero meterte en mis problemas
Pese a que quería preguntar que carajos era un supermercado, se contuvo y se enfocó en hacerlo sentir mejor
—No te estoy tratando como a un niño, imbécil
—Solo cállate... Malfoy. —el mencionado pudo haberse enojado demasiado por esas palabras, sin embargo, la forma en la que salieron de la boca del chico, fue de una forma tan somnolienta que casi le entraron ganas de reir. Pero su respiración casi se detuvo cuando el azabache dejó caer su cabeza en su hombro—dame cinco minutos...
Draco soltó una leve risa, que despertó en el somnoliento Harry una sensación increíble.
—Y para tu información, fue un empate...—murmuró, con esto último soltó otro bostezo y cayó dormido
Draco quiso hacer mucho en solo unos segundos. Quería reír por la forma en la que el chico actuaba. Quería saltar de emoción por la situación. Quería echarse a llorar, porque sabía que eso era lo más cerca que iban a estar, porque era demasiado cobarde como para intentar algo más. Quería de todo. Pero a la vez, sabía que no podría tener nada.
•••
—¡Démosle la bienvenida a los alumnos de Beauxbatons junto a su directora, Madame Máxime!—anuncio el director emocionado
Entonces, decenas de chicos y chicas vestidos en largas túnicas azules entraron por la puerta del gran comedor su directora detrás, caminando con elegancia, frente a ella los alumnos hicieron un pequeño espectáculo con mariposas dirigidos por una chica de cabello rubio.
Harry miro hacia los chicos de su casa que miraban embelesados a la rubia. Luego miro a los chicos de las demás casas. Con todos pasaba lo mismo.
Después de su espectáculo todos aplaudieron pero los chicos aplaudieron con mucha mas fuerza que las chicas.
—¡Y a los alumnos de Durmstrang junto a su director Igor Karkarov!—gritó Dumbledore, su emoción era contagiosa
En ese instante entraron por la puerta haciendo un pequeño espectáculo con los largos bastones que traían en la mano y algo de fuego, todos aplaudieron al término.
—No sabía que Víktor Krum estudiara en Durmstrang—mencionó Hermione
—¿No? Juro que lo mencioné alguna vez.—dijo Ron mientras miraba fijamente al búlgaro mientras se sentaban en la mesa de Slytherin
Harry bufó.
—Eso es porque estas prácticamente enamorado de Krum. —dijo el azabache riendo—Solo falta que sepas el núcleo de su varita—bromeó, pero al ver que su amigo no respondía comenzó a reír—¿sabes el núcleo de su varita?
—Fibra de corazón de dragón... —respondió, su cara roja de vergüenza, Harry soltó una carcajada y Hermione casi escupe su jugo de calabaza
•••
El director Dumbledore invitó a los alumnos de otras escuelas a sentarse y disfrutar del banquete, después hablaría sobre el torneo.
Los de Durmstrang se sentaron en la mesa de Slytherin y los de Beauxbatons el la de Ravenclaw.
Volteó a la mesa de Slytherin y ahi vio que Krum estaba hablando bastante con Draco. Un leve cosquilleo molesto. Llevaba bastante tiempo sintiendo cosas extrañas en ciertos momentos que pasaba con el rubio.
Nunca había sentido nada parecido y seguía encargándose de averiguar que significaba
Después de unos cuarenta minutos el banquete terminó y Dumbledore pudo hablar sobre el esperado torneo.
—Como todos ya saben—comenzó a explicar con una sonrisa—este año en Hogwarts se celebrará el legendario torneo de los tres magos, los participantes serán elegidos por el juez imparcial, El cáliz de fuego.
Fred, George y Lee se miraron preocupados, se habían pasado un mes entero planeando cómo burlarían al juez imparcial, pero ya se les ocurriría algo para entrar y ganar el gran premio de los mil galeones.
—Para los que estén interesados en inscribirse, se podrán inscribir a partir de mañana ,para que tengan algo de tiempo en consultar con la almohada los riesgos de participar. No les voy a mentir ni a engañar, es posible que salgan heridos, dicho esto, vayan a la cama, descansen, pronto serán elegidos los participantes para el torneo.
•••
—Sinceramente no me importa en lo más mínimo no poder participar en el torneo—le dijo Harry a Draco con una sonrisa, estaba con la cabeza apoyada en su regazo—Al fin tendré un año tranquilo, donde nadie ni nada quiera matarme, es relajante
—Eres un imán de mala suerte, seguro encuentras alguna forma de salir lastimado este año—decía mientras reía
—Que bueno eres animando a la gente, Malfoy—dijo con sarcasmo dándole un pequeño golpe en la frente
—Mejor que tú, al menos—murmuró mientras le hacía caricias en el cabello.
Harry pensaba en los últimos días mientras sonreía por la acción. Estaba por quedarse dormido cuando por su mente cruzó un pequeño pensamiento y abrió los ojos de golpe.
—Me tengo que ir, ya es tarde—dijo Harry levantándose y tropezando con el aire en el proceso
—¿Como te puedes tropezar con el aire?—pregunto riendo—y esa es una de las razones de porque saldrás lastimado este año—se levantó para caminar hasta Harry
Le tendió la mano con una sonrisa burlona, el azabache se sonrojó ante el acto, la tomo y salió corriendo a su sala común. Dejando a un Draco confundido por la huida y emocionado por el toque.
•••
Maldita sea. Esto era horrible. ¿Le gustaba Malfoy?
Le gustaba Draco Malfoy.
Le gustaba Draco.
¡Le gustaba Draco!
Y le gustaba demasiado. Tanto que no se había querido dar cuenta.
Murmuró la contraseña para que el retrato lo dejara entrar, con la leve esperanza de no encontrarse con nadie, ya tenía demasiado con sus propios pensamientos.
La suerte nunca ha estado de su lado y se encontró a Hermione que levantó la vista de la mesa que ordenaba, al parecer estuvo ayudando a Ron con las tareas que atrasadas.
—Ayude a Ron con las tareas, si quieres mañana te ayudo a ti—dijo frotándose los ojos
—Oh, tranquila no hace falta... —hizo un gesto nervioso para restar importancia—estoy al día con todo
—¿De verdad?—decia Hermione sin dar crédito a sus oídos
—¿Es tan complicado de creer que me interesan los estudios?—preguntó, y antes de que la chica pudiera decir algo más con respecto al tema, añadió—No respondas, sé que es difícil de creer, Remus tampoco lo creía al inicio—obviamente no le iba a decir que cierto rubio engreído lo ayudaba casi todas las tardes
Hermione soltó una risa, pero luego su cara reflejaba curiosidad pura.
—¿Donde estabas? —preguntó—desapareces casi todas las tardes y no vuelves hasta muy tarde...—mientras que Harry trataba de pensar una excusa creíble su amiga cambió su mirada curiosa por una un tanto más emocionada— ¡Ya se que te ocurre! Lo tenías bien escondido...
—¿Ah si?—Harry pensó en miles de escenarios donde en la mayoría, Hermione terminaba descubriendo muchas cosas
—¡Estás saliendo con alguien!—Harry se sorprendió y se limitó a negar con un leve sonrojo, ganas no le faltaban para salir con ese idiota—¿Al menos te gusta, no?—esta vez asintió con un poco de duda
—¡No menciones el tema!—gritó Harry nervioso—Es reciente... no quiero hablar de eso—murmuró y antes de que Hermione pudiese decir una palabra más—En serio, no lo menciones...
Le dio una última sonrisa triste y fue a su habitación. Ahí sus compañeros lo bombardearon con las mismas preguntas. El solo los ignoró y cerró las cortinas.
Tenía demasiado en que pensar. E incluso una carta que escribir si es que no encontraba respuestas.