Por lo tanto, manténte en paz con Dios
de cualquier modo que lo concibas...
"Yoongi:
Te dije que tendrías que leer esta carta cuando tuvieras veinticinco años, si es así, seguramente esta carta te explique muchas cosas que probablemente no alcanzas a comprender a día de hoy, como si fueran recuerdos de un sueño de fiebre pero parecen tan reales como memorias.
Yoongi, la chica que has conocido en aquella tienda de discos llamada Mikrokosmos, soy yo. Sí, tu instructora de piano de cuando tenías sólo quince años se ve exactamente igual e incluso más joven que cuando la conociste. Probablemente me hayas convertido en tu novia por querer ver si éramos la misma persona, lo somos.
Tú sabías que era una viajera en el tiempo, esa es la razón por la que se lo que te he dicho anteriormente. Sin embargo, la razón por la que he viajado hasta esa época no puedo decírtela, he interferido suficiente en nuestras líneas temporales originales.
Pero quiero que sepas que logré mi cometido, lamento todos los momentos difíciles que seguramente tuviste ante mi partida, pero te prometí que nos volveríamos a ver. Ahora que tienes veinticinco, voltea a ver a esa mujer que duerme a tu lado y obsérvala cuidadosamente, porque si repentinamente te abraza llorando, significa que he regresado a salvo a donde empecé y que te he extrañado como no lo puedes imaginar. Si no he regresado todavía, piensa que estoy en un lugar más pacifico y no te preguntes si regresaré, preocúpate por ti.
He tenido que dejar atrás tantas cosas por ti, porque te quiero, y verte sonriendo es ahora mi mayor preocupación. Nunca olvides las palabras que alguna vez te dije.
Toca con el corazón, Yoongi.
Atte. Jiwon."
El presentador anunció a Yoongi. Cuando él apareció en el escenario con su traje blanco, observé como guardaba antes de entrar una hoja de papel en el bolsillo interno de su saco, era mi carta.
Se sentó en el banquillo frente al gran piano de cola blanco y después de unos segundos en los que parecía concentrarse, las luces se apagaron y sólo un reflector lo apuntaba. Yoongi comenzó a tocar, una melodía que iba y venía en un compás lento y melancólico pero que poco a poco se convertía en un vaivén romántico, era el inicio de Planetarium.
Internamente sentí miedo por la decisión de Yoongi, pero no pude decir ni hacer nada porque inmediatamente la canción cambió radicalmente. La canción romántica que Yoongi estaba tocando de pronto terminó cuando comenzó a tocar varias notas sin relación, se sintió como un viaje en el tiempo, como transportarte a las estrellas y después aterrizar. Una vez que cortó toda melodía de Planetarium, su voz se hizo presente en el micrófono pegado a su solapa.
Sentí un escalofrío por toda la espalda, los vellos de los brazos se me erizaron y mi mente se perdió en la canción que Yoongi comenzó a tocar. La había escuchado antes y atesorado en el fondo de mi alma, la melodía se había convertido en una canción de invierno, en un abrazo cálido de narices congeladas, en el sonido de los árboles despojándose de sus hojas y sus flores hasta la siguiente primavera. Yoongi estaba tocando First Love.
La letra entró directamente en mi cabeza, los recuerdos del piano de Yoongi, su primer amor, la música.
Mi corazón se aceleró con el pensamiento de que mi carta había incitado a Yoongi a tocar esa canción, que sus barreras se habían caído y ahora tocaba con el corazón. Su voz rapeando la letra como sólo él sabía hacerlo, con su voz rasposa y parsimoniosa ronroneando y arrastrando su timbre. Escuchar aquella melodía de nuevo me había regalado una catarsis que provocó que mis lágrimas volvieran a salir disparadas por mis orbes.
Probablemente ni Bo Won ni Jimin me habían visto llorar de tal forma jamás, porque podía sentir sus ojos preocupados sobre mi, tal vez pensando si deberían consolarme, sin embargo, yo pensaba que era algo natural, reaccionar de tal manera ante el arte, sobretodo cuando genera las más profundas emociones en ti.
La canción terminó, Yoongi se levantó con cuidado para hacer una reverencia en agradecimiento al público y los espectadores aplaudieron fuertemente después de admirar la presentación del pelinegro.
Sequé mis lágrimas y me levanté de la butaca para ir hacia el camerino. En el camino me topaba con estudiantes míos del conservatorio y demás gente del staff que parecía emocionada por la presentación de Yoongi. Al llegar a los vestidores, encontré una habitación que en cuya puerta tenía el nombre de mi novio, en letras grandes y como si nadie más que él debiera estar ahí, tenía su propio vestidor.
Entré lentamente topándome con él, quitándose de encima algunas piezas de joyería que se había colocado solamente para la presentación, me vio a través del espejo y sonrió, dejando de hacer lo que hacía para girarse y caminar hasta mi.
—. ¡Jiwon-ah!—exclamó tomándome entre sus brazos y rodeándome con ellos gentilmente, podía oler su característico aroma desprenderse de su cabello y su cuello.—. ¿Qué te pareció?—me preguntó separándose de nuestro abrazo y tomando mis hombros con sus manos.
—. Fue hermoso.—le confesé mirando directamente sus ojos profundos que ahora brillaban.—. No pudiste hacerlo mejor, fue increíble.
—esbozó una sonrisa y acarició mi cabello que caía sobre mis hombros—. ¿Crees que ganemos?
—. Oh, Yoongi, hasta un sordo podría maravillarse por tu piano, no dudes que vas a ganar.—volví a juntarnos en un abrazo y me dejé acariciar por sus manos que se pasaban por mi cabeza y mi espalda.
—. Tú me enseñaste. Te lo debo a ti.—sus manos se detuvieron de repente, alcé mi cabeza sin retirar mis manos de su cintura y le miré a los ojos—. Jiwon-ah...
—. ¿Qué pasa?
—. Mi canción era para ti.—mencionó colocando uno de los mechones de mi cabello tras mi oreja de forma delicada—. Antes y después, escribí First Love para ti...
Me quedé un poco aturdida, estaba casi segura que Yoongi había querido decir otra cosa con esa canción, pero escucharlo de sus propios labios...
—. Tú siempre fuiste, eres y siempre serás mi primer amor. Mi piano es importante únicamente porque tú me enseñaste a tocarlo.
Sabía que mis ojos brillaban, sentía las lágrimas a punto de salir de nuevo, pero no lloraría. Mordí mi labio conteniendo mi sonrisa y simplemente volví a abrazarlo.
Min Yoongi, maldito bastardo, no sabía que eras tan cursi.
Estuvimos abrazados por unos minutos, antes de que el staff del conservatorio le pidiera a Yoongi estar preparado para el momento de la entrega de premios, salí del vestidor y me devolví a mi asiento mientras Yoongi salía al escenario a formarse junto con los demás participantes del concurso.
Al verlo caminar junto con los demás concursantes de música en el extenso escenario, recordé casi de inmediato el día del concurso, linealmente había sido hace diez años, en mi memoria tan sólo habían pasado dos días. Podía divisar al pequeño Yoongi de quince años en el escenario junto a sus compañeros y ahora, él también estaba ahí, sólo que ya no era el mismo jovencito inseguro sino que ahora era un hombre con su barbilla en alto, porte elegante y sus manos detrás de su espalda, esperando pacientemente el resultado de los jueces.
Entonces, el presentador anuncia primero el nombre del tercer lugar, que se lo lleva un chico más joven que Yoongi y más pequeño que él. Seguido del segundo lugar que se lo lleva una chica de vestido púrpura; y finalmente, el presentador anuncia con cautela el primer lugar, sólo para soltar con emoción:
—. ¡Min Yoongi!
Ya lo sabia, pero algo dentro de mi se sorprendía al escucharlo. Yoongi en el escenario, con su humildad siempre en su lugar, esboza una sonrisa honesta y hace una reverencia a todo el público aplaudiendo y coreando su nombre con alegría, sale de su lugar para recibir su premio y lo agita fervientemente, orgulloso de sí mismo. Verlo parado ahí tan feliz me había hecho sentir completa, lo había logrado, todo mi viaje valió la pena.
Bo Won, Jimin, Seokjin y yo ya estábamos parados aplaudiendo y gritando como un grupo de adolescentes fanáticas. Cuando la ceremonia cerró finalmente salimos al lobby y celebramos a Yoongi cortamente antes de despedirnos de los demás participantes para irnos a celebrar por nuestra cuenta. Nuestro departamento tenía una terraza amplia donde cabíamos todos y Jimin compró una botella de vino rosado para celebrar.
Al llegar, me despojé de mis tacones y acomodé los cojines en el jardín, haciendo que todos nos sentáramos mientras compartíamos anécdotas graciosas, muchas de ellas no las conocía porque habían sucedido mientras yo me encontraba en el 2010 enseñándole a tocar el piano a Yoongi, pero me reía por lo extrañas y fascinantes que eran, me alegraba tener buenos momentos con ellos a pesar de no haber estado aquí.
Mi teléfono comenzó a vibrar dentro de mi bolso, lo saqué y vi el identificador antes de contestar, no quería que nadie interrumpiera nuestra velada, sin embargo, mi rostro se paralizó y sentí un escalofrío al ver la pantalla.
Decía papá.
—. Tengo una llamada.—le dije a Jimin a mi lado—, regreso en un momento.
Me levanté del pequeño cojín y me aparté de mis amigos hasta una pared más alejada en aquella terraza, me di cuenta que Bo Won venía detrás de mi, había reaccionado inmediatamente al ver mi rostro perplejo.
Lo primero que pensé al ver aquel nombre fue qué tal vez, mamá se había vuelto a casar después de la muerte de mi padre, y si era así, aunque debo admitir que me molestaba un poco, no debía interferir conmigo, si mi madre era feliz yo también; sin embargo, había algo dentro de mi que dolía al tener que pensar en mi madre amando a alguien más y yo llamando a otra persona papá.
Contesté la llamada y llevé el teléfono a mi oído esperando escuchar algo.
—. ¿Yeoboseyo?—pregunté frunciendo mi ceño para concentrarme en la voz que fuera a escuchar del otro lado.
—. Oh, Jiwon-ah.—exclamó la voz—. Escuché que Yoongi ganó el primer lugar en el conservatorio.
No podía creerlo, mis ojos volvieron a aguarse cuando reconocí su voz, era él. No podía ser otra persona, era mi padre y me estaba llamando por teléfono. Mi ritmo cardiaco se aceleró, podía escuchar los latidos de mi corazón en mi oído.
—. Quería llamarle a él pero no quería molestarlos. Vengan a la casa mañana a celebrar, apuesto a que ha de estar muy contento.—continuó mi padre por la bocina del teléfono.
—. Papá...
Fue lo único que pude articular, mi voz se había roto por el nudo en mi garganta y mis ojos parecían cascadas ante las lágrimas que comencé a soltar. Miré a Bo Won frente a mi sin entender nada y sin detener mi llanto. No podía comprenderlo, no podía creerlo. Cubrí mi boca para que no escuchara mis sollozos y Bo Won tomo mi teléfono y respondió por mi.
—. Oh, señor Park.—respondió Bo Won poniendo el teléfono en alta voz para que mi padre lo escuchara y yo seguía cubriendo mi boca.
—. ¿Quien...? ¡Oh, Bo Won-ssi!—dijo emocionado mi padre al escuchar a mi amigo—. ¿Qué sucede? ¿Donde está Jiwon?
—. Oh, esta aquí pero...está muy borracha.—me excusó haciendo varios sonidos como si de verdad lo estuviera.—. Prometo cuidarla, no se preocupe.
—. ¿Donde están ahora?
—. En el departamento de ambos, todo está bien.
—. Oh, claro, por favor dile que pase mañana a casa, ¿sí?
—. Sí, señor Park, ahí estará.
Bo Won le colgó a mi padre y me devolvió mi teléfono, dejando que yo lo guardara en mi bolso de nuevo.
—. Qué...no lo entiendo...—balbuceé mirando a Bo Won. Ya había calmado un poco mis lágrimas en cuanto colgó.
—mi amigo suspiró y sólo dijo:—. Mañana, ven a verme en la mañana. Tenemos que hablar.
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¿Ya listxs para el final? 👀