Un verano con Summer © #1 ✔

By moonmontero

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[BORRADOR FALTAS DE ORTOGRAFÍA ] [+18] "El destino une a las personas que más se necesitan." Samanta cree que... More

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☘ Dedicatoria ☘
☘ Prólogo ☘
☘ Capítulo uno ☘
☘ Capítulo dos ☘
☘ Capítulo tres ☘
☘ Capítulo cuatro ☘
☘ Capítulo cinco ☘
☘ Capítulo seis ☘
☘ Capítulo siete ☘
☘ Capítulo ocho ☘
☘ Capítulo nueve ☘
☘ Capítulo diez ☘
☘Capítulo once ☘
☘ Capítulo doce ☘
☘ Capítulo trece -parte Ⅰ- ☘
☘ Capítulo trece -parte Ⅱ- ☘
☘ Capítulo catorce ☘
☘ Capítulo quince ☘
☘ Capítulo dieciséis☘
☘ Capítulo diecisiete ☘
☘ Capítulo dieciocho ☘
☘ Capítulo diecinueve ☘
☘ Capítulo veinte ☘
☘ Capítulo veintiuno ☘
☘ Capítulo veintidós ☘
☘ Capítulo veintitrés☘
☘Capítulo veinticuatro☘
☘Capítulo veinticinco☘
☘Capítulo veintiséis ☘
☘Capítulo veintisiete ☘
☘Capítulo veintiocho☘
☘Plus del Capítulo veintiocho ☘
☘Capítulo veintinueve☘
☘ Capítulo treinta ☘
☘Capítulo treinta y uno -parte Ⅰ- ☘
☘Capítulo treinta y uno -parte Ⅱ- ☘
☘Capítulo treinta y uno -parte Ⅲ- ☘
☘Capítulo treinta y uno -parte Ⅳ- ☘
☘Capítulo treinta y dos☘
☘Capítulo treinta y tres ☘
☘Capítulo treinta y cuatro☘
☘Capítulo treinta y cinco ☘
☘Capítulo treinta y seis ☘
☘ Capítulo treinta y siete ☘
☘Capítulo treinta y ocho☘
☘Capítulo treinta y nueve☘
☘Capítulo Cuarenta☘
☘Capítulo cuarenta y uno ☘
☘Capítulo cuarenta y dos☘
☘Capítulo cuarenta y tres☘
☘Capítulo cuarenta y cuatro☘
☘Capítulo cuarenta y cinco -parte Ⅰ☘
☘Capítulo cuarenta y cinco -parte Ⅱ-☘
☘Capítulo cuarenta y cinco -parte Ⅲ☘
☘Capítulo cuarenta y cinco -parte Ⅳ☘
☘ Capítulo cuarenta y seis -parte Ⅰ☘
☘ Capítulo cuarenta y seis -parte Ⅱ☘
☘Capítulo cuarenta y siete☘
☘Capítulo cuarenta y ocho☘
☘Capítulo cuarenta y nueve☘
☘Plus del Capítulo cuarenta y nueve☘
☘Capítulo cincuenta☘
☘Capítulo cincuenta y uno☘
☘Capítulo cincuenta y tres☘
☘Capítulo cincuenta y cuatro☘
☘Capítulo cincuenta y cinco☘
☘Capítulo cincuenta y seis☘
☘Capítulo cincuenta y siete☘
☘Capítulo cincuenta y ocho☘
☘Capítulo cincuenta y nueve☘
☘Capítulo sesenta☘
☘Capítulo sesenta y uno☘
☘Capítulo sesenta y dos☘
☘Capítulo sesenta y tres☘
☘Final ☘
☘To forget: Epílogo ☘
🕯️Agradecimientos🕯️
¡SEGUNDO LIBRO!
CUENTA ELIMINADA
Y LA QUESO💋

☘Capítulo cincuenta y dos☘

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By moonmontero


Summer 

Toco el timbre de la casa de Emmy y no se hace esperar para abrirme, me arrastra a su cuarto entre reproche y reproche por estar ebria, demasiado dice ella, se alarma por mi aspecto y me ayuda a cambiarme y como puedo oculto la molestia de las costillas, tengo moratones allí y cardenales en la cara.

—Te curé lo que pude, pero es mejor ir al hospital —sugiere.

—No iré allí, odio pisar los hospitales, me traen pésimos recuerdos.

Suspira resignada, sabe que soy terca y que no iré allí, aunque me lo pidan con bombos y rosas, siempre será un NO, además solo es un dolor que pasará después.

Las heridas físicas siempre sanan, las emocionales no.

Le digo sobre la medicación que me dio Jerome, ella asiente y busca ropa de dormir para que me cambie después del baño, estoy tan cansada, bostezo a cada rato, sin quererlo. Ella llama a mi madre para avisarle de que me quedaré a dormir en su casa.

El teléfono está en alta voz y escucho a mi madre darme el permiso.

Un problema menos encima.

Pero hay otro peor, no sé cómo me haré con estos golpes en la cara y persuadir a mamá, quisiera que la tierra me trague antes de pisar mi casa, pero dudo que la tierra se abra de repente y me succione a otra dimisión.

Mis parpados se cierran sin quererlo y el sueño me gana, entre mis sueños no paran las imágenes de todo mi día como si me quisieran seguir y quedarse allí, no sé lo que le dije a Jerome, tengo una parte de la memoria en blanco y cuando me doy cuanta estoy sentada en el borde de la cama inflada mirando a la nada, miré en el reloj de pared de Emmy y dictamina las 6:36 de la mañana, no pude dormir desde esa hora.

Daba vueltas en la cama, veía el rostro de Leonard, el de Jerome y no sé, estoy confundida, la conciencia me pesa y la ansiedad de querer saber lo que me dirá León me quiere carcomer viva.

Necesito verlo por lo menos por un rato.

Me cambio con ropa limpia, con la que me regaló Abel, ya que eso es lo que tengo en casa de mi amiga, le dejo una pequeña nota de que me fui, aprovecharé de ir temprano a casa para que mamá no se dé cuenta de los cardenales de mi rostro.

Me llevo mis cosas, con el dolor de cabeza al mil, tengo que agarrarme la cien para poder ver, siento que se me va la vista a veces y los golpes no colaboran para nada.

Me toma un poco de tiempo llegar a casa, busco las llaves bajo el tapete y no abro por la puerta principal sino por la cocina, (la parte de atrás), doy gracias al cielo que al poner un pie dentro me dé cuenta de que mamá aun duerme.

Tomo mi mochila, dinero y hecho la chaqueta de Jerome, más tarde iré a llevársela y de paso buscaré mi muñeca, ya que él no me la devolvió, agarré la cadena que me dio Leonard, ya estoy dispuesta y por lo que noto en mis cabales, solo me hace falta un café para bajarle a los nervios.

Antes de salir de casa marco por el teléfono el número de León me contesta a los tres timbres.

—Hey, hola

—Hola —se escucha viento marítimo, está en la costa o la playa.

—Podemos vernos en el café Wendy's —propongo.

—Sí, es por lo de la información, siento decirte que aún no tengo nada, ando en trabajo ahora. —un murmullo de personas se hace presente.

—Entiendo, adiós —iba cerrar, pero me detiene.

—Espera, tengo unos minutos para un café, nos vemos allá.

—Hecho. —cierro.

Salgo de casa y cierro para luego dejar mi llave en su debido lugar, no saben cuánto me duele que me hayan robado mi celular y tengo el presentimiento de que no será como la vez pasada que me lo devolvieron.

Estoy empapada de la mala suerte.

Le indico al taxista la dirección para pagarle después, no me habla, no dice nada, no es como los demás que ponen música, solo me lleva, y agradezco ese silencio, la resaca me da en los cojones de la pendejes.

Salgo y doy gracias y el me las devuelve igual y entonces lo noto.

—No es nada, verano...

No me volteo, no me muevo, como... cuando logre llevar el control de mi cuerpo el taxi ya estaba emprendiendo camino, su voz, ese acento, ya lo he oído antes.

No puedo buscar el carro, no vi la placa, lo único que sé es que ese acento, es colombiano, lo sé, esta vez no es mi cabeza, no es locura. La pregunta aquí es...

¿Quién es?

Mis días se ponen cada vez más intensos, más misteriosos, mamá esta extraña, y a veces distante, mirarme para ella es como delito porque me aparta la mirada cada que la veo.

«Entro al café», me siguen en las vegas, matan al hombre que me seguía, «pido mi café y me acomodo a esperar a León,» y ahora... resulta que mi hermano es un asesino.

Me traen el café y solo de olerlo la vida vuelve a mi cuerpo, esta vez amargo solo para que reaccione mi sistema, me atrevo a pedir algo de desayuno pesado ya que no he comido nada.

Las miradas alarmadas de todos me hacen mirar atrás de mi encontrándome así con el chico de aspecto temido, no los culpo por mirarlo con aquellos ojos, si no lo conociera fuera uno de ellos.

Solo de verle el gran tamaño, la piel llena de tatuajes, rapado por los lados donde también tiene tatuajes en la cara igual, con dos cruces hacia abajo, las perforaciones y uñas pintadas en negro. Anda vestido de negro con una camiseta de calavera y vaqueros rostros y botas con puntas.

Una vez Ethan lo llevó a casa y una de mis tías, «política», amiga lejana de mi madre, lo vio y casi se desmaya, a mamá en ese entonces nunca iba a pensar que el llevaba la marihuana para fumarla en el cuarto de mi hermano, Ethan nunca la dejaba entrar. Y ella nunca fue de desconfiar y tampoco de juzgar.

—Perdón por tardar tanto —se sienta y noto los ojos inyectados en sangre. Mi atención se desvía a la cachetada de su mejilla derecha que aún sigue roja.

—¿Problemas? —pregunto cuando me iba a llevar a la boca un pedazo de tostada, pero él me la arrebató y se la echó rápido a la suya.

—Cuando no —habló mientras masticaba. —invitas ¿verdad? —me miró divertido —ya que solo a ti se te acurre invitarme a un café de riquitos y para colmo con los precios como si esta mierda valiera un riñón. —se burla y con su comentario atrae miradas de algunos de los clientes.

—No te quejes, no siempre vengo acá, tenía ganas de beber un buen café. —tomo un sorbo. —¿me dirás tus problemas?

—¿Quieres saberlos? —levanta una ceja al aire.

—Por algo te pregunto —suspiro.

Él rueda la mirada y se queda viendo el pan en su mano, luce un tanto... pensativo a la hora de responderme.

—Pelee con mi novia —volvió a darle un mordico al pan —está embarazada —suspiró agotado.

Lo del embarazo no me lo esperaba, y admito que aún me sorprende lo de "novia". Porque él nunca tenía novias solo... conocidas.

—¿No quieres ser papá? ¿es eso?

—No es que no quiera, es que no puedo, no tengo nada que ofrecerle, solo mírame, soy un drogadicto y vendedor de los bajos, que crees que le pueda yo ofrecer a ese bebé, —se detiene —nada.

Se notaba estresado, acorralado y cada movimiento de tic de sus manos me lo decía.

—Mi novia si lo quiere, pero ella si le puede dar una buena imagen, es niña de casa, ni siquiera sé cómo terminamos juntos siendo de mundos tan distinto —rio sin ganas —esto es una locura, que le diré cuando me pregunte por qué no tengo papá, no tengo una familia.

—Porque no intestas cambiar, ir a rehabilitación y tener tu familia con ella.

Negó con la cabeza varias veces.

—No puedo dejarlo, no es tan fácil.

—Eso es de cobardes.

—Si lo soy —tomó mi café y bebió de este —odio que tengas la razón.

Tomé sus manos por encima de la mesa.

—Mírame —ordené. —no seas de esos padres que dejan a sus hijos, trata de cambiar León, yo creo en ti.

Su mano libre se posó sobre la mía y me sonrió, él no es malo, la vida lo ha tratado mal, tomó malas decisiones al igual que yo, es lindo e inteligente, por lo que tengo entendido él estaba estudiando, pero ahora no lo veo en nada.

—¿Dejaste la universidad? —indagué y el silencio por la pregunta es inevitable «la mesera llega y pido algo para él y para mí».

—No la dejé, me quitaron la beca. —aclara.

Me enderezo en la silla y arrugo el gesto.

—¿Por qué? Eres como un cerebrito, recuerdo que me hacías los ejercicios de mate, entonces ¿Qué paso?

—No le caía bien a unos chicos fresas y dijeron que estaba vendiendo dentro del campus —bufa.

—¿Era eso cierto? o...

Me interrumpe.

—No —niega —cuando estaba dentro de la universidad nunca vendí y hasta llegue a estar limpio un tiempo, pero todo se fue a la mierda.

Llega nuestra comida y nos la ponen a cada uno en sus respectivos lugares, a la mesera le tiembla el pulso cuando el intimidante aspecto de León la acobarda y el chico no colabora como la mirada de ceño fruncido, la chica termina y sale a trompicones.

—¿Tanto miedo doy? —pregunta con diversión comenzando a comer.

—No que va, si eres un osito cariñosito, —bromeo —destilas rosa por donde se vea —le sigo a la burla y él sonríe igual.

━━━━✧❃✧━━━━

León mira con asombro los apartamentos desde afuera, estamos en un vecindario que dice "mírame que tengo dinero", no para de verme y luego a la linda entrada de sendero de jardín.

—La fiebre de rico te está invadiendo, Summer. —comenta y le quita el seguro al auto.

Le doy un beso en la mejilla y salgo del auto.

—Puede ser —respondo divertida. Cierro la puerta —gracias por traerme.

—No hay de que —sonrió amable y se fue dejándome allí sola.

Los nervios no tardaron en aparecer cuando estuve dentro del ascensor, falta tan poco para estar frente a él, para encararlo, en mis cábeles y ponerle fin de una manera adecuada y no como una miserable.

Moriré, creo que moriré y me está entrando taquicardia o algo parecido, sudo como nunca la frente, las manos, la espalda, estoy volviéndome un mar en estos momentos, cuando toco el timbre y espero a que me abran, rezo porque este solo él allí dentro.

—¿Quién es? —pregunta al otro lado y su voz me pone peor.

—Soy yo... Summer.

Comienzo a morderme la mejilla interna y dentro de mi boca se esparce ese sabor metálico de tan fuerte que me he lastimado. Del otro lado no se escucha una respuesta, solo los cerrojos abriéndose y dándole paso así a la figura del rubio frente a mí.

Luce mal, sus ojos estaban hinchados y sus golpes están peor, su ojo aun medio cerrado y el labio hinchado.

—Viniste...—musitó por lo bajo y no me dejó hablar.

Me entra a su casa, cerró la puerta y sus labios sellaron los míos impidiéndome el habla, traté de separarme, pero tomó mis mejillas para evitarlo.

—Volviste —la esperanza en su tono me desgarra —sabía que vendrías de nuevo a mí, lienzo...

Está ebrio, el sabor a alcohol me lo dice.

—Leonard suéltame —lo separé con cuidado de mí, deshaciéndome de sus manos.

Me limpié la boca y esa acción le dolió, lo noté en su mirada y en como bajó la cabeza, preso de la vergüenza que lo invadía.

Su casa era un desastre, botellas de cerveza por donde se vieran, platos rotos, el televisor estaba en el suelo y las pinturas que antes adornaban su casa estaban ahora hechas pedazos en el suelo.

—Te perdono, estoy dispuesto a perdonar tu infidelidad y volver —se me acercó y me acarició el rostro —eso es pasado ¿sí? —él asintió con la cabeza —volvamos...

Me recalqué que soy la peor, porque yo le causé esto, lo rompí, lo dejé destruido y vuelto nada. La culpa me daba duro en el pecho y la cabeza. Tan solo una acción destruyó a una persona que no se lo merecía.

—Leonard —negué —esto...

—Shhh... —me calló. —No importan los videos en internet, eso es lo de menos —tomó mis manos y las besó —sé que viniste para volver y arreglar las cosas.

Asentí.

—Tienes razón, vine para arreglar las cosas. —contesté.

Él sonrió y besó mis labios de una manera castra y fugaz, me despegué y busqué en mi mochila la cadena que él me regaló, la miró con una sonrisa de felicidad.

—¿Quieres que te la ponga?

Negué.

—Vine para arreglar las cosas y darlas por terminada —le puse la cadena en sus manos. —Perdóname por todo el daño que te estoy causando, espero algún día puedas darme un perdón sin el alcohol de por medio, perdón —le besé la mejilla —pero me voy.

Negó varias veces sin poder creérselo, me di la vuelta, abrí y su pregunta me dejó pegada al umbral.

—Iras con él ¿cierto?

Lo miré de reojo.

—Si...

Y tras aquella respuesta, escapé, escapé de más preguntas, de su mal aspecto por mí culpa, de sus lágrimas. De la realidad de que en su cuento yo soy la villana que lo desmorono, y el en él mío igual lo fue por cómo me trató.

Otra vez estaba de camino a otro destino, uno que me rondaba y acosaba, no recuerdo con demasiada claridad lo de anoche, solo sé que más o menos discutí con Jerome y dije palabras que no tenía que decir.

También que tengo que decirle que... yo igual lo elegí a él, siempre será él.

Jerome llamó a Emmy después de que ya estaba dormida, para saber de mí, esto me lo dijo ella después de cerrar, así como lo oyen me despertó y reprendió otra vez por tonta.

Si me pagaran por cometer errores, ya tuviera la casa más lujosa.

Pagué el taxi y di las gracias, y aquí estaba, frente a lo que tanto le huía, sin evitarlo llegó.

Debería tomar esta oportunidad y alejarme un poco, ya que no sé cuál será el resultado de lo que me está investigando León.

Un paso tras otro para tan solo estar frente a su puerta. La toqué y estaba abierta, ¿la habrán dejado así por accidente? entro y cierro detrás de mí, dejo la mochila en la meseta y saco la chaqueta de mí chico.

«Voces» se incrementan a medida que avanzo y sé que una es de Nale, otra de Roland y el "cállate" es de Jasiel. Los Cox están aquí, no le quita a la incomodidad y no sé cómo le haré con ellos aquí, si hacerlo sola ya lo veía como un reto, no sé cómo disculparme con la presencia de los chicos.

Son amigos, pero no quita que sea extraño.

Las voces se incrementan en la habitación de Jerome y me detengo a la mención de mi nombre para escuchar su conversación, que por lo que escucho trata sobre mí.

—Pero... ¿estás seguro de que ella no se dio cuenta, Jerome? —esa es la voz de Nale.

—Claro que no se dio cuenta, pero no quita que toda esta mierda sea mi culpa, no creí que todo se saldría de control. —dijo esta vez Jerome. Su culpa, ¿a qué se refiere?

Me acerqué un poco más para escuchar mejor.

—La culpa es mía, no creí que te tomarías mi consejo de un empujoncito así de literal, perdóname soy un mal consejero —lloriqueó Roland y pude notar como Jasiel le dio un zape por la cabeza. —¡Hey! —se quejó lanzándole una mala mirada.

—Eso es para que te calles, ya eso lo has dicho como cinco veces —lo regañó Jasiel. —sabes Jerome, creo que lo hiciste más por impulso, eso de estar de segundo debe ser de la mierda.

—Y se siente más mierda si lo dices así —tomó de su cerveza. —cómo demonios le explico que, si sabía que él estaría allí, que yo sé que su puesto estaba cerca del que estábamos y que la besé sabiendo que su novio estaba detrás de nosotros, me va a odiar...

El pecho se me apretó y la ira me envolvió todo mi cuerpo, todos se habían callado mirando detrás de Jerome, mirándome a mí y las ganas y decepción que sentía. No debió hacerlo, meterse de ese modo, no saben lo mierda que me hizo sentir ese momento en la feria y más mierda me pongo ahora al saber que todo es por un maldito arranque de celos de parte de Jerome.

Las lágrimas de impotencia comenzaron a salir mientras apretaba la mandíbula cuando él se dio la vuelta y sus ojos verdes se encontraron con los míos ahora cristalizados por las lágrimas.

—Summer... —se levantó de la silla, pero yo no lo deje hablar, le tire la estúpida chaqueta haciendo así que le cerveza le caiga encima.

Salí corriendo de allí tomando con rapidez mi mochila. Arreglar las cosas, claro, lloré por una mala decisión de Jerome, se peleó por mi o por la conciencia que lo comía, que por su culpa ahora circulan videos y memes con mi cara.

Que por él "ayudarme" jodio el día de mi cumpleaños y todo para que ¿eh? Solo para demostrar que él estaba más conmigo, que estoy con él, me jodio feo.

—¡Summer detente! —gritó a mis espaldas.

No me detuve, corrí para estar lo más lejos de aquel idiota, no quiero verle la cara.

—No me estas escuchando —me toma del brazo dándome la vuelta frente a él.

—¡Déjame! —grité enfurecida. Lo empujo en el pecho varias veces haciéndolo retroceder —¡yo venía a pedirte disculpas por todo lo que dije estando ebria, pero ahora me doy cuenta de que la que merece la disculpa soy yo! —enfurezco. —¡eres un imbécil!

Las lágrimas no paran de caer de mis ojos y la voz se me va cada que quiero decir algo.

—¡Con qué derecho hiciste eso! ¡¿Ah?! —Lo encaro —¡no debiste!

—¡Solo quería que toda esta jodida mierda terminara! —Me grito en el mismo tono —¡tus no tenías planes de dejarlo!

—¡Si los tenía...!

—¡No los tenías! —Rugió —el plan perfecto era entre tú y tu perfecta relación y yo de limpia lágrimas, solo quería tenerte más para mí y dejar los secretos.

—¡Toda la jodida mierda terminó como querías! —La voz me sale raspada. Dios no puedo ni hablar sin querer llorar —terminó conmigo y destruyo a otra persona que no merecía enterarse así.

—¡Aun lo defiendes, sabes todo lo malo que fue ese imbécil y aun lo defiendes!

—No solo hablo de él, hablo por mí, soy el hazme reír de las redes por tu arranque de "acabar con todo" —veo que vacila ante lo último y se relaja.

—Sé que lo hice mal, y lo siento no creí...—trata de dar un paso a mí, pero lo detengo.

—¡No te me acerques! —la decepción me está comiendo viva y las piernas me están comenzando a flaquear. —yo...—no se ya que decir, solo quiero irme —No debiste hacerlo —es lo último que le digo, pero antes de irme hago la pregunta. —respóndeme algo Jerome.

Lo miré y él a mí.

—¿Qué? —indagó aun con el arrepentimiento en su mirada.

—¿Cómo se llamaba él chico que mató a tu padre y hermano? —no puedo dar para atrás.

La pregunta hizo que frunciera el ceño y negara varias veces.

—Esto no viene al caso, nosotros debemos...

Lo interrumpo.

—¡Respóndeme! —Dio un respingo y mis lágrimas no las contuve más —dímelo por favor —supliqué por lo bajo.

—Se llamaba Ethan...

Como si la vida me diera una señal, un golpe, me tambalee y él iba a tomarme, pero levanté mi mano para que no me toque, si esto tenía que pasar, pues ya pasó, ¿no?

La verdad siempre sale de las maneras más sencillas y siempre las ocultamos muy complejamente.

Los chicos llegan a afuera de la casa y me doy la vuelta dándoles la espalda comenzando a caminar, escucho a mi espalda a Jasiel decir:

—Déjala... dale su espacio...

━━━━✧❃✧━━━━

Le doy la vuelta en el aire para luego pasar todo el concreto con violencia sobrepasando así a los otros que están patinando en el parque, quiero despejar mi mente y por ende que mejor que el parque de patinaje.

Esta cerca de mi casa y es favorable, ya que tenía mucho que no venía, quiero dejar de llorar y esto me aísla de eso, de desbordarme en lágrimas.

Todavía no me lo creo, por él estoy así, no debió hacerlo, me destruyó, aunque no quisiera. No estuvo bien de su parte, me apuñaló, no me tuvo la paciencia de esperar a que yo misma resolviera mis problemas con Leonard, no me tenía fe.

Yo si lo iba a terminar, quería estar con Jerome, pero por ahora no quiero verlo, no quiero verle el rostro al chico que quedó sin su familia por mí hermano.

Cuando él dijo el nombre de mi hermano fue un puñal que me cortó lentamente, creí que solo estaba todo este mierdero en las series y películas, pero jamás en la Jodida vida real, que te enamores de alguien de este modo tan alocado, tan vivo, que te haga sentir como la única maravilla en el mundo, especial e importante en la vida de alguien, pero el destino no juega a mi favor.

Me quito el casco viendo la hora en uno de los celulares de las chicas a mi lado, me miran de reojo y estoy segura de que se enfocaron en el aspecto de mis ojos, aun no llego a casa, salí de la de Jerome y vine disparada aquí.

Le doy los patines al chico que me los prestó y le agradezco. Me siento en la misma banca del grupo de chicas que por cierto me miran mal, no disimulan a la hora de susurrar y logro escucharlas.

—Es la tipa de los videos...

Respiro hondo y con la vergüenza encendida en la cara logro irme sin un semblante caído por el segundo comentario que hacen cuando le paso por el lado.

—Por chicas como ella los chicos creen que somos todas iguales...

Me detuve con abrupto y me giré hacia las tres chicas.

—¡Como te atreves a hablar sin saber! —le gruño.

—Claro que sé... los videos no mienten, le has pegado el cuerno a tu novio o ¿me equivoco? —se contornea airosa.

—Por ti los chicos nos temen —le secunda la otra amiga.

—Los videos solo muestran una parte de lo que ustedes, ignorantes, no saben y...—miré a la otra —comienza a ver qué haces mal para que los chicos te teman, porque dudo que sea por mí culpa. —me devuelvo, pero antes —dejen sus excusas baratas.

Me largué de allí.

Malditos videos.

Llegué a casa y ahora tenía el problema de que le diaria a mamá sobre los golpes, no me serviría excusas, tendré que decirle la verdad.

No la llamé cuando estuve dentro de casa, estaba todo en silencio, eso me pareció extraño, miré por la ventana de la cocina y me la encontré en el patio trasero regando las plantas.

Fui rápido a mi cuarto, tal vez me dé tiempo de ponerme un poco de maquillaje para que se vean menos los cardenales en la cara y los ojos hinchados de tanto llorar.

Tiré la mochila en la cama y comencé a ponerme base y cubrirme un poco, ya cuando terminé me dispuse a ir a buscar a mamá para avisarle de mi llegada, me miré en el espejo del pasillo para comprobar que no se vieran.

El sonido del celular de mi madre no paraba de vibrar, miré la pantalla y era un número privado, ella venia entrando cuando tomé la llama y la deslicé para escuchar una voz familiar.

—¿Cómo estas mi amada Marina?...

Me quedé en silencio allí mimos, yo la miraba a ella y ella a mí, nerviosa, asustada y ansiosa.

—Dame el teléfono —exigió, y retrocedí con lo último que dijo el desconocido.

—La tengo vigilada...

¿A quién tienen vigilada?

Me arrebató el teléfono y me miró con horror.

—¿¡Que te dijo ese hombre!? —me gritó.

—¡¿En qué diablos estás metida, mamá? ¿a quién vigilan como para que te pongas de ese modo?, ¿Quién es?! —le devolví el grito y ella trago grueso.

No dijo nada, no se movió, no nada, solo me veía y luego al teléfono.

—No es nada...

—¡Que no es nada! —Grité —¡eres una mentirosa, todos me mienten!

La puse entre la espada y la pared.

—¡No me alces la voz! —rugió.

Necesito un respiro y ni en mi casa puedo estar tranquila y dejar la mierda de drama, me dirigí a la puerta.

—¿A dónde vas? —No respondí —te pregunté algo Samanta Elisa.

No le tomé asunto, abrí la puerta para poder escapar del maldito ambiente, de la presión y si pudiera de mi vida, solo quiero paz. No es tanto pedir.

¿Qué te he hecho dios?, ya no quiero más pruebas, estoy cansada de ser tu mejor guerrera y aguantarme todo el apedreo de personas que si han pecado, y aun así levantaron todas las manos para lanzarme las piedras sin importar qué.

Y las cosas no terminaban aquella tarde, solo hice abrir la puerta y dar unos pasos afuera para ver a León venir corriendo hacia mí, sudado y agitado, noté como sangre adornaba su ropa y de inmediato las alertas se alzaron.

Me acerqué con paso lento sin dejar de ver su herida, no me gusta ver sangre, me pone nerviosa y me saca de la órbita llevándome a malos recuerdos.

Me gritó algo que no comprendí, solo entendí lo último.

"Mentira"

—Summer...—su voz queda en el aire y mis nervios se quedaron descontrolados mientras caminaba con rapidez hacia él.

Una lluvia de balas me hizo tirarme en el suelo, levanté la cabeza solo para presenciar como todas las recibía León, como todas lo llenaban más de sangre y aquella sangre me salpicaba a mí, no paraban, y cuando todos los disparos se esfumaron corrí hacia aquel chico tirado en el césped.

Tengo tanto miedo de no ver vida, le tengo pavor a la muerte, a ver a las personas que conozco morir, decaer y no volver. Ahora lo estoy viendo de nuevo, con sangre por doquier y mi rostro lleno de ese líquido espeso.

Yo solo quiero paz.

Ya no puedo más.

León estaba lleno de agujeros que traté de tapar entre sollozos, desesperada.

—¡No te atrevas a morir! —Pero solo sentí que hablaba sola —¡Mamá! —grité, ella llegó a mi viendo en mis brazos a León sin creerlo. Ella ahogo un grito y no reaccionó. —¡llama a una ambulancia! —le grité de nuevo para que saliera del trance y así fue.

Salió corriendo dentro.

El puño que León traía cerrado se abrió, mostrando en su palma algo que me dejó peor mientras lo sostenía.

Un zapatito de bebé...

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