Un nuevo día amaneció, y Briiss y Kili se levantaron para desayunar. Cuando estos lo hicieron, buscaron a Gandalf, pero no lo encontraban por ningún lado.
-¿Buscáis a Gandalf? - apareció Elrond tan sereno como siempre.
-Sí, ¿dónde está? - preguntó Kili.
-Se ha ido, - informó el elfo. - pero regresará.
-¿Cuando? - preguntó Briiss.
-No lo sé con certeza. - se sinceró el elfo. - Esperaba poder contarte hoy sobre Hyellë.
-Eh... ¡Sí, claro! - soltó espontáneamente Briiss.
Elrond los condujo hacia una pequeña sala dónde había una mesa y silla, con tarros de colores apoyados en las estanterías de las paredes. Se sentaron, y Elrond le contó algo más que Galadriel a Briiss.
-Antes de que se marchara con... tu padre, - explicaba Elrond serio. - algunos de los sirvientes ya notaron algo extraño en ella. Cada rato que podía, se escondía en su habitación durante horas. Hasta que un día, un sirviente entró en su habitación sin que ella estuviera dentro, y vio montones de mapas marcados con rutas.
Briiss no podía normalizar las cejas de tanto arquearlas por lo sorprendida que estaba.
-No dije nada al respecto, - añadió Elrond. - al contrario, le concedí su deseo. Le encomendé la misión a ella y a otros dos elfos para que pudiera ver algo de mundo.
-Pero... - titubeaba Kili desconcertado.
-Pero me llevé con la sorpresa. - continuó Elrond con algo de gracia. - Como ya sabes, solo regresaron los otros dos. Y, al preguntarles qué había pasado, me respondieron que no lo sabían. Que simplemente había desaparecido.
-Uau... - suspiró sorprendida Briiss.
-El resto, ya lo sabes. - añadió Elrond.
-¿Así que siempre fue así, eh? - fue lo único que pudo preguntar Briiss. - Y tú... ¿aprobaste el amor que había entre mi madre y mi padre...?
Elrond se sorprendió, pero intentó no mostrarlo.
-Bueno, Briiss, ya sabes cómo ha sido la relación entre elfos y enanos... - excusó Elrond.
-Sí, lo sé de sobra... - murmuró. - Elrond, no sabía que tuvieras una hija. - recordó Briiss.
-¿La habéis conocido? - preguntó sonriente el elfo.
-Sí, ayer. - respondió Kili.
-Arwen. - murmuró Briiss sonriente. - Es hermosa.
Elrond le dedicó una sonrisa a Briiss agradecido por el cumplido a su hija.
-Por cierto, ¿la dama Galadriel, se ha ido? - preguntó Kili.
-Sí, ha regresado a Lórien. - informó Elrond. - Pero, si os interesa, me ha dado un mensaje para vosotros.
En ese instante, Kili y Briiss se miraron extrañados, y el elfo les entregó un pequeño sobre. Briiss lo abrió y dentro se encontraban dos pequeños papeles doblados y, en uno de ellos, llevaba el nombre de Briiss.
“Briiss:
Recuerda siempre quién eres, como ya te aconsejé, no dejes que el pasado te impida a seguir el presente. Guarda siempre este pequeño papel cerca de ti, y cuando lo leas, piensa en estas palabras.”
Esas eran las palabras escritas en la carta para Briiss, unas palabras que la dejaron algo perpleja. No entendía a qué venía tanta preocupación por parte de Galadriel.
“Jóvenes aventureros:
Las puertas de Lórien siempre estarán abiertas para vosotros. En vuestra aventura, evitad lugares especialmente peligrosos.
Buena suerte.”
Briiss y Kili se miraron sonrientes, alegres de saber que serían bien recibidos en Lothlórien.
-¿A dónde ha ido Gandalf? - le preguntó Kili a Elrond.
-A Isengard, a ver a un amigo. - excusó Elrond.
-¿Por qué? - comenzó a sospechar algo Briiss.
-Por algo de suma importancia, y que no hace falta que lo sepáis. - se levantó Elrond de la silla sin mirarlos.
-Elrond, ¿qué está pasando? - preguntó Briiss al levantarse bruscamente.
Elrond, sorprendido de la reacción de la enana, no dijo nada.
-Galadriel me dijo que por mi bien no averiguara cómo y porqué murió mi madre, que evitara los lugares peligrosos. - dijo Briiss con un tono de superioridad.- Luego Gandalf se marcha sin decir nada, y estos días habéis estado de reuniones. ¿Hablando de qué?
Elrond miró con una ceja alzada a Kili y a Briiss y, finalmente, junto a un suspiro, accedió a contarlo.
-Lo que vais a oír a aquí, no puede salir de aquí... - advitió antes de comenzar, y ambos enanos asintieron seriamente.
Elrond, al igual que Briiss, volvió a sentarse en la mesa, pero más serio.
-La batalla en la Montaña no fue una pura casualidad, ni por el oro que aguarda ahí dentro. - comenzó a hablar casi en murmuro, por temor. - A finales de la Segunda Edad, Isildur, hijo de Elendil, patió hacia Mordor junto a sus soldados, su padre y los elfos, para comenzar una batalla en la que yo estuve presente.
-¿Mordor? - preguntó sorprendida Briiss.
-¿Una batalla?¿Contra qué? - preguntó Kili desconcertado.
Elrond echó un silencioso suspiro y prosiguió temeroso.
-Sauron. - murmuró mirando a los enanos. - El Señor Oscuro. Isildur batalló contra él, para que ese ser desapareciera del mundo que conocemos de una vez. Isildur peleó con Narsil, su espada. La misma espada que le arrancó el dedo dónde llevaba puesto... su anillo.
-¿Anillo? - preguntó curiosa Briiss.
-¿Ves este anillo? - preguntó Elrond alzando un poco la mano, y ambos enanos asintieron. - Se llama Vilya. Es capaz de curar heridas causadas por el mal de la Tierra Media.
-¿Y qué tiene que ver? - preguntó Kili.
-Hace mucho tiempo, Celembribor creó los tres anillos de poder élficos. Galadriel lleva puesto Nenya, y Gandalf Narya. Después de los anillos élficos, otros siete fueron creados para los señores enanos; y otros nueve para los hombres. Esos eran todos, pero no fue así...
-¿Qué quieres decir? - murmuró Briiss muy centrada en la historia.
-El Señor Oscuro creó en secreto un anillo más. Sauron es el ser más malvado que ha podido existir jamás. Creó el anillo para que el mal perdurara en esta tierra, y así, parece ser, lo ha conseguido...
Briiss estaba algo sorprendida y con la boca abierta. Kili tenía los ojos como platos, ese era uno de sus defectos. Siempre que algo le parecía sorprendente y difícil de creer, abría los ojos con una mirada intensa.
-En la batalla de Mordor, Isildur consiguió el anillo. Lo tuvo en su poder durante unos años, pero el anillos se perdió en una emboscada de orcos. Sauron... ha vuelto, pero el anillo permanece oculto.
-¿Dónde? - preguntó Kili.
-No se sabe. - respondió el elfo serio.
-¿Y... qué tiene que ver conmigo? - preguntó confusa.
Elrond se replanteaba si contarlo o no, pero no había vuelta atrás.
-Sabemos que tienes pesadillas. - informó.
-Bueno... ¿y eso indica que deba asustarme? - preguntó casi en ironía Briiss.
-No unas pesadillas normales, si no... de Sauron.
Briiss funció el ceño ya más seria al oír de nuevo ese nombre.
-Ves un gran ojo de fuego, que no para de repetir lo mismo una y otra vez... - prosiguió el elfo, y Briiss se quedó perpleja.
-¿Cómo...? - tartamudeaba de la sorpresa.
-Gandalf y yo lo vimos, Briiss. - la interrumpió. - Tuviste una pesadilla aquí, en Rivendel. Notamos su presencia...
-¿Por qué tengo esas pesadillas? - preguntó de prisa.
-No lo sabemos, y eso es lo que nos preocupa. Durante la misión de la recuperación de Erebor, Gandalf tuvo que ojear una antigua fortaleza.
-Por eso se marchó. - añadió Kili ya comprendiendo la ausencia del mago.
-Sí, y quedó preso por Sauron, en Dol Guldur. Una antigua fortaleza, dónde al parecer, Sauron pasó desapercibido. Azog el Profanador estaba a su servicio... La batalla a Erebor no fue casualidad, querían...
-Querían obtener el reino... - murmuró Briiss perpleja al darse cuenta. - No era el oro, ni Smaug, ni Thorin... Si no para expandirse...
-Sí. - afirmó Elrond.
-Eso significa que... ¡puede volver a atacar a la Montaña! - sobresaltó Briiss.
-Tranquila, ahora que Thorin ha forjado alianzas con el rey elfo de Mirkwood y el rey de la Ciudad de Valle, se defenderán unos a otros. - informó Elrond. - Sauron aún es muy débil.
-¿Rey de la... Ciudad de Valle? - preguntó Briiss perpleja.
-Bardo, el Arquero ha sido coronado como rey. - sonrió el elfo.
Briiss y Kili se miraron sorprendidos, y algo alegres por él.
-Por eso, Briiss,- continuó el elfo volviendo a la seriedad. - debéis tener mucho cuidado con los peligros que hacechan la Tierra Media. No paséis en ninguna circunstancia por alrededor de Mordor, y no entréis en el bosque de Fangorn.
-Está bien... - asintió con la cabeza Briiss.
-Y, sobre todo, si algo ocurriese, avisad.
-¿Cómo? - preguntó Kili.
Elrond se levantó y se giró para encarar a una estantería llena de botes, y de ahí encima sacó una especie de flauta pequeña.
-Tomad. - les entregó. - Si un gran peligro os acechara, tocad la flauta. En seguida recibiremos la señal e iremos en vuestra búsqueda.
-Gracias. - dijo Briiss, y Elrond asintió con la cabeza.
Los tres llevaron su conversación hacia fuera de la sala. Elrond les advirtió de todas las criaturas que podrían encontrarse, y de aquellos lugares que son amigos o enemigos. Por su suerte, Rohan y Gondor eran amigos.
Pasaron horas, y Kili estaba sumamente preocupado por Briiss. Estaban tumbados en un banco de piedra, mientras veían el sol despedirse.
-No me dijiste que tenías pesadillas. - rompió el silencio que había Kili.
-No lo vi importante... - confesó en un murmuto.
-Briiss... - la llamó levantándose para verla a los ojos. - Si ves que algo no va bien, que no te encuentras bien, o... sea lo que sea, sabes que puedes contármelo... ¡Es más! Debes contármelo, porque estoy aquí contigo por algo.
Briiss le dedicó una sonrisa y le acarició su mínima barba sin decir nada.
-De verdad, Briiss, te lo pido. - murmuró preocupado.
-Está bien, lo siento. - dijo antes de darle un abrazo.
Mientras se abrazaban, un silencio les embaucó. Un silencio agradable y tranquilo. Kili se fue separando de ella con una pequeña sonrisa y, poco a poco, juntó sus labios con los de ella.
-Siempre estaré a tu lado, para protegerte, y quererte. - susurró Kili al separarse lentamente.
Briiss lo miró con una intensa mirada, junto a una sonrisa de alegría. Apoyó de nuevo su cabeza en el pecho de Kili, y el silencio volvió a apoderarse, pero fue interrumpido tras la llegada de Elrond.
-Oh... Siento interrumpir. - sonrió Elrond.
-No interrumpes nada. - sonrió Briiss levantándose.
-Solamente me preguntaba cuánto tiempo teníais pensado quedaros. - dijo el elfo.
-La verdad... Teníamos pensado marcharnos mañana. - sonrió Briiss.
-¿Ya? - se sorprendió Elrond. - Está bien, ¿y a dónde?
-Estamos entre Lothlórien y Rohan... - dijo Kili también levantándose.
Elrond sonrió y aconsejó:
-Yo de vosotros elegiría Lothlórien. El camino es más seguro, y tendríais fácil acceso a las demás tierras.
-¿Que dices, Briiss? - le preguntó Kili. - ¿Lothlórien entonces?
-Lothlórien. - afirmó con una sonrisa.