JaeMin caminó con pesadez hasta el dormitorio. Eran las once de la noche, de nuevo había salido tarde del cuarto de JiSung. Como le había prometido, le estaba ayudando a estudiar para sus exámenes finales pendientes.
Restregó su rostro con la palma de su mano, absolutamente derrengado.
Abrió la puerta de la habitación encontrándose a RenJun sentado en el suelo totalmente torcido en una posición incómoda, estaba dormitado.
En su mano derecha tenía el recipiente de helado casi asentado en el piso mientras su otra mano sostenía la cuchara igual alojada en el mismo lugar.
Cerró la puerta y al adentrarse pudo notar que igual tenía restos del helado alrededor de sus labios. Rio enteramente enternecido y se acercó con la intención de cargarlo y llevarlo a su cama.
—JaeMin, estúpido. —balbuceó RenJun en pleno sueño.
Na soltó una risilla.
—Hasta sueña conmigo. —murmuró para sí mismo. Se colocó de cuclillas y lo observó con interés. Quitó lo que sostenía en manos logrando que RenJun se removiera aún adormilado.
Lo levantó con total facilidad del suelo, cargándolo entre sus brazos, lo depositó sobre la piltra. Se inclinó un poco dejando un casto beso sobre la frente del menor.
Segundos después de aquello, RenJun despertó.