JiSung no pudo seguir con la plática, puesto que, el profesor ya había entrado a dar su clase. JaeMin solo lo atisbó como si con su mirada lo destrozara ante su torpeza tan relevante.
¿Es que JiSung había nacido estúpido?
Obviamente lo que le había dicho semanas atrás fue una perfecta broma, era muy clara y JiSung decidió tomarla en serio, muy en serio.
No tuvieron más que esperar a que sus clases compartidas –y las que no– terminaran. Tenían una hora que compartían libremente a las doce de la tarde, sería un buen momento para almorzar y al mismo tiempo amonestar al tarado de Park.
—Procede. —exigió cuando llegó hasta al comedor donde había citado a JiSung, se sentó colocando la charola de comida sobre la mesa para empezar a comer.
—Sucede que ese día en el que le dije que se alejara porque no me interesaba le dí un ramo de flores con la intención de no lastimarlo mucho —suspiró—, se lo entregué, iba a hablar pero un grupo de amigos que tiene cuando me vio llegar empezó a decir: Wuu, JeNo tiene novio —canturreó—, ya sabes qué tipo de cosas, en fin, ellos no me dejaron terminar. No quería rechazar a JeNo frente a sus amigos y él pensó otra cosa.
—¿Es todo? Se puede arreglar, te ayudaré a batearlo.
—No es eso, después de eso me pidió que saliéramos juntos, ya sabes, una cita. Yo acepté pero para decirle y dejarle las cosas en claro.
—¿Y bien?
—Tampoco funcionó.